Obsecración

Es una figura de pensamiento que ruega por la asistencia de un agente divino (Dios, santo, virgen,  espíritu), una persona o un recuerdo para obtener alguna gracia o beneficio. Este recurso interrumpe el discurso que se está narrando para incorporar una súplica que, aunque implora a una entidad en específico, está dirigida a sus oyentes. En ocasiones el propio ruego está dirigido al juez, al oponente o al auditorio. Regularmente se emplea en la parte más débil de una argumentación, admitiendo una culpabilidad y hasta una pena o mérito. Está destinado a mover los sentimientos del otro y a poner en un predicamento moral a quien lo escucha.
También es llamada depreciación cuando no está dirigida a una divinidad.   
Ejemplo: “Aquel hombre aunque asaltó con un arma a aquel automovilista ciertamente pagó su culpa con la inocencia de ser un primodelincuente y el castigo del Altísimo de haber quedado paralítico por la bala de un policía. Imploro por la misericordia humana y el perdón de Dios, porque este hombre está muy arrepentido de lo que hizo y nunca más lo volverá a hacer”.

Bibliografía


Federico Carlos Sainz de Robles, Diccionario de la Literatura, t. 1, Edit. Aguilar, Madrid, 1982.

Helena Beristáin, Diccionario de Retórica y Poética, Editorial Porrúa, 9ª  ed., México, 2006.

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