La mataperritos
Después de la
psicosis colectiva que asoló hace unos años a la Ciudad de México con la mataviejitas,
ha surgido como una ironía del destino
otra asesina serial, pero ésta de la tercera edad, que Juana Barraza hubiera
odiado tanto o quizá mucho más que los vecinos de la Colonia Condesa. Así es,
esta peligrosa anciana ha movilizado a las fuerzas policiacas del Distrito
Federal. El operativo desatado por ella supera al que llevó la
policía estatal para capturar a la degolladora de Chimalhuacán.
Su lugar de depredación es el Parque España, su modus operandi es cruel,
pues suelta cebos envenenados que han cobrado la vida de al menos 22 canes. La
Facultad de Medicina Veterinaria de la UNAM y el laboratorio forense de la
Procuraduría de Justicia del Distrito Federal –en colaboración- concluyeron que
la fórmula letal de la trampa venenosa de la mataperritos contiene fosfuro de
zinc y estricnina, sustancias que se encuentran en raticidas de difícil
adquisición. En cosa de un mes, la morgue capitalina se ha visto rebasada con
la avasallante cantidad de cadáveres perrunos. La impetuosidad con la que ésta
criminal opera opaca a la propia mataviejitas, quien hasta hace poco era el
asesino serial de sexo femenino más letal del mundo.
Algunos perros policía fueron infiltrados en dicho parque infructuosamente como carnada para capturar a
tan terrible criminal. El resultado fue nulo, aunque sí orinaron varios árboles
y defecaron sobre el pasto. Uno incluso mordió a una niña.
Mejor resultado dio la observación
y vigilancia a través de las cámaras de seguridad de la zona que permitieron
descubrir parcialmente la identidad, rasgos físicos y mentales de esta temible
mujer de 63 años. Algunos asesores del
FBI colaboraron en la conformación científica del retrato hablado y del perfil
psicológico de la mencionada fémina. Se cree que en su infancia sufrió de
maltrato por parte de sus mascotas, siendo mordida por alguna o algunas de
ellas. Se cree que durante su crianza el perro recibió más atención y que en un
momento de crisis sus padres hayan preferido comprar un costal de croquetas a
darle de comer a la niña. Igualmente la sacaban a pasear con esas correas para
niños que venden en Chapultepec. Lo anterior le generó un sentimiento de humillación,
al sentirse tratada como una perra. Lentamente desarrolló un odio terrible
hacia los canes, el cual, logró controlar comprándose un gato cuando llegó a la
edad adulta, pero, en algún momento se escapó éste de su departamento y fue
asesinado por algún cánido ante la mirada atónita de su dueña. Siendo los
felinos el único vínculo emocional estable de esta terrible mujer, su furia se ha
desatado contra el mejor amigo del hombre. Al ver un perro su coraje incontenible brota,
pero como su edad no le permite matarlos a mano limpia, recurre al
envenenamiento.
Como todo asesino serial se gana la confianza de sus víctimas con un
carisma libre de sospechas, para luego llevarlos a un lugar solitario dentro
del parque en el cual pretende darle un pic-nic al perro. Éstos se comen el
manjar otorgado por la viejita, y al llegar a sus casas fallecen con terribles
dolores. El coeficiente intelectual de la mataperritos es sumamente elevado, se
cree inatrapable, es narcisista, fría, calculadora y goza de la fama que los
medios de comunicación le dan. También parece disfrutar del horror que experimenta
la comunidad animal que ya no se siente segura al pasear por las calles de la
Colonia Condesa, al igual que sus dueños. Esta pesadilla inició el 19 de septiembre y ha
continuado hasta el mes de octubre.
Si bien su modus operandi sigue un patrón, también sus víctimas se
caracterizan por compartir un mismo perfil: todas ellas tienen cuatro patas,
una estatura que va desde los 20 centímetros de estatura hasta poco más del
metro, tiene pelaje en todo el cuerpo, ladran, mueven la cola todo el tiempo y
babean estúpidamente. Esta mujer lo mismo ataca a perros criollos que de raza.
Entre sus víctimas se encuentran pugs, poodles, pastores alemanes y hasta un
bull terrier. Es posible que la cifra real de víctimas de esta homicida nunca
se sepa, ya que es muy probable que haya matado a perros en situación de calle
que no tienen familiares ni dueños que los reclamen en el Servicio Médico
Forense.
Si llega a encontrar a esta sociópata no la trate de detener por su
cuenta, contacte a la policía. Ellos sabrán qué hacer. Recuerde que si los perros son el mejor amigo
del hombre, la mataperritos es el peor enemigo de la humanidad.
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