La historia de la goma de borrar

diciembre 25, 2016

La goma es un utensilio de escritorio que sirve para borrar textos escritos a lápiz o bien con tintas ligeras. La goma original está hecha de la goma del árbol de caucho de Brasil. Los españoles descubrieron que los aztecas sacaban una goma del árbol del hule, así que decidieron extraer la goma del árbol del caucho que los nativos de Brasil sacaban. Era usada para ser derretida en tejidos vegetales y crear ropa impermeable. Joseph Priestley, el químico descubridor del oxígeno, en 1770 descubrió accidentalmente que al frotar con la goma del caucho sobre una hoja con anotaciones a lápiz, los trazos se borraban. Antes del uso de la goma, la gente usaba las migajas de pan como una rudimentaria forma de borrar el lápiz. Si nos ponemos históricos, algunas otras culturas trataban de borrar sus tintas con arena o graba, como hacían los japoneses.

El descubrimiento de Priestley fue comercializado por Edward Naine, quien vendía esta goma como artículo de lujo. El problema es que se pudría. Fue hasta 1839 que John Goodyear desarrolló una técnica para preservar el caucho mediante la vulcanización. Así surgió la goma de borrar: del caucho vulcanizado. La explicación química de esto se debe a que las moléculas de isopreno que tiene el caucho se asocian con las de grafito y por eso se borran los trazos. No sólo es un proceso mecánico, también es químico.

En 1858 Hymen Lipman añadió una goma al otro extremo superior del lápiz en 1858. Patentó su idea. Luego Faber Castell la comercializó en sus lápices en la década de 1860. Fue una innovación muy bien recibida por su utilidad.

Algunas gomas modernas son de otros materiales derivados del petróleo (vinilo o plástico). Los químicos rusos en 1910 fueron los primeros en crear gomas sintéticas. Cuando se configuró la Unión Soviética, ésta se convirtió en un gran productor de este tipo de gomas. Los alemanes y los norteamericanos también empezaron a producir sus propias gomas sintéticas, dando abasto a la demanda internacional de gomas para borrar. En el siglo XX la empresa Du Pont colaboró en la globalización de la venta y consumo de gomas sintéticas.