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Mostrando entradas de marzo, 2014

Efemérides

El heroísmo no siempre es registrado por los libros. Permítanme reconstruir un extraordinario pasaje meritorio de conservarse en los Anales Patrios… -Pedo Apestoso, Pedo Apestoso, ¿me escuchas? -Claro y fuerte, Mosquito Cachondo. ¿Qué quieres? Cambio. -Zurrar echándome pedos apestosos. Cambio. -¿Para eso me hablas, güey? Cambio. -No, el objetivo empezó a desplazarse. Posiciónense en sus posi­ciones. Cambio. -Enterado. La Fuerza X entra en acción. Cambio y fuera. Mosquito Cachondo desde el sanitario, escondido de la maestra, de la conserje, de sus compañeros, con un radio de juguete y la adrenalina al tope realizaba su primera proeza guerrillera. La misión era genialmente sencilla. ¿La víctima? Esa maldita masa adiposa cuyo peso correspondía proporcionalmente a su pesadez. Solitarias por el patio tremulaban a cada paso las monstruosas nalgas de la amorfa criatura infernal. Todo un espectáculo, digno del peor vomitivo. Nada más doña Chabelita estaba afuera. Tenía

El Cuaderno

Acaricio su arrugada pasta verde. Tus manos ya la han tocado. Es el turno de las mías. Abro el cuaderno. Un familiar olor a papel escapa de aquellas blancas hojas. Inmediatamente me percato del hermoso caos en su interior: hojas sueltas intercaladas, fotocopias, apuntes de inglés, griego, computación, ociosos dibujos, un examen, tu nombre, letras, pensamientos, sueños, tu ser, una búsqueda que realizas, hambre ajena contagiándome. Interrogo cada página, observo cualquier detalle. Tal vez encuentre alguna clave secreta conduciéndome hacia ti. El esquema de un diente, una firma, una explicación; método, orden, limpie­za, apolínea belleza. Después, inicia la cautivadora confusión, dionisiaca rebeldía. Tintas de colores,  el nostálgico tizne de los extintos lápices confluyendo en un pesado tránsito de todo. Vaya, ¡qué posmoderno paisaje! "It is the most common disease in the western world", dice... Entonces hallo las helenas anotaciones que fueron el pretexto par

El Alfa y el Omega

En el principio era el caos. Todo se hallaba fusionado en una infinita masa amorfa, como en el apeiron de Anaximandro. La cama, los cuadernos, libros, prendas, papeles, absolutamente la totalidad de lo existente en la recámara, estaba reunida en un mismo punto que, de acuerdo con Stephen Hawking, debió ser más diminuto que la cabeza de un alfiler; de hecho, trillones de veces menor a la dimensión de un átomo. Independientemente del tamaño, de su finitud o infinitud,  su opaca estructura incandescente de energía pura, era impenetrable...  En un instante primordial, “donde” más bien el tiempo arrancó, una Madre cósmicamente enfurecida, explotó. Y a una velocidad infinitesimal,  salieron disparadas por efecto de la escoba, el jalador, la jerga y el sacudidor, cada uno de los celestes componentes de mi universo. Apenas la medición de tales eventos en fracciones de nanosegundos, alcanza para vislumbrar someramente lo acontecido. Luego, en una semana el proceso se completó. “¡Há

A los trece. Reflexión sobre la película.

Autor: Ricardo Mazón Fonseca. Género: Reflexión. A los Trece  (Thirteen) es una película del año 2003, cuya vigencia me parece todavía incuestionable. Hoy más que nunca, los muchachos de esta edad están expuestos a la drogas ilegales y legales, hoy con menos restricciones que otras épocas están abiertos a la asunción y exploración de una efervescencia sexual y social, hoy los jóvenes se encuentran expuestos a la crisis de las familias con el boom de los divorcios, violencia intrafamiliar, poca comunicación, etcétera; hoy más que nunca la sociedad se encuentra inmersa en la dinámica de lo que Gilles Lipovetsky ha denominado la era del vacío. Este filme se basa en las propias experiencias adolescentes de uno de sus dos guionistas, a saber: Nikki Reed. [1]  En sólo seis días ya estaba escrita esta historia para Fox Searchlight Pictures [2] . Ella en la vida real tiene un hermano y dos padres divorciados, siendo una cosmetóloga y el otro escenógrafo. Igualmente, fue expulsada del b

Doctor Suárez

...Así es doctor, el mundo es un absurdo, es luchar, abatir, partirse la madre. ¡Y usted quiere que me sienta bien! En fin, cada que me asomo a la realidad veo algo abominable. Horribles asesinatos para robar carteras, bolsos, hasta unos míseros tenis. Encuentro mujeres llorando la ausencia de sus secuestradas hijas, quizá violadas y ahora inertes, quizá prostituyéndose en un burdel. Gente desaparecida, herida, mutilada es el pan nuestro de cada día. ¿Cómo espera doctor que no me afecte contemplar esas escenas? ¿Y qué me dice de mí?  Aunque haya gente con lindas historias, la mía no lo es. Tú cállate imbécil, a ti no te hablan... Lo siento, mami. La plancha no, ¡no! Jamás me tocaré ahí.  No. ¿Qué hice mal? No, en la cara no. Cuidado, mis ojos. ¿Dónde están sus ojos, doc? Sólo encuentro uno, el  otro se ha de haber rodado, bajo aquel secreter. Por cierto, qué bonita secretaria, es de tan lindas costumbres y tan bella… ¿Por qué has dejado de hacerme el amor?  No me dejes, mi vid