¿Qué es la Lógica?


La Lógica  cada vez se está volviendo una disciplina más autónoma. Algunos la consideran como algo independiente a la Filosofía, la Informática, la Psicología y otras ciencias, pero que, al mismo tiempo, está vinculada con ellas.  Es indudable que históricamente es una disciplina surgida en el ámbito de la filosofía y que dentro de ella sigue siendo parte de su corpus. No obstante, tampoco debemos negar que su ámbito se ha extendido a otras construcciones del saber, como ya dije. Me centraré  centraré en la vieja idea de que se deriva de la filosofía,  y  por esta razón,  veremos qué  es esa cosa llamada filosofía, cómo  la lógica se ubica en ella y  relaciona con otros saberes; definiremos, pues, su objeto de estudio y sus diversas ramas. 

La lógica

De acuerdo con la misma tradición aristotélico-tomista, la filosofía tiene varias disciplinas: la ética, la estética, la cosmología, la psicología racional, la crítica, la ontología, la teodicea y, desde luego, la lógica. Por supuesto, han surgido nuevas disciplinas como la filosofía política, la filosofía social, filosofía de la historia, la filosofía de la ciencia o la bioética. 
No obstante, para efectos de este libro, nos circunscribiremos a las ramas más antiguas.
        La ética estudia lo bueno y lo malo del comportamiento del hombre. La estética estudia la belleza, el arte. La cosmología investiga lo no-vivo del mundo. La psicología racional estudia lo vivo del mundo, pero especialmente al hombre.[1] La Crítica reflexiona sobre el  conocimiento. La ontología investiga cómo son las cosas en general. La Teodicea estudia a Dios. Las filosofías política, social y de la historia estudian, como es de imaginarse,  justamente lo que sus propios nombres indican. La Bioética estudia los problemas morales en torno a problemas médicos y biológicos como la clonación. Y la lógica estudia el pensamiento.
Del conjunto de estas ramas, la que nos interesa aquí es la lógica, cuya expresión viene de la palabra griega lógos que significa idea, pensamiento, palabra, entre otras cosas. Consecuentemente, la lógica,  etimológicamente, es lo relativo a los pensamientos. De hecho, es el arte y ciencia de los pensamientos. Es arte porque da reglas para pensar mejor y es ciencia porque estudia la estructura de nuestros pensamientos; en otras palabras, ve críticamente de qué están compuestos.  
Digámoslo así: con la lógica “tenemos que pensar acerca de los pensamientos mismos”.[2] Sin embargo, el pensamiento no se da desvinculado de la realidad. Pensar el pensamiento, es pensar el mundo. Como dijo el gran filósofo alemán Federico Nietzsche (1844-1900) en sus Escritos sobre retórica, la lógica es un intento que, en un esquema creado por nosotros, trata de captar el mundo para hacerlo más  comprensible. Más o menos en ese tenor[3] es que el filósofo y lógico británico Bernard Bonsaquet (1848-1923) definió a la lógica como la morfología del conocimiento. El filósofo mexicano Eli de Gortari definió a la Lógica como  la “ciencia  que estudia los procesos del pensamiento y los procedimientos que se utilizan en la adquisición del conocimiento científico, tanto teórico como experimental”.[4] Como vemos, la lógica está relacionada con el proceso de conocimiento, es su andamiaje. Éste tiene que ver en un sentido amplio con el estudio y evaluación de los argumentos y en un sentido más restringido con el estudio específico del razonamiento deductivo, como según cuenta Harry J. Gensler.[5]
Por eso, es que Esteban Ortega nos dice que la lógica tiene las siguientes tareas y funciones:[6]
1) Investigar y analizar las formas o estructuras del pensamiento: idea, juicio y raciocinio.
2) Plantear la metodología que hay que seguir con los elementos anteriores para poder ser utilizados por la ciencia.
3) Establecer si la mente humana puede conocer con certeza las cosas como son en sí.
4) Inquirir qué es la verdad y los estados de la mente ante la verdad.
5) Definir qué es el conocimiento humano y cuántas clases de conocimiento existen.
6) Plantear problemas que hagan avanzar el progreso de la lógica.
7) Resolver dificultades que se presentan al desarrollo de la lógica. 

Ahora bien, para muchos filósofos, como el Dr. Enrique Aguayo, a la Lógica sólo le competerían los puntos 1, 6 y 7, dado que los otros,  le corresponderían a otras disciplinas filosóficas (como la filosofía de la ciencia y la epistemología).
Ahora bien, si logramos efectivamente captar el mundo o no en nuestro pensamiento, es una cuestión compleja y apasionante. Y tal vez convenga más dejarte la pregunta que ofrecerte una respuesta.  Acaso baste con decir que, de cualquier manera, la lógica, como arte que perfecciona nuestra manera de pensar, es usualmente considerada el instrumento de las ciencias (Ars artium). Así pues,  la lógica tiene un poder tan especial que –ya lo sugerimos en el prefacio-, sirve de herramienta a las grandes mentes de los científicos e, igualmente, afecta lo más cotidiano  y mundano.



 El poder de la lógica


Se ha considerado en el ámbito biológico que la capacidad de razonar del hombre está determinada abrumadoramente por su herencia genética. Esto en parte es verdad. Nuestros genes nos diferencian de otros animales con el cerebro menos desarrollado y de los seres vivos sin sistema nervioso central. Jean Rostand (1894-1977), un biólogo francés,  registró  que sus colegas han observado  una correspondencia muy estrecha entre la inteligencia de los padres y de los hijos y que ésta, por si fuera poco, no varía entre los hermanos gemelos que han sido criados en ambientes distintos.
Esta dependencia que tiene el pensamiento de la biología, se confirma en nuestra especie cuando hay personas con lesiones en la cabeza y su potencial reflexivo se ve limitado por ellas. Efectivamente pareciera que hay grados y áreas de inteligencia naturalmente configurados. Incluso, a partir de los estudios sobre la inteligencia del psicólogo Alfred  Binet (1857-1911) se ha querido medir y establecer una puntuación del Coeficiente Intelectual mediante la aplicación de una prueba. Se ha dicho que el número de cociente obtenido, tras la realización de dicho test, varía muy poco en las diferentes etapas de la vida del hombre. El que salió “lento”, siempre será “lento”, hasta los últimos días de su vida o, si es genio, de igual manera lo será siempre, a menos que le de Alzheimer. Así pues, si tu puntuación es menor a 70, tu inteligencia es débil; si oscila entre 70 y 90 es una inteligencia inferior; si está entre los 90 y los 110 puntos, es media; entre los 110 y los 120  es superior y la muy superior llega al margen de los 130. Claro que puedes tener mucha más.
Sin embargo, esta medida, aunque útil para los psicólogos, es engañosa.  Un test de inteligencia no puede medir la creatividad y la potencialidad humana de innovación y adaptación, como el psicoanalista Cornelius Castoriadis (1922-1997) y el biólogo Stephen Jay Gould (1941-2002) señalon al denunciar la exagerada fe en los tests de inteligencia.[7] Los hombres no tenemos igualmente desarrollada nuestra mente durante toda la vida. De eso se percató el ejército soviético durante la Guerra Fría y, cuando observó que muchos de sus soldados daban órdenes ambiguas y no sabían redactar informes con claridad de ideas, reincorporó a la currícula  de las Escuelas Militares la enseñanza de la lógica.[8] Vaya, el desarrollo de la inteligencia también depende del ambiente, de que se estimule a la mente con la educación. 
Y en mucho, nuestra autoestima -el concepto de nosotros sobre nosotros mismos- determina el desarrollo de la inteligencia y no sólo al revés. Una persona no se concentra igual caundo está deprimida que cuando se siente bien. Pero, también debemos considerar otro aspecto: hay personas que son geniales para la pintura y singularmente ineficientes para el cálculo diferencial. Sin embargo, con un poco o mucha práctica se puede mejorar en las áreas flojas. La inteligencia es pluriforme, o sea, tiene muchas formas, ya que, en última instancia, ella es la capacidad de resolver o plantear otros problemas en un área determinada del  pensamiento. Un psicólogo de la Universidad de Harvard, Howard Gardner (n. 1943), recientemente ha trabajado dicha visión y ha postulado la existencia de siete tipos básicos de inteligencia (que no son los únicos posibles):[9] musical, corporal, lingüística, lógico-matemática, espacial, interpersonal e intrapersonal.  En fin, la inteligencia dista mucho de ser algo estático. El ya citado Jean Rostand, en sus aforismos nos aseguraba que cada día un ser humano es más inteligente.  Tan sólo hazte esta pregunta: ¿acaso no eres tú lo que piensas? Eres lógica viva. Eres una computadora inteligente que re-diseña –con ciertas limitaciones- su propio software...   
Imagínate dos niños sanos y rebosantes, aficionados al futbol soccer, pero que nunca lo han jugado. Hoy, es la primera vez que van a jugar una cascarita en la cuadra. Uno está convencido de que es malo para el balónpie porque nunca lo ha jugado y casi nunca corre. Probablemente será un mal jugador. El otro, religiosamente cree que su papá fue un buen “pambolero” y que él, por ser su hijo, heredó ese talento y está destinado a superar a Hugo Sánchez. Aunque no haya jugado nunca,  seguramente será un mejor futbolista que su compañero. ¿Por qué? Porque el primero considera que no puede y se comportará de acuerdo a su creencia. El segundo cree que es talentoso, a pesar de ser tan torpe como su amiguito; sólo que él hará todo lo posible para aprender a jugar bien. Ambos muchachos se convierten en lo que piensan. Por eso, Henri Lefebre nos dice que todo pensamiento es una voluntad e implica responsalibilidad.[10] 
En una novelita medio simpática llamada El Monje que Vendió su Ferrari Julian Mantle, un exitoso  abogado, que había renunciado a su pasado para convertirse en discípulo del Yogui Raman,  comenta, desde la ficción, algo que en esencia es real: en un día, un ser humano promedio experimenta alrededor de 60 mil pensamientos, de los cuales el 99% versan sobre lo mismo.[11]  He ahí donde se puede explotar el poder de la lógica. Aunque la cantidad no sea exacta,  nos invita a valorar y meditar lo que pensamos.
¿No consideras ilógico el creer que uno está condenado a ser un mal futbolista cuando, estando sano, nunca alguien lo ha jugado?
Ciertamente, también es ilógico pensar que automáticamente seré un buen futbolista, simplemente porque mi padre lo fue. Lo "lógico" es pensar que el éxito en el deporte depende del propio interesado en aprenderlo. Ni siquiera de ser un prodigioso producto de la genética. Le sucedió a la fenomenal corredora Ana Gabriela Guevara, pues su entrenador reconoce que ha conocido gente con mayores capacidades físicas, pero ella fue tenaz. Ella pensó lógicamente, o bien, explotó la fuerza de la lógica.
Lo anterior lleva a lanzar la siguiente pregunta: ¿a que pensamientos les llamamos lógicos? A aquellos que, bajo determinados parámetros,  son correctos y verdaderos. Por ejemplo, consideramos lógico pensar que ina persona sana será excelente en el deporte, o en cualquier otra actividad por sus propios méritos y sería ilógico pensar que lo será sólo por un milagro.
            Aprender a pensar es aprender a adueñarte  de tu vida. Para eso sirve la lógica. Y a la capacidad que el hombre tiene de darse cuenta de lo lógico y de lo ilógico le llamamos lógica natural;[12] mientras que al desarrollo sistemático de esa capacidad le llamamos lógica científica o reflexiva.
Ahora bien, el estudio de lógica científica no evita los errores, pero ayuda a disminuirlos. No podemos perder de vista que son características propias del hombre el equivocarse y el corregir. Por eso, el filósofo austriaco Ludwig Wittgenstein (1889-1951) afirmó que hasta las afirmaciones más absurdas y falsas son muy lógicas y que, en realidad, no podemos decir nada ilógico.
En fin, la disciplina de la Lógica le hace a uno darse cuenta de los posibles (o los ya cometidos) desaciertos. Y créanme, eso es bastante logro.

El objeto de estudio de la lógica


Toda ciencia tiene un objeto de estudio, es decir, una cosa (sea ser vivo o inanimado, real o ficticio) que va a estudiar. La astronomía, por ejemplo, tiene a los astros como objeto de estudio y la herpetología tiene a los reptiles.
No obstante, hay ciencias que estudian las mismas cosas, pero de distinta manera.  La antropología y la historia comparten el mismo objeto de estudio aparentemente: el hombre. Mas, a la historia le interesa la comprensión del hombre a través de su pasado y a la antropología le interesa la comprensión del hombre por medio del estudio de las diversas expresiones culturales de las sociedades. Ciertamente, ambas ciencias no se oponen. En muchos puntos, se complementan. Pero, esto nos lleva a distinguir dos aspectos dentro del objeto de estudio: el objeto material (ej. el hombre) y el objeto formal (ej. el pasado o las manifestaciones culturales de ese hombre).  En conclusión, hay ciencias que pueden estudiar las mismas cosas (objeto material), pero no desde el mismo punto de vista (objeto formal).
Es precisamente la asociación entre la cosa y el punto de vista, lo que hace que surjan tantas ciencias. Un ecólogo  puede estudiar un bosque para entenderlo como un sistema de vida, mientras un politólogo estudia la conveniencia de este ecosistema para determinado partido político de corte ecologista.[13]
            En relación con nuestro asunto, podemos decir que hay varias ciencias que estudian el pensamiento. Pero ninguna de ellas lo estudia cómo la lógica. En ese sentido, la lógica es autónoma.  La sociología, la historia y la antropología estudian al entorno que rodea al pensamiento de las personas y, en cierta forma, los pensamientos producidos por los contextos sociales y humanos. La psicología estudia el pensamiento desde el punto de vista de su proceso y del comportamiento del individuo. Desea que la gente no esté tensa, ni “enferma” mentalmente, que mejore sus procesos de aprendizaje o de producción en las empresas.[14] La gramática estudia al pensamiento desde el punto de vista de la expresión correcta del lenguaje y su estructura. Quiere que conjuguemos bien los verbos, que armemos enunciados correctamente, etc. Las matemáticas estudian al pensamiento desde el punto de vista de las relaciones numéricas que elaboramos en nuestras cabezas: 2+2 y todo eso. La crítica[15] estudia el pensamiento preguntándose cómo conocemos, si podemos conocer efectivamente, hasta dónde y qué cosas podemos saber.  Incluso hasta la cibernética estudia el pensamiento, para poder emularlo en un sistema computacional y la informática usa ciertas reglas lógicas para elaborar  programas.
            A la lógica, pues, le interesa conocer las estructuras del pensar para obtener en la medida de lo posible pensamientos correctos y verdaderos. Entendiendo por verdadero aquello que al pensarlo, coincide con la realidad, y correcto aquello que se realiza con el método adecuado. Pensamos que son las 5 de la tarde y, efectivamente, lo son; este pensamiento es verdadero. Falso sería lo contrario: pensar que son las 5 p.m. cuando son las 5 a.m. La corrección de un pensamiento se da en función del modo en cómo llegamos a obtener esa verdad. Si el modo es el adecuado, el pensamiento es correcto; de lo contrario es incorrecto.
 Jacques Maritain (1882-1973), un filósofo francés,  compara los binomios correcto-incorrecto y  verdadero-falso con la construcción de una casa.  Lo verdadero y lo falso se parecen a los materiales para construir la casa, según sean de buena o mala calidad. Mientras que lo correcto y lo incorrecto se parecen al modo de construir esa casa, según sea apropiado o inapropiado. Podemos construir una casa con buen material, pero de un mal modo (verdadero e incorrecto). Así que con un temblor se caería. Podemos construirla de buen modo y con un material marca “patito”, o sea, de la peor calidad (falso y correcto); una situación digna para no dormir tranquilamente bajo ese techo. Peor aún, podríamos construir la casa con materiales defectuosos y de mal modo (falso e incorrecto) ¿Te atreverías a vivir allí? O, finalmente, podríamos construir la casa con materiales buenos y de la mejor manera (correcta y verdadera). Así funciona la razón: con materiales buenos (lo verdadero) y malos (lo falso), con modos correctos e incorrectos. En consecuencia, hay pensamientos verdaderos e incorrectos, verdaderos y correctos, falsos y correctos,  y falsos e incorrectos:

a)         Supongamos que me presentan a un argentino y éste resulta un engreído de lujo. Yo lo acabo de conocer, pero supuse que era engreído, por el hecho de ser argentino. Este es un pensamiento verdadero, pero incorrecto. Ya que, si bien el pibe en cuestión es un sangrón, no todos sus paisanos lo son. Mi aseveración es ocasionada por un popular prejuicio.
b)         Verdadero y correcto es afirmar que Juanito  Pérez algún día se va a morir porque los hombres son mortales, pues el homo sapiens tiene una misma estructura biológica corruptible y, tarde o temprano, los seres humanos se van muriendo sin excepción. Luego, si Juanito Pérez es hombre, éste también es mortal. Esta conclusión –que además es un pensamiento verdadero-  proviene de una adecuada argumentación.
c)         Falso, pero correcto  es pensar que no va a llover un día  fuera de temporada de lluvias que amaneció sin una nube en el cielo, apoyándose en el pronóstico   meteorológico que ha  anunciado que los vientos no van a soplar. A pesar de todo, llueve. Un pensamiento falso y correcto aplica el método perfectamente, pero  falla a la hora que el resultado no coincide con la realidad.
d)        En cambio, un pensamiento falso e incorrecto, sería algo así como haber predicho que iba a llover porque lo soñé, cuando un sueño no te lleva a concluir que eso va a suceder y, efectivamente, ese día no llueve. El método y la verdad han fallado.

Teniendo en cuenta lo anterior, es oportuno indicar que la Lógica (al menos en su concepción tradicional) tiene dos caras: 1) la lógica material, que se interesa en estudiar el pensamiento en cuanto   verdadero y, 2) la lógica formal que se encarga de estudiar el pensamiento en cuanto correcto.[16] 
Naturalmente que la pretensión de un pensamiento correcto sería absurda si no estuviera subordinada a la búsqueda de la verdad. Separar tajantemente los dos aspectos de la lógica es una reverenda equivocación. Por eso, jocosamente dice José Enrique Gómez  que: la validez  (corrección) de un pensamiento es como un refrigerador: “si está conectado, y funciona bien, garantiza comida bien conservada, pero si está desconectado y no funciona puede suceder que la comida se conserve o no se conserve, aunque esto depende de si hace mucho calor o no”.[17]
 Igualmente que la lógica no se nutra de lo que las demás ciencias dicen del pensamiento, sería poco prudente y muy petulante.  Que las ramas de la filosofía puedan corregirse y apoyarse gracias a su interacción con las llamadas ciencias empíricas es algo que no niega su autonomía y que ha sido aceptado por las grandes mentes de la filosofía actual como Jürgen Habermas (1929- )  y Karl Otto Apel (1922- ).
A partir de este esquema que diferencia entre lo correcto y lo verdadero, lógicos importantes como Copi y Cohen han definido a la Lógica como el estudio de los principios y métodos utilizados para distinguir entre el pensamiento correcto y el incorrecto. Más lejos llegó todavía la filosofía tomista que define a la Lógica como la ciencia que estudia las estructuras del pensamiento para pensar de manera correcta y verdadera.

 

El pensamiento y sus tipos


El pensamiento en la Lógica ha sido definido como la representación mental de un objeto. Pero “objeto” suena a cosa tangible, y no todo lo que pensamos versa sobre esa. Hay pensamientos que no corresponden a objetos propiamente dichos, sino a  existencias o entidades que no puedes ver, como el “amor”,  el “patriotismo”, etcétera. Así que, entenderemos por objeto no sólo lo tangible, sino también lo intangible; lo real y lo ficticio. En otras palabras, en la lógica,  el objeto equivale a un referente, es decir, aquello a lo que se hace referencia.[18]
Más aún, el pensamiento también alude a su proceso –nosotros le llamaremos pensar- y no sólo a contenido. Por eso, el psicólogo Charles G. Morris y la lógica Susan Stebbing (1885-1943), jugando con esa amplitud de posibilidades, dicen que un pensamiento es lo que sucede dentro de la cabeza.[19] Henri Lefebvre, parafraseando al gran antropólogo Levi-Bruhl, entiende que el pensamiento es más que meras estructuras formales, es decir, son más que tabiques con los que construyo argumentos, pues también implica su contenido, no como significados claros e impersonales, sino como conciencia espontánea, fantasía, emoción, absurdos y contradicciones que se transforman en emblemas, en símbolos que no están desvinculados de la realidad, ni de la sociedad.[20]
El neurólogo colombiano Rodolfo Llinás,   en cambio, entiende al pensamiento como la interiorización evolutiva del movimiento.[21]  En otras palabras, cree que la capacidad de pensar fue desarrollada cuando los vivientes multicelulares se enfrentaron con la necesidad de desplazarse en su medio ambiente y, de paso, sobrevivir; esto implicaba el control del propio cuerpo y la predicción a través de la percepción, de lo que sucede a su alrededor para poder interactuar con el exterior.  A lo anterior, le podemos añadir lo que Stebbing dice: la labor del pensamiento consiste esencialmente en resolver un problema, el de la vida.
En en este libro me quedaré con el concepto de que el pensamiento es una estructura producida por el acto de pensar. Por supuesto, no anula el trasfondo social, humano y biológico que trae.
            En fin, pensamientos son: “vaca”; “piedra”; “hace calor”; “te amo”; “si está enojada, regálale unos chocolates”. Por ende, los pensamientos son palabras, enunciados o discursos completos que proponen o desarrollan algo.
Los pensamientos son producto de un fenómeno llamado pensar o conocimiento,[22] que es el proceso mediante el cual representamos o reproducimos la realidad en nuestra mente; es decir, es un acto vital por el que un sujeto se da cuenta de algo. Dicho en otras palabras: el conocimiento integra en el hombre la información por cualquier vía. Esto supone la existencia de la conciencia. Los pensamientos son hechos que se producen en la mente de alguien y  forman parte del mecanismo que el cerebro de un individuo tiene para conocer.
Los elementos participantes en el proceso del conocer son:[23] 1) un sujeto (alguien que conoce); 2) un objeto o materia de conocimiento (cualquier cosa que pueda ser conocida); 3) el acto u operación de conocer (la confrontación entre el sujeto que conoce y la cosa a conocer); 4) el ya mencionado pensamiento (representación mental); y  5) la expresión del pensamiento por medio de palabras aisladas, enunciaciones o argumentaciones.
Más aún,  el conocimiento, en cuanto proceso, no sólo tiene esos elementos, sino tres instancias básicas que define la Hermenéutica Analógica (una corriente filosófica orgullosamente mexicana):[24] la pregunta interpretativa, la respuesta interpretativa y la argumentación. Es obvio que lo anterior simplemente es un esquema para comprender algo que es mucho más complicado, pues la pregunta supone elementos tales como la percepción, el asombro, la duda; luego, la instancia de la respuesta supone, además de lo anterior,  una precomprensión, es decir, los conocimientos previos y los prejuicios del sujeto que se enfrenta a algo nuevo para explicarlo junto con los procesos mentales que se suelen usar  (análisis, síntesis, inducción, deducción, analogía) para generar una respuesta provisional y la argumentación supone toda una investigación somera o ardua que el sujeto realiza para cerciorarse de su respuesta.
Jean Piaget (1896-1980), un biólogo suizo,  entendió que este proceso de gestación del conocimiento, además, va acompañado de una maduración del organismo humano, de tal manera que establece que el conocimiento evoluciona de la siguiente manera:

Períodos del desarrollo
Edad aproximada
Logros
Sensorio-motriz
De 0 a 18 meses
  • Se desarrollan los reflejos y los hábitos.
  • La inteligencia es práctica y se relaciona con la coordinación del cuerpo y la percepción sensorial.
  • Construcción de las nociones de espacio, causa, tiempo.
  • Son explorados los objetos.
Inteligencia intuitiva o preoperacional
De 18 meses a los 6 o 7 años
  • El niño utiliza esquemas representacionales, es decir, representa objetos, acontecimientos.
  • Su pensamiento es egocéntrico y su moral es guíada por los demás.
  • Su inteligencia es intuitiva.  Se deja guiar por las percepciones estáticas al inicio y al final de un cambio en un objeto.
Operaciones concretas
De 7 a 12 o 15 años
  • Los muchachos utilizan conceptos.
  • Conservación de las nociones de materia, peso, volumen.  Es decir, se reflexiona sobre las transformaciones y pueden clasificar, seriar y entender el número.
  • Aparece el pensamiento lógico concreto, es inductivo, se concentra en las cosas físicas, pero los niños toman en cuenta la opinión de los demás.
  • Aparecen los sentimientos morales.
Operaciones formales o abstractas
A partir de los 12 o 15 años en adelante
  • Lógica formal: lógica no sujeta a lo concreto, sino a lo abstracto.
  • La inteligencia es hipotético-deductiva.
  • Formación de la personalidad

En fin, la complejidad del proceso del conocimiento, ha conducido a algunos pensadores a postular algunas tipologías del conocer. Es decir, hay ciertas clasificaciones que agrupan tipos de conocimiento. Veámoslas.
Los discípulos de Piaget dividieron el conocimiento en tres tipos, desde el punto de vista de  los tipos de objetos con los que se relaciona. Según ellos, hay conocimiento físico, lógico-matemático y social. El conocimiento físico es sobre las cosas, como su dureza, sabor, color, etc; el conocimiento lógico-matemático trata sobre las relaciones entre las ideas y las cantidades; trata sobre las abstracciones que el hombre hace de las cosas, como los números; y el conocimiento social versa sobre las convenciones sociales, como las costumbres, tradiciones, las normas.
Ahora bien, si nos situamos en la tradición clásica dentro de la lógica, el conocimiento, de acuerdo a la manera en que se adquiere, puede ser de dos tipos: inmediato, si se capta o aprehende el objeto en el momento; y discursivo, si se aprehende gracias a un proceso de razonamiento. Pero, de acuerdo a su fundamentación, es decir, la base en que se apoya, puede ser: vulgar, precientífico, científico y filosófico[25].  El vulgar es el que se origina “espontáneamente”, sin buscar las causas de algo.[26] Por ejemplo, alguien sabe que el metal se expande cuando hace calor, pero no sabe el porqué. El conocimiento precientífico ya investiga causas, pero de una manera superficial y sin un método, si no lo hace a través de la experiencia prolongada en la vida. Pensemos en el conocimiento que adquiere un maquinista del motor de la locomotora, después de muchos años de conducirla. El conocimiento científico es metódico y estudia las causas próximas de las cosas (los hechos y sus relaciones constantes) y sigue un método riguroso de comprobación que es sistemático (o al menos pretende serlo). Un ejemplo de un conocimiento científico sería el que tiene un ingeniero respecto a la dilatación de los metales o el del funcionamiento de un motor. El conocimiento filosófico busca las causas últimas, o bien, si se prefiere, aquello que sirve de principio para darle sentido a la existencia del hombre y sus problemas fundamentales.

  La estructura del pensamiento


El mundo parece estar lleno de estructuras. El cuerpo humano, nuestra atmósfera, el sistema solar, todo. De esto no se escapa nuestra mente y peor aún, ella crea estructuras al conocer.
Consideremos lo que a continuación diremos: un pensamiento, al ser la representación de un objeto, hace referencia a esa misma cosa. La idea de martillo, como es de esperarse, representa a un martillo (claro, si mi intención es conocer y no hacer metáforas). Es obvio que se generó una representación. Por lo tanto, a la tendencia que tienen los pensamientos de representar objetos, o bien prototipos,[27] le llamamos materia u objeto intencional del pensamiento.
Sin embargo, los pensamientos también tienen una forma, una estructura aparte de lo representado, una especie de molde que les da cierta presentación o formato en la mente. Así pues, “martillo”, “mesa”, “amor”, “nopal”, tienen algo en común: que representan cosas sin afirmar o negar nada de ellas. A ese algo en común le llamamos forma o estructura mental. Y a esta estructura en particular le llamamos idea o concepto. Si lo que representamos son esas ideas expresando afirmaciones o negaciones por medio de enunciados (bimembres, o sea, con sujeto y predicado), estamos frente a la estructura llamada juicio.  Y, si lo que representamos en nuestra mente aparece como una reflexión, una cadena de enunciados que te llevan a una conclusión, tenemos entonces un raciocinio
            En síntesis, podemos decir que las estructuras de los pensamientos son de tres tipos: las ideas o conceptos, los juicios y los raciocinios[28] y que una estructura  mental se determina a partir del tipo de relación que existe entre las partes del contenido concreto de nuestros pensamientos[29].  
Obviamente, estos tres elementos son producto de una facultad del hombre que se llama razón, es decir, su capacidad de elaborar pensamientos. Esta facultad ha recibido otros nombres (que en el fondo constituyen lo mismo): inteligencia, entendimiento, mente. La actividad que realiza la razón, por lo tanto, es el “razonar”
Esta actividad es una, pero a la vez es compleja, pues sigue  tres pasos, los mismos que producen la idea, el juicio y el raciocinio. Al primer paso le llaman simple aprehensión, al segundo le llaman juicio psicológico (para diferenciarlo del “juicio” a secas como una representación) y el tercero es llamado como raciocinio psicológico o razonamiento. Digamos que a cada estructura del pensamiento le corresponde un acto de la mente. Claro que “acto mental” y “estructura del pensamiento” son dos caras de la misma moneda. No se puede dar el uno sin el otro.
A lo largo del presente libro, analizaremos cada  tipo de pensamiento, con los respectivos pasos que da la razón para elaborarlos:
Estructura
Expresión
Idea o concepto
 Basquetbol.
Juicio lógico
 El basquetbol es popular.
Raciocinio lógico
El Basquetbol es popular.  Mucha gente lo practica porque es un deporte. Los deportes son sanos, Por lo tanto el basquetbol ayuda a conservar nuestra salud.

            Cabe decir que Santo Tomás de Aquino (1225-1274) dividió a la lógica de acuerdo a estas 3 estructuras de la siguiente manera: una lógica de las nociones o conceptos, que estudia a las ideas; una lógica del juicio, que estudia los juicios (como era de esperarse); una lógica del raciocinio, que estudia a los raciocinios; y, por último, habló de la lógica de las ciencias, donde estas operaciones se aplicaban  a la actividad del pensamiento sistemático.
De manera similar, el filósofo escocés William Hamilton  (1788-1856) dividió la lógica en dos grandes áreas: la apofántica,[30] que estudiaba las operaciones lógicas (idea, juicio y raciocino) y la teorética,[31] que estudiaba la estructura de la ciencia.
Por último, he de añadir que a mediados del siglo XIX, nació una nueva forma de hacer lógica basada en las matemáticas y que ha sido llamada de varias maneras, pero que, principalmente, es conocida como lógica matemática o simbólica. De tal forma de lógica, se han derivado muchas propuestas novedosas. 


Ejercicios


I. Según tu criterio y de acuerdo al texto contesta las diez siguientes cuestiones:

1. Muestra la relación que existe entre filosofía y lógica partiendo de sus definiciones.

2. Además de la Lógica, define brevemente las otras ramas de la filosofía.

3. Define el objeto de estudio de la Lógica. 

4. De acuerdo a la concepción tradicional, menciona las ramas de la Lógica y sus respectivos campos de estudio.

5. Según tu criterio, ¿en qué radica la  utilidad y el poder de la lógica?

6. Distingue entre el pensamiento y el acto de pensar.

7. Menciona la relación que existe entre pensamiento y conocimiento.

8. Enumera las estructuras del pensamiento y sus respectivas operaciones.

9. Enuncia los elementos de la estructura, etapas y tipos de conocimiento que hay.

10. ¿En qué se diferencian el pensamiento correcto del verdadero  y pensamiento falso del incorrecto?

II. Busca en Youtube el vídeo de Supertramp titulado Logical Song con subtítulos en español y analiza por qué se critica ahí la Lógica y haz una reflexión por escrito o por vía verbal, sobre la posibilidad de que el autor  de dicha canción Roger Hodgson, esté aplicando la lógica para criticar a la misma lógica.




[1] La psicología racional en realidad es una reflexión sobre la idea que se tiene de hombre. No se puede conocer el alma humana sin conocer al hombre. En consecuencia – si prescindimos del estudio filosófico de los seres vivos no humanos- se puede equiparar a la psicologìa racional con la antropología filosófica, pues ambas tienen como intención responder a la pregunta sobre el hombre.  Se le llama psicología racional para distinguirla de la psicología experimental, o sea, la de los psicólogos.
[2] Raúl Gutiérrez,  Introducción a la lógica, Esfinge, 26ª ed. México, 1990, p. 19.
[3] Aunque desde el idealismo de Hegel como bastión y no desde el vitalismo de Nietszche.
[4] Eli de Gortari, Diccionario de la Lógica, Plaza y Valdés Editores/UAM,  México, 2000.  287.
[5] Harry J. Gensler, Historical Dictionary of Logic, The Scarecrow Press, E.U.A, 2006, p. 123.
[6] Esteban Ortega, Lógica, introducción a la filosofía y a la ciencia, Diana, México, 1990, p. 82-83.
[7] Fernando Savater, El valor de educar,  18ª ed., Ariel, Barcelona, 2004, p. 157.
[8] Henri Lefebvre, Lógica Formal. Lógica dialéctica, 11ª ed, Siglo XXI,  México, 1982, p. 19.  
[9] También Gardner habla de inteligencias  naturalista, espiritual y existencial en su libro la Inteligencia Reformulada.
[10]  Henri Lefebvre, Op. Cit., p. 35.
[11] Robin. S. Sharma, El Monje que Vendió su Ferrari, Plaza y Janés, México, 2003, p. 60.
[12] También conocida como lógica espontánea, lógica vulgar,  orden lógico, orden racional y hasta es denominada sentido común.
[13] Es preciso señalar que el objeto de estudio de la politología es la política y de la ecología los ecosistemas. Sin embargo, sus objetos de estudio y su desarrollo como ciencias no son netamente abstractos; se aplican a casos concretos, por eso puse este ejemplo.
[14] Hay una corriente dentro de esta disciplina llamada psicología cognitiva y que ha cobrado especial  fuerza a partir de los años 70.  En ella se han estudiado los procesos de razonamiento, del pensamiento, pero no viéndolo como el estudio de las formas de las deducciones, sino como el estudio de los contenidos de dichas formas, contenidos que por cierto influyen en nuestros razonamientos,  como observó Minna Wilkins.  Aunque también la psicología cognitiva ha visto ciertos errores de razonamiento más bien generados por la forma de un razonamiento, que por su contenido. A este fenómeno, Woodworth y Sells le llamaron “efecto atmósfera”.
[15] También denominada Epistemología, Noética o Teoría del conocimiento.
[16] La Lógica formal  según Evandro Agazzi es el estudio de las formas de la deducción. Ciertamente que la lógica formal tiene como eje la deducción silogística y estudia la corrección del pensamiento a partir de ese modelo. Ahora bien, la lógica formal también es conocida como Lógica Menor, Dialéctica o Lógica General. La Lógica material, en contraposición, es llamada Lógica Mayor o Metodología. Algunos filósofos, como Daniel Marquez Muro, identifican la Lógica Material con la Crítica, mientras que otros, como Raúl Gutiérrez Sáenz, la diferencian de ésta. Gutiérrez considera que la Lógica Material es práctica y que la Crítica es teórica, ya que la primera se concentra en las estructuras mentales únicamente para lograr la verdad de modo más apropiado y la segunda se fija en el conocimiento de modo general, sin importarle las estructuras mentales de la lógica. La lógica material, también se puede identificar con la Lógica especial o aplicada, ya que ésta estudia la estructura del pensamiento científico  y cómo las leyes del pensamiento funcionan  en las ciencias. Así pues habrá tantas lógicas aplicadas, como hay ciencias. 
[17] José Enrique Gómez Álvarez, Lógica ilógica. Ejercicios prácticos para razonar, Selector, México, 2005, p. 21.
[18] La palabra referente fue puesta de moda en la Lingüística por  Ogden y Richards y que es muy usual en cierta área de la Lógica llamada “Lógica de relaciones”.
[19] Charles G. Morris,  Introducción a la Psicología, 7ª ed., Prentice Hall,  México, 1992, p. 226.
[20] Henri Lefebvre, Lógica formal. Lógica dialéctica, 11ª ed.,  Siglo XXI, México, 1982, p. 155.
[21] Rodolfo Llinás, El cerebro y el mito del yo. El papel de las neuronas en el pensamiento y comportamiento humanos, Norma, Bogotá, 2003, p. 41. 
[22] Los psicólogos prefieren llamarle cognición.
[23] José Manuel Villalpando no considera al pensamiento mismo como un elemento del pensar, pero, en cambio, se refiere a  un  medio cultural como un elemento presente en dicho proceso. Otros auores no consideran al medio cultural en su lista. Sin embargo, me parece que si no lo presuponen, serían bastante ingenuos. Pues es muy claro que la convivencia social no sólo estimula es el pensamiento, sino que también la sociedad y su contexto afectan la manera de pensar. En conclusión, respecto al medio cultural hay dos posibilidades: considerarlo como un sexto elemento de este proceso o bien incorporarlo al sujeto, pues obviamente que el sujeto que conoce está inserto en un entorno que no sólo es natural, sino también social.  Esta observación de Villapando es incuestionable. Lo que me resulta dudoso es considerar que el pensamiento no es un elemento del conocer por considerar que esto le quita autonomía a la lógica y su sustantividad al pensamiento. La sustantividad del pensamiento está dada por todos los elementos que rodean al pensamiento y por el pensamiento mismo. Pero el pensamiento sin esos elementos tampoco es posible.
[24] Debido a que ésta es una corriente filosófica que apuesta a una actualización del tomismo a través de la hermenéutica. Por esa razón, ya que la lógica aristotélica, está presente en el tomismo, consideramos prudente traer a este terreno dicha propuesta hermenéutica que es afín al ámbito lógico tradicional, y sin embargo, lo trata de corregir.
[25] Algunos autores como Pedro Chávez,  dan un giro y hablan de un conocimiento empírico en vez de uno precientífico.  Parece que se refieren a lo mismo.   Daniel Márquez Muro por otro lado,  habla sólo de dos tipos de  conocimiento el natural y el científico. El primero se basa en los efectos y la experiencia de los hechos; el segundo se basa en las causas y principios. Francisco Montes de Oca prefiere hablar de un conocimiento sensible y uno intelectual.; uno es causado por los sentidos, representa cosas concretas; el otro es generado por la razón y representa lo universal, lo abstracto. Igualmente comparten la misma postura de Montes de Oca, Francisco Romero y Eugenio Pucciarelli.
[26] Luis Cencillo, un filósofo español, dice que el conocimiento vulgar consiste en valorar, significar, necesitar, apetecer y utilizar. Cfr. Los Mitos. Sus mundos y su Verdad, BAC, Madrid, 1998, p. 38.
[27] Quizá sería más adecuado hablar de prototipos mentales que de objetos, pues es más fácil así entender al pensamiento como una pluralidad de representaciones que implican muchas cosas más que los meros objetos observables. Nadie ha visto el amor y difícilmente todos lo describimos igual.
[28] Para muchos psicólogos las imágenes son también estructuras básicas del pensamiento. Ellas las podemos entender como recuerdos de experiencias sensoriales y que ayudan para pensar en las cosas.  No obstante ellos están entendiendo el pensamiento como un proceso, no el producto. Ahora bien, si las imágenes son producto del pensar, también es cierto que se distinguen de las ideas, de los juicios y de los raciocinios justamente por su carácter concreto y más aún las imágenes son herramientas de nuestros pensamientos, nos sirven para pensar. 
[29] D.P. Gorski,  y P.V. Tavants, Lógica,  Grijalbo,  2ª ed. ,México, 1968, p. 17.
[30] También conocida como lógica analítica.
[31] También conocida como lógica sintética. 

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