Tablas de verdad: certeza y validez de proposiciones



Las proposiciones atómicas y moleculares tienen un valor de verdad: o son ciertas (verdaderas) o son falsas. Desde luego que el valor de verdad de una proposición atómica se juzga con relativa facilidad. Si lo que ésta  enuncia, corresponde con la realidad, entonces será cierta; si no, será falsa. En otras palabras, la proposición "el gato está en el microondas" es cierta en el caso de que el gato esté en el microondas. Sin embargo, cuando se está frente a una proposición molecular, la cosa no es tan sencilla. Varía según se trate de una conjunción, una disyunción, etc. Vaya, su valor de verdad se deduce a partir  de los valores de verdad de las proposiciones atómicas y de los conectivos que la integran. Ahora bien, un valor de verdad se representa de la siguiente manera: cuando la proposición es verdadera, esto se indica con una letra “C”, “V” o un “1” (número uno), al lado de dicho enunciado; cuando la proposición es falsa se pone una “F” o bien un número “0”. Por ejemplo:
Televisa produce telenovelas (V).
Las tortillas están hechas de carne de pollo (F).

 La conjunción

Para que una proposición de este tipo sea cierta, todos sus miembros deben serlo. ¿Por qué? Porque el conectivo "y" implica que ambas cosas suceden: "Nelson Vargas tiene calor y  se echa a la alberca". Para que esto sea cierto deben ser verdaderos los hechos que se reflejan en mi enunciado. Si Nelson Vargas se echara a la alberca, pero no tuviera calor, la proposición sería falsa. Lo mismo pasaría, si tuviera calor y para sofocarlo se tomara un refresco en vez de echarse a la alberca. Peor aún, si tuviera frío y se pusiera un abrigo,  mi proposición no reflejaría la realidad.
La situación anterior se puede representar mediante una tabla que representará los valores de verdad de "Nelson Vargas tiene calor y se echa a la alberca", donde "C" corresponde a "cierto" y "F" a "falso":
N
A
N & A
C
C
C
C
F
F
F
C
F
F
F
F

En consecuencia podemos enunciar la siguiente regla:
"La conjunción de dos proposiciones es cierta si y sólo si ambas proposiciones son ciertas"[1]



 Disyunción

La  disyunción es una estructura lógica que une dos proposiciones mediante el conectivo “o”. Hay tres tipos de disyunción: la implicativa,  la exclusiva y la incompatible. ¿En qué se diferencian?  El “o” indica posibilidades, o sucede una o cosa o la otra, pero a veces resulta que ambas posibilidades pueden coexistir; en otras ocasiones, solamente sucede una y la otra no, o bien en algún caso ninguna de las dos sucede. Cuando ambas pueden suceder mutuamente, la disyunción es inclusiva; cuando no y sólo ocurre una, es exclusiva; y cuando ninguna es posible, es incompatible.  Recurramos a un ejemplo: si alguien se encuentra con  dos muchachas muy semejantes físicamente, podría pensar: “O son hermanas o se parecen”. Resulta que ambas efectivamente son hermanas y además se parecen (no olvidemos que hay hermanos que no se parecen mucho). La disyunción es en este caso  inclusiva. Ahora bien, si estas dos hermanas están viendo la televisión y de repente se apaga, ellas pueden decir: “o se descompuso o se fue la luz”. Una de ellas se dirige al apagador y enciende la luz. Luego concluyen que la televisión tuvo un desperfecto. En este caso, si la televisión se hubiera descompuesto, entonces la disyunción sería exclusiva porque sólo sucede una cosa de las dos; pero  en el caso de que la causa de que  la televisión se hubiera apagado, debido al apagador de tiempo, entonces la disyunción sería incompatible, ya que ninguna de las dos opciones fue verdad.
Cuando se está ante una disyunción inclusiva, el valor de verdad de ésta se determina, se considera como cierto si las dos o alguna de las proposiciones es cierta.[2] El caso contrario es si resultan falsas, ¿Por qué? Porque el conectivo "o" es flexible, da cabida a la duda, por decirlo así. Imaginemos que Juanito en su primera cita con  Clodomira llega recogerla a su casa en un Lincoln Town Car. Ella, al percatarse de quien va en el carro, enuncia  la siguiente proposición:
O el carro es suyo o  lo consiguió provisionalmente.
Si es suyo, entonces la proposición es verdadera; y si lo consiguió rentándolo, también. En caso de que ambas proposiciones fueran verdaderas, desde luego que seguiría siendo cierto; no así sucedería, si él llegara sin auto y ella pensara que trae un carro y elucubrara si es suyo o prestado (lo cual por cierto sería absurdo para meditar).
En otras  palabras, la disyunción  inclusiva de dos proposiciones es cierta si y sólo si por lo menos una de las dos proposiciones es cierta.
Esto en una tabla se expresa así:
A
B
A v  B
C
C
C
C
F
C
F
C
C
F
F
F





La disyunción exclusiva, en cambio, funciona de otra manera en lo referente a su tabla de verdad. Ya que es falsa cuando ambas proposiciones son verdaderas  o falsas. ¿Por qué? En el caso de que ambas opciones fueran verdaderas, y consideráramos verdadera también su disyunción, entonces ésta se volvería inclusiva y por lo tanto sería inexistente (o bien falsa) la disyunción exclusiva.  Y cuando los dos enunciados son falsos, también su disyunción es falsa, pues ninguna de las dos proposiciones se cumple.
            Nuestra disyunción exclusiva sería falsa, porque no hubo ninguna exclusión de posibilidades, como en el caso de las niñas de la televisión. Por lo tanto, tenemos el siguiente cuadro:

A
B
A V B
V
V
 F
V
F
V
F
V
V
F
F
F

Una disyunción exclusiva se puede representar con una W o bien con una “V” que tiene un guión debajo de ella. 



 Negación

Cuando se tiene  una proposición negativa su verdad se conoce en función de la verdad de su respectiva afirmativa.  Si es verdad que el lápiz es amarillo, entonces su negación será falsa; pero si es falso que el lápiz sea amarillo, entonces su negación será verdadera. La regla dice:
La negación de una proposición cierta es falsa y la negación de una proposición falsa es cierta.
            Su respectiva tabla diría:
D
 ¬ D
C
F
F
C



Proposiciones condicionales

En el lenguaje cotidiano, nosotros entendemos una proposición condicional como algo que refleja una relación causa-efecto entre las cosas. La primera proposición de la condicional (el antecedente o hipótesis) provoca que suceda la segunda (el consecuente o tesis): “Si piso un alacrán, entonces me picará”. En otras palabras, el que yo pise un alacrán es causa de que él me pique. Pero, en la lógica proposicional, la condicional no necesariamente implica una relación causa-efecto entre los hechos de la realidad, sino una relación donde se establece en la mente una condición para llegar a un fin y, donde el cumplimiento mismo del fin, es lo que le da veracidad a la condicional independientemente de la causa real. Ahora bien, no es que la condicional quiera ir en contra de la realidad, sino que nosotros difícilmente podemos conocer, aprehender las causas de las cosas y la lógica considera las posibilidades que, cuando se cumple el efecto, pero no se cumple la causa, no descarta que en caso de que se cumpliera esa causa, la relación causal fuera verdadera.  Tanto le preocupa la realidad a la lógica, que parece que acepta como verdaderas, proposiciones que difícilmente aceptaríamos a través del sentido común. Por esta razón, podemos decir que las proposiciones condicionales son las más quisquillosas de todas en relación con la verdad. Pareciera que para que fueran ciertas, tanto el antecedente, como el consecuente debieran ser verdaderos. No obstante, como ya indicamos, solamente son falsas cuando el antecedente es cierto y el consecuente es falso. ¿Por qué? Porque si el antecedente es falso, no hay modo de juzgar en realidad la certeza de su consecuente, por  un lado, y, por el otro, es el cumplimiento del consecuente lo que determina la verdad de la proposición. ¿Por qué? Porque si la proposición no puede ser calificada como falsa  desde el antecendente, y tiene un valor de verdad, entonces debe ser verdadera. Tomemos la proposición:
Si el cielo está limpio, entonces el Popocateptl es visible
En algún día de tantos del Distrito Federal, tanto consecuente como antecedente son ciertos.  Más aún, nosotros sabemos que si el Cielo está limpio, el Popo es visible. ¿Qué pasa si el antecedente es falso? Imaginemos que el cielo está contaminado y aseveramos que está limpio. Podríamos decir que la proposición condicional es falsa, pero resulta que efectivamente cuando el cielo está limpio, entonces el Popocateptl es visible. Por lo tanto, no podemos juzgar el valor de verdad del consecuente de esa proposición porque la falsedad del antecedente nos impide conocer la verdad de una relación que, posiblemente, sea cierta si se da. Para nosotros suena absurdo, pero no lo es para una persona que jamás ha constatado la verdad de que "el cielo está limpio".
En cambio, si  en un día despejado hubiéramos dicho: "Si el cielo está limpio, entonces el Popocatepetl es invisible", notaríamos que la verdad de esta proposición condicional es insostenible a pesar de la veracidad del antecedente. Y es falsa porque vemos que es falso el consecuente y no responde a esa relación supuesta.
Ahora bien, en el caso de que tanto el antecedente, como el consecuente sean falsos, la proposición se sigue manteniendo como cierta por la misma prudencia metodológica que hace rato tuvimos al ignorar la certeza del antecedente.
La regla lo resume de la siguiente manera:
Una proposición condicional es falsa si el antecedente es cierto y el consecuente es falso; en todo otro caso la proposición condicional es cierta.
Lo anterior, dicho de una manera más formal, equivale a lo siguiente: la relación E à F es verdadera siempre y cuando ¬ (E & ¬ F) sea verdadera.
Y en una tabla, lo anterior se expresaría así:[3]
E
F
E à F
C
C
C
C
F
F
F
C
C
F
F
C

            Profundizando un poco más dentro del ámbito de las proposiciones condicionales, observaremos que podemos invertir de lugar al antecedente y al consecuente. Cuando esto pasa, tenemos una recíproca:
 A à B    cambia a  Bà A  y ésta última es la recíproca de la primera.
Si  (viajo en Metro), entonces (economizo mi presupuesto).


Si (economizo mi presupuesto), entonces (viajo en Metro).
Pero la cosa no acaba ahí. Cabe la posibilidad de hacer una proposición contra-recíproca de la original cuando se niega cada elemento de la recíproca:

 Aà B se puede convertir en ¬B à¬A
Si (viajo en Metro) entonces (economizo mi presupuesto).
 

 y pasa a:



Si (no economizo mi presupuesto) entonces (no viajo en Metro).

Y  también se puede negar la proposición original, en vez de la recíproca. Consecuentemente tendremos su inversa:
A à B deriva en ¬A à ¬B
Si (viajo en Metro), entonces (economizo mi presupuesto).
 

y pasa a:


Si (no viajo en Metro), entonces (no economizo mi presupuesto).  



Proposiciones bicondicionales

En las proposiciones condicionales, se establece que el antecedente es condición suficiente o bien necesaria para que ocurra el consecuente. En otras palabras, basta con que suceda una causa “X”, que bien pudo ser una causa “y” (condición suficiente), o bien que solamente por la causa Z pudo haberse desencadenado el efecto (condición necesaria). En el caso de una proposición bicondicional,  el antecedente es causa necesaria del consecuente y  lo mismo para el caso de su recíproca. En cristiano, esto significa que las proposiciones bicondicionales tienen el valor de dos condicionales que se determinan mutuamente. Algo ocurre, si y sólo si sucede lo otro y viceversa:

 "Un perro es fino, si y sólo si es de raza".   A ßà B
Esto equivale a:
Si (un perro es fino), entonces (es de raza).    A  à B
Si (un perro es de raza), entonces (es fino).    B à A
Tan estrecha es la relación que tenemos:
(AàB) & (B à A)
(Si un perro es fino, entonces es de raza) y (si un perro es de raza,  entonces es fino).
Lo anterior con brevedad se puede expresar así:
Un perro es fino si y sólo si es de raza.
En consecuencia, para que sea cierta una proposición bicondicional, tienen que ser verdaderos los dos miembros que la constituyen. Si uno es falso, entonces la proposición es falsa:
"Un perro es corriente si y sólo si es de raza"
O:
"Un perro es fino, si y sólo si está registrado con pedigree". 
Por último, si los dos elementos son falsos, la proposición será cierta. ¿Por qué? Recordemos que una bicondicional descansa en dos condicionales que mutuamente se afectan, y ya habíamos dicho que la falsedad del antecedente impide determinar la falsedad del consecuente. En consecuencia,  metodológicamente se ha catalogado como verdadera a una bicondicional falsa.
Así pues “Un perro es ovíparo, si y sólo si el perro pone huevos”, es una proposición verdadera, ya que, aunque esto no se da en la realidad,  lógicamente  es perfecto porque no rechaza una posibilidad que no se ha confirmado. Y si viéramos a un perro poner huevos, sería verdadera la proposición. ¡Aunque Usted no lo crea!
En conclusión:
Una proposición bicondicional es cierta si y sólo si sus dos miembros son ambos ciertos o ambos falsos.
            En una tabla tales relaciones se plasman del siguiente  modo:
Q
R
 Q ßà R
C
C
C
C
F
F
F
C
F
F
F
C

 

Tablas de verdad

Las tablas de  verdad  son un método para representar de manera abreviada todos los posibles valores de verdad de una proposición. Obviamente que su utilidad está  al aplicarse a las proposiciones moleculares  y mostrarnos si son contingentes, tautológicas o contradictorias. Ya en su momento veremos qué son cada una de ellas.
Por el momento, hay que explicar la mecánica de una tabla de verdad.  La tabla de verdad expresa todos los valores de verdad imaginables de una proposición. Así, pues, si nuestra proposición es atómica, sólo podrá tener dos valores: verdadero o falso, pero si es molecular, se deberán representar cada una de sus proposiciones atómica con sus respectivos valores de verdad. Obviamente que cada proposición atómica sólo puede ser verdadera o falsa, pero la relación entre dos proposiciones atómicas dentro de una molecular  se complica, ya que ambas proposiciones pueden ser simultáneamente verdaderas o falsas, o bien una verdadera y la otra falsa; surgen pues cuatro posibilidades de verdad en una proposición molecular compuesta de dos variables:
P  & Q
P
Q
P & Q
V
V

V
F

F
V

F
F


Si la proposición molecular tiene 3 variables, entonces las diversas combinaciones de los valores de verdad se multiplican y se tienen 8 y no ya cuatro posibilidades:
A & B à C
A
B
C

V
V
V

V
V
F

V
F
V

F
V
V

F
F
V

F
V
F

V
F
F

F
F
F


 Puede haber una gran cantidad de variables dentro de una tabla de verdad. Por eso hay una fórmula para mostrar la cantidad de posibles combinaciones de su valor bajo la fórmula:
2ª 
“ª” es el número de proposiciones simples o variables que constituyen la  proposición a esquematizar y 2 es el número de posibilidades de verdad de cada una.  Si tenemos 4 variables tendremos 16 combinaciones según esta fórmula.
En fin, también en una tabla de verdad se representan las constantes, es decir, las funciones lógicas (y, o, no, si...entonces, etc) que realizan las variables. En la ya mencionada proposición A & B à C, además de representarse A, B y C, también se representan & (en su relación A & B) y à  (en la relación (A & B) à (C) ).
Consecuentemente en una tabla de verdad se pondrá cada variable en una columna y luego cada función con sus  respectivas variables columnas extras. Por ende con A & B à C, se representará:

A
B
C
 (A & B)
à
C
V
V
V



V
V
F



V
F
V



F
V
V



F
F
V



F
V
F



V
F
F



F
F
F




Ejercicio


El cuadro anterior está incompleto, llénalo haciendo uso de las reglas ya vistas para realizar tablas de verdad.

Proposiciones contingentes

Son aquellas que los resultados de su tabla de verdad son en algunos casos verdaderos y en otros falsos. Las tablas de verdad que hicimos anteriormente expresaron proposiciones de este tipo.


Tautologías

Una tautología eyimológicamente es la repetición de un mismo pensamiento: "tauto", lo mismo; "logos", palabra. El enunciado "Ordeno y mando" sería ejemplo claro de lo que es. En lógica formal, una tautología es una proposición molecular  que siempre resulta cierta al combinar todos los posibles valores de verdad que poseen las proposiciones atómicas que la constituyen. Ej[4].
¬ (R & S) à ¬R V ¬S
(Veámoslo en una tabla de verdad, donde para evitar confusiones, se pondrán primero alinearemos todas las proposiciones atómicas que constituyen a esa molecular y a la derecha pondremos las proposición tal cual aparece; luego, bajo cada uno de sus símbolos pondremos el valor de verdad que corresponde a su función lógica. Por cierto, que también se puede usar una V de verdadero en vez de C para expresar que una proposición es cierta).

R
S
¬
(R & S)
à
¬R
V
¬s
V
V
F
V
V
F
F
F
V
F
V
F
V
F
V
V
F
V
V
F
V
V
V
F
F
F
V
F
V
V
V
V

Cuando una proposición condicional es tautológica, cabe mencionar que el consecuente está implicado en el antecedente.  En otras palabras, hay una implicación lógica.
Ahora bien  a toda proposición bicondicional, cuyo valor sea tautológico,  podemos decir que hay una equivalencia lógica entre sus respectivos miembros.  Son equivalentes porque quieren decir lo mismo. Dicho de  otra manera, si hay dos proposiciones con las mismas variables (no necesariamente en el mismo orden, ni con los mismos conectivos), pero que tienen los mismos valores en su tabla de verdad, entonces son equivalentes.

Contradicción

Una contradicción es aquella proposición que al representarse todas sus posibles combinaciones de valores de verdad en una tabla, el resultado siempre es falso. Ejemplo:[5]
¬[ (P à Q) & ¬Q à ¬P]

P
Q
¬
[(P à Q)
&
¬Q
à
¬P]
V
V
F
V
F
F
V
F
V
F
F
F
F
V
V
F
F
V
F
V
F
F
V
V
F
F
F
V
V
V
V
V







[1] Cfr. Patrick Suppes y Shirley Hill,  Introducción a la lógica matemátca, Reverté, México, 1994. p,  114.
[2] No importa el número de miembros que tenga la disyunción. Así sean 14 y sólo uno es verdadero, la disyunción toda, es verdadera.
[3]  La tabla de su equivalente lógico sería la siguiente y explica a la condicional:
E
F
¬
(E
&
¬F)
C
C
C
C
F
F
C
F
F
C
C
C
F
C
C
F
F
F
F
F
C
F
F
C

[4]  Misael Mateos,  Lógica para inexpertos,  Edere, México, 1998, p. 196.
[5] Ibidem.

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