El Multiculturalismo


El multiculturalismo, en su sentido más general,  se refiere a la coexistencia  de diferentes culturas en una misma entidad política.[1] El hombre, como género,  es uno y diverso; es uno porque posee una misma naturaleza y es diverso por las variaciones culturales que la humanidad ofrece. Pero el multiculturalismo, también se puede referir al estudio y propuestas jurídico-políticas que se dan en las ciencias humanas y la filosofía en torno a la diversidad cultural.  Por eso, Pablo Lazo Briones distingue entre la multiculturalidad y el multiculturalismo. La primera, se refiere a la realidad humana de la existencia de muchas culturas, el segundo al estudio y propuestas sobre la multiculturalidad.[2]
 Pero, ¿qué es una cultura? La RAE la define como un “conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc”.[3] Por eso, es que de un modo más general, el filósofo Jesús Mosterín dice que la cultura es la información que se transmite entre cerebros,  es decir, información adquirida por aprendizaje social.[4]  Esta información puede ser descriptiva (de datos, conocimientos), práctica (de saber hacer) y valorativa (evaluaciones).[5] Los animales superiores, pues,  obtienen información por herencia biológica o por aprendizaje.  En el caso humano, un individuo puede transmitir   casi toda la información que tiene a través del lenguaje.  No obstante el ser humano genera tanta cultura, que no puede retenerla toda en su cerebro y requiere de una memoria de soporte externo, es decir, del registro de la información. La información cultural puede dividirse en unidades simples: una idea, un uso, una habilidad, la fabricación o manejo de un instrumento.  Son trozos elementales de cultura. Estas unidades son llamadas por los antropólogos rasgos culturales, Mosterín  -siguiendo a  Richard Dawkins- prefiere llamarle memes.  El soporte de los memes está en estructuras y  circuitos neuronales.  La llamada cultura material, no es propiamente cultura, sino objetos del mundo que indirectamente reflejan a los memes.  Los memes pueden agruparse en constelaciones, constituir instituciones, que Mosterín llama macromemes. La información en un cerebro, puede constituir la cultura individual, pero también hay cultura de compartida.  Esa cultura pertenece a grupos, de tal manera que no todos los grupos tienen la misma cultura. Pero el contacto entre grupos distintos favorece el intercambio cultural, incluso habiendo una tendencia a la cultura universal.´
Dos actitudes típicas frente a la diversidad cultural son el etnocentrismo y el exotismo.
 El etnocentrismo “ensalza y mitifica los rasgos culturales endógenos, mientras desprecia o vilipendia los exógenos”.[6] Formas del etnocentrismo serían el nacionalismo, la xenofobia, el cientificismo, el racismo, el colonialismo. El primero se caracteriza por exaltar fanáticamente los valores de la cultura propia, el segundo por fomentar el miedo a lo extranjero, el tercero -en el contexto del estudio de la cultura-  justifica ideologías sobre una superioridad racial o cultural a través de la ciencia; el cuarto en la discriminación de un grupo racial determinado y el quinto se caracteriza por el sometimiento y explotación políticos y económicos de otros grupos culturales a los que se le impone la cultura del grupo dominador.
El exotismo, es la postura contraria hacia el otro cultural: mientras que el etnocentrismo lo sobaja, el exotismo lo enaltece. En esta postura, la exaltación de los valores de otra cultura, en realidad, responde más a una autocrítica de la propia, que a la comprensión de ese grupo. Hay dos formas de asumir el exotismo: como primitivismo o como malinchismo. El primitivismo ve al extranjero como un grupo simple y muy lejano que en su simpleza encierra una mejor forma de vida. El malinchismo, en cambio, ve como superior al extranjero.  
El asunto de la diversidad cultural está sometido a la reflexión sobre lo universal y lo relativo. Lo universal estaría asociado a la idea de una naturaleza humana, a un deber ser de la humanidad, a una igualdad cosmopolita, mientras que el relativismo es una defensa de la diferencia del otro. El relativismo, como el universalismo,  piensa la igualdad; sólo que el relativismo se refiere a una igualdad de la diferencia. Un grupo cultural de suyo no puede ser superior a otro, todas las variaciones culturales son igualmente valiosas. 
En consecuencia, las posturas tradicionales en torno a la cultura conducen a una tercera postura, de corte filosófico que trata de resolver el problema entre esos dos polos, entre lo universal y lo relativo, entre la unidad del género humano y la diversidad cultural. Algunos filósofos tradicionales del multiculturalismo, proponen un marco jurídico adecuado para permita y reglamente la coexistencia multicultural, que se establezcan y respeten los derechos de grupos. Todorov propone una solución más bien antropológica: propone dejar de ver al otro como otro, hay que verlo como un “yo” con el cual se debe de convivir en un contexto de humanismo crítico, es decir, en el que la universalidad sea comprendida como un horizonte común a los interlocutores de un debate, que les permite ejercer una pertenencia nacional tolerante, ya que la humanidad es una y diversa. A esta intención se suma el filósofo mexicano Pablo Lazo quien propone tres principios ético-hermenéuticos para regular las relaciones entre culturas distintas en un plano de igualdad: 1) no tratar de manipular para beneficio propio la interacción entre ambas culturas, 2) no tratar de incorporar al otro cultural a un esquema o estructura política determinado, 3) entregarse a la autotransformación mutua vía del encuentro cultural.  ¿Son utópicos principios? Posiblemente. Al menos son deseables.
Por el otro lado, Lazo critica la idea de una cultura única que se propone en los estudios multiculturalistas de carácter jurídico-politico. La cultura única engloba a las ideas de la Razón, la Historia, la Ciencia, el Hombre, como categorías con una sola interpretación universal. A esa propuesta le llama panóptico multicultural y la opone al pensar la multiculturalidad desde los imaginarios a través de la metáfora de una “ciudadanía imaginal en resistencia”.
Piensa que la humanidad no se puede pensar como una unidad absoluta, ni homogénea. La humanidad es una realidad plural que se piensa desde imágenes que requieren de una interpretación (hermenéutica) y que el status quo ha utilizado la imagen de la multiculturalidad para preservar la exclusión real de comunidades y a la presencia del capitalismo como sistema mundial.  
La resistencia que ejerce el ciudadano contra la Cultura Única se da resignificando las imágenes y prácticas que han perdido sentido en la sociedad contemporánea por reducirse al sentido que la economía de mercado y el poder dominante quieren que tengamos de las cosas. La interpretación no es pasiva, pretende hacer algo con lo que se interpreta. Lo que se propone es una reconstrucción de esos imaginarios. La resistencia de la ciudadanía imaginal no está hecha para ganar espacios públicos institucionales, sino  producción y consumo (resemantización) de los símbolos de nuestra vida ordinaria  para que transforme nuestra relación con el poder en la cotidianeidad.  Es decir, si la cultura es información y hay una intención de imponer parte de ésta, la resistencia ciudadana imaginal  "re-estructura" esa información.

Fuentes:


Jesús Mosterín, Filosofía de la cultura, edit. Alianza, Madrid, 1994.
Pablo Lazo Briones, Crítica del Multiculturalismo. Resemantización de la multiculturalidad, edit. UIA/Plaza y Valdés, México, 2010.
Todorov, Tzvetan. La Conquista de América. El problema del otro. Edit. Siglo XXI, México, 2005.
-Nosotros y los otros. Reflexión sobre la diversidad humana. Edit. Siglo XXI,  México, 1991.
Todorov, Tzvetan y Portevin, Catherine. Deberes y Delicias. Una vida entre fronteras. Edit. FCE,  Buenos Aires, 2003.




[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Multiculturalismo (consultado el 27 de julio del 2014)
[2] Cfr. Pablo Lazo Briones, Crítica del Multiculturalismo. Resemantización de la multiculturalidad, edit. UIA/Plaza y Valdés, México, 2010, introducción.
[3] http://lema.rae.es/drae/?val=cultura (consultado el 27 de julio del 2014).
[4] Jesús Mosterín, Filosofía de la cultura, edit. Alianza, Madrid, 1994, p.15-16.
[5] La información descriptiva, en términos de cultura, se traduce en creencias, mitos, ficciones, ciencia; la información práctica y valorativa, que muchas veces se dan estrechamente ligadas,  se convierte en técnicas, tecnologías  o ingenierías,  artes, valores, normas, instituciones.
[6] IBid., p. 138.

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