Las protestas de Georg Floyd

junio 02, 2020

El mes de mayo parece ser especial para los movimientos sociales. Recordemos la Francia de 1968. Ahora tenemos otro mayo, el estadounidense, uno con sabor a junio, uno que recuerda a Rodney King. Un mayo que tiene el aroma que desprenden los imperios cuando caen, un mayo que tiene un águila calva que desciende herida por los aires. ¿Será que estamos en los albores del declive norteamericano? En plena guerra comercial con China, en una crisis sanitaria por la pandemia de coronavirus siendo el país con la mayor cantidad de muertos, ante un inusitado desempleo de más de 35 millones de personas[1] miles de norteamericanos, quizá millones, han salido a protestar.

La causa, o tal vez sólo el pretexto, que derramó el agua del vaso que fue el asesinato del ciudadano Georg Floyd a manos de la policía de Minneapolis el 25 de mayo del 2020 alrededor de las ocho de la noche. El incidente inició con un reporte que hicieron los empleados de la tienda Cup Foods en la que Floyd había pagado unos cigarrillos con un billete falso de 20 dólares junto con un amigo suyo. Dado que ambos se quedaron fuera del establecimiento platicando y ante el conocimiento de que había cometido un pequeño fraude, se llamó a la policía. Cuatro policías se encargaron de la situación. En un principio no opuso resistencia. Momentos después, al parecer por no querer entrar a la patrulla, fue sometido con brutalidad: dos policías encima de su tórax y piernas, otro más encima de su cuello con la rodilla durante ocho minutos con 46 segundos. Este último pasó a la fama por ser grabado en vídeo por Darnella Frazier, una adolescente de 17 años, quien en compañía de otros transeúntes, le suplicaba al oficial que dejara al hombre en paz. Muchos otros grabaron vídeos, pero Frazier fue la que obtuvo mayor notoriedad a través de Facebook Live. Se hizo viral en las redes sociales. Indignó a la gente. El detenido jadeaba y gritaba que no podía respirar. Se desmayó. Los policías llamaron una ambulancia. En el hospital fue declarado muerto.

Se realizaron dos autopsias. La oficial declaró que su muerte fue provocada por un problema cardiaco en combinación con el estrés del momento y sustancias ilegales consumidas por el occiso: fentanilo y metanfetaminas. La autopsia independiente dictaminó muerte por asfixia mecánica.

El 26 de mayo iniciaron las protestas en la ciudad de Minesota en torno al medio día. En un principio fueron pacíficas. Pero más tarde se volcaron a la violencia. La gente quemó el precinto de la policía y dos tiendas. Otros comercios resultaron saqueados. El 27 de mayo las protestas continuaron y se elevaron de nivel. Hubo un muerto que fue asesinado por un tendero. La policía usó gas lacrimógeno y balas de goma. Al siguiente día se declaró emergencia en el Minneapolis. Se deplegó a 500 efectivos de la guardia nacional.

Las protestas han continuado en la ciudad, pero, además, se han extrapolado a otras ciudades. Se cree que a unas doscientas. Los lugares donde las protestas han sido mayores son: Atlanta, Bostón, Charlotte, Denver, Los Ángeles, Nueva York, Miami, Philadelphia, Phoenix, Pittsburgh, Richmond, Salt Lake City, Seattle y Washington, D.C. En ellas no sólo ha habido manifestaciones, sino también saqueos y enfrentamientos. Pareciera que la ficción hollywoodense de la Purga se hizo realidad.

A pesar de que el oficial Derek Chauvin fue arrestado el 29 de mayo, un día después de haber sido despedido junto con sus tres excompañeros y cómplices, el enojo de la gente no cesó. Al parecer, la acusación de homicidio en tercer grado y la autopsia a modo de parte del Estado, enfurecieron más a los protestantes. Incluso grandes celebridades como Michael Jordan se pronunciaron en contra del racismo.

Hasta el momento ha habido 9 muertes directamente asociadas a las protestas. También se han arrestado a alrededor de 5600 personas.[2] El 31 de marzo, la Casa Blanca fue amenazada por una multitud de personas. Donald Trump se resguardó en su bunker anti-terrorista.

Mientras tanto, el presidente norteamericano en una clara falta de empatía, se compara con Abraham Lincoln en la defensa de los derechos de los negros en Twitter, condena la anarquía, los saqueos y los asesinatos; mas no se pronuncia contra la brutalidad policiaca ni el racismo. Olvida que desde el 2015 se han contabilizado 4 728 ciudadanos muertos por violencia policiaca, según datos del Washington Post. Habla de ley y orden, pero no se solidariza con las víctimas ciudadanas ni contra un hartazgo que ha ido desvaneciendo lentamente la realidad del Sueño Americano. Así es, en mayo del 2020, el Viejo Sam se convulsiona, ¿irá a caer en coma o se levantará fortalecido?