La enfermedad

La palabra enfermedad se refiere siempre a algo malo: a la alteración de la salud, a una alteración de la moral o del espíritu o a un daño en una institución o comunidad.[1]  El Colegio de México,  define a la enfermedad más específicamente como la “alteración del funcionamiento normal de un organismo, o de alguna de sus partes, producida por algún desorden interno o por una causa externa como las bacterias o los virus”.[2] La OMS en 1948 definió a la enfermedad como la ausencia del estado de bienestar físico, mental o social del individuo. Etimológicamente, viene del latín infirmus, que significa débil, poco resistente, no firme.[3] Aunque la sensación de enfermedad es concreta, su concepto es una abstracción. No toda condición médica responde a una enfermedad. Un médico prescribiendo anticonceptivos, realizando un aborto o atendiendo una herida, no está atendiendo una enfermedad.  Sin embargo, para algunos médicos no habría una diferencia tan clara entre una lesión y una enfermedad, ya que cualquier estado donde haya un deterioro de la salud, es una enfermedad.[4]
La enfermedad ha sido tradicionalmente un tema de escaso interés para la filosofía, a pesar de su interés por el mal. Regularmente la explicación sobre el mal físico giraba en torno a la moral judeocristiana. Se asumía que la enfermedad era un castigo divino por haber actuado mal o porque los padres de uno habían obrado mal (teoría del castigo). Obviamente era una teoría errónea y cruel. Ya desde Aristóteles se observaba esta visión de la enfermedad, cuando él postuló que el prolapso del útero era efecto de los excesos sexuales. Regularmente se asociaba con la práctica del placer sexual el origen de muchas enfermedades, como si el sexo fuera algo nocivo.  Así había enfermedades producidas por los deseos sexuales de las mujeres o bien por el acto de la masturbación que solía ser considerado causa de la locura. Las deformaciones congénitas o los retrasos mentales eran considerados castigos a los padres de los hijos enfermos.
La ciencia de la medicina logró romper con el mito de la enfermedad como castigo. Se sabe que las enfermedades son producidas por diversas causas: agentes patógenos, deficiencias alimentarias, trastorno del funcionamiento de glándulas, el ánimo, etc. Si bien el estado de ánimo no causa una enfermedad por sí sola, se sabe que éste influye en su desarrollo y en la curación.  Algunos psicoanalistas sin ningún fundamento llegan a postular que las enfermedades son generadas por estados mentales.[5] Eso sin duda también es una aberración y es una resucitación velada de la teoría de la enfermedad. Pero si atendemos a la visión médica contemporánea sobre el enfermo, éste no es un pecador, sino una víctima. Es una persona que tiene el rol de quien siente un malestar, de quien experimenta un sufrimiento.  
Según su duración las enfermedades pueden ser agudas (duran menos de tres meses), subagudas (duran entre tres y seis meses) o crónicas (duran más de seis meses). Pueden ser esporádicas, endémicas, epidémicas o pandémicas. También se clasifican por sus causas: infecciosas o no infecciosas (como las enfermedades ambientales –alergias- o los estilos de vida nocivos).  También hay enfermedades de las cuales se desconoce su causa.
Se tiene hoy en una visión teleológica en la que se considera que la enfermedad altera una función (teoría de la función). La filosofía contemporánea, concibe a la enfermedad como un concepto que refleja la alteración de un estado de normalidad detectable y basado en hechos (naturalismo)  o bien como un constructo que refleja el conflicto de los valores de un grupo social, ya que en realidad no existe un mal funcionamiento objetivo de un cuerpo, excepto, el que la comunidad crea (constructivismo). El problema con esta segunda postura es que requiere de la noción de anormalidad o de malfuncionamiento para hablar de enfermedad.  Aunque en el caso de la salud mental, el concepto de normalidad es mucho más complicado que en el de la salud física.[6]
En el ámbito de la Filosofía el interés por la enfermedad ha ido cambiando a partir del siglo XX con la incursión de la bioética. La crítica de dicha disciplina va en torno al encarnizamiento terapéutico y con el derecho a la muerte digna (eutanasia). La Hermenéutica también se ha interesado en el tema de la enfermedad. Ellos señalan que ésta debe de considerarse tanto del punto de vista médico, como del existencial.  Así que para ellos la enfermedad es una expresión significativa de la vicisitud existencial del hombre.[7]




[1] http://dle.rae.es/?id=FHA3D3L  (consultado el 3 de mayo del 2017).
[2] Varios, Diccionario del Español de México, t. I, edit. El Colegio de México, 2011, entrada: “enfermedad”.
[3] Guido Gómez de Silva, Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Española, edit. FCE, México, 2009, entrada: “enfermo”.
[4] "Enfermedad." Microsoft® Encarta® 2006 [DVD]. Microsoft Corporation, 2005.
[5] P.B. y J.S. Medawar, De Aristóteles a Zoológicos. Un diccionario filosófico de biología, edit. FCE, México, 1996, entrada: enfermedad”.
[6] https://plato.stanford.edu/entries/health-disease/ (consultado el 3 de mayo del  2017).
[7] Nicola Abbagnano, Diccionario de Filosofía, 4ª ed., edit. FCE, México, 2012, entrada: “enfermedad”.

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