El mascotismo
El mascotismo se
puede definir como la afición a tener mascotas. Es decir, es la posesión y
manutención de animales domésticos con fines recreativos y hasta
sentimentales. Una mascota es un animal de compañía. [1]
No cumple necesidades prácticas como la alimentación o la generación de
materias como cuero, lana, etc. No son animales de crianza, ni de laboratorio,
de transporte o para deportes. Son animales que acompañan, que ayudan a
prevenir la depresión y que al dueño de la mascota le generan un sentido de
utilidad. Al parecer genera un efecto psicológico que mejora la salud del amo.
Claro que también se pueden tener efectos contraproducentes cuando las mascotas
generan alergias, o bien, transmiten enfermedades a los humanos.
Estos animales de compañía son animales domesticados. Regularmente son
seleccionados por su adaptabilidad con el hombre y su medio. También suelen ser
amigables. Las mascotas más populares son los perros y los gatos. La
domesticación de los animales, al menos data del Neolítico, en el 9000 a.C., posiblemente
desde antes. Se cree que después de la
invención de la agricultura, el siguiente gran logro del ser humano fue la
domesticación de los animales, ya que el hombre dejó de depender de la caza para
su alimentación. Ahora bien, las mascotas no tienen una función alimenticia. El
primer animal domesticado del que se tiene noticia es del perro (en esa época
mencionada). Luego le siguió la domesticación del ganado manso (vacas, ovejas, cabras y cerdos). También se domesticaron
algunos equinos, como caballos y burros, las aves de corral, como las gallinas,
gansos y los pavos. En el Oriente también fueron domesticados el camello, el
yak y el asno. Los primeros animales domésticos proveyeron carne, leche,
huevos, transporte, protección y ayuda para la cacería. Posteriormente se tiene
registros de la domesticación del gato entre el 3500 a.C. y el 1000 a.C. Es
posible que algunos de estos animales se tuvieran no sólo por gozar de su
compañía, sino porque se les veneraba como sagrados. El mascotismo es una
afición tan vieja como la Historia del hombre. Los animales domésticos descienden
de los salvajes. En la actualidad las mascotas se adquieren en criaderos,
sociedades protectoras de animales, tiendas especializadas en mascotas.
Algunos de ellos han sido criados propiciando la generación de ciertas
características por selección artificial. Así, pues, han surgido infinidad de
razas de animales domésticos, no sólo entre perros y gatos, sino también entre
palomas, conejos, etc. Muchos de ellos han nacido en cautiverio, o si se
prefiere, entre humanos. Su dependencia del hombre es tal que si se les
liberase, muchos de ellos morirían al enfrentarse solos a su subsistencia. Recientemente
han surgido también las mascotas exóticas. Estos son animales no típicos cuya
domesticación no está tan bien lograda como la de los perros y gatos. Se puede
tener como mascotas a aves, mamíferos, peces, reptiles, anfibios, y hasta
invertebrados. La mayoría de las mascotas exóticas son más de exhibición que de
convivencia. Algunos de estos animales son ilegales y el impacto en el
equilibro ecológico puede ser dañino cuando se comercializan de manera
fortuita. En consecuencia las especies en peligro de extinción no deben de ser
consideradas como mascotas. Existe una responsabilidad del mascotista no sólo
con el medio ambiente sino con la mascota misma, implica su manutención,
cuidados y convivencia. El abandono irresponsable de muchas mascotas como
perros y gatos es un problema en muchas ciudades y pueblos. Algunos de estos
animales, si sobreviven al abandono, reviven sus condiciones salvajes,
perdiendo el carácter doméstico, como sucede con los perros y gatos ferales.
No obstante lo anterior, el mascotismo es una de las aficiones más practicadas
en la humanidad contemporánea e históricamente.
Fuentes:
https://es.wikipedia.org/wiki/Animal_de_compa%C3%B1%C3%ADa
(consultado el 5 de septiembre del 2016).
"Animales de compañía." Microsoft® Encarta® 2006
[DVD]. Microsoft Corporation, 2005.
Varios, Enciclopedia
Barsa, t. 2, edit. Encyclopaedia Britannica de México, México, 1981,
entrada: animal doméstico.
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