El despido de Carmen Aristegui
El despido de
Carmen Aristegui no es un una decisión trivial, es un acto que sugiere la
participación de actores políticos que están determinando las acciones de la
Empresa MVS Noticias y determinando el curso de una vida democrática, ciudadana
sin respetar el derecho humano a la información.
MVS fue fundada por Joaquín Vargas
Gómez, quien murió en 2009. Ahora es dirigida por su familia, bajo la dirección
de Joaquín Vargas Guajardo. Esta empresa se ha caracterizado por una dualidad:
promover la libertad de expresión y despedir a Carmen Aristegui cada que se lo
pide el gobierno federal. Durante el gobierno del presidente Calderón, en 2011,
hirió la susceptibilidad de la Presidencia de la República al comentar y
cuestionar el rumor sobre el alcoholismo de Felipe Calderón. Esto derivó en una
rabieta del entonces primer mandatario. En consecuencia fue despedida esta
mujer de MVS. Sin embargo la indignación generalizada en las redes sociales y
finalmente una dosis de sensatez en el jefe del ejecutivo motivó a su
reinstalación. Carmen Aristegui genera la mayor audiencia en lo que se refiere
a noticiarios para esta empresa. No sólo eso, su noticiero radiofónico es el
más escuchado en el país, desde que también salió del aire por presiones
gubernamentales José Gutiérrez Vivó ocasionadas por Vicente Fox Quesada y
tácitamente apoyadas por su sucesor. Difícilmente un empresario la despediría
si no es por una acción grave de parte de ella o bien por presiones externas. El argumento de MVS era que ella transgredió
el código ético de la empresa con sus declaraciones.
Al ser reinstalada, no sólo recuperó su trabajo, sino que se permitió que
siguieran habiendo voces críticas y disidentes en los medios de comunicación
institucionales, las cuales, no es necesario aclarar, son muy escasas. Si bien los gobiernos panistas incurrieron en
la censura a los medios de comunicación, ésta fue menos atroz y frecuente que
con los gobiernos priístas.
Con la vuelta del PRI a los Pinos, sus viejas prácticas autoritarias han
vuelto paulatinamente. Enrique Peña Nieto pertenece a una de las alas más
corruptas y regresivas del PRI: el grupo Atlacomulco. No es de extrañar que si
participó de la represión de la sociedad civil en San Salvador Atenco, que si
se ha aliado con Televisa para que ésta sea su vocera, mientras que la Presidencia
de la República le garantice velar por los intereses estratégicos de dicha
empresa, que si promovió el despido de Pedro Ferriz Decon del noticiario Cadena
Tres en 2012 que dirigía y que dejó de hacerlo apenas llegó Peña Nieto a la
presidencia, que si Carmen Aristegui mostró
el conflicto de intereses y la deshonestidad incuestionable de Enrique Peña Nieto en lo relativo al Sorianagate y a
la casa de las Lomas de Chapultepec, lo mejor era presionar a MVS para que la
corra con nuevo pretexto: la incorporación del equipo de Aristegui Noticias/MVS
a la plataforma México Leaks, la cual pretende denunciar ante la sociedad los
abusos y la corrupción de los miembros del gobierno. Los asesinatos a periodistas especialmente en los Estados de la periferia
continúan en el país. La Federación no ha hecho nada en los hechos para
revertir tal situación. No le interesa y le conviene.
¿Qué clase de realidad social tenemos, que en ella una periodista es despedida
por realizar bien su trabajo, mientras que un presidente cuya corrupción fue
evidenciada sigue ocupando su cargo?
¿Así o más
claro? Enrique Peña Nieto y los
intereses que él representa de compradrazgo, nepotismo, negocios en lo
obscurito y represión son la mejor muestra de que México sí está cambiando, va
marcha atrás. Muchas felicidades al Poder Ejecutivo por acabar con el último
reducto importante de crítica periodística en la nación mexicana. No le bastaba
con privatizar el petróleo y comprometer las finanzas públicas, también había
que callar aquellas voces que dicen lo que no todos nos atrevemos a decir y que
develan lo que no todos se atreven a mostrar. ¡Viva México!
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