¿Qué son las costumbres?
Muchas veces ha
sido definida la Ética como la rama
de la Filosofía que estudia las costumbres. Sin embargo, pocas veces se
reflexiona un poco sobre lo que son éstas. Ellas constituyen el objeto material
de su estudio y poca atención se les brinda. Según la RAE son maneras habituales de actuar o
comportarse. [1]También
pueden ser entendidas como prácticas tradicionales de una colectividad o lugar.
[2]
Costumbres entonces son las danzas, fiestas, comidas, creación de artesanías,
el idioma; cosas que distinguen a una comunidad.
No obstante, las costumbres no
son prácticas exclusivamente humanas. Los animales también las tienen. La
ciencia que las estudia se llama Etología.
Muchas de las costumbres animales están más ligadas a prácticas
instintivas, pero también otras lo están a aprendizajes. Las costumbres
humanas, en cambio, suelen ser asociadas más bien con prácticas aprendidas en
las comunidades, que si satisfacen a un instinto, ciertamente lo hacen de
manera culturizada. Las prácticas fisiológicas humanas como la nutrición y la
excreción no entran en el ámbito de las costumbres humanas. Las prácticas
ligadas a la comunidad, su historia y desarrollo, el nomos, esas sí son las
costumbres humanas.[3] El
estudio científico de éstas lo realizan la Etnología y la Antropología
cultural.
Etimológicamente “costumbre” viene
del latín consuetidunem que se
refiere en ese idioma a las costumbres, usos, al hecho de estar acostumbrado, a
la familiaridad.[4] En
griego la costumbre era asociada a la palabra éthos y en latín a mos, moris. Éthos se refería en Grecia a un uso en el sentido de expresión
externa del comportamiento o también a una manera de ser, a un lugar o patria o
un hábito moral. El éthos es un modo
o forma de vida en su significado más pleno filosóficamente hablando.[5]
En latín mos era un uso o costumbre,
y su plural remitía a un conjunto de conductas que no eran dictadas ni por la
ley ni por las instituciones. En indoeuropeo usaban el radical *swe para referirse a esos hábitos. De
ahí que se emparentara la palabra mos,
moris con suesco y suescere, que
significa acostumbrar o habituarse. De ahí que haya conexión entre las palabras
“moral” y “costumbre” del español.
En fin, las costumbres se
transmiten a través de las instituciones (como la educación, el estado o la
iglesia) o bien a través de la tradición oral. Las propias costumbres pueden
constituirse en tradiciones (actividades simbólicas que se transmiten
generacionalmente sin una base organizativa) o en leyes del Derecho.[6]
Antes de ser tradiciones o leyes, se pueden considerar como “hábitos” También pueden ser entendidas como normas
sociales que definen el comportamiento de una persona en una comunidad y cuyo
incumplimiento deriva en desaprobación, el aislamiento o un castigo que puede
ser físico o no. Para el sociólogo Henry Pratt Fairchild las costumbres son la
“expresión ordenada de la voluntad social que surge natural y espontáneamente
del hábito y el uso activos en cuanto manifestaciones del común
consentimiento”.[7] Las costumbres expresan la voluntad individual
y popular. Igualmente las costumbres expresan los valores de una comunidad, que
suponen un respeto por la calidad humana de la existencia. Pero también las
costumbres denotan reacciones psíquicas que parecen más automáticas e
involuntarias que deseadas y decididas. Por eso son entendidas como el efecto
del hábito que, ante una excitación prolongada o repetida, hace que se deje de
reaccionar ante cierto estímulo.[8]
Así pues por costumbre se puede generar o embotar una emoción o un sentimiento.
Se puede hablar de buenas y malas
costumbres. De aquellas que la sociedad aprueba y de aquellas que desaprueba. [9]
Algunas costumbres van, incluso, en contra de la ley. Otras se dan en armonía
con el Derecho.
En un principio las costumbres
eran muy locales, así que su evolución era lenta y gradual, pues se daban en
comunidades pequeñas y estables. Luego, cuando éstas crecieron, surgió el mundo civil del Estado. Las costumbres se generalizaron y
diversificaron, creando parcelas distintas de valores respecto a una costumbre
única venida del pasado y de los antepasados.
Así, grupos sociales distintos generaron costumbres distintas, como se
observaba en los nobles y los campesinos, por ejemplo. Luego, la Revolución
Industrial marcó la gran sacudida de la relación entre la tradición y la
costumbre. La migración a las ciudades y el trabajo en las fábricas eliminó la posibilidad de transmitir las
reglas patriarcales del pasado de las comunidades rurales. Nació en consecuencia la moral burguesa, la cual se
asoció al manejo de instrumentos técnicos, al consumo y los medios masivos de
comunicación.
Las costumbres mutan rápido en
la época contemporánea, muchas de ellas son efímeras.[10]
Aparte, las sociedades occidentales del siglo XX y XXI han quitado importancia
a las costumbres y le han dado mayor importancia a las libertades individuales.[11]
Como podemos observar, la
“costumbre” es un término con muchos significados, rico en sinónimos. Están
relacionados con el hábito, la tradición, la ley. La costumbre sugiere
regularidad, permanencia e identidad. Sin embargo, las costumbres también
evolucionan. Cuando lo hacen pueden ser reversibles, si el cambio no es grave.
Algunas costumbres se constituyen en modas. Pero a veces, los cambios son
drásticos, no son reversibles y se abandona definitivamente lo anterior.
Las costumbres no se rigen por
el capricho o las fantasías de las personas. Aunque tal vez algunas de ellas
hayan surgido de imitar el capricho o fantasía de alguien. Más bien, responden a normas y modelos
inconscientemente admitidos. Incluso, podemos pensar que ellas se asocian a un
conformismo social. Pero la filosofía vincula las costumbres a la crítica de
eso. Aristóteles pensó que las costumbres buenas devenían en virtudes. Kant, en
cambio, consideró que la filosofía moral no era algo que surgiera de una
antropología empírica, sino de la deducción trascendental de la razón, de lo
que es el deber del hombre. En las costumbres la filosofía ha encontrado las condiciones
de la libertad, para asirse o
deslindarse de su práctica.
Fuentes:
https://es.wikipedia.org/wiki/Costumbre
(consultado el 11 de enero de 2019).
"Costumbres." Microsoft® Encarta® 2006 [DVD]. Microsoft
Corporation, 2005.
Étienne Souriau, Diccionario de
Estética, edit. Akal, Madrid, 1998, entrada “costumbre”.
Giuseppe Flores d’Arcais, Diccionario
de Ciencias de la Educación, Ediciones Paulinas, Madrid, 1990, entrada:
“costumbre”.
Guido Gómez de Silva, Breve
diccionario etimológico de la lengua española, edit. FCE, México, 2009,
entrada “costumbre”.
Henry Pratt Fairchild, Diccionario de
Sociología, edit. FCE, México, 2012, entrada: “costumbre”.
Monique Canto-Sperber, Diccionario de Ética y de Filosofía Moral,
tomo I, edit. FCE, México, 2001, entrada: “costumbres”.
Rafael Gil Colomer, Filosofía de la
educación hoy. Diccionario filosófico-pedagógico, edit. Dykinson, Madrid,
1997, entrada: “éthos”.
[3]
Monique Canto-Sperber, Diccionario de
Ética y de Filosofía Moral, tomo I, edit. FCE, México, 2001, entrada:
“costumbres”.
[4] Guido Gómez de Silva, Breve diccionario etimológico de la lengua española, edit. FCE,
México, 2009, entrada “costumbre”.
[5] Rafael Gil Colomer, Filosofía de la educación hoy. Diccionario filosófico-pedagógico,
edit. Dykinson, Madrid, 1997, entrada: “éthos”.
[7] Henry Pratt Fairchild, Diccionario de Sociología, edit. FCE,
México, 2012, entrada: “costumbre”.
[8] Étienne Souriau, Diccionario de Estética, edit. Akal, Madrid, 1998, entrada
“costumbre”.
[10] Giuseppe Flores d’Arcais, Diccionario de Ciencias de la Educación,
Ediciones Paulinas, Madrid, 1990, entrada: “costumbre”.
[11] Costumbres." Microsoft® Encarta® 2006
[DVD]. Microsoft Corporation, 2005.
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