La formación humana

La palabra formación puede ser muy ambigua y multívoca. Se puede referir a la acción y efecto deformar, a formas (como configuraciones externas), a patrones en la confección de ropa, conjuntos de rocas en un contexto natural o alineaciones de personas en contextos civiles o  militares o a la capacitación de los recursos humanos dentro de una empresa. Filosóficamente la formación se refiere a la configuración del hombre. En otras palabras, se refiere al darle forma al hombre.  Si biológicamente el ser humano es conformado por un proceso evolutivo de hominización su humanidad se completa con un proceso de humanización. Ésta equivale al concepto filosófico de “formación”.
Entre los griegos la formación era concebida como paideia, como la educación de los jóvenes, la cultura y el nivel de instrucción de las personas. Ésta (la paideia) se acoplaba un modelo de hombre virtuoso que podía variar según la época: el gran guerrero, el hombre político, el sabio, etc.  En la Edad Media la formación estaba ligada a lo que Dios quería del sujeto y al descubrir lo que comparten los seres humanos con su Creador. Pero en la Edad Moderna, la “formación” surgió en el vocabulario de la jerga educativa de los filósofos alemanes del siglo XVIII. Se entendió más desde una perspectiva antropocéntrica. El hombre estaba llamado a estar dotado de la razón, la libertad y su mayoría de edad.  La meta del hombre era el hombre mismo. La formación, pues, remite a su origen alemán: la categoría de “bildung”. En tal contexto supone tanto el proceso de educación (como proceso formativo) como el de civilización (sistema simbólico de valores). Por eso es que se suele decir que tiene buena formación una persona bien educada en una profesión, en modales o en una cultura general.
Una idea de fondo es que el hombre es un ser abierto al mundo. La persona no está acabada, ni limitada a una naturaleza física cerrada. La apertura del hombre es una tendencia que nunca termina de cumplirse, es un crecimiento inagotable. Es un crecer no sólo de conocimientos, sino también de deseos y decisiones (crecimiento cognitivo y volitivo). En consecuencia, la persona siempre crece infinitamente en una o más dimensiones.  La información forma al sujeto, cambia su realidad. La información se traduce en conocimientos, habilidades y actitudes. Ella puede enriquecer o empobrecer a la persona según la calidad o naturaleza de ésta.  Aprender a tocar un instrumento, enriquece; saberse tratado como un animal en un campo de concentración, empobrece. En consecuencia la información de buena calidad forma positivamente, la información de mala calidad o desinformación deforma.
La formación entendida como educación es positiva. Pretende situar en el mundo a las personas para que crezcan en él. Lo ideal es que no se haga de manera impositiva, sino que el individuo construya su propia personalidad y los contenidos de su inteligencia a partir de los materiales que recibe de la instrucción escolar, de la familia o de cualquier otra institución educativa. La labor de educador es auxiliar al educando. Cuanto más se desarrollan las fuerzas del individuo en los campos del conocimiento, de sus emociones, de su autoestima y su cuerpo, más se desarrolla su autoformación. 
Por la tanto, la formación es una actividad personal con una interacción sociocultural.  Debido a dicha interacción, la formación se da siempre presuponiendo un modelo de persona íntegra que transmite la sociedad, es como un sacar una potencialidad (erziehung).  Un modelo educativo en el fondo es un modelo de persona y de sociedad.  La formación está ligada a un contexto cultural e histórico. Pero, ¿todo modelo  formativo es válido? Parece que no, que aquellos fines externos que subordinan la autoconfiguración a fines políticos, económicos o sociales hegemónicos, puede ser inapropiado. Querer formar gente obediente y acrítica a un gobierno, querer formar empleados y nada más o querer formar gente para instalarse en un rol sin cuestionarlo, puede ser indigno. Desde la perspectiva de la filosofía alemana el modelo de hombre es el de aquel que da forma con autenticidad a las disposiciones y capacidades naturales del hombre (que están relacionadas a la razón y la libertad).  Johann Gottfried Herder dice que la formación es un ascenso a la humanidad. Para Kant esa formación es una lucha entre la libertad humana, que es artificial, y la naturaleza misma. La formación tiene por objetivo y límite la dignidad, es decir, el valor que hace hombre al hombre.
En los siglos XX y XXI  -al menos en el mundo occidental- el modelo de hombre que se quiere producir está ligado a los derechos humanos,  la moralidad, la democracia y la sociabilidad.  
En consecuencia, la formación es bildung y erziehung, o sea, construcción hecha por el docente y modelaje construido por el alumno.[1] Pero, en la formación, haya algo exterior o algo interior, haya un docente o haya un alumno, haya una naturaleza o haya una artificialidad, lo esencial en y de ella es la autoformación (Selbstbildung).
Así que no es automático lo que puede hacer un docente o un sistema con voluntad de formar si el alumno no tiene intención de formarse o sí se resiste al modelo educativo vigente. Al final cada quién se autoconforma en función de los objetivos y del modelo que ha generado de sí mismo. Cada quien se forma en lo que cree que es digno para su propio ser. La formación es autoproyecto. 

Tareas


A)     Responde a las siguientes preguntas:

¿Qué es  la formación?
¿Qué son la bildung y la erziehung?
¿Qué fin tiene la formación?

B)      Relaciona en un párrafo el texto anteriormente leído con un vídeo (película, documental o entrevista) que tenga por tema la educación. Yo propongo el siguiente:



Bibliografía


Nicola Abbaggnano, Diccionario de Filosofía, edit. FCE, México, 2012, entrada: formación.
Rafael Gil Colomer, Filosofía de la educación hoy. Diccionario filosófico-pedagógico, edit.          Dykinson, Madrid, 1997, entrada: “formación”.
Horst Schaub y Karl G. Zenke, Diccionario Akal de Pedagogía, edit. Akal, Madrid. 1995, entrada “formación”.




[1] José María Barrio asocia la bildung con una fuerza exterior que configura al sujeto, mientras que la erziehung la ve como una fuerza interior. Tales asociaciones se pueden quedar en un juego de palabras.  El docente también trata de sacar hacer que el alumno saque a brote su individualidad así como él al capacitarse y el alumno al configurarse, introyectan un modelo exterior de humanidad.  

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