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Mostrando entradas de mayo, 2015

Clímax (figura retórica).

El Clímax es una figura retórica  de gradación ascendente; de hecho también se le llama gradación o aumentación.  A diferencia de la acumulación no es una enumeración de elementos, sino un relato que sube de intensidad  por las ideas a las que recurre. Es un encadenamiento  formal, de significantes, pero también –no siempre- es posee un encadenamiento e incremento de los significados que se le llama incrementum semántico.  En el caso de considerar al clímax como una estructura meramente formal, no tendría diferencia alguna de la enumeración ascendente, pero en el caso de entenderla como una estructura también semántica, se puede considerar como algo distinto de la enumeración. Pero la diferencia no es tan clara. Para Borges toda enumeración encierra siempre una gradación semántica, así que no habría realmente una diferencia entre ambas. El clímax se referiría exclusivamente a una gradación ascendente, nunca a una descendente. A esta segunda se le llamaría anticlímax o enumeración de

Edea

Cuando camina en las calles, nadie sabe quién realmente es. Su apariencia, su vestimenta muestran  en la cotidianeidad un bajo perfil. Parecería una chica más del montón, sin mucho chiste, que no destaca por su simpatía, por su belleza, por saber cocinar  o por alguna gracia. Casi no habla y cuando lo hace es de vídeo juegos porque es una gamer total y consumada. Estudia psicología. No sé por qué. Supongo que debe de estar loca.  Esa es la razón por la que  se hacen psicólogas las personas. Pero a pesar de todo eso, es una diosa.       Lo descubres cuando se sube a un escenario. Ahí con su falda, su sostén, sus colguijes, pulseras, plumas, pintura, aretes y peinado anuncia su esencia: la divinidad. Entonces inicia la música.  Cada nota, cada armonía va acompañada de un movimiento corporal poderoso, preciso, sincronizado. El manejo que tiene de cada músculo es superior al que un deportista puede lograr. Ella es dueña de su microcosmos. Al son de la melodía seduce al macrocosmos. El

Pájaro Negro.

Tengo un pájaro negro… No, no es un albur, tampoco una queja. Me da igual si las aves son blancas,  amarillas, cobrizas, azules, verdes o multicolores.  Simplemente es que lo poseo. Llegó a mí. Lo guardo en el jardín de mi conciencia, la cual es un poco laxa. Peligra su existencia. Pero prefiero que vuele libremente ahí, a tenerlo en la jaula de los bolígrafos. Es un misterio. Nadie sabe  de dónde vino, ni sus costumbres,  ni si se irá. Se desconoce mucho de su naturaleza, pero ha sobrevivido en mi terruño. Creo que es feliz, come semillas, supongo, o algo que haya en el hábitat que le proporcioné. Escucho su trino cantar y es poco eufónico. No tiene ritmo, ni musicalidad. Es un canto torpe, lleno de lugares comunes. Sin embargo, tiene  hermosura en su manera de graznar. No es mi mascota, no tiene nombre.  Aun así, lo quería nombrar. Quería llamarle Hannibal, por aquello del Silencio de los Inocentes y porque su canto a cualquier buen oído puede matar.  Sin embargo, no sé hasta

Apóstrofe.

Es una figura retórica de pensamiento muy antigua que se suele llamar también exclamatio, exclamación o invocación.  En ésta el orador interrumpe el discurso para incrementar el énfasis  de éste, al mismo tiempo que se hace explícito o se cambia el receptor del  mensaje. A él destina su mensaje en segunda persona (tú) o bien se le aborda con vivacidad, con emoción.  El receptor puede ser el auditorio o parte de éste o bien su oponente.  También puede el propio orador volverse el nuevo destinatario de ese mensaje, o bien lo puede ser un ausente, un muerto,  seres invisibles e incluso objetos a los que se les invoca. En la Antigüedad era común que el orador en vez de dirigirse al juez,  se dirigiera a su adversario o a otra persona. Esa interpelación puede ser directa o indirecta.  En Literatura el apóstrofe se reduce a la inclusión de un elemento apelativo. Sirve para expresar pasiones, cambiar la dirección del discurso y afectar emocionalmente al destinatario del apóstrofe. Ej

Aposiopesis

Es una figura retórica de pensamiento que consiste en la interrupción brusca de un discurso con un silencio. Por escrito se expresa con puntos suspensivos.  Esto no obstruye la comprensión del sentido que se quería transmitir. Queda al oyente completar dicho sentido. Esta interrupción es dramática. Se puede utilizar para decir cosas indignas, fuera de tono, o para evitar desviarse a otro tema,  porque se aproxima una persona. Suele denotar accesos de cólera.  También puede acompañar a una intencionalidad irónica. Este recurso da fuerza a lo dicho. Se puede escribir con acento o sin acento: aposiopesis o aposiópesis. Ejemplo: “Usted me parece una persona muy…”,  “Debo de decirte que…” Es una práctica común en la comedia, en la tragedia y en los diálogos. Viene del griego ἀποσιώπησις, que significa silenciamiento.  También se le llama reticencia.  En el contexto de los seguros se habla de reticencia cuando no se dice todo lo que se sabe. Lo mismo puede aplicar aquí. Bibliogra

Aplicación (figura retórica)

La aplicación es una figura de pensamiento que consiste en la adopción de una palabra, frase o pasaje conocidos  para adaptarlos a una circunstancia distinta a la que fueron hechos dentro de un discurso oratorio.  Ejemplo: “Amor y paz” le dije al alumno que vio enfurecido la calificación que sacó en su examen.  Amor y paz es una expresión de usanza hippie que se puede usar en otros contextos. Debe distinguirse este sentido de otros. En Filología se refiere a aquello en lo que cae el proceso de un discurso, sépase el objeto directo e indirecto de un enunciado.  En el ámbito de la Literatura la aplicación es un esmero que se pone en la obra literaria, es una relación adecuada entre las posibilidades y la acción en las obras literarias. Bibliografía Federico Carlos Sainz de Robles , Diccionario de la Literatura , t. 1, Edit. Aguilar, Madrid, 1982. Fernando Lázaro Carreter, Diccionario de Términos Filológicos , edit. Gredos, Madrid, 1998.

Antítesis (figura retórica).

La antítesis es una figura retórica de pensamiento. Consiste en la contraposición de dos palabras, frases o enunciados de sentido opuesto. Pueden ser antónimos o bien significados distintos que se pueden oponer en un contexto. La contraposición puede ser de cualidades, objetos, afectos, situaciones. Esta contraposición no significa  contradicción. Más bien encierra paridad y simetría. Pretende reforzar un significado, aclararlo  y presentarlo con viveza. Se puede hacer tácitamente a través de un dilema o de una expresión que muestra una condición adversa. Incluso se puede fingir un diálogo con un interlocutor o con su auditorio (sermocinatio). A diferencia del oxímoron y la paradoja no encierra una contradicción evidente, explícita.  Sin embargo, para  Antonio Azauste y Juan Casas, el oxímoron y la paradoja son dos formas de la antítesis. La paradoja apela a lo ilógico o inesperado, pero sin caracterizar claramente cuándo se producen tales cosas.  Regularmente se suelen de califi

Antífrasis o ironía.

La antífrasis es una figura de pensamiento que da el sentido de algo haciendo uso de palabras que significan algo diferente o incluso lo contrario, o bien con una entonación de voz que transmite un significado distinto o bien opuesto al dicho. Con sencillez se puede decir que en esta figura se afirma lo contrario a lo que se dice,  expresa un significado a través de un enunciado de sentido literal diferente a lo que se quiere decir tácitamente. Es de carácter irónico, regularmente se entona así (con ironía), pues se expone una idea haciendo uso de la idea contraria; pero no es necesario siempre.  Altera la lógica del discurso.  Es la traslación de un significado a su opuesto. Es el contexto el que da las claves para darse cuenta de este juego de significados. En alemán es conocida como Gegensinn. En el español también se le suele designar como ironía. . Etimológicamente ironía significa disimulación.   En la ironía  hay un disimulo de la opinión real, pero ésta es captada por al

Anticlímax

Es una figura de pensamiento también llamada contragradación.  En griego clímax significa escalera. Es la anti-escalera. Es definida como la reunión en una misma estructura o periodo de una gradación ascendente o descendente en la intensidad de la narración. En otras palabras,  en lo narrado surge una gradación de intensidad, de tal manera que surge un clímax y luego un descenso abrupto, regularmente inesperado que genera una tensión descendiente.  Es efectivo por sus efectos rítmicos en la poesía; pero también es efectivo en la prosa por sus efectos semánticos. Eso aplica para los discursos oratorios. El anticlímax se utiliza para cerrar un párrafo o una composición de una manera fuera de lo esperado. No obstante, regularmente se usa el anticlímax como antecedente de un clímax mejor.  Puede mezclarse con la autoinculpación para ganarse la buena actitud de un público hostil o puede utilizarse como una burla o parodia a los finales muy utilizados. [1] Ejemplo: “Como buen cazador

La Anticipación o Prolepsis (figura retórica).

La anticipación o prolepsis es una figura en la que se anticipa un elemento que procede sintácticamente de otro echando mano de una frase secundaria. La anticipación separa en enunciados coordinados o subordinados elementos que pertenecen a un mismo pensamiento en dos estructuras sintácticas (dos enunciados). Hay expresiones prolépticas, como: “Esto sólo te pido, qué”, “quería decirte que”, etcétera. La anticipación a veces es el nombre que se le designa a la anteocupación, pero esa es otra figura retórica.  Mientras que la anteocupación es una anticipación lógica de las objeciones,  la prolepsis es una anticipación gramatical que en cierto sentido es algo tautológica. También se debe de distinguir esta anticipación de la prolepsis literaria, que es aquel recurso en el que se interrumpe una narración para adelantar un hecho del futuro. [1] Un ejemplo de prolepsis es el siguiente: “ Te he dicho mil y una veces que me llames por teléfono antes de llegar de improviso”. Se antici

Anteocupación (figura retórica).

También es llamada  anticipación, hipóbole,  ocupación, preparación o  prolepsis. En retórica latina le llamaban anticipatio. La anteocupación es la figura retórica de pensamiento que consiste en anticipar, en prevenir la objeción para destruirla inmediatamente. En este sentido es anacrónica, no por inútil, sino porque no responde a una linealidad temporal de la discusión. Esta anticipación puede ser velada o explícita.  Se busca disponer el ánimo del auditorio o el oponente para conmoverlo o convencerlo de su argumento calculando lo dicho y los posibles contraargumentos. Se puede plantear fragmentariamente o de golpe los argumentos propios y  los nudos (es decir, los contraargumentos anticipados por el orador). Ejemplo. Este es un discurso de graduación de bachillerato en el que se remata con una anteocupación: Así pues, les deseo nada, que ustedes sean lo que quieran ser por encima de mis expectativas. No obstante, si alguno de ustedes está sospechando que he incurrido en u

Los argumentos cuasi-lógicos

Los argumentos cuasi-lógicos son aquellos que tienen la apariencia de un razonamiento demostrativo, ya que consta de un esquema formal y de una reducción  de datos a dicho esquema. Un razonamiento formal sólo es válido en un sistema aislado y circunscrito a la univocidad, la ausencia de azar, la proyección al futuro; uno cuasi lógico supera ese límite, aparenta incuestionabilidad en un contexto de multivocidad, de interpretación, de contingencia y con prospección hacia el futuro. Estos argumentos a  veces se enarbolan explícitamente en la bandera del pensamiento lógico, en otras ocasiones expresan su autoridad tácitamente. Regularmente apelan a estructuras lógicas (contradicción, identidad, etc.) o relaciones matemáticas (frecuencia, mayor-menor, etc.).  Apuntan a una supuesta contradicción o incompatibilidad. La contradicción es estrictamente formal, la incompatibilidad es no-formal, relativa a las circunstancias. La incompatibilidad se logra generando una oposición sincrónica (al

Anacefaleosis o Anacefalcosis

 Es el resumen o recapitulación de los principales puntos de un discurso, escrito o discusión.  Es una figura de pensamiento. Era un recurso muy explotado por Cicerón y, en general, en los discursos políticos. Esta palabra es arcaica.  Es de origen griego. Viene de la denominación ανακεφαλαιον  (anakephalaiosis), compuesta del prefijo aná vuelta y “κεφαλαιον” (kephalaion) que quiere decir capítulo. [1]     También es traducida al español con una breve variación y se le llama anacefalcosis (cambia la “e” por una “c”). Otro nombre que suele recibir es el de recapitulación. Se diferencia del Epitome o Resumen ya que en este caso se realiza de manera esquemática usando números o letras para señalar cada parte. Por ejemplo: La clase de hoy vimos una introducción a la Filosofía que abarcó los siguientes temas: 1) La definición de Filosofía, 2) Las ramas de la Filosofía, 3) las características del conocimiento filosófico.                 Algunos catálogos u obras de retórica no incluyen

La alusión (figura retórica).

Es considerada una figura de pensamiento. También es llamada sinénfasis. Consiste en hacer notar la relación entre algo que se dice y otra cosa que no se nombra, pero que se supone conocido para los demás. Opera echando mano fuertemente al mecanismo lógico de la analogía. Es parecida a la alegoría, pero su dimensión es menor, pues lo que pretende es aludir y no hacer un desarrollo comparativo. Por eso se dice que la alusión es en pequeño lo mismo que la alegoría en grande, que si la alegoría es un espejo, la alusión es un pedazo de éste. [1] La alusión expresa una idea para que el auditorio entienda otra. Estas otras cosas aludidas pueden ser reales o irreales, como personajes míticos.  Por su contenido las alusiones pueden ser históricas, literarias o mitológicas. De hecho, cuando esta figura se refiere a este tipo de seres se le suele llamar mitologismo. Su efecto es de profundidad y densidad. En ocasiones también lo es de picardía, como las alusiones que se hacen con los chis

La acumulación (figura retórica).

Esta es una figura de pensamiento y de carácter sintáctico. En latín era llamada accumulatio o  frequentatio. También se le suele identificar con los siguientes nombres: congeries, epímone, frecuentación, epífrasis, atroísmo,  sinatroísmo, conglobación, expolición y percursio.  Definitivamente atroísmo sería su sustantivo más común. Se ha señalado que lo mismo permite hacer la amplificación de una idea, que su elocución (su expresión clara, elegante y correcta). Consiste en la enumeración concisa o bien en la reunión en un mismo período de la mayor cantidad de pormenores y de interpretaciones –las que el orador considere adecuadas- en torno a un objeto para dar mayor claridad a su tesis, haciendo además más meticuloso su desarrollo.  Esta enumeración puede ser caótica (sin orden) o puede ser gradativa (con orden) de corte ascendente o descendente.  La acumulación aglomera elementos correlativos sea por su significado (sinónimos o antónimos), por su forma (sustantivos abstract

Las técnicas argumentativas.

Una técnica es “un conjunto de los procedimientos que se siguen para elaborar un objeto complejo o para manejar alguna cosa, y habilidad que tiene una persona para hacerlo”. [1] En este caso, se refiere a procedimientos que se siguen para argumentar, para convencer. Las técnicas argumentativas se pueden vincular con las demostraciones lógicas o con las figuras retóricas.  Están en relación con el análisis de las estructuras de los argumentos aislados. Pretenden ofrecer un repertorio para ser usado en una gran síntesis que derive en un discurso eficaz. Obviamente el análisis descontextualizado de un argumento ofrece dificultades. Algunas de estas técnicas son heredadas de la literatura, otras de la oratoria. En fin, lo cierto es que las técnicas argumentativas se pueden equiparar, como lo hace Perelman, con esquemas de argumentos, que al ser utilizados,  no sean percibidos  claramente sino hasta su posterior análisis. El orador expone sus argumentos, el oyente los escucha, gen

Experimento estético

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Nanche olvidó sus votas en mi carro. Ellas resultaron ser viajeras. He aquí parte de su recorrido... Visitando el Ajusco. En las escaleras Botas constipadas Botas con Mini Fi. El paso Acá. echando el coto. En el cañón. Visitando al señor Engals. De excursión. En frente del lago Árbol que crece torcido. En la playa. Contemplando la aurora boreal.  Mi viaje a Egipto. Botas ventaneando. Botas bañeras. Enfriando las suelas. Botas pro justicia. Visitando la provincia. Puesta del sol. Campirano Caminante sí hay camino. Yendo al OXXO gringo. Mundo polar.

¿Qué es el nihilismo?

El concepto de nihilismo es un poco engañoso en la Filosofía. Etimológicamente significa la doctrina de la nada. Viene del latín “nihil” que significa “nada” y del alemán “ismus” que significa “doctrina”. [1] También se suele decir que nihilismo proviene de la negación “ne” y de “hilum” que significa hilo.  Es decir genera la imagen de un hilo roto, de la ausencia de ataduras. [2] El término es más o menos de antigua acuñación, pero la popularización de su uso es relativamente reciente.   En la Edad Media San Agustín llamó nihilistas a los que no creían en Dios   lo mismo que Gualterio di San Vittore  usó el vocablo nihalianismus   para referirse a la herejía que negaba la dimensión humana de Cristo.  Luego, en 1733 reapareció el término con F.L. Goetzius en De nonismo et nihilismus in theologia .  Pero también en el cristianismo el nihilismo tenía una función especial. Así, para el maestro Eckhart era una vía negativa y mística hacia Dios. Durante la Revolución Francesa también fu