El arte de la cerámica

Es el arte de fabricar objetos de arcilla o  bien a partir de otros materiales (loza, terracota, porcelana) por acción del calor (temperatura superior a los 400 grados centígrados).  Viene del  griego keramikós, que significa  “de los objetos de barro cocido”.[1] Había un barrio de alfareros en Atenas y se les llamaba los “cerámicos”. Actualmente a la persona que se dedica a la cerámica se le llama alfarero, mientras que su lugar de trabajo es el alfar.
Este arte implica una preparación del material, una composición o modelado, secado y pulido y finalmente el horneado, el vidriado y la decoración (si es que las llevas a estas dos últimas).
La cerámica puede tener un uso funcional, como vasos, recipientes o ladrillos; o bien, ornamental   y/o religioso, como estatuillas, etcétera. Lo mismo es arte decorativa, que arte no funcional, dependiendo de qué produzca.
La cerámica se suele considerar como sinónimo de alfarería, aunque para otros estrictamente el alfarero trabaja sólo con el barro cocido, de tal manera que la gente que se dedica a la cerámica domina otras técnicas, además de la alfarería, como el esmaltado. Se suele referir con el término alfarería al trabajo popular o doméstico del modelaje de piezas en barro, o bien, a la cerámica primitiva. La palabra alfarería proviene del árabe al-fajjar, que significa  “vasijas de barro”. Etimológicamente significa casi lo mismo que cerámica, pero una alude a vasijas y la otra a objetos. En consecuencia, se pueden usar como sinónimos o no, según las preferencias ideológicas del hablante.
Se puede realizar una cerámica de baja calidad o de alta. A la de baja calidad se le llama regularmente alfarería de basto. A la de alta calidad se le llama alfarería de fino. La primera carece de valor estético, la segunda no. Se caracteriza ésta última por un acabado cuidadoso, que puede ser terminado con una técnica de vidriado y/o de pintura. También  surge la alfarería popular o tradicional, que se refiere a la producción artesanal de piezas cerámicas con los materiales y combustibles del entorno de un lugar. Aquí se puede incorporar la azulejería como una forma de cerámica. Así pues, tenemos que la cerámica lo mismo produce artesanías, manualidades e híbridos. También existe una alfarería o cerámica industrial que tiene por propósito la elaboración masiva y automatizada de productos cerámicos de tipo casero, arquitectónico, dental, etc. Ésta es ajena en algunos aspectos a la estética, aunque no está exenta de producir alguna impresión estética en el usuario final de tales productos. De hecho la cerámica industrial, gracias al influjo del Art Noveau, el movimiento de Arts and Crafts de 1861 en Inglaterra, la Exposición Universal de Paris de 1900 y la Bauhaus de 1920 (la escuela alemana de arquitectura y diseño), tomó la preocupación de producir objetos estéticos para el hombre. Un ejemplo del equilibro entre estos tipos de alfarería, se puede observar en la obra de los hermanos españoles Lladró.
La Alfarería es practicada desde el Paleolítico europeo, así que es un arte muy antiguo.  La creación de muchas de estas piezas puede rayar en la producción artística, como lo ejemplifica la cerámica china.  Históricamente ha destacado la cerámica china, junto con la coreana, la japonesa, la mesoamericana, la persa, la mesopotamia, la egipcia, la griega, la romana, la árabe y recientemente la europea.

Fuentes


https://es.wikipedia.org/wiki/Cer%C3%A1mica (consultado el 20 de febrero del 2016).
https://es.wikipedia.org/wiki/Alfarer%C3%ADa (consultado el 20 de febrero del 2016).
Varios, Biblioteca Premium Encarta Microsoft 2006, entrada: cerámica.




[1] Guido Gómez de Silva, Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Española,  FCE, México, 2009, entrada: cerámica. 

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