¿Qué es la Teoría de la Argumentación?
Hoy en día está
de moda la Teoría de la Argumentación.
No obstante, pocas personas saben con claridad qué es ella. ¿Por qué es
una teoría y no una ciencia? ¿Acaso es lo mismo que la Lógica o existe una
diferencia entre ambas disciplinas?
La Teoría de la Argumentación es, según Luis Vega, “el estudio y la
investigación de los conceptos, modelos y criterios relacionados con la
identificación la construcción, el análisis y la evaluación de argumentos”.[1] Wikipedia, de una manera más breve, define a
la Teoría de la Argumentación como “el estudio interdisciplinario de la forma
en la que se obtienen las conclusiones a través de la lógica, o sea, mediante premisas”.[2]
Parece que hay una conexión entre la Lógica y la Teoría de la
Argumentación. La Lógica estudia con un enfoque monolítico al argumento,
mientras que la teoría ofrece un enfoque holístico. Las disciplinas interesadas
en estudiar la argumentación serían las siguientes: la Neurología, la
Psicología Cognitiva, la Filosofía, la
Lingüística y la Oratoria. Ellas confluyen en dicha disciplina. Álvaro Mina
dice que la Teoría de la Argumentación es “la disciplina de la lógica informal
que estudia las técnicas discursivas que permiten producir o acrecentar la adhesión de un auditorio”.[3] Tal vez, más que decir que es una rama de la
Lógica Informal, convendría simplemente equipararla con ella y distinguirla de
la Lógica Formal porque esta teoría no tiene exclusivamente un enfoque
logicista, puede, también tener un enfoque dialéctico y otro retórico. Es decir, mientras que el logicista se centra
en el análisis de argumentos y pruebas racionales, el enfoque dialéctico se
concentra en la regulación de los procedimientos para un debate razonable; y el
enfoque retórico se centra en la comunicación e influjo personal de carácter
persuasivo. Por ende, la definición más adecuada de la Teoría de la
Argumentación es la que realizó Luis Vega.
Obviamente que la integración de los tres enfoques citados es un reto para
esta joven disciplina, como también presenta
otros retos, como: la delimitación y reconstrucción de las
argumentaciones, la relación que hay entre lo implícito y lo explícito en los
argumentos, el estudio de las argumentaciones no verbales y las aplicaciones
específicas institucionales y disciplinarias de esta teoría, como la
argumentación jurídica o la electoral. Así pues, en sentido estricto, todavía no se
logra una Teoría de la Argumentación, ya que no es un cuerpo sistemático,
coherente y comprensivo. En ese sentido es un saber en construcción.
A continuación, analizaré el sentido de los términos “teoría” y
“argumentación”. Luego sacaré una conclusión al respecto.
Coloquialmente
“teoría” significa opinión o hipótesis. Pero dentro de una jerga técnica una
teoría se da en el contexto de una
ciencia, es un sistema explicativo que relaciona leyes (Yuren) o bien, es un
“edificio conceptual formado por una
colecciones organizada de nociones y proposiciones que codifica información
acerca de cierto tipo de sistemas, fenómenos o procesos y típicamente
sirve para dar explicaciones, hacer
predicciones y resolver problemas” (Mosterín-Torreti).[4] Las teorías son explicaciones generales,
amplias e intangibles (ya que sus propios contenidos teóricos son
mentales). Sin embargo, la ciencia
estudia un hecho y las relaciones entre éste
y otros. Hay ciencias enfocadas a estudiar específicamente los hechos (ciencias factuales) y ciencias
encaminadas a estudiar las relaciones (ciencias
formales). La teoría, al ser un sistema relacional de leyes, permite
deducir consecuencias de éstas (en ambos tipos de ciencias). Por lo tanto habrá teorías fácticas (sistemas
semánticos de relaciones en un contexto concreto) y teorías formales (sistemas
sintácticos de relaciones abstractas). A
la propiedad de las teorías de obtención de una consecuencia lógica, se le llama deducibilidad. Las leyes operan como premisas lógicas que conducen
a una conclusión. Estas leyes funcionan lógicamente como axiomas o postulados, las
consecuencias derivadas de la aplicación de
éstos son teoremas. Una teoría
al ser una explicación tiene un objeto que explica y un punto de vista desde el
cual es explicado. Si representa al objeto
en su estructura interna, si lo hace con
profundidad, será una teoría
representacional; si representa al objeto en su estructura externa, lo hace más descriptiva y superficialmente, es
una teoría fenomenológica. Las
teorías fenomenológicas son coyunturales, en lo que se pueden transformar en
teorías representacionales. Las teorías sistematizan, esquematizan, explican y
predicen.
Esto nos conduce a una relación con la verdad y que constituye la última
propiedad de las teorías, la de la verificabilidad:
“Una teoría queda verificada (corroborada o confirmada empíricamente) cuando
las consecuencias (teoremas) de la teoría pueden ser confrontadas con los
hechos y no los contradicen”.[5]
No es que unas teorías sean más verdaderas que otras, sino que unas explican
mejor la verdad que otras.
Terminado esto, abordo el concepto
de argumentación.
La argumentación tiene el doble sentido de “argumentar” y “argumento”. O
sea, significa tanto una acción discursiva como el producto de dicha actividad.
La acción discursiva es intencional. Da cuenta de algo a alguien; pero además
es persuasoria o disuasoria que puede darse en la conversación viva o en el
texto congelada. Un argumento, en cambio, es una unidad discursiva básica,
constituida por una serie de enunciados concatenados cuya estructura puede ser
variante.
La Teoría de la Argumentación, como un constructo en proceso, al parecer
está más bien al nivel de la teoría fenomenológica, por su grado de
profundidad. Ahora bien, considerando su objeto de estudio, se puede decir que
la argumentación se puede entender doblemente como hecho y relación. El
argumentar es factual y el argumento
formal. Por ende, es una teoría que es
tanto fáctica, como formal.
La teoría de la argumentación tiene algunos planteamientos interesantes:
1) ¿toda el habla es argumentativa o sólo ciertos discursos?; 2) ¿la
argumentación tiene una lógica natural o bien tiene una normatividad artificial
y necesaria? 3) ¿la argumentación es un
discurso monológico o dialógico?; 4) ¿cuál es la finalidad de la argumentación:
el consenso o el disenso?[6]
Finalmente cabe hacer una pregunta: ¿cuándo surgió la Teoría de la
Argumentación? Según Álvaro Mina surgió
con Corax y Tisias en el siglo V a.C. en Sicilia, cuando se inventó el arte
retórico.[7]
Para Vega, la teoría de la Argumentación tuvo tres grandes momentos históricos:
Aristóteles, quién sería su fundador en el siglo IV a.C., los magisters escolásticos del s. XI-XIV
y los grandes estudiosos de la Nueva
Retórica de los años 50 del siglo XX: Toulmin, Perelman y Olbretchs-Tyteca.
Realmente, la Teoría de la Argumentación surgió en el Siglo XX. Los sofistas y
Aristóteles marcan el nacimiento de la Retórica y la Lógica respectivamente.
Ya pensando solmamente en la época
actual, podemos ver que los estudios que se han desarrollado sobre el problema
de la argumentación han tenido dos grandes polos con orientaciones distintas.
Por un lado tenemos a Francia y un interés en la semántica de la argumentación,
por el otro lado tenemos a Holanda y Estados Unidos, interesados ambos en la
pragmática de la argumentación. He ahí
el estado de la cuestión de una disciplina que hoy en día está de moda.
Bibliografía.
Álvaro Mina
Paz, Humanismo y argumentación.
Lineamientos metodológicos para la comprensión de la Teoría de la Argumentación,
edit. Magisterio, Cali, 2007.
Christian
Plantin, La argumentación, edit.
Ariel, Barcelona, 2011.
Jesús Mosterín
y Roberto Torretti, Diccionario de Lógica
y Filosofía de la Ciencia, edit. Alianza, Madrid, 2002
Luis Vega
Reñón y Paula Olmos Gómez, Compendio de
Lógica, Argumentación y Retórica, edit. Trotta, 2ª edición, Madrid, 2013.
[1][1]
Luis Vega Reñón y Paula Olmos Gömez, Compendio
de Lógica, Argumentación y Retórica, edit. Trotta, 2ª edición, Madrid,
2013, entrada: Teoría de la argumentación.
[2]http://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_de_la_argumentaci%C3%B3n
(consultado el 9 de enero del 2015).
[3]
Álvaro Mina Paz, Humanismo y
argumentación. Lineamientos metodológicos para la comprensión de la Teoría de
la Argumentación, edit. Magisterio,
Cali, 2007, p. 54.
[4] Jesús Mosterín y Roberto Torretti, Diccionario de Lógica y Filosofía de la Ciencia,edit.
Alianza, Madrid, 2002, entrada: teoría.
[5] María
Teresa Yuren, Leyes Teorías y Modelos,
edit. Trillas, México, 2002, p. 46.
[6] Christian
Plantin, La argumentación, edit. Ariel, Barcelona, 2011, capítulo 3.
[7] Álvaro
Mina Paz, Humanismo y argumentación.
Lineamientos metodológicos para la comprensión de la Teoría de la Argumentación,
edit. Magisterio, Cali, 2007, p. 34-36.
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