Entradas

Mostrando entradas de febrero, 2014

Amada Enemiga

Mírame fijamente a los ojos, que sostendré la mirada ante tu panóptico escrutinio. Escúpeme, insúltame, arrástrame, dame el más bajo golpe,  realiza tu intentona más  elaborada y ruin… ¡Estoy aquí!, esperándote a ti, quien nunca me abandona. Tarde o temprano regresas. Cuando menos te espero, a mi lado estás,  mi fiel enemiga. Ven. Recuérdame que nací del llanto y del rechazo de la simiente; confírmame que un grito me trajo a la vida,  que el absurdo con su ardiente acero me bautizó.  Obsérvame detenidamente. Te mostraré que soy el milagro de la ambigüedad y el sinsentido.  Así que: amágame, asfíxiame, sofócame porque respiraré, aunque revientes mis costillas.  Corre hacia mí, sedúceme y dame la espalda, bésame y muerde mis entrañas. Tírame, patéame, revuélcame y vuélveme a patear. Las heridas  han de curar. Yo me he de parar. Como los ancestrales testudínidos soy un superviviente: sin garras, ni crines,  colmillos o tamaña inmensidad, te enfrento y derroto, sabiéndome ordinario