¿Qué es el natalismo?
La palabra
natalismo se refiere a la doctrina que promueve la natalidad dentro de un
territorio o Estado. Es fundamentalmente política y socioeconómica.[1]
El natalismo también es llamado “pronatalismo”.
El objetivo es incrementar los miembros de un grupo humano. Se asocia
frecuentemente a los nacionalismos y los militarismos. La natalidad se refiere
a “la cantidad de nacimientos ocurridos en un grupo en correlación con la
mortalidad”.[2] El
porcentaje de natalidad se refiere pues a al porcentaje de nacimientos.
El natalismo genera un discurso a favor de las familias grandes, de la
paternidad y la maternidad. El natalismo extremo prohíbe el uso de métodos
anticonceptivos, penaliza el aborto, promueve el casamiento forzoso y el embarazo
obligatorio. Sanciona a la soltería y falta de hijos. César Augusto en el siglo
I sancionó aquellos hombres que no se casaran y no tuvieran hijos. Un natalismo
moderado reconoce los derechos humanos, los derechos reproductivos y los
derechos sexuales. El natalismo moderado no está peleado con el control de la
natalidad. El control de la natalidad promueve la no procreación en el coito en
una sociedad donde las relaciones sexuales son vistas como normales y no sancionables en el matrimonio u otras
formas de pareja. El control de la natalidad es un control de la fertilización
del óvulo. A veces se le puede asociar con la promoción del aborto, pero no la
implica. Lo que sí implica es una limitación del aborto y la contraconcepción.
Políticas de Estado para promover la natalidad son la reducción de
impuestos y los subsidios. Otra forma es la publicidad. En los medios de
comunicación se realizan campañas a favor de la procreación. Se vende la idea
que para ser un hombre o mujer completos se debe de tener hijos. Filosóficamente
esto ya es un tema, sobre si la maternidad y la paternidad son una parte
esencial de la realización de la existencia o no, sobre si responden a la
naturaleza humana o no.
El natalismo aboga por la continuidad de la humanidad. Ve un valor en la
existencia humana actual y futura. Igualmente ve un valor en la familia. Incluso
se puede entender la concepción como un
deber moral para con la sociedad. La Filosofía Cristiana está a favor del
natalismo.
El natalismo como política de gobierno existe desde la Edad Antigua. Pero
su forma contemporánea surgió en Francia después de la Revolución Francesa. El
natalismo es promovido después de las guerras que generan muchas bajas, como la
Primera y Segunda Guerras Mundiales. Aunque en la actualidad existe una
sobrepoblación del planeta, el natalismo todavía es promovido en sociedades con
una baja tasa de población, como Rusia.
También el natalismo trata de evitar el envejecimiento demográfico o la
inmigración extranjera. Suele promover el crecimiento de un grupo que
identitariamente se opone a otros grupos.
Las religiones también están usualmente a favor del natalismo.
Lo que se critica al natalismo es que es una política que ve la
procreación como un medio político o
económico que está en la agenda de un grupo y no ve a los seres humanos realmente
como fines en sí mismos. También el
natalismo hace que el Estado se meta con la vida privada de la gente
interviniendo sobre su libertad en torno a su sexualidad.
Fuentes:
[2]
Henry Pratt Fairchild, Diccionario de Sociología, edit. FCE, 2ª ed., México,
2012, entrada: “natalidad”.
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