Onomatopeya
Es una figura de
palabra que consiste en la formación de una palabra, la creación de un nombre a
partir de la imitación del sonido que emite la cosa significada. También asocia a un sonido un movimiento de un
cuerpo o la representación de una emoción.
Se expresa en palabras de la
lengua cotidiana y en la creación literaria. Vocablos como ronronear son
onomatopeyas, pues imitan el sonido que realiza un gato al estar feliz. De
hecho se les llama palabras onomatopéyicas.
La onomatopeya se da en sílabas, palabras, y menos frecuentemente en
frases y oraciones. Un ejemplo de una
onomatopeya en una oración es el siguiente de Sor Juana:
“Y déjame muriendo
Un no sé qué que queda balbuciendo”.
La repetición del “que” semeja un
balbuceo.
Se cree que la onomatopeya es fuente de muchas palabras, e incluso, fuente misma del lenguaje. Se suele señalar que la onomatopeya rebasa la
arbitrariedad del signo lingüístico porque hay una correspondencia entre el
significado y el significante. Sin
embargo eso es relativamente cierto, pues ya en cada idioma media una
interpretación cultural de cómo imitar el sonido de lo significado. Así cuando
se habla del ronroneo de un gato, “ron” es la interpretación del español de
este sonido, mientras que en inglés sería “purr”. Llevan la “r” en común, pero
no son exactamente vocablos iguales.
La aliteración es en recurso se
regularmente se asocia con la onomatopeya. La aliteración es la repetición
sucesiva de un fonema en un campo muy estrecho de texto. Hay muchas
aliteraciones onomatopéyicas, como borbotón (bor, bor, sonido que hace el agua)
o el quiquiriquí (que se refiere al canto del gallo).
Ahora bien, Dubois señala que hay una imitación no lingüística de los
sonidos de los animales que no son onomayopeyas. Si una persona relincha, el
sonido emitido no es una onomatopeya, pues para serlo necesita pertenecer a un
sistema de reglas sonoras de un idioma y
ser transcribible a gramemas. El quiquiriquí o el tictac sí son onomatopeyas.
La onomatopeya tiene una intención
estilística expresiva, sonora y rítmica. Según Federico Carlos Sáinz de Robles a
esta figura también se le llama armonía imitativa. Según Angelo Marchese y Joaquín Forradellas son
figuras distintas, pues la onomatopeya
es un intermedio entre la aliteración y la onomatopeya. En mi opinión esa
diferenciación no se sostiene, por ende lo entiendo como figuras equivalentes,
sinónimas. Ahora bien, de acuerdo con Helena Berenstain la onomatopeya se
convierte en armonía imitativa cuando los fonemas repetitivos se distribuyen en
una frase. Esto si marcaría una distinción, de tal manera que las onomatopeyas
son armonías imitativas sólo cuando caen en este caso. Otro nombre que recibe
la armonía imitativa es el de parequesis.
Bibliografía
Angelo Marchese y Joaquín
Forradellas, Diccionario de Retórica,
Crítica y Terminología Literaria, edit. Ariel, Barcelona, 2013.
Antonio Azaustre y Juan Casas, Manual de retórica española, edit.
Ariel, Barcelona, 2011.
Federico Carlos Sainz de Robles, Diccionario de la Literatura, t. 1,
Edit. Aguilar, Madrid, 1982.
Fernando Lázaro Carreter, Diccionario de Términos Filológicos,
edit. Gredos, Madrid, 1998.
Helena Beristáin, Diccionario de Retórica y Poética,
Editorial Porrúa, 9ª ed., México, 2006.
Matilde Moreno Martínez, Diccionario Lingüístico Literario, Edit.
Castalia, Madrid, 2005.
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