La Intolerancia de Octavio Hernández Godínez

Ciertamente que las redes sociales han cambiado nuestra forma de relacionarnos.  Pero éste cambio no anula ni las legalidad ni la moralidad. Acosar a alguien, insultar, denigrar o trolear tienen repercusiones que no se anulan en el ámbito digital. Ante la indignación que me producen los ataques verbales que realizó sobre mi persona Octavio Hernández Godínez en la comunidad de Filosofía y Pensamiento de Google Plus, me gustaría evidenciar su hostilidad, su intolerancia y advertir a la gente de su ínfima calidad humana. Quiero aclarar que en esa comunidad nunca había recibido ninguna agresión de  nadie. Que comparto contenidos, que pueden gustar o no, pero que los hago de la mejor manera posible.
El motivo de su enojo es su desacuerdo con la metodología didáctica que propongo de la enseñanza de la lógica on-line. Al usar un ejemplo de un silogismo especial sorites con premisas que hablan del pokemón, decidió que debía de defender a la filosofía y eso lo autorizaba a insultarme. Porque como buen humanista primero está la verdad y luego la dignidad de las demás personas y el respeto que a éstas se les debe. De manera sarcástica y grosera, junto con una justificación de la objetividad de las premisas comentó en dicha comunidad: “Por lo tanto el uso que ustedes hacen de la lógica es falaz, inválido, mejor vayan a buscar pokemones y a ser un buen comediante, que por lo visto es a lo que aspiran”.
Claramente ese tono que yo no acepto, me motivo a defenderme. Denotó una soberbia e intención ofensiva que no responde a ninguna intención filosófica de diálogo, ni de crítica constructiva. Mucho menos hay una empatía, cosa que, al parecer, ya sería mucho exigir a esta persona. Obviamente no exijo que esté de acuerdo conmigo, sino que respete lo que hago y exprese su disentimiento de forma civilizada. Claramente eso me ofendió. Señalé lo prejuicioso e intolerante que me parecía su comentario, denuncié la soberbia con el que lo hacía y la actitud de superioridad con la que se dirigía.

Después decidió llamarme “imbécil” con una cita del Fedro. Cuando respondí en el mismo tenor personal, decidió llamarme “necio”, declaró que me tomaba las cosas  personales, que no soportaba un comentario directo. ¿Desde cuándo se deben soportar insultos simplemente por pensar cosas distintas y con buena intención?  Comentario directo e insulto no son sinónimos. Me llamó “cantinflás”, “charlatán” y “bufón”, que me daba su silencio. El señor Hernández Godínez se siente con la autoridad de insultar, pero no de recibir una respuesta semejante. Para colmo se autocalifica de humilde estudioso de la filosofía, de ser una persona que cultiva la serenidad y la imperturbabilidad. Así que quiero denunciar públicamente su calidad moral. Si alguien recibe algún insulto de su parte, por favor, no se dejen de él, ya que es una persona agresiva, intolerante que ataca sin razón simplemente por no estar de acuerdo con alguien más. A ese tipo de gente se le debe denunciar y poner un alto.

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