Tipos de razonamiento
Hay varios tipos de
razonamientos. Es decir, hay varias
formas de llegar a un conocimiento nuevo.
Veámoslas.
Una procede de un
pensamiento general (un juicio que abarca a muchos seres) y se vincula con un pensamiento particular o
singular. A ésta se le llama razonamiento deductivo. Tenemos el muy conocido ejemplo de:
Todos los hombres son mortales
Sócrates es un hombre
___________________________
Sócrates es mortal.
Se dice que tenemos dos tipos de razonamientos
deductivos: los que funcionan por medio de inferencias inmediatas y los que
actúan por medio de las inferencias mediatas. Los primeros son conocimientos
que se obtienen a partir de un solo juicio, mientras que los segundos sacan de
dos o más.
Luego, tenemos el
procedimiento inverso. De un pensamiento que se refiere a un caso y que se compara con otros casos similares,
llegamos a un pensamiento universal como conclusión. Por ende, se hace un razonamiento inductivo (o probable), es decir una argumentación que va de lo particular a lo general.
Ejemplo: el oro conduce elecricidad, la
plata conduce electricidad, el cobre conduce electricidad, el aluminio conduce
electricidad, etcétera, por lo tanto, los metales conducen electricidad. La
condición para realizar un razonamiento inductivo es que sus premisas
reproduzcan hechos empíricamente comprobables (que la experiencia de los
sentidos me los compruebe y que responda a un comportamiento constante del
fenómeno que reflejan). Luego, de las premisas particulares se da una ampliación
lógica, un salto, de tal manera que la proposición universal es más que las
particulares.
Si la inducción abarca sin
excepción a las partes de un todo será completa,
si no, será incompleta. Obviamente
la inducción completa es prácticamente imposible de realizar fuera de los casos
donde los objetos estudiados existen en un pequeño número. Por lo tanto, los
conjuntos infinitos o inmensamente grandes de objetos quedan excluidos. Ahora
bien, la inducción ofrece algunas desventajas; tres, para ser específicos: 1)
no asegura la objetividad, ya que todo el que realiza una inducción parte de
una idea preconcebida; 2) no es un método para alcanzar la verdad universal, ya
que siempre existe la posibilidad de que un caso concreto sea la excepción; 3)
no es una forma pura de razonamiento, ya
que cuando se investiga, ésta se da mezclada con otras.
Así pues, se han sugerido
seis reglas para hacer una inducción correcta:
1)
Los
casos observados deben ser suficientes para apoyar la generalización de una
hipótesis; en otras palabras, deben de someterse a examen la mayor parte de los
objetos en cuestión.
2)
Deben
considerarse como causa de los hechos observados aquellas que efectivamente lo
sean y no que lo parezca.
3)
Deben
tomarse hechos que puedan repetirse.
4)
Debe
irse de los casos particulares al general, jamás al contrario. No obstante, las
inducciones incompletas pueden apoyarse en deducciones para volverse así más
certeras. Cuando esto sucede, que se conjugan las inducciones con las
deducciones, llamamos a este híbrido inducción científica.
5)
El conocimiento inductivo debe responder a un
aspecto esencial del fenómeno.
6)
Se debe concluir con la inducción el efecto de
un hecho y no limitarse a creer que el hecho concreto es el efecto.
También se pueden hacer
discursos procediendo por semejanzas entre ideas que comparten el mismo grado
de particularidad con el conocimiento obtenido. A este proceso le llamamos razonamiento
analógico. En hechos particulares se
encuentran similitudes. Tales hechos, al convertirse en elementos del
razonamiento, se llaman analogones y la conclusión es una hipótesis.
Por lo tanto, se aplica a casos concretos
y se queda en ese nivel sin
mostrar conclusiones contundentes, sólo probables. Ej. Si ayer fue bueno el
desayuno de mi mamá y no le puso veneno, entonces con el desayuno de hoy deberá
suceder lo mismo. Como se puede ver, en
sentido estricto, la analogía es una
variante de la inducción.
Dos son las formas del
razonamiento analógico: la de atribución y la de proporcionalidad. El razonamiento
por analogía de atribución a partir de una serie de características
predicadas de un ente, las predica de otro ente similar. Pensemos que tenemos
una bolsa obscura de mandado y que de ahí sacamos una manzana madura, luego
sacamos una pera también madura y luego un durazno maduro. Podemos inferir que la bolsa está
llena de frutas maduras. Atribuyo una existencia común. Ya el propio concepto
de fruta es el producto de una analogía, pues grandes diferencias hay entre la
genética, textura, color y sabor de las tres frutas.
El razonamiento
analógico de proporcionalidad, a partir de una característica “x” que por el hecho de ser común a esos dos
entes los vincula, y predicar otra
característica “y” de uno de los entes, deduzca “y” también del otro. Supongamos que saco de aquella misma bolsa
una manzana que es roja, jugosa y reluciente, digna de un museo más que del
paladar, pero sorprendentemente tiene un gusano. Si de esa misma bolsa saco
otra manzana que se ve todavía más roja,
jugosa y reluciente, puedo inferir que la otra también tiene su propio gusano y
que éste es todavía más grande y rebosante que el anterior. La causa de esto
está en una semejanza más bien de relaciones, que en este caso, tendría que ver
con las propiedades y magnitud de éstas.
Al ser también inducciones
las analogías, ciertas reglas han sido dadas para procurar un mejor resultado:
1) Establecer la mayor
cantidad de rasgos similares en los objetos que se comparan.
2) Tratar de encontrar
características generales, que sean esenciales desde el punto de vista del
problema de estudio.
3) Que las características
de los objetos que se comparan sean específicos –únicos- de los mismos (si es
posible).
En la actualidad, también se habla
de un cuarto tipo de razonamiento: el estadístico. Es aquel que transforma los
juicios y los hechos colectivos (no individuales) que éstos representan, en
números. En otras palabras, un
razonamiento estadístico no estudia un solo evento, como por ejemplo que un
niño un día se rasque el ombligo, sino que estudia muchos eventos: la cantidad
de veces que todo un año ese niño se rasca el ombligo, o bien, un sinnúmero de niños realizando el mismo acto
durante cierto período. Los hechos colectivos pueden ser humanos o naturales. La estadística los mide,
los calcula, ya sea para describirlos simplemente, ya sea para interpretarlos.
Muestra correlaciones que son transitorias, pero esas correlaciones pueden
apuntar hacia una conexión causal que tiene que ser descubierta. Por eso, es que José Manuel Villalpando
considera que este razonamiento no explica
la esencia de un fenómeno, sino simplemente explica su estado actual,
aunque es verdad que antes, gente como Quetelet y Buckle, creyeron que los
promedios estadísticos eran leyes inviolables.[1]
Toda
estadística genera datos que, al ser interpretados y plasmados en una
representación gráfica, derivan en un conocimiento cuyo estatus es el de una
verdad probable (nunca contundente) y transitoria, pues la vigencia de los
datos suele ser efímera, debido a los constantes cambios de su objeto de estudio
y, además, su legitimidad depende del planteamiento bajo el cual es hecho.[2] Esto permite señalar a Morris R. Cohen, que
la estadística también es una variante de la inducción y que los fundadores de la Estadística estaban
influenciados por sir Francis Bacon, el filósofo defensor del método inductivo.[3]
Tan es así que se ha usado
al razonamiento estadístico, por
desgracia, para manipular el pensamiento de nuestra actual sociedad del rating, que tiene fe ciega y religiosa en los números graficados e
interpretados por agencias y especialistas. Así pues, las estadísticas pueden
probar cualquier cosa, incluso la verdad, como expresó irónicamente Juan
Domingo Argüelles.[4] Tomemos
un ejemplo. Cuando se dio la guerra entre Cuba y España, los Estados Unidos
intervinieron en dicho conflicto. La
Armada estadounidense, para reclutar gente, se basaba en la
estadística del porcentaje de muerte del 9% en la guerra, versus el 16% de
mortandad en la población de Nueva York. Eso les permitía argumentar que es más
seguro estar en la Marina
que en la tierra firme. Sin embargo, la estadística era capciosa, pues omitía
muchos factores, como la desproporción de gente que hay dentro de uno y el otro
sector, y que en la Marina
hay gente joven y sana, y en la sociedad civil gente mayor y enferma.[5]
Todavía un argumento similar se usó para hablar de la guerra en Irak.
En fin, tres son los
procedimientos estadísticos de los que se sirve este tipo de razonamiento: el
promedio, las variaciones y las correlaciones.
En el primero se funden todos los datos
respecto a un mismo evento y se busca un equilibrio en un modelo: el promedio;
en cierta forma, se pretende extraer un caso que se repite con mayor
frecuencia. Pensemos que un grupo
escolar, en determinada materia, saca en promedio 8 de calificación. Eso no
significa que todos absolutamente hayan sacado el ocho, sino que la mayoría
sacó ese número o en su defecto sus calificaciones oscilaron cerca de esa
cantidad[6]
Una estadística de
variaciones en cambio, diría, respecto a un mismo evento (o sea esa misma
materia), que 16 alumnos sacaron 8, otros 5 obtuvieron 9, uno obtuvo 7, otro 5 y uno más 10. Estas variaciones desde luego se dan en
función del promedio (que era de 8) y pueden estar “desviadas” por debajo o
sobre éste. En consecuencia, en esta
estadística se miden las diferencias con respecto al promedio.
Por último, la estadística
de correlaciones, mide el vínculo
entre dos eventos distintos. Si
comparamos los promedios de calificaciones de un grupo en todas sus materias,
podemos observar y medir una correlación
entre los resultados obtenidos
matemáticas, español, física, química,
historia y civismo. De tal manera, que quizá se note que en las materias
numéricas que tengan mayor índice de reprobación o viceversa[8]
A la lógica formal,
fundamentalmente le interesa más el razonamiento deductivo, ya que
supuestamente es el modo más común de pensar y la ciencia, aunque funciona
inductivamente, se transmite por deducciones. Así pues, concentraremos nuestra
atención en dicho tipo de razonamiento, sin que por eso descalifiquemos el
valor de los otros tipos.
Ejercicio
Investiga un ejemplo de cada
tipo de razonamiento dando todo su contexto, a qué hace referencia, qué institución la realiza y dónde encontraste dicha información:
Tipo de razonamiento
|
Ejemplo
|
Inducción
|
|
Deducción
|
|
Analógico
|
|
Estadístico
|
[1] José Manuel Villalpando, Manual
moderno de lógica, Porrúa, 5ª ed.,
México, 1997, p. 233; Morris R. Cohen, “Estadística y naturaleza” en Fernando Arias
(comp). Lecturas para el curso de
Metodología de la
Investigación , Trillas, México, 2001, p. 182.
[4] Juan Domingo Argüelles, ¿Qué
leen los que no leen? El poder inmaterial de la literatura, la tradición
literaria y el hábito de leer, Edit. Paidós, México, 2004, p. 92-94.
[5] Darrell Huff, Cómo mentir con estadísticas, en Arias (comp). Lecturas para el curso de Metodología de la Investigación ,
Trillas, México, 2001, p. 190.
[6] Sacado de José Manuel Villalpando, Manual Moderno de Lógica, 5ª ed., Porrúa, México, 1997, p. 242.
[7] Sacado de José Manuel Villalpando, Manual Moderno de Lógica, 5ª ed., Porrúa, México, 1997, p. 245.
[8] Sacado de José Manuel
Villalpando, Manual Moderno de Lógica,
5ª ed., Porrúa, México, 1997, p. 250.
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