La demostración
La verdad lógica es la
correspondencia o adecuación de un pensamiento con la realidad, alcanzada por
la actividad reflexiva; mientras que su falsedad es lo contrario, es una
inconformidad de lo pensado con la realidad, ya sea porque se le inventan
atributos que no posee (inconformidad positiva) o bien, porque se desconocen
algunas de sus características (inconformidad negativa).
Aclaremos una cuestión. La verdad
en la lógica material sólo es una correspondencia entre la mente y la realidad,
mientras que en la lógica formal es una cualidad accidental de los juicios, que
puede reflejar o no dicha correspondencia.
Ahora bien, la verdad, según la
tradición tomista, puede ser de tres tipos: lógica (que ya la mencionamos),
ontológica (correspondencia entre la cosa y su esencia) y moral
(correspondencia entre los pensamientos y los actos). La verdad ontológica me
parece un albur, pues todo objeto siempre corresponde a su esencia, porque él
es su esencia. ¿Acaso hay falsedades ontológicas? En cambio, la verdad moral es más atinada
como concepto, pero desde luego que su estudio le importa a la ética, aunque el
animal lógico -que es el hombre- cuando trata de ser lógico no puede prescindir
de las implicaciones morales de sus pensamientos.
Situándonos propiamente en el campo
de la lógica material, podemos observar que el sujeto cognoscente tiene en su
mente tres maneras básicas de vincularse con la verdad:[1] 1) la certeza,[2] 2) la opinión, y 3) el
error. La primera no da cabida a la duda, se considera con la posesión de la
verdad; la segunda concibe que el sujeto que conoce puede estar equivocado y la
tercera refleja una concepción falsa tenida
por verdadera en un tiempo pasado, o bien falsa en un tiempo presente respecto
a otros.
Basados en estas disposiciones de
la mente en torno a la verdad, las argumentaciones pueden ser: demostrativas
(cuando son ciertas), probables (cuando contienen opiniones) y falaces (cuando
son falsas). Yo puedo tener la certeza de que existo y la opinión de que el
fenómeno OVNI es real. Lo primero me consta, lo segundo no. Igualmente puedo
creer con certeza que soy un extraterrestre traído a la Tierra por un OVNI y mis
padres opinarán que eso es falso. Ahora bien, ¿cómo demostrar verdades y
falsedades?
La verdad no siempre es evidente.
He ahí que hay que echar mano de la argumentación. Argumentar significa ofrecer
una serie de juicios o enunciados para convencer al otro sobre la verdad de una
creencia o problema. Contemplando semejante labor, Carlos Pereda, propone las siguientes
recomendaciones:[3]
I.
Con respecto
a las perplejidades, conflictos y problemas de creencias, piensa que tratarlos
con argumentos conforma el modelo para enfrentar esas dificultades.
II.
Ten
cuidado con las palabras.
III.
Evita los
vértigos argumentales (es decir, el vicio de defender con argumentos su
propio punto de vista de manera
dogmática, violenta y cerrada).
IV.
Atiende
que tus argumentos no sucumban a la tentación de la certeza o a la tentación de
la ignorancia, pero tampoco a la tentación de poder o a la tentación de la
impotencia.
Ejercicio
Lee
el siguiente caso e indica cuáles de las siguientes hipótesis guardan con la
verdad lógica una relación de certeza,
de opinión y de error.[4]
En el año de 1881 en una
casa desocupada en el vecindario de
jardines de Lauriston en la ciudad de
Londres apareció, en la primera habitación y sin rastro alguno de herida o de
robo en sus pertenencias, el cadáver de Enoch J. Drebber, hombre de 43 o 44
años de edad, estatura mediana, originario de Ohio, E.U.A. No obstante, al lado
del cuerpo había una mancha de sangre y en la habitación contigua un letrero en
la pared escrito con sangre que decía “Rache”. Entre las propiedades del
difunto se hallaron: un reloj, una cadena, un anillo y un alfiler, todos ellos
de oro; un anillo de diamante, un tarjetero de piel, 7 libras con 13 chelines,
una edición de bolsillo de Decameron
de Bocaccio con dos boletos de barco a nombre de Enoch J. Drebber y de Joseph
Stangerson.
A continuación se te presentarán algunas hipótesis y tú tienes que
calificar la relación que éstas tienen con la verdad (certeza, opinión o error),
haciendo uso de tu razonamiento y los datos arriba proporcionados.
Hipótesis
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Relación con la verdad
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El
occiso cometió un suicidio.
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El
occiso fue asesinado.
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Es
un caso de homicidio pasional.
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Es
un homicidio por asalto.
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Stangerson
asesinó a Drebber.
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Stangerson
era extraño al lugar del crimen.
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La demostración
Una
demostración es un argumento basado en
premisas verdaderas y evidentes que lleva a una conclusión de la misma
naturaleza. En otras palabras, es un silogismo científico porque, además,
pretende mostrar una propiedad que se le atribuye al objeto de la conclusión,
da pruebas de la veracidad de un conocimiento.
Así
pues, las demostraciones deben cumplir con dos requisitos: 1) validez formal, es decir, que la
conexión entre una premisa y otra sea correcta en función de las reglas lógicas
que hemos visto, ya que éstas (las reglas) establecen las condiciones
necesarias (que ocurre sólo si sucede x) o suficientes (basta con que suceda
“x”, pero también podría ocurrir si sucediera “y”) para que suceda algo y esas
condiciones deben estar bien enlazadas; 2) que la demostración esté
fundamentada en un conocimiento universal o en su defecto válido para una
ciencia determinada.
En
consecuencia, en toda demostración hay los siguientes componentes: 1) la tesis, que es lo que se pretende
demostrar, por ejemplo que la
Tierra es redonda; 2) el fundamento
de la demostración, o sea, el apoyo que va a sustentar la tesis, por ejemplo,
que los demás planetas son redondos; 3) la prueba
o demostración en si misma (ya sea obtenida por el resultado de un experimento, la realización de un razonamiento
o una acción contundente que nos conduzca a la conclusión), por ejemplo: la
medición las sombras de algunos edificios en distintas partes de la Tierra para mostrar su
esfericidad o, de plano, una fotografía obtenida desde un transbordador espacial.
Respecto
al fundamento de las demostraciones, podemos decir que todas ellas se basan en
los principios lógicos supremos, pero también se fundan en principios, que de
alguna manera tienen conexión con éstos: los axiomas (proposiciones
evidentes por sí mismas, que no se sustentan en otras proposiciones y,
supuestamente, son comunes a todas las ciencias),[5] teoremas (principios que no son
evidentes, pero que han sido
demostrados), postulados (conceptos que no son evidentes, pero
que no incurren en contradicciones) y definiciones o juicios científicos
(conceptos propios de cada ciencia) basados en axiomas y/o postulados.
Las
demostraciones pueden ser de varios tipos: extrínsecas (si recurren a un testimonio) e intrínsecas
(si buscan una verificación a partir de la cosa). Las intrínsecas se
dividen en inductivas y deductivas respectivamente cuando van de lo particular
a lo general y de lo general a lo particular. Las deductivas a su vez se
dividen en directas e indirectas. Las demostraciones directas nos
muestran la verdad de una argumentación por la realidad misma, por la
naturaleza de las cosas que se “observan” en las premisas del silogismo. Ejemplo:
Todos
los combustibles se queman
El
aluminio es un combustible
El
aluminio se quema
Efectivamente
el aluminio es un metal combustible que, al ser expuesto al fuego, se prende,
como constataron los ingleses en la
Guerra de las Malvinas con sus artefactos hechos de dicho
metal.
La demostración indirecta (ad absurdum
o demostración apagógica), en cambio, demuestra algo mostrando la falsedad de
lo contrario a lo que se quiere demostrar o bien, por la descalificación o
refutación de ciertas proposiciones excepto una, que es la que se asume como la
legítima en una disyunción.[6] Trataremos de dar un
ejemplo más bien existencial que matemático:
Si Susana se va de fiesta, su mamá se enoja, porque en la casa hay
reglas que se deben de acatar y es hija de familia; si Susana deja de ir a
fiestas, su mamá se enoja porque la niña debe de socializar. En caso de que
Susana le echara en cara enunciando ambas actitudes para demostrarle que en
realidad esas no son las razones del enojo de su mamá, eso equivaldría a una
demostración indirecta.
Ahora
bien, la ciencia a veces recurre a demostraciones que no implican los datos
directos de la experiencia y que, sin embargo, proceden a partir de
generalizaciones abstractas. Éstas son demostraciones matemáticas, mientras en otras ocasiones, se requieren de
los datos de la experiencia y, consecuentemente, son demostraciones
empíricas. Obviamente ambas demostraciones se compenetran frecuentemente.
Citemos un sencillo ejemplo, la evidencia empírica de que los planetas se
mueven en el espacio bajo ciertas trayectorias se apoyó en la demostración
matemática del eter, primero y después, de las leyes de la gravedad.
Pedro Chávez nos dice que en el ámbito formal
(es decir, de generalizaciones abstractas) a la comprobación se le llama
demostración, mientras que en el ámbito
empírico se le llama verificación.
Sin embargo, muchas veces son usados como equivalentes los tres
términos.
Ejercicio
Retomando el caso del homicidio de Drebber, se escribirán ciertas
demostraciones que se realizaron para resolver
su asesinato e indica a qué tipo
pertenecen.
Demostración
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Tipo
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Un policía testifica que había un borracho afuera de la casa
abandona donde se cometió el homicidio y vio pasar poco antes dos carrozas.
Por lo tanto el borracho sabe quién fue el asesino.
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Se cree que el asesino fue Stangerson porque Drebber tenía un boleto
a nombre de él, sin embargo, Stangerson apareció apuñalado en su cuarto de
hotel después de la muerte de Drebber. Por lo tanto, Stangerson no es el
asesino.
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Las pruebas forenses revelan que el muerto consumió veneno. Eso
explica su muerte.
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[1] Obviamente que existen otras
dos formas: la ignorancia (ausencia de conocimiento), la duda (oscilación entre
dos criterios antagónicos). La ignorancia puede ser privativa o positiva, si la persona que ignora
está obligada a saber por una responsabilidad moral, mientras que es negativa
si no tiene obligación alguna de saber.
La duda, en
cambio, puede ser positiva (cuando hay
razones de peso en ambas razones para dudar),
negativa (cuando no hay razones a favor, ni en contra para dudar), o
bien, ser una sospecha cuando el sujeto se inclina más por una de las razones,
pero no se atreve a hacerlo plenamente. José Manuel Villapando además sugiere
que incorporemos entre estos estados de la mente respecto a la verdad a la
creencia, la probabilidad y la evidencia.
Respecto a la creencia -siguiendo a Santo Tomás- dice que es un grado
distinto de verdad pues, aunque se tiene
un conocimiento en ella no es evidente. Las creencias son tenidas por
verdaderas y en este sentido parece que no se distinguen claramente de las
certezas, a menos que recurramos a la evidencia
(que es la manifestación clara del objeto en la mente) y entonces admitamos
que hay certezas que son creenciales y otras que son evidentes. Ahora bien, respecto a la probabilidad (que
es la concientización de la posibilidad de que se lleve al cabo un hecho, según
Villalpando) hemos de decir que otros autores, como Marquez Muro, más bien le
asignan un carácter objetivo, es decir, no es la conciencia que se tiene de una posibilidad, sino la cosa misma en
cuanto que potencialmente puede ser
conocida en menor o mayor medida por la mente. Si es problema que llueva
mañana, no se debe al estado emocional de la opinión, sino a que hay factores
meteorológicos que no podemos predecir con exactitud y que sólo nos permiten
hacer un pronóstico impreciso.
[2] La certeza es de dos tipos: absoluta, cuando se sabe que algo
necesariamente es así, o hipotética, cuando se sabe en última instancia lo que
se enuncia está sujeto a alguna
excepción o variante.
[3] Carlos Pereda, Vértigos argumentales.
Una ética de la disputa, Anthropos/Universidad Autónoma Metroplitana,
Barcelona, 1994, introducción.
[4] Sacado de la edición de Aguliar de la novela Estudio en Escarlata.
[5] También un axioma es entendido
como una tesis muy general, que sea evidente o no, sirve para deducir teoremas
de ahí.
[6] La demostración directa puede ser: a priori y a
posteriori. Cuando es a priori parte de la causa para mostrar el efecto;
esto es que la verdad de la conclusión
depende de la verdad de las premisas, ya que el término medio de éstas es causa
del predicado de la conclusión. Por ejemplo:
Todo esfuerzo grande es agotador
Estudiar es un esfuerzo grande
___________________________
Estudiar es agotador
Igualmente si una demostración directa tiene como premisas juicios a
priori, decimos que es pura; si tiene como premisas juicios sintéticos es
empírica y si tiene premisas de ambos tipos es mixta. Tanto las proposiciones a
priori, como las a posteriori pueden ser quid o quia, según se basen en causas
próximas o no se basen en ellas respectivamente.
Mientras con la demostración a
posteriori (también conocida como demostración quia
por el efecto) arranca
del efecto para llevarnos a la causa, en otras palabras, demuestra la
existencia de una causa a partir de sus efectos. Por ende, la verdad de las
premisas depende de la conclusión, ya que término medio es posterior a la conclusión:
Todo tamarindo es agridulce
Algunos tamarindos son transgénicos
_______________________
Algunos transgénicos son agridulces.
Del efecto de que algunas cosas
(específicamente unos tamarindos) sean
agridulces, se puede concluir que algunos transgénicos también lo sean, pues ya
ha sido aceptado que algunos de ellos son tamarindos. O bien, piénsese en otro
ejemplo: si vemos humo, inferimos que lo causó una fuente de combustión; si
vemos una huella, inferimos que alguien o algún animal la provocó. Así pues,
está basada en el principio de causalidad y en buena medida echa mano de la
inducción, pues esta demostración metódicamente no es deductiva (no va de lo
general a lo particular), pero silogísiticamente posee una inducción como
premisa mayor. Se sabe gracias a probar
tamarindos individualmente, que ellos son agridulces.
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