La historia de los lectores electrónicos


Parecieran un invento del futuro. Un sustituto al tradicional formato del libro impreso es el lector de libros electrónicos, el cual, ha ido haciendo su camino en el mundo de la cultura a paso lento. Razones hay muchas para que no se haya popularizado en todo el mundo: son costosos, hay una preferencia nostálgica por el libro de parte de muchos lectores, no existe un gran stock de libros en ese formato todavía y algunas personas leen en sus tablets, computadoras y celulares antes que en un lector electrónico (también conocido como lector de libros electrónicos o e-reader).
Lo cierto es que  también hay buenas razones para la existencia de estos aparatos. Dicha tecnología permite leer mejor un libro de manera electrónica ahí que en cualquier otro tipo de dispositivo. Están hechos para no cansar ni dañar la vista. Permite tener una gran cantidad de libros ahorrando mucho espacio físico, es una medida más ecológica, considerando que se evitaría la tala de muchos árboles, además de que tiene ciertas funciones que permiten subrayar, citar, compartir fragmentos, consultar términos en línea, opciones de formato y tamaño de letras al gusto del lector o diversas tonalidades de la pantalla.  
El precursor del libro electrónico fue el libro mecánico. Fue el invento de una profesora española, Ángela Ruiz, que permitía desplazar en carretes las lecturas. Su patente data de 1949.[1]
El primer intento de comercializar el libro electrónico fue en 1996 con un aparato de poca capacidad: era el Rocket E-book.[2] Sin embargo, el proyecto fracasó rotundamente. Tres años más tarde salieron al mercado el Softbook, el Librius Millenium y el EveryBook. Pero tampoco fueron proyectos tan exitosos.[3] En 2002, la invención de la tecnología de la tinta electrónica, permitió crear lectores de libros mucho más fáciles de leer. Eso dio paso a nuevos intentos. El primer lector electrónico exitoso salió al mercado el primero de noviembre del 2006. Si bien el e-reader es relativamente reciente, tiene más de 10 años comercializándose. En la actualidad existen muchos modelos y ofertas en una competencia dominada por un par de gigantes.
La empresa pionera en esta tecnología fue Sony. Su modelo era el PRS 500. Se vendía en Borders (una librería internacional), luego, se comercializó en tiendas como Costco y Best Buy. En 2007 se dio el auge de las plataformas de libros digitales on-line con Amazon, Google, Barnes & Noble y otras compañías.
                Paulatinamente fueron haciéndole mejoras en otros modelos (PRS 505, 600, 700) hasta llegar a su último modelo en 2013, el PRS-T3.[4] Sin embargo, Sony abandonó la producción de lectores electrónicos en agosto del 2014.[5]
Los lectores electrónicos encontraron un buen mercado, así que otras compañías entraron a la producción de sus propias líneas, como hizo Amazon en 2007 con Kindle, Grammata, una empresa española con su primer lector de libros en lengua española: Papyre (2007),[6] Barnes & Noble con Nook en 2009,[7] BQ, una empresa española de celulares y tabletas, también en 2009 con su línea Cervantes. Actualmente  BQ fabrica lectores electrónicos para otras compañías: Movistar, Casa del Libro, FNAC.[8] Por último surgió la empresa Kobo en 2010. Es una empresa asentada en Canadá, pero que es subsidiaria de una compañía japonesa: Rakuten.[9]
 Pero poco a poco han ido cayendo ante la competencia de los dos competidores más fuertes: Kindle y Kobo.  En 2014 salió Sony del mercado, en 2015 Papyre, en 2018 Nook.[10] Kindle y Kobo se posicionan como las dos más fuertes a nivel global. BQ es la principal compañía en lengua española.  
La competencia de los lectores electrónicos ha llevado a que la tendencia evolutiva implique el touch screen y la protección contra agua. El tamaño estándar de los lectores es de seis pulgadas, aunque hay modelos más chicos y más grandes. También ha mejorado la resolución, la iluminación de las pantallas, su peso se ha hecho más liviano, su capacidad de almacenamiento mayor, así como se ha mejorado la velocidad de sus procesadores.  En la actualidad se suelen manejar lectores de baja, media y alta gama.

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