Clasificación del Concepto
A lo largo
de la historia del pensamiento filosófico, muchísimas clasificaciones de las
ideas se han elaborado. Una infinidad de criterios ha sido adoptada y, a veces, parece que no
hemos terminado de ponernos de acuerdo al respecto.
Ciertamente, las ideas pueden estudiarse desde varios
ángulos: su surgimiento, sus propiedades (comprensión y extensión), las cosas a
las que se refieren, cómo son conocidas por los sujetos, la relación de las
ideas entre si, etc.[1]
Consecuentemente, lo anterior nos conduce a clasificar los conceptos de acuerdo a los
siguientes criterios: 1) su origen (es decir, cómo se generan); 2) su
perfección representativa (la capacidad que tienen de representar las ideas) y
tal perfección puede ser objetiva (si no fijamos en las propiedades que tienen
las ideas de representar cosas: extensión y comprensión) o bien subjetiva (si
atendemos a la manera en que el conocimiento de un objeto se manifiesta en el
sujeto); y por último, 3) sus relaciones mutuas (entre unas ideas y otras). Obviamente
cada criterio de clasificación encierra varios tipos de ideas. Pongámoslo
esquemáticamente
I. Por su origen
Este criterio
pretende distinguir ideas que tienen un distinto origen. Sin embargo, puede que
de primera instancia esto nos parezca chocante, ¿qué acaso no vimos ya cómo se
generan los conceptos? ¿Acaso no podemos decir que todas las ideas se originan
en la mente? Claro que sí. He ahí su origen. Sin embargo, este problema muestra
otras aristas.
Algunos
filósofos como René Descartes (1596-1650), han creído que algunas ideas ya
existen en nuestra mente desde que nacemos, es decir, son innatas y
fueron puestas ahí por algo o alguien. A
pesar de que es difícil demostrar la existencia de tales tipos de ideas,
podemos hallar algo semejante en la etología
y la neurología: por un lado se han observado comportamientos comunes en los
seres humanos, como la posesión y defensa del territorio y la familia; y por el
otro, los estudiosos del cerebro han detectado los patrones de acción fijos
(PAF), los cuales son conjuntos de activaciones motoras automáticas y bien
definidas, prácticamente constantes para toda la especie humana.[2] Las reacciones de nuestros reflejos son
PAF, al igual que lo son también la
coordinación de nuestro lenguaje (a través de los ganglios basales y el área de
broca) o nuestras emociones (por medio del rinencéfalo).
Para quienes
somos suspicaces respecto al carácter innato que tienen el lenguaje y las
emociones -en cuanto que ambos son PAF-, algunos neurólogos nos exponen que, en
el caso del lenguaje, la respuesta
motora para emitir palabras se puede dar en gente en estado de coma y sin
conciencia, cuando el área del lenguaje está intacta. Sin embargo, esto parece
más un acto que reflejo que una idea innata.
En cuanto a las
emociones, al parecer, la mayoría de
las culturas reconocen los estereotipos del orgullo, ira, ambición, lujuria,
envidia, pereza y gula, quizá debido a un desencadenamiento, que bajo ciertas
condiciones, se activa por la intervención de péptidos moduladores. Más aún, los
etólogos del Instituto para la Etología Urbana de Viena han confirmado lo
anterior, al denotar que las emociones manifiestan un lenguaje corporal innato.
Lo han constatado al estudiarlo en grupos sociales distintos, no sólo en Viena,
sino también con grupos indígenas del Amazonas, Kalahari y Nueva Guinea y por
si dudáramos de ellos, también han observado semejante fenómeno en una niña
sorda y ciega de Hannover.
Aunque los PAF, en principio, no son voluntarios,
nos percatamos de ellos porque le permiten operar a la conciencia, por eso, al experimentarlos, se convierten en
pensamientos. Más aún, ellos mismos se llegan a
coordinar con la voluntad para ser modificados o utilizados en determinadas
circunstancias, como: no querer soltar algo valioso al tropezar (inhibimos el
PAF), o bien, crear una serie de movimientos coordinados y casi automatizados,
como lo haría un músico al interpretar una
bien estudiada melodía en el
violín.
Ahora bien,
nosotros, nos concentraremos en los pensamientos que se originan en nuestra
mente gracias a la experiencia.
Si las ideas
las captamos directamente de la realidad, las llamamos primitivas;[3]
por ejemplo veo una vaca y “directamente” intuyo dicho concepto. Vaya, las
ideas primitivas surgen de objetos que los sentidos perciben. Sin embargo, este proceso en realidad no se
da para obtener el pensamiento de “vaca”, al menos no la primera vez que estamos
frente a una de ellas.
Acaso las ideas
más parecidas a las directas son aquellas obtenidas por el proceso biológico de
la impronta, es decir, un aprendizaje perceptual obtenido de inmediato,
gracias a nuestra programación neurológica. Asocian una percepción con una idea
que regularmente genera cierta conducta. El concepto de “madre” –si aceptamos
que los animales crean conceptos- que
tienen algunas aves, como los patos y los gansos, se debe a una asociación que
realizan sus circuitos neuronales en un breve y crítico período de tiempo.[4]
Esto es tan real, que en condiciones experimentales, se ha logrado que los
patos hagan la impronta de “madre” al tener su primer contacto con seres
humanos, zapatos y baldes. Al contemplar
un objeto crean su concepto de madre, pero no porque abstraigan sus cualidades,
sino porque proyectan en la cosa lo que su programación neurológica les
impone. Más aún, según el neurólogo colombiano Rodolfo R. Llinas, la impronta
es una actividad propia del sistema nervioso, y, en el caso de los seres
humanos, hace que asociemos ciertas
sensaciones con otras, ciertos conceptos con otros (aunque quizá no con la
misma contundencia que los patos). Él nos comenta el caso de un amigo suyo que
durante la Segunda
Guerra Mundial estuvo en un buque con un fuerte olor a
pintura; luego, muchos años después, al percibir ese mismo olor en otro lugar,
a su mente llegó la memoria vívida de los motores de dicho buque. Para Llinas, es el mismo mecanismo neurológico el que
operó con los patos y con su amigo. Claro que tal asociación no generó una idea
contemplativa, sino una asociación de sensaciones, la cual es la base de la
impronta.
A las ideas que no tienen su origen directamente en la
contemplación de una “cosa” fuera de la mente, sino más bien están referidas a
la estructura de los pensamientos, o bien, que son sacadas a partir de otras
ideas, les llamamos derivadas o indirectas[5],
v.g. premisa, predicado, conclusión, alma.
Las ideas derivadas se pueden subdividir en
discursivas,[6] arbitrarias y derivadas negativas. Si las
ideas las sacamos de un proceso de reflexiones, las llamamos discursivas. Estas ideas corresponden a
hechos reales, pero que no son cosas tangibles, por ejemplo: el talento, el
sentimiento, etc. Si las ideas las sacamos de combinaciones bastante
imaginativas de ideas, de tal manera que produzcan una ficción, les llamamos arbitrarias. Ej. el hombre invisible,
una serpiente emplumada, etc. Las caricaturas y las artes están plagadas de
ideas arbitrarias. Finalmente, tenemos las ideas derivadas negativas (o simplemente negativas), que surgen de la
negación de la idea primitiva. Ej. “enfermedad”, por ser la ausencia de salud.
En realidad, no es tan fácil determinar la frontera entre las ideas
discursivas, arbitrarias y negativas, ya
que al elaborar nuestros conceptos imaginamos, reflexionamos y, en ocasiones,
negamos.
Ejercicio
I) Del siguiente texto subraya
y señala una idea de cada uno de estos tipos: directa, discursiva, arbitraria y
negativa. Compáralo con tu compañero de al lado.
Cruzando los umbrales de la geografía se extienden las
enormes planicies de la
Tierra Imaginación.
Las graciosas aguas del Río de la
Risa bordean las
llanuras donde fascinantes plantas crecen: árboles con hojas de pastel,
palmeras enanas, cactus sin espinas repletos de bananas, flores parlanchinas...
Adentrándote otro tanto, el espectáculo es aun mayor. Hallarás animales
sorprendentes: perros maulladores,
jirafas enfermas de vértigo, leones vegetarianos, burros intelectuales
dialogando con búhos de ojos rasgados. Internándote todavía más, encontrarás
las altas montañas de la
Sierra Divertida. En ellas está Juguetilandia. Pirámides,
castillos, edificios de unicel, modernas avenidas, puentes colgantes, trenes,
estrechas calles empedradas, babilónicos jardines, carros voladores, vehículos
espaciales, entre miles de maravillas conforman el paisaje urbano de este país
cuyo gobierno está a cargo de un viejo dragón volador llamado Toor-ito. Su
población la constituye una inabarcable cantidad de seres: personajes de cuentos, cómics, dibujos animados, muñecos de
peluche, plástico, madera, carritos a escala, aspiradoras, astronautas,
obreros, indios, vaqueros, gladiadores, cocinas integrales, soldados,
androides, mutantes, extraterrestres, etc.
Personajes como Yoda o la cuarentona de Barbie radican aquí y en las
hojas del directorio telefónico juguetilandés podrás leer una interminable
lista de entelequias populares y desconocidas agrupadas por nombres, categorías
y gremios. Por ejemplo, si deseas hacer una cita con
Superman, puedes buscarlo de tres
maneras: 1) individualmente, como “KENT, Clark”; 2) en el apartado de
“Superhéroes”, como “Supermán”; o 3) en
la sección de “Asociaciones” bajo la rúbrica del Salón de la Justicia. En cambio, si deseas
evitar el directorio y te urge
localizarlo con seguridad, puedes visitar a Chismosín, comunicativo teléfono
Fischer Price que conoce exactamente los hábitos y pasatiempos de cada
individuo.
En
Juguetilandia viven las ficciones tuyas, de tus amigos, hermanos, abuelos,
padres e incluso las de tus futuros hijos. Sin importar las diferencias,
absolutamente todo es carcajadas, juegos
y alegría; hasta la escuela y el trabajo
son entretenidos.
Sin embargo, y a pesar de tanta perfección, en el paraíso
de los sueños una criaturita jamás fue feliz: Vitriolo, el hombre de cristal. A él casi nunca se le
veía. Generalmente estaba encerrado en su laboratorio en el Palacio de Silicio,
donde experimentaba e investigaba las veinticuatro horas.
II) Reflexiona si el amor es una
idea innata o no. Argumenta por qué.
II. Por su perfección representativa
Las ideas representan cosas y una representación implica a un sujeto y a un objeto. Por eso es
que podemos estudiar a la representación desde el objeto o desde el sujeto. Por un lado, no es
que las representaciones se den fuera de la mente, sino se refiere a la manera
en que ellas reflejan lo que hay fuera de la conciencia, considerando la
extensión y la comprensión de las ideas. Por el otro lado, no es que las ideas
dependan caprichosamente del sujeto, sino que
el grado de conocimiento que tenemos de los objetos representados, varía
de persona a persona. Vayamos por partes.
A) Por su perfección objetiva
Por su extensión
Las ideas, de
acuerdo a la cantidad de seres a los que ellas se pueden aplicar, se clasifican
de la siguiente manera: hay conceptos que se refieren a un solo ser, por lo
tanto, son singulares o individuales; en cambio, hay ideas que se
refieren a más de uno, vaya son generales y pueden ser: trascendentales,
universales, particulares, colectivas y
distributivas (según la manera en que se abarquen tal cantidad).
Cuando la idea se aplica a todas las cosas que
existen en la realidad, se le llama trascendental.
Según la metafísica tradicional, sólo cuatro son estas ideas: “ser”,
“bondad”, “verdad” y “unidad”. Cabe mencionar que Felipe, el Canciller
(1160-1236) fue el primer filósofo medieval en avocarse a estudiar dichos
conceptos.[7]
Cuando la idea se refiere a todos los
miembros de una clase de cosas, se le llama universal. Ejemplo: “todos los estudiantes” abarca a todos los miembros de la clase
“estudiantes”.[8]
Cuando se hace alusión a una parte de
la totalidad de miembros de una clase,
les llamamos particular a esa idea. Ejemplo: “algunos
estudiantes” no abarca a todos los
miembros de la clase “estudiantes”.[9]
Es muy importante tomar en cuenta que
las ideas son universales o particulares respecto a sí mismas y no respecto a
otras ideas. Así, “lápices” es universal respecto a sí misma, como igualmente “lápices amarillos”
es universal respecto a sí misma. No es que la primera (lápices) sea universal
y la segunda (lápices amarillos) particular. Ambas se refieren a la totalidad
de su clase, no a la extensión de una respecto a la otra idea.
Cuando el concepto se refiere única y exclusivamente a un
individuo, estamos frente a una idea singular
o individual. Por ejemplo: Pedro Infante.
Cuando la idea se refiere a un grupo
de seres que conforman un sistema y su significado apunta hacia esa unidad,
estamos ante una idea colectiva. V.g.
“manada” se refiere a un grupo de animales que viven en comunidad y ante
todo refleja su unidad. En cambio, decir “todos los bueyes” apunta a la suma de todos los individuos de
esa clase, pero no al sistema que conforman.
Por último, tenemos que algunos
manuales de Lógica añaden un tipo más: las ideas distributivas, que se
aplican a cada uno de los miembros de un
grupo sin pretender reducirlo a la suma de componentes individuales.[10] Si tenemos un pelotón
militar y su sargento les echa un
discurso de lo que significa ser
“soldado”; esa idea es distributiva, ya que, aunque abarca al grupo en
su conjunto, no lo hace con el sentido que tiene la idea universal “todos los
soldados”, sino que se refiere a cada
individuo de ese grupo. Por decirlo así, una idea universal abarca a un
conjunto viéndolo en macro, pero una idea distributiva lo abarca viéndolo tanto
en macro como en micro.[11] Finalmente, la idea
distributiva, a diferencia de la colectiva, de ninguna manera alude al sistema
que conforman los soldados como “pelotón”, sino nuevamente a cada uno de sus
miembros. Ahora bien, podemos decir que las ideas distributivas se identifican
con las universales, pues lo mismo predicamos “cuchara” de todas las cucharas,
que de cada una de ellas. En consecuencia todo concepto con valor universal, se
puede predicar de una manera distributiva.
Según algunos lógicos, la importancia de este
aspecto es elevada ya que el conocer
humano tiene como tendencia la formación de conceptos universales.[12] Consecuentemente, los universales proyectan
la naturaleza de un objeto (quidditas) y pueden ser directos, si
captan la naturaleza de algo por su contemplación,[13] o bien, reflejos,
si la captan mediante la reflexión, como la idea de animal, que se saca de ver
distintos animales específicos, los cuales fueron conocidos por una
contemplación.
Ejercicio
Clasifica las siguientes ideas según sean trascendentales, universales,
particulares, singulares o colectivas.
Pollos _________________________________
Ningún pollo ___________________________
El pollo que cruzó el camino _______________
Algunos pollitos_________________________
Seres _________________________________
Pollos machos __________________________
Todas las pollitas
_______________________
Por su comprensión
Las ideas, desde el punto de vista de
las características que tienen, pueden dividirse en: simples, compuestas,
abstractas, concretas, complejas, incomplejas, positivas negativas.
Las ideas simples expresan conceptos que comprenden una sola característica o
nota. Los conceptos "ser", "ente", "cosa", tienen
-individualmente o en común- una sola
característica: que se refieren a algo por el hecho de que ese algo existe.[14]
Las ideas compuestas a diferencia de las anteriores, revelan varias
características. La mayoría de las ideas
entran aquí. “Casa”, “tortuga”, “cirujano plástico”, son ejemplos de ideas compuestas. Ahora bien,
las ideas compuestas se dividen en dos: complejas e incomplejas.[15] Las ideas complejas están constituidas por
la acumulación de esencias distintas,
mientras que las incomplejas se
refieren a una sola esencia. “Los viejos
árboles del bosque de Chapultepec” es una idea compleja, pues no está en la
esencia de los árboles estar en Chapultepec, ni todos los árboles son viejos,
ni todos están en bosques. “Árbol” sería
incompleja, pues encierra una esencia sola.
Las ideas abstractas indican una cualidad. Las ideas concretas muestran al poseedor de esa cualidad. Una idea abstracta
es “belleza”, una idea concreta sería “bella niña”.
Las ideas positivas son aquellas que
expresan una propiedad o manifestación real de algo. Ej. Luz, piedra, etc. Las ideas negativas son aquellas que expresan una negación de la realidad.
Ejemplo: la oscuridad (ya que es ausencia de luz). En la Edad Media había un
teólogo llamado Fredegisio de Tours (m. 834) que opinaba que todo concepto
refería a una existencia real. Así pues, ideas como la oscuridad y la nada,
existían, tenían una substancia. Por lo tanto, para él todas las ideas eran
positivas. Sin embargo, tuvo algunos opositores, como Herico de Auxerre
(841-876), quien pensaba que algunos nombres generales no tenían existencia
propia, como “negro”. Consecuentemente, algunas ideas eran positivas y otras
negativas.
Ejercicio
Completa el siguiente cuadro poniendo una equis a las clases
correspondientes a cada idea:
Idea
|
Simple
|
compuesta
|
concreta
|
abstracta
|
Compleja
|
incompleja
|
positiva
|
negativa
|
Feliz
|
||||||||
Invisibilidad
|
||||||||
Chinampa
de Xochimilco
|
B) Por su perfección subjetiva
La perfección subjetiva se refiere a
la profundidad con que se conoce el objeto representado en un concepto. En
otras palabras, es el grado de conocimiento que tiene un sujeto de un concepto.
En consecuencia, las ideas pueden ser: oscuras y claras; y éstas últimas, a su
vez, son confusas y distintas.[16]
Imaginemos que en una granja avícola
Panchito Robles contempla un pato, un cisne y un ganso. Él comenta que están
bonitos los tres patos. La idea que tiene de pato es oscura, pues expresa el contenido de la idea pato de una manera
deficiente, sin poder distinguirla de las ideas de “ganso” y “cisne”. Luego, su
compadre Anastasio Pérez, pone más atención y aclara que ahí sólo hay un pato.
Su idea sobre dicho animal es clara, ya que puede hacer una
distinción entre lo que es y no es un pato.
Sin embargo, su compadre le pregunta cómo le hizo para saber cuál era el
pato y Anastasio, a ciencia cierta, no sabe dar razón de ello. Su idea –aunque
clara- es confusa, pues no sabe dar
razón de los elementos que hacen dicha distinción. En cambio, el dueño de los
animales es un biólogo y la idea que tiene de los patos no sólo es clara, sino
también es distinta,[17] ya que conoce tanto en lo
general, como en sus particularidades al pato; domina los detalles. Esto nos lleva a subdividir a la idea
distinta. Si domina todos los detalles, la idea distinta será “completa” o comprensiva; si
faltan alguno o algunos, entonces será “incompleta”.
Ahora bien,
cabe hacer una observación respecto al grado de
claridad de nuestras ideas. E.H. Rosch,[18]
un psicólogo cognitivo, al estudiar nuestros conceptos, se dio cuenta que
difícilmente son claros. Más bien, la mayoría son vagos. Lo comprobó al pedir
que una persona diera las diferencias puntuales que distinguen a un gato de un
ratón. Concluyó que en nuestra mente elaboramos un prototipo –que no siempre es
fácil de explicar-, cuyas características brindan la comprehensión de un
concepto. Y cuando nos topamos con un
objeto que no corresponde perfectamente a ese prototipo, de cualquier forma lo catalogamos en él, así
pues, tales modelos son aproximados. Muchas veces de eso depende que incluyamos
o excluyamos a un determinado ser de la extensión de un concepto. Así pues, si
nos sirven ácido en un vaso y observamos en él las mismas propiedades de
nuestro prototipo de agua (líquido,
transparente, incoloro, inodoro), lo confundiremos. Solamente una
especialización, una educación en determinada área, dará mayor claridad a los
conceptos, pero difícilmente se tendrá –no
sé si nunca- una idea clara-distinta-completa.
Claro que Rosch
no fue el primero en darse cuenta de ello. Lógicos como Alois Hofler
(1853-1922), Christoph Sigwart (1830-1904), Clemens Bauemker (1853-1924) y
Georg von Hertling (1843-1919), ya se habían percatado que la captación de las
notas esenciales de un concepto, son difíciles de determinar, son aproximativas
y cambiantes.
Ejercicio
I. Clasifica las siguientes ideas de acuerdo a los
criterios de extensión, comprensión y perfección subjetiva:
Cosa ________________________________________________________________
Ingenio _______________________________________________________________
Cristobal Colón
___________________________________________________
Ciertos Dinosaurios herbívoros
___________________________________________
Dinosaurios___________________________________________________________
Dios___________________________________________________
III. Por sus relaciones mutuas
Como ya vimos las ideas se pueden
estudiar desde el sujeto que las posee, desde el objeto que las representa, o
bien, se pueden estudiar a partir de sus vínculos entre ellas. Por sus relaciones mutuas, las ideas pueden
ser idénticas o diversas. Si una idea contiene el mismo significado, pero se
expresa de manera distinta que otra, tenemos un par de ideas idénticas[19].
Ej. “perro” y “can”. Si las ideas
representan cosas distintas entonces son diversas.
Ej. "lápiz" y "tenedor". Las ideas diversas pueden ser conciliables[20]
e inconciliables.[21]
Las primeras se pueden dar en un mismo
objeto, como “rosado” y “pétalo”; pero las segundas no, como “sólido” y
“líquido”. Las ideas inconciliables
pueden subdividirse en: contradictorias, contrarias, relativas y privativas. Si
las ideas tienen significados distintos, sin ninguna posibilidad de un término
medio, decimos que son contradictorias:
“embarazada” y “no embarazada”.[22] Si las ideas son
distintas, pero aceptan término medio, las ideas son contrarias, ejemplo rojo, blanco (el término medio está en que
ambos son colores). Y cuando dos ideas
se entienden, una en función de otra, como “padre” e “hijo”, las ideas se
llaman relativas. Finalmente, si la
idea indica la ausencia de una cualidad, la idea es privativa. Por ejemplo, la idea de ceguera, ya está representando la
ausencia de la cualidad de la visión.
Ejercicio
Clasifica los siguientes pares de ideas, según sus relaciones mutuas:
Buena onda-mala onda: ______________________
Pastel-chocolate: ____________________________
Salubre-insalubre: ___________________________
Feliz-contento: _____________________________
Inteligente-listo: ____________________________
Caliente-tibio: ______________________________
Frío-no frío: ________________________________
Maestro-alumno: ____________________________
[1] Por ejemplo, hay otras
clasificaciones de las ideas que no son populares en la línea clásica, pero que
definitivamente son útiles e interesantes. Por su diversidad formal, o
sea por la relación entre su comprensión y extensión, los conceptos pueden ser:
supraordenados (si tienen más extensión que comprensión, o sea, si
abarcan a muchos seres y tienen pocas
características), subordinados (si tienen menos extensión que comprensión, o en
otras palabras, abarcan pocos seres,
pero implicando con más detalle sus características) y por último coordinados
(que su extensión y su comprensión estén equilibrados). Esto
ya lo vimos pues, cuando hablamos de la ley de la comprensión y la
extensión. Por su naturaleza, los conceptos pueden ser reales (si
corresponden a objetos) o ideales (si corresponden a lo contenido en la
mente). Por su asiento,
los conceptos pueden ser homogéneos (si son varios conceptos que en su
conjunto pertenecen a un mismo género. Ej: escuintle, chihuahueño, pequinés son
homogéneos respecto a perro) o heterogéneos (si son conceptos que corresponden a géneros distintos. Ej.
Tortilla, bombero, Nicaragua).
[2] Rodolfo R. Llinás, El cerebro y el mito del yo. El papel de las
neuronas en el pensamiento y comportamiento humanos, Norma, Bogotá, 2003.
[3] También conocidas como experimentales, intuitivas o directas. No
obstante “directo” aquí es interpretado
de dos formas: 1) como sinónimo de idea primitiva o 2) como un tipo de idea
primitiva y es que, según cuenta Francisco Montes de Oca, las ideas primitivas puedes ser directas o
reflejas. Las directas son el producto de la contemplación de un objeto externo
a la mente, como la idea de “sandía”,
pero las ideas reflejas son ocasionadas por la contemplación de un objeto que
representa un suceso propio de la mente. Pensemos en una persona que contempla
o se da cuenta directamente de su estado de ánimo y se hace una idea de su
alegría o tristeza.
[4] Se ha interpretado a
partir de Aristóteles que la gran diferencia entre el hombre y los animales es
su razón, su inteligencia. Sin embargo, Alasdair MacIntyre ha demostrado que
dicho filósofo no llegó a decir tanto, pues aunque reconoció que los animales
no humanos viven mediante la percepción, la memoria y poseen poca experiencia y que los animales
humanos viven mediante la sabiduría y el razonamiento, también es verdad que
afirmó que los animales poseen inteligencia práctica o phrónesis (Cfr. Alasdair
MacIntyre, Animales racionales y
dependientes, Paidós, Barcelona 2001,
p. 20).
[7] Mauricio Beuchot, La esencia y la existencia en la filosofía escolástica
medieval. Su repercusión en la filosofía analítica actual, UNAM, México, 1992, p. 30.
[8] Cabe mencionar que las ideas universales no existen fuera de la mente.
Y respecto a la reflexión cultural de Tzvetan Todorov, lo universal es un
horizonte de armonía entre los particulares. De esta postura podemos rescatar
que lo universal es un horizonte del sujeto.
[9] Supuestamente para hacer
referencia a las ideas particulares y universales se debe usar el singular y no
el plural. O sea, se precisa decir: todo hombre en vez de todos los hombres o
algún hombre en lugar de algunos
hombres. La razón para hacer esto está en que
dichas ideas no constituyen la suma de individuos, sino un tipo de ser,
una esencia abstracta.
[10] Como ejemplo, tenemos el
libro de Rodolfo Escobedo Díaz de León: Lógica
Formal, editado por Trillas.
[11]
Podríamos objetar que todas las ideas universales son distributivas y
viceversa, ya que si hablamos de todos los perros, el hecho de que se refiera
al conjunto, no anula que también se refiera a cada individo de ese conjunto.
Las notas de su comprensión, pues, también afectarían a todos los individuos de
su extensión.
[13] Obviamente que tal
contemplación, no implica la ingenuidad de que la mente, con sólo ver algo, ya
sabe qué es, sino que genera a partir de ese contacto, un prototipo.
[14] Esta
noción supone las categorías de la metafísica aristotélico-tomista. Pues podría
haber en nuestra mente otras ideas simples que no sean la del “ser”. Por
ejemplo, la idea de “rojo” efectivamente implica en la mente de una persona que
no es lega en la ciencia que la rojeza es la nota constitutiva de dicho
concepto. Tampoco le importa, ni conoce
la noción aristotélica de que el rojo podría ser un accidente de cualidad.
[15] Algunos
manuales entienden a las ideas complejas e incomplejas como una subdivisión de
las compuestas y otros manuales las manejan como si estuvieran al mismo nivel,
pero con criterios distintos.
[16] También es típico hablar
de ideas exactas e inexactas dentro de esta clasificación. Las ideas exactas reflejarían las cualidades
esenciales sin dominar los detalles o
particularidades, pero tampoco sin agregar o quitar nada a ese contenido
esencial. A la idea exacta se le opone la “inexacta”,
que añade o quitan algo a la esencia. Fácilmente se puede identificar con las
ideas “confusas”. A mi me parece petulante y muy problemático saber con
claridad cual es el contenido esencial de una cosa y cual no lo es. Sin
embargo, también me parece rescatable la distinción entre un conocimiento
somero y un conocimiento profundo de las cosas, como el que tácitamente se
reconoce en la distinción entre las ideas
exactas y las inexactas.
[17] José Rubén Sanabria utiliza el término “ideas detalladas” como sinónimo
de distintas; Daniel Marquez Muro en vez
de hablar de ideas “distintas”, habla de ideas “precisas” y las define como “las ideas que determinan
perfectamente su contenido”. En mi opinión, ambas se identifican. A su vez, él
contrapone la idea “vaga” a la “precisa”,
ya que expresa su contenido de una manera indeterminada. Igualmente considero
que esta idea (la vaga) se puede identificar con la “obscura” o bien con la “confusa” (no me
queda claro). También podríamos identificar las ideas precisas y las vagas con
las exactas y las inexactas o hablar de una jerarquía de ideas donde tendríamos
las siguientes: 1) vagas o inexactas, 2) exactas, detalladas o distintas y 3)
precisas. Lo cierto es que el paso de una idea obscura a una idea confusa, vaga
o inexacta -pero finalmente clara- no está detallado bien, porque si omitimos alguna o algunas cualidades
esenciales de un ser, no hay garantía de
que no confundamos a ese ser con otro por desconocer dicho atributo. No está
tampoco claro el criterio que me permite llegar a la máxima claridad y partir
de la mínima. La realidad no se conoce
tan fácilmente y por esa razón es absurdo clasificar las ideas en torno a la
realidad. Suponiendo que el conocimiento de la realidad pudiera darse con una
claridad máxima. Vaya, ese criterio es relativo y si se va a sostener, al menos
hay que reconocer su relatividad. Así pues, hay quienes distinguen tres tipos
de ideas y sus respectivas contrapartes: claras, exactas y adecuadas. Las
primeras significan a la razón, es decir generan un significado que es
entendido por la mente, pero dicen poco de las características del objeto; las
exactas abarcan "satisfactoriamente" los aspectos esenciales del
objeto que representan; y las
adecuadas abarcan tanto a las
características esenciales como a los detalles que conciernen a ese
objeto. Sus contrapartes de las ideas
claras, son las oscuras, de las exactas,
las inexatas; de las adecuadas las inadecuadas.
[18] Charles G. Morris, Introducción
a la Psicología ,
Prentice Hall, 7ª ed. México, 1992, p.
229.
[19] La identidad puede ser material o formal. La primera alude a la
coincidencia de los conceptos respecto al mismo objeto material o cosa
(departamento y apartamento), la segunda
se refiere a una coincidencia en las características de algo, ya sea en su totalidad,
o bien parcialmente.
[20] También conocidas como sociables o conexas.
[21]
También conocidas como insociables o inconexas. Es verdad que las ideas
inconciliables no siempre pueden distinguirse con claridad de las conciliables,
pues según la actitud que asumamos, podríamos suponer que las ideas de sólido y líquido pueden coexistir en
el objeto “hielo”, o bien, los conceptos rojo y blanco, podrían coexistir en
ser determinado. Sin embargo, la diferencia entre estos dos tipos de ideas
tiene que ver con categorías muy
cercanas –emparentadas en cierta función- que están en realación sea de
contradicción, contrariedad, relatividad o privación. En cambio, las ideas
inconciliables carecen de una relación tan cercana, a pesar de que coexistan o
no en un mismo ser.
[22] La
contradicción puede ser de dos tipos: 1) aquella que se da entre dos notas
constitutivas de un concepto, como
(grito largo y corto) y que se le llama contradictio in adjectio;
2) aquella que se da entre el sujeto y el predicado de un enunciado, como
“Todos los gritos son silenciosos” y a esto se le llama contradictio in
terminis.
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ResponderEliminarGracias
ResponderEliminarNecesito las respuestas
ResponderEliminarhttps://gacetafrontal.com/que-fue-la-guerra-de-reforma/
ResponderEliminarAl mismo tiempo, se pudo conocer que este grupo de personas iban de la mano del comandante del ejército liberal quien era José Nemesio Degollado.