¿Cómo surgió el ser humano?
¿Qué es el hombre?
Es una pregunta que puede ser estúpida o inteligente. Por un lado, podría uno sorprenderse sobre un
cuestionamiento de algo que es tan inmediato, evidente y esencial a nosotros:
nuestra propia humanidad. Por el otro lado, la pregunta se hace interesante
ante los avances y desarrollos que se han hecho en las ciencias y la filosofía
en torno a esta pregunta.[1] Lo que creíamos que nos distinguía de todos
los demás seres vivos, hoy no es tan evidente. En la actualidad, sabemos que
nos parecemos más a los chimpancés de lo que creíamos, que nuestros genes nos
relacionan más con éstos y otros animales que también imaginan, sienten, se
organizan y hacen herramientas. El problema de la esencia del hombre y lo
humano se vuelve complicado para definirse con rapidez. La idea de que el
hombre es un animal racional es polémica ante el descubrimiento de la inteligencia
animal. Ahora bien, no quiero decir que podamos confundir a un orangután con un
transeúnte en la calle, no; pero sí que nos damos cuenta que compartimos con
ellos más de lo que creíamos, haciéndonos reconsiderar nuestro concepto de lo
que nos diferencia absolutamente y vuelve radicalmente humanos. Nuestra
identidad va de por medio. Así pues,
algunos pensadores han propuesto algunas diferencias específicas del ser
humano. Por ejemplo, para el filósofo español Fernando Savater, el ser humano
es el único animal que es inquieto, es la única criatura capaz de sublevarse,
de romper con las normas establecidas y transformarlas.[2]
Sin embargo, los etólogos podrían posiblemente cuestionar los anteriores
señalamientos. Los chimpancés también se sublevan, incluso pueden matar a otros
grupos de su especie por mera ambición territorial.
“¿Qué es el hombre?” es una pregunta que nos
puede conducir con precisión a otra: ¿qué distingue al hombre de los demás
animales? Al responderse el segundo cuestionamiento, posiblemente podremos
contestar con más claridad la primera. Regularmente la respuesta a esa pregunta
es que lo que nos diferencia es el origen. El “quién soy yo” está en relación
con el “de dónde vengo”.
Desde tiempos inmemorables, se ha
resuelto esta inquietud con respuestas míticas y religiosas. Por ejemplo, entre
los egipcios corría un mito que contaba que un dios alfarero (Jnum) había
creado a los hombres en su horno con lodo del Nilo; para los mesopotámicos,
había muchas versiones de la creación del hombre, una de ellas relataba que
Tiamat había amasado al hombre con su propia sangre; en China se decía que los
hombres surgieron del dios Pangú, de pequeños parásitos que salieron de su
cuerpo llevados por el viento fuera de él; para los griegos el hombre estaba hecho
de arcilla y en su nacimiento estaban involucrados el Titán Japeto y su hijo
Prometeo; para los persas Ormuz había creado al ser humano con su palabra,
generando a su vez, a la primer pareja humana; entre los antiguos croatas, el
hombre había surgido del sudor de la divinidad; para los antiguos mayas quichés
el hombre estaba hecho de maíz...[3] Podríamos
seguir contando un sinfín de ejemplos sobre estas explicaciones antiguas. Todas
ellas atribuían el origen del hombre a un elemento o acto significativo para su
cultura que, si las consideramos desde una perspectiva científica, resultan
irrisorias. Acaso, quien podría sorprendernos, es el viejo Anaximandro, quien
postuló la primera respuesta científica: una especie de primitiva teoría de la
evolución, al señalar que los hombres provenían de escualos que vivían en el
mar, contenidos en una membrana de la cual fueron expulsados una vez ya
maduros.
Esta idea transformista, fue retomada
posteriormente en el siglo XVIII, por naturalistas como Benoit de Maillet,
Georg Louis Leclerc (conde de Buffon) Pierre de Maupertuis, Erasmus Darwin
(abuelo de Charles Darwin) y, especialmente, Jean Baptiste de Lamarck.[4] Antes de esa época, las explicaciones
fijistas de la vida, había sido satisfactorias para las sociedades
occidentales. Estas ideas se basaban en la interpretación literal del Génesis
de la Biblia, en el que se relata la creación del mundo y de la vida en siete
días. Según este libro sagrado, en el segundo día Dios creó las plantas y
árboles; en el cuarto, las aves y los seres vivos acuáticos; en el quinto, a
los animales terrestres; y en el sexto al hombre, quien fue hecho a partir de
barro y del soplo divino de Dios, a imagen y semejanza suya, lo hizo varón y
hembra.[5] Durante
el siglo XVII, específicamente en 1650 se hizo popular el Calendario de Ussher, creado por el arzobispo James Ussher. Dicho artificio
era una cronología basada en el cálculo de las genealogías de las Escrituras,
que postulaba que el mundo, sus criaturas y el hombre habían surgido en 4004
a.C. Ahora bien, el representante más
destacado de la corriente fijista en la ciencia fue Georges Cuvier, quien también
vivió en la época de Lamarck (s. XVIII). Sus observaciones de las momias de
animales encontradas en tumbas egipcias, le permitió afirmar que, si en miles
de años no habían causado cambios notorios sobre los animales, no se podría
postular ninguna transformación de su estructura. El hecho de que se
descubrieran fósiles de animales inexistentes, lo hizo afirmar que éstos habían
desaparecido debido a grandes cataclismos, siendo uno de ellos, el propio
diluvio universal, tan popular en la tradición cristiana.[6]
No obstante, a la teoría fijista de
Cuvier se oponía la teoría evolucionista de Lamarck, que sostenía que los
animales habían surgido de un proceso de evolución lineal producido a lo largo
del tiempo, en el que surgían progresivamente órganos y desaparecían otros,
según el uso y desuso de estructuras anatómicas en su ambiente. Esto era
heredado a su prole. Así pues, una jirafa, en un principio tenía el cuello muy
corto, pero ante la necesidad de usarlo tanto, se fue alargando éste durante
varias generaciones. Por supuesto, tal
idea, sería perfeccionada en el siglo XIX por el gran naturalista inglés
Charles Darwin (1809-1882), quien elaboró -durante alrededor de 20 años- una
teoría consistente basada en la observación y la contrastación de sus
observaciones con la realidad. Su teoría inició con un viaje que realizó a
bordo del famosísimo velero inglés “Beagle” (entre 1831 y 1836), el cual tenía
una misión de reconocimiento hidrográfico y al que se incorporó por la influencia
de su tío y posterior suegro, Josiah Wedgwood, su maestro de botánica, John
Stevens Henlow y el matemático Georg Peacock. Los dos últimos enviaron una
carta a Darwin para invitarlo a participar en dicha misión, apenas recién
titulado de Bachelor of Arts de la Universidad de Cambridge. La autorización de
que Darwin fuera el naturalista del barco debía de provenir del capitán de
éste: Robert Fitz Roy. Ahí fue donde intervino el tío de Darwin. En fin, su equipaje constaba de ropa, libros,
un microscopio, una brújula, dos pistolas y un rifle. Zarparon de Plymouth. El barco siguió un
itinerario que navegó por el pacífico, su primera escala fue en Porto da Praia,
en la Isla de Santiago, en el archipiélago de Cabo Verde, luego se trasladaron
hacia Sudamérica. Ahí costearon hasta el extremo sur del continente, luego
bordearon por el estrecho de Magallanes hacia Chile y Perú. De ahí emprendieron
el rumbo hacia Oceanía y a Sudáfrica.
Hicieron escalas en: los islotes de Sao Paulo, Río de Janeiro, Río de la
Plata, Montevideo (ahí ayudaron a combatir un motín de las tropas negras),
Buenos Aires, Bahía Blanca (donde encontró fósiles), Tierra del Fuego (donde el
capitán del barco regresó a tres nativos fueguenses civilizados a su
comunidad), estrecho de Magallanes, el
archipiélago de Chiloé, Valparaíso, Concepción, Valdivia, los Andes, Iquique,
Lima, las islas Galápagos, Tahití, Nueva Zelanda, Australia, las islas Cocos,
la isla Mauricio, Ciudad del Cabo.
El entusiasmo de Darwin por la naturaleza era
tal y tan contagioso, que lo apodaron el “filósofo del barco”. Descubrió más de
100 nuevas especies de seres vivos, que envió en intervalos a Inglaterra. Al
regreso de su viaje, se instaló en Londres y publicó la crónica de su viaje y
sus descubrimientos zoológicos en su libro Zoology
of the Voyage of H.M.S. Beagle. Sin embargo, su investigación continuó por
muchos años en privado. Se hizo pública hasta el 24 de noviembre de 1859 en su
libro El origen de las especies mediante
selección natural, motivada por una teoría similar que estaba construyendo
el joven naturalista Alfred Russell Wallace. A diferencia de Lamarck, Darwin
señaló desconocer la causa de las variaciones que hay entre los animales, pero
supuso que todos vienen de un mismo origen, es decir que son descendientes de
uno o unos cuantos ancestros relacionados. Además, observó que esas
modificaciones son útiles en la lucha por la supervivencia, ya que nacen más
seres vivos de los que el mundo puede albergar y, en la competencia por el
alimento, por lo que los individuos y especies mejor dotados tienen más
posibilidades de vivir, de eliminar las características desfavorables y preservar
las favorables en sus hijos, mediante un proceso que es como una “selección
natural”, que deriva en una mejor adaptación al medio. En consecuencia, Darwin
definió a la evolución como: descendencia con modificación.[7] Su aportación más contundente fue la selección
natural.
Su teoría era dinamita pura. Su libro
de 502 páginas editado por John Murray es, sin duda, el bestseller más importante
de la historia de la ciencia; la edición de 1250 ejemplares se agotó el mismo
día de su publicación a pesar de costar 14 chelines, lo que equivalía al
salario de una semana de un trabajador.
Consecuentemente, se empezaron a vender copias clandestinas de su obra
en la estación ferroviaria de Waterloo. La editorial, inmediatamente al mes de
su publicación, el 7 de enero de 1860 publicó una segunda edición de tres mil
ejemplares, que también se agotaron. A lo largo de la vida de Darwin se sacaron
6 ediciones del Origen de las especies,
cada una con correcciones que sumaron en total 18 mil ejemplares, además de que
su libro fue traducido a 18 idiomas.[8]¿Cuándo
se ha visto eso con algún otro libro de ciencia? A los
ojos de muchos, cuestionaba la creencia en un Dios creador y de la propia
condición especial del hombre. El propio
Darwin, estaba consternado por saber que su esposa, Emma Wedgwood, sería
lastimada por las ideas contenidas en su obra, dado que era una devota
cristiana que se preocupaba por la salvación del alma de un esposo que era muy
suspicaz de la Revelación. Darwin había escrito “Con arrogancia, el hombre se
considera a sí mismo una gran obra, digna de la intervención de una deidad.
Creo que es más humilde y más cierto considerar que procede de los animales”[9].
También le preocupaba su prestigio y los ataques a su familia si daba a conocer
su teoría. Sin embargo, el orgullo, la vanidad de llevarse el crédito de su
teoría, ante la amenaza de que se lo llevara Alfred Wallace, lo impulsó a hacer
pública su teoría en noviembre 1859. Cabe
mencionar que el primero de julio de ese mismo año (1859) ambos naturalistas
presentaron en conjunto sus trabajos sobre la evolución ante la Linean Society.
Algunos sectores conservadores de la
Iglesia Anglicana y la ciencia lo rechazaron. Incluso, tiempo después de la
muerte de Darwin, en Tennessee, E.U.A., en el año 1925, fue muy famoso un
juicio al que se sometió a un maestro suplente, John Scopes, por enseñar la
teoría de la evolución y ser multado con 100 dólares. Dicho evento llamó tanto
la atención de los medios norteamericanos, que hasta se realizó una exitosa
obra de teatro y una película taquillera al respecto que se llamó Heredarás el Viento.
Algo muy importante es que, en realidad,
las reacciones de los grupos conservadores fueron banales aspavientos. La
teoría de Darwin no está peleada con la religión. Un primer dato: el abuelo de
Darwin, quien ya había postulado la idea evolutiva, era religioso. Creía en una
evolución en la que intervenía Dios. Otro dato: la propia edición de la Biblia Latinoamericana señala que no
existe ninguna oposición real entre la ciencia y el contenido del Génesis, el
cual no puede ser interpretado literalmente.[10] Se
señala que la ciencia todavía no logra explicar el origen del mundo; pero, por
otro lado, también podemos inferir que bien puede haber un Dios Creador que ha
usado las leyes de la evolución para crear la vida, dejando que el hombre las
averigüe. Alfred Ruseel Wallace, el cofundador de la teoría de la evolución,
sostuvo una postura que ha sido denominada neocreacionismo. Él consideró
que el hombre era producto de la evolución, pero que la mente humana era
producto del mundo invisible del espíritu; como diría el etólogo Frans de Waal,
la evolución se acaba en la cabeza. Somos el producto de la evolución en el
cuerpo, pero no en el alma.[11] Los
calvinistas incluso interpretaron la selección natural como la lucha natural de
la humanidad por vencer el pecado. Carlos Marx, por su parte, vio en esa competencia
la expresión del sistema capitalista. John Stuart Mill vio una hipótesis no
demostrada que era posible y bien fundamentada. Herbert Spencer vio ahí la
explicación del expansionismo económico y el colonialismo. Francis Galton
(primo de Darwin) encontró ahí un proceso de eugenesia y a principios en 1907
uno de los hijos de Darwin, Leonard, fundó junto con otras personas la Eugenics
Society, que promovía el control cultivar y controlar a las masas para corregir
la decadencia de las naciones. Como resultado de esto surgieron las pruebas de
CI con Henry H. Goddard y teorías como la de Carl Vogt, quien creía que cada
raza humana provenía de una raza distinta de simio: los blancos del chimpancé,
los negros del gorila, los amarillos del orangután. Desde una perspectiva más
mesurada, el filósofo español Andrés Moya, ve un reposicionamiento del hombre
en el mundo: “como cualquier otra entidad en la dinámica evolutiva del
universo, el hombre es un accidente de la naturaleza. Sólo tenemos que fijarnos
en el sinuoso camino que ha seguido la evolución hasta dar con nuestra especie,
así como con otros experimentos parecidos de especies próximas a la nuestra,
también inteligentes y ya extinguidas”.[12]Así
que este paradigma puede funcionar para creyentes y no creyentes, filósofos,
economistas, intelectuales y hasta para los racistas.
Como sea, pesar de las reacciones
negativas, el éxito de esta teoría fue rotundo. Buena parte de la comunidad
científica de Inglaterra, biólogos y geólogos de todo el mundo adoptaron y
alabaron dicha teoría. Entre 1930 y 1940 fue modificada y perfeccionada por la
llamada teoría sintética de la evolución o neodarwinismo, que fusionó el
evolucionismo de Darwin con la genética de Mendel (hecha por científicos como
Julian Huxley y Ernst Mayr).[13] Eso llevó inmediatamente a un debate sobre
cómo exactamente se dan las variaciones genéticas, surgiendo distintos modelos.
Sin embargo, no se pudo conocer exactamente el mecanismo de los genes hasta el
22 de febrero de 1953 cuando Francis Crick y Watson hicieron público su
descubrimiento de la doble hélice del ADN, la cual estaba constituida de
“letras” que constituían genes, es decir una mezcla de bases químicas con
fuerzas eléctricas. También el neodarwinismo abrió la puerta a la genética de
poblaciones, es decir, un estudio de cómo la selección natural afecta a las
poblaciones de seres vivos.
En fin, el evolucionismo actual, bajo
uno de sus modelos, puede entender a los genes como información. Información
que se transmite por herencia. La misma biología también ha constatado, a
través de la etiología, que hay información que se transmite por vía no
genética en algunos seres vivos. La naturaleza ha dotado de cerebros a ciertos
vivientes, y éstos sirven para adaptarse, almacenando y procesando información.
Ese es el caso del hombre. Así pues, los
humanos nos debemos a dos procesos: uno de hominización, que nos hace molecularmente
seres humanos, y otro de humanización, que “cerebralmente” nos hace hombres.
Veámoslos.
La hominización
El
proceso de formación de nuestro planeta se cree duró un millón de años,
aproximadamente. Se constituyó a partir de la fusión de enormes cantidades de
partículas. Cuando surgió la Tierra, ésta era una masa candente con lluvias de
meteoritos y emanaciones de magma. El material más ligero se fue quedando en la
superficie los materiales más ligeros y los más densos se hundieron formando un
núcleo. Surgían algunas fracturas en esas capas y emanaban gases ligeros.
Debido a esa pérdida gaseosa que se fue al espacio y la menor luminosidad
solar, el planeta se fue enfriando. Los terremotos y erupciones generaron
fracturas que liberaron gases volátiles que escaparon a la superficie y
formaron una atmósfera. Luego 200 millones de años después de la formación de
la Tierra ya existía una atmósfera de la dimensión adecuada que frenaba a los
rayos ultravioleta y para evitar el efecto invernadero que impidiera escapar el
calor.
Uno
de los eventos que han modificado de manera más contundente la historia de
nuestro planeta fue el surgimiento de la vida. La historia de la Tierra se ha
dividido en unidades jerárquicas: eones (como la unidad más grande), que éstos
se dividen eras, y éstas se dividen periodos. Dicha historia constaría de dos super
eones: el Precámbrico y el Fanerozoico. El primero abarca el 85%
de la historia terrestre, es decir unos 4000 millones de años aproximadamente. Abarca
desde la formación de la Tierra hace 45000 millones de años, el surgimiento de
la corteza y la atmósfera terrestres, el surgimiento de los océanos y de los
primeros seres vivos.[14] Se
divide en otros eones: Hádico, Arcaico
y Proterozoico. El Hádico engloba la formación de la Tierra. Duró 600
millones de años. En este periodo se forma la Luna, la corteza se enfría, se
forma una atmósfera primitiva (rica en dióxido de carbono, nitrógeno, metano y
azufre) y se forman los mares por la caída de meteoritos y la condensación de
vapor de agua de las erupciones. En un
principio la Tierra tardó un millón de años en formarse. Sus principales
componentes son el silicio, el oxígeno, el hierro, el aluminio, el magnesio y
el calcio. Se creó una esfera caliente y ennegrecida con grietas de las que
fluía magma, que con el frío del espacio y sin atmósfera, el magma se secaba y
ennegrecía. La Luna se formó de la colisión entre la Tierra y otro planeta que
la impactó que hipotéticamente ha sido llamado Theia. A dicho evento se le
llamó el Gran Impacto. Eso evento ocasionó el desprendimiento de parte del
manto terrestre y del de Theia. El cascajo resultante que se fue al espacio
ocasionó a la Luna. Ésta se formo en los primeros 50 millones de años de la
Tierra. Nuestro planeta era caliente, negro y tenía una rotación rápida de 5
horas. Se fue enfriando su superficie que recibía el calor de su núcleo. Se
formó una corteza de basalto que se formó entre los primeros 50 y 100 millones
de años. Tenía una atmósfera tenue de silicio. Los mares se formaron producto
del vapor de agua que surgía de las erupciones y del agua que se desprendía de
muchos elementos químicos que estaban contenidos en el magma y en la corteza de
basalto. Se formaron en un periodo que va de los primeros 100 a 200 millones de
años. En un principio surgió un océano global con una que otra isla volcánica.
Más tarde se convirtió en lo que es ahora su superficie: una tercera parte
tierra y dos terceras partes agua. Eso sucedió en un periodo que fue de los
doscientos a los quinientos millones de años.
La corteza de basalto quedó sepultada bajo una capa de agua caliente.
Éste se condensó, se fundió y con el magma de la Tierra ocasionó una nueva
composición de magma que ocasionó erupciones volcánicas que generaron un nuevo
tipo de corteza hecha de granito que formó protuberancias sobre el basalto
dentro del agua, hasta que fueron emergiendo paulatinamente formando pequeñas
islas que luego fueron creciendo hasta formar continentes. No se sabe
exactamente cómo sucedió eso. Algunos
creen que esto lo ocasionó el impacto de un asteroide que ocasionó emergiera
una gran cantidad de magma con granito. Otra teoría es la de la tectónica de placas.
Ella muestra que se forman enormes losas de corteza debajo de los océanos que
se hunden en el manto bajo los continentes. La Tierra se traga a la vieja
corteza basáltica que es sustituida por nueva corteza. Esto sucede en las
dorsales oceánicas (elevaciones submarinas dentro de la zona media del océano
que se levantan dos o tres kilómetros por encima de la llanura submarina y son
puntos de surgencia de lava) y las zonas de subducción (zonas donde una placa
se hunde debajo de otra). Las dorsales generan nueva corteza, zonas de
subducción devoran la vieja. La corteza submarina es de basalto y la
continental de granito, que es más ligero. Cada 20 mil años se agrega una
franja de un kilómetro cuadrado de corteza basáltica a aproximadamente 50 mil
kilómetros de dorsales mesooceéanicas.[15]
El
Arcaico duró 1500 millones de años. Ahí cesó el bombardeo de meteoritos, se
formó la litósfera y se desarrollaron las primeras formas de vida y se dio una
glaciación. Luego está el Proterozoico que abarcó 2000 millones de años. El
grosor de la litósfera creció a los 25 km que tenía un supercontinente que se
empezó a fragmentar, esto reactivó la actividad magmática y la atmósfera fue
cambiando de composición con una gran presencia de oxígeno y también una mayor
cantidad de CO2, la oxigenación del mar también se produjo, sucedió una segunda
glaciación. El Fanerozoico es un eón que tiene como punto de partida la
separación del supercontinente que se formó de la litósfera; ha sido llamado Pannotia.
Éste formó varios continentes que después, al reagruparse, formaron otro
supercontinente, llamado Pangea. Pero esta época también se caracteriza
por el surgimiento de metazoos, es decir, el surgimiento de animales. También
aparecieron las plantas y los animales terrestres.[16]
El
Fanerozoico se divide en las siguientes eras: Paleozoico, Mesozoico
y Cenozoico.
Durante el Hádico se formaron biomoléculas
auto replicantes que dieron origen a los probiontes. Estos son
estructuras antecesoras de la célula.[17] De ellos surgieron las primeras células y el
último ancestro común a todos los vivientes. Durante la era Arcaica existieron
las células procariotas.[18]
En la era Proterozoica surgieron las células eucariotas. Abundaron las
cianobacterias (algas verdes) y los primeros organismos pluricelulares.[19] Destacaron Spriggina y Funisia, como los primeros
animales multicelulares que tenían forma de hoja o de gusano y se
caracterizaban por tener el cuerpo blando. Durante el segundo eón, el
Fanerozoico surge una gran diversidad de organismos que ya había iniciado al
final del Precámbrico.[20] Implica
la explosión de la vida, se divide en las eras Paleozoica (en la que aparecen
los primeros organismos de cuerpo duro, abundando los invertebrados marinos y
los primeros organismos que colonizaron la Tierra), la era Mesozoica (que es la
edad de los grandes reptiles y la aparición de los primeros mamíferos) y la era
Cenozoica (que es la del reinado de los mamíferos propiamente, las aves y las
plantas con flores).[21] El cálculo geológico, en general, da como
resultado que una especie de seres vivos suele durar en el planeta alrededor de
un millón de años, aunque hay especies que duran menos y otras que son más
longevas, como el Tiranosaurio Rex que vivió dos millones de años.
Empecemos
con los detalles.
La formación y evolución de la vida
Definir
la vida es muy complicado. Pero, en términos generales, se puede decir,
siguiendo a Gerald Joyce, que es “un sistema químico autosustentable capaz de
incorporar novedades y experimentar la evolución darwiniana”.[22]
Ella surgió
en la Tierra hace aproximadamente 4 mil millones de años. Se cree que se
produjo en el periodo de los primeros 600 millones de años tras la formación de
la Tierra.[23]
La especulación surgió a partir del dato de que el oxígeno empezó a abundar en
nuestra atmósfera hace 3000 millones de años.
En
1953, Stanley Miller y Harold Urey respectivamente pupilo y maestro de la
Universidad de Chicago, mostraron que los compuestos orgánicos se pueden formar
a partir de materiales inorgánicos (agua, metano, amoniaco) activados por una
chispa eléctrica. Ellos lograron crear
unos aminoácidos, específicamente unas substancias llamadas nucléotidos, que
son componentes del ADN. Sin embargo, esto no genera un viviente. Lo hicieron
dentro de una bola de cristal que reproducía las condiciones que creen
respondían a la Tierra primitiva en la zona de su superficie acuática. En unos
días el agua dentro de esa esfera se torno rosa y luego café. Ahí estaba un
fango con sustancias orgánicas, era el famoso caldo primigenio.
Algunos
creen que la vida se formó en el fondo del mar, ligada a fuentes hidrotermales
que sirvieran de energía para las primeras bacterias gracias a la alta
temperatura, las grandes presiones, la mezcla de gases y minerales, o bien, la
vida en la superficie del agua cerca de las costas. Otros creen que surgieron
bajo el hielo de una glaciación. Las tres hipótesis pretenden dar cuenta de
dicho caldo de materia orgánica que dio origen a la vida.
Todas
las investigaciones apuntan a que el carbono tuvo un papel importante en la
configuración de la vida. Se cree que el primer paso consistió en la creación
de sustancias elementales: azúcares, aminoácidos, lípidos, etcétera. Todas
ellas están basadas en el carbono. Después la concentración y el ensamblaje de
esas biomoléculas dio origen a macromoléculas que dieron lugar a las membranas
que rodean la célula, las enzimas que producen sus reacciones químicas y los
polímeros genéticos que transmiten su información a la siguiente generación. El
tercer momento justo es el de la replicación de esas mismas estructuras. Tales
moléculas se empezaron a autorreplicar. Hay tres hipótesis para dicha auto
replicación: la que dice que se debió al ciclo del ácido cítrico, la que
postula una red autocatalítica auto replicante (que una multitud de moléculas
pequeñas catalizaron reacciones que fabricaron nuevas moléculas y desintegraron
a sus vecinas); y la hipótesis que dice que se formó el ARN.
Las
bacterias ya son seres sumamente complejos que no se han podido crear espontáneamente
de materia inorgánica. De ahí que Francis Crick y Leslie Orgel, se atrevieran a postular en
1971 la teoría de la panspermia dirigida: que la vida en la Tierra fue
inoculada por una nave extraterrestre no tripulada. Tan temeraria tesis se dio
en el marco de un congreso sobre comunicación con vida extraterrestre
organizado por el CETI en Yerevan, Armenia. Así que dichos especialistas
concluyeron que era una posibilidad factible después de haber asistido a tal
reunión. También hay otra variedad de
que la vida haya surgido en la Tierra por la liberación de desechos que hayan
realizado en nuestro planeta seres extraterrestres, ocasionando una panspermia
accidental. Por ejemplo, el
bioquímico de la Universidad de California David Deamer describió cómo un grupo
de moléculas orgánicas del meteorito Murchison, rico en carbono. Él se dio
cuenta que ellas en el laboratorio podían formar esferas diminutas parecidas a
células.[24]
Cayó en Victoria Australia el 28 de septiembre de 1969. Contenía aminoácidos
poco comunes: glicina, alanina, ácido glutámico, isovalina y pseudoleucina.[25]
Existe
una ecuación, que es conocida como la ecuación de Drake que trata de
calcular las posibilidades de vida en el universo. Dentro de la Vía Láctea
existe un sinnúmero de sistemas planetarios. Considerando que en al menos un
planeta de cada sistema hay condiciones aptas para la vida y si suponemos que
en una décima parte de estos se desarrolla dicho fenómeno, y si también asumimos
que una décima parte de los planetas con vida poseen civilizaciones, entonces
existen mil millones de ubicaciones donde podría haber civilizaciones. Si
calculamos que una civilización podría durar unos 10 mil años, entonces es
posible que haya en este momento unas mil civilizaciones prosperando en la Vía
Láctea.[26]
Así que no es del todo descabellada la hipótesis de la panspermia dirigida, ni
tampoco la accidental.
Otra
posibilidad distinta es una panspermia natural. Esta es conocida como
pansperemia blanda o molecular. Se
sabe, por restos de aminoácidos localizados en meteoritos, que estas sustancias
se pueden formar naturalmente en el sistema solar. Así que la vida pudo haber
sido traída por meteoritos a la Tierra o bien simplemente formarse aquí. Aunque
la evidencia con meteoritos ha sido reciente, la teoría fue propuesta por
varios científicos desde el siglo XIX.[27]
Sea
que la vida haya sido importada o generada autóctonamente, los paleontólogos
han postulado un ancestro común a todos los seres vivos al que le llamaron LUCA
(Last Universal Common Ancestor). LUCA seguramente fue una bacteria primitiva
unicelular y sin núcleo. LUCA no fue exactamente el primer y único ser vivo del
planeta. Más bien representa una línea de origen.[28]
Las
primeras formas de vida fueron bacterias metanógenas y cianobacterias.
Aparecieron hace 3700 millones de años.[29] No
obstante, es posible que existieran desde hace 4000 millones de años.[30] Las
bacterias metanógenas era procariotas que utilizaban el CO2 y el H2 para
obtener su energía y liberaban metano. En cambio, las cianobacterias obtenían
su energía del sol mediante la transformación del agua y el CO2 en moléculas
orgánicas, produciendo oxígeno como desecho. Podemos decir que surgieron las algas marinas.
Aumentaron el oxígeno y el metano en la atmósfera, lo cual hizo disminuyera el
dióxido de carbono. El aumento de oxígeno fue tóxico para las cianobacterias,
consumió el metano atmosférico y genero ozono.
Este proceso incesante de oxigenación enriqueció de oxígeno a la
atmósfera los océanos. Esto sucedió a
los 2000 millones de años de surgimiento de la Tierra. A dicho fenómeno se le
conoce como la Gran Oxidación. Esto sucedió durante el eon Arqueano y el
Proterozoico. Se sabe que ocurrió por la
observación de rocas y minerales. Después de la Gran Oxidación hubo un periodo
de mucha estabilidad biológica y geológica que irónicamente ha sido llamado
como “los aburridos mil millones”.
Sucedió 1850 años atrás y duró
justamente mil millones de años, hasta que se acabó hace 850 millones de años.
El
fósil más de un viviente del que se tiene evidencia es el de una pared celular.
Tiene una antigüedad de 3700 millones de años. Fue hallado en Isua, Groenlandia.[31] En
consecuencia, las
primeras formas de
vida fueron bacterias procariotas. Se cree que vivían en un medio
acuático siendo apenas unos cuantos centenares de especies de ellas.
Conformaban comunidades tan grandes que generaron unas estructuras llamadas
estromatolitos. Éstos surgen la captura que hace de partículas carbonatadas que
hay en el medio y formaban laminas superpuestas que se fosilizaron como rocas. Hoy
en día solo existen cianobacterias en algunas zonas muy específicas: las zonas costeras áridas y los lagos
hipersalinos (en Australia, Bahamas, el golfo Pérsico, Turquía, México, Chile,
Brasil y Argentina).
Ellas
carecían de núcleo, a pesar de tener ADN. Habitaron el planeta aproximadamente 2000 millones años hasta que dieron paso a
las células eucariotas (aquellas que poseen núcleo).[32]
Las células eucariotas se caracterizan por tres funciones: 1) endocitosis
(sistema que en condiciones controladas les permite engullir a otras células,
fragmentos de células, virus o moléculas grandes); 2) transducción de señales
(que permite comunicarse con otras células mediante proteínas); 3) la factoría del núcleo (sistema de
comunicación mediante puertas entre el citoplasma y el núcleo). Los fósiles de
eucariotas más antiguos registrados son de hace 1700 millones de años. Están
presentes en los acritarcos, que son diminutas estructuras del resto de
un organismo vivo.[33]
La
ortodoxia darwiniana supone que este cambio fue gradual. Pero, existe la
posibilidad de que haya sido abrupto. La
doctora Lynn Margulis –quien fue esposa de Carl Sagan- postuló la teoría de que
la célula eucariota surgió de la simbiosis entre una arquea y una bacteria. De
las eucariotas surgieron todas las criaturas multicelulares que conocemos: las
que tienen mitocondrias y las que tienen cloroplastos. Al
parecer inició con una bacteria consumidora de azufre y una espiroqueta que dieron
origen a la primera eucariota, luego ésta incorporó a su estructura la
mitocondria al fagocitar y no digerir a una bacteria procariota respiradora de
oxígeno. Luego, esta nueva bacteria fagocitó
a una bacteria procariota fotosintética dando lugar a una eucariota fotosintética.[34]
Se
cree que la vida se originó en el agua, originalmente, cerca de la superficie.
Sin embargo, se han encontrado bacterias que también viven en el fondo marino
alrededor de las fumarolas de los volcanes marinos. Hacen una quimiosíntesis.
Es posible que las primeras bacterias se hayan formado ahí. Ellas generaron
quizá moléculas parecidas al hidrato de carbono a partir de los cristales de
pirita de hierro. Esta hipótesis fue lanzada por Günter Wächtershäuser, biólogo
aficionado y amigo de Albert Einsein. Ambas teorías gozan de credibilidad: la
que propone cerca de la tierra y la que propone que en el fondo. En realidad,
no sabemos cómo certeza dónde ni cómo se formó la vida. Pero sabemos que en la
Tierra requiere de agua en estado líquido. En el sistema solar sólo existe agua
líquida en pequeñas proporciones en la Luna, se cree que posiblemente exista en
la gran luna de Europa en Júpiter y se especula que hubo anteriormente en
Marte.
Precámbrico
Posicionémonos
en el Precámbrico.
Hace
800 millones de años aparecieron los hongos unicelulares. Eran microscópicos.
Los organismos pluricelulares surgieron después: en un periodo que se remonta a
hace 635 y 542 millones de años. Su
registro fósil está en el yacimiento australiano de Ediacara. También surgieron
las esponjas, los artrópodos (arañas e insectos), los moluscos, las anémonas y
los gusanos. En general, los primeros organismos eran de cuerpo blando (salvo un
género de animales denominado Cloudina que posiblemente tenía un exoesqueleto).
Géneros propios de animales de esta época son la Spriggnina, el Tribachidium y
Namacalathus.[35]
Su surgimiento fue una gran revolución, ya que unas células de un organismo se
especializaron en unas funciones y otras en otras funciones. Se empezaron a
formar tejidos y órganos. Los animales que coincidían es un mismo plan de
organización orgánica constituyeron un phylum. Dicho plan, por supuesto, estaba
en su ADN. En realidad, no se sabe mucho de este periodo.
Se
cree que de una criatura en concreto que tenía un sistema genético
especializado en organizar cualquier cuerpo del futuro (genes de Hox)[36]
y que ha sido llamado dicho animal Urbilateria,
emergieron de él una gran cantidad de otros animales: artrópodos, moluscos,
anélidos y cordados. De
él se desprenden los animales que presentan bilateralidad. De manera metafórica
se habla de planes de diseño (bauplan). Los distintos tipos de criatura son una
variación del plan de diseño del Urbilateria. Se cree que esa criatura ya tenía
una simetría bilateral, cabeza, tronco, abdomen, cuerda nerviosa central y
sistema disgestivo. Existió posiblemente
hacia el final del Precámbrico.
Al
surgimiento relativamente repentino de una gran variedad de animales se le
conoce como la explosión cámbrica. Esto
nos lleva al tránsito del Precámbrico al eón Fanerozoico. Éste se divide en
seis periodos: el Cámbrico (541-485
millones de años), el Ordovícico, el Silúrico, Devónico, Carbonífero y Pérmico.
Cámbrico
La
explosión cámbrica sucedió aproximadamente hace 530 millones de años. Fue una
época en la que proliferaron los moluscos, los gusanos, las esponjas y los
artrópodos. Se han encontrado en el
yacuimiento de Burgess Shale: esponjas (la Vanuxia, la Choia, la Pirania, la Crumilllospongia)),
el braquiópodo Nisusia, el anélido Burgessochaeta, gusanos priapúlidos (Ottia, Louisella,
los trilobites, Sidneyia, Leanchoilia, Marella, Canadaspis, Molaría, Burgessia,
Yohoia, Waptia, Aysheaia), el molusco Scenella, el equinodermo (Echmatocrinus),
los cordados Pikaia (Haplophrentis, Opabinia), y animales que no corresponden a
ningún filo conocido de la
actualidad: Wiwaxia (animal con picos y
escamas que vivía en el lecho marino), los Hiolites (organismos de concha
alargada y triangular y un par de varas curas en su extremo anterior), el Hallucigenia
(animal ciego de cuerpo alargado con
tentáculos dorsales y espinas en la parte ventral, y dos hileras de espinas en
la espalda) y el gran depredador de la época el Lagganiacambria. Otro gran
depredador fue el Anomalocaris. Era de coraza dura y depredaba trilobites,
moluscos, artrópodos y gusanos. Definitivamente este par fue el terror de la
época.
En
general, podemos decir que esa época había moluscos, artrópodos, esponjas,
anélidos (gusanos marinos, de tierra y sanguijuelas), trilobites, braquiópodos,
lobópodos, corales y cordados. Tales cordados eran muy primitivos, como gusanos
marinos con indicios de una espina dorsal primitiva (notocorda), un cordón
nervioso dentro de ella y bloques de músculos. En el cámbrico aparecieron los
primeros depredadores y con ellos se hicieron abundantes los animales
acorazados. El más famoso por mucho es el trilobites.
Es
posible que este boom de distintas especies estuviera ligado a la plasticidad
de sus células y a la capacidad de regeneración que tenían tras una amputación
o destrucción. Dicha regeneración sería tanto estructural como funcional. Se cree que hubo un antecesor de los
metazoarios capaz de regenerarse, así como lo hace actualmente la hidra de
agua. Luego, esta capacidad se fue perdiendo conforme avanzó la evolución. Se
encuentran en esta época muchos trilobites, graptolites, braquiópodos,
escorpiones marinos y los ortoceras (“pulpos” con concha de gran tamaño).
Ordovícico
En las épocas posteriores la vida se hará más
compleja. Durante el Ordovícico
proliferaron especialmente los graptolitos (que ya existían desde el
Cámbrico). Eran alargados, con forma de gusanos que vivían en colonias fijos en
el fondo del mar o flotando de forma libre, Eran diminutos. Los trilobites siguieron siendo muy
abundantes, junto con arrecifes de corales, esponjas, algas, hongos y unos
animales que también vivían en colonias llamados briozoos. Los moluscos
y los braquiópodos se diversificaron. Igualmente surgieron nautiloides que
parecían calamares con conchas, como el Orthoceras. También existió un escorpión marino cuyo
nombre fue Pterygotus. Un pez muy común de la época fue el Sacabambaspis, que
era pequeño, con un escudo óseo y sin mandíbula.
En aquel entonces el mundo tenía tres pequeños
continentes y un gran continente formado por África, Australia, Antártida,
India y la península arábiga. El nivel del agua era muy alto. La temperatura
muy alta (45 grados centígrados). En dicho periodo aparecieron las primeras
plantas terrestres, las cuales, surgieron de las algas verdes. A este grupo se
le llamó embriofitas. Algunos animales se trasladaron a lagunas de agua dulce,
como el cangrejo herradura. Terminado dicho periodo (el Ordovícico) sucedió la primera
gran extinción masiva de seres vivos, hace 443 millones de años. La mitad
de las especies nuevas fueron aniquiladas. Se cree que fue ocasionada por el
movimiento del supercontinente de Gondwana hacia el polo sur. Esto es llamativo porque sólo sobrevivieron
los animales adaptados a las aguas frías. Se formaron gigantes capas de hielo en los
continentes, bajó el nivel del mar. Después los sobrevivientes se
diversificaron durante el Silúrico y el Devónico.
Silúrico
Durante
el Silúrico el mar estaba repleto de arrecifes de corales, crinoides briozoos y
estromatopóridos. Hubo animales que habitaban el fondo marino (bivalvos, gasterópodos,
braquiópodos y lirios de mar). Fueron característicos de esta época los
escorpiones marinos que alcanzaron hasta 2.5 metros de longitud. Ellos fueron
los grandes depredadores de la época. Surgieron los ostracodermos (peces
acorazados sin mandíbula), los placodermos (peces acorazados con mandíbula) y
los tiburones. También se diversificaron los invertebrados y se colonizó la
Tierra por las primeras plantas terrestres, insectos y vertebrados tetrápodos
primitivos. Al primer ser viviente de que salió del agua y vivió en la tierra
los paleontólogos le llama LECA (Last Earthly Common Ancestor). Pero también en el mundo acuático hubo
cambios, surgieron los primeros peces de agua dulce y los primeros peces óseos
con mandíbula.
Las
plantas verdes abundaron más durante el periodo Silúrico y fue en el Devónico
cuando se hicieron dominantes y adquirieron distintas formas y tamaños. Se adaptaron a generar órganos de almacenaje
de agua, a absorber su energía de los rayos del sol. . Características del Silúrico son las plantas
Cooksonia y Rhynia, que tenían tallos y ramas, pero no hojas.
El
clima cambió radicalmente, las temperaturas aumentaros, se derritieron las
capas de hielo y subió el nivel del mar.
Devónico
El
Devónico es conocido como la época de los peces; ya que surgieron muchas
especies. Surgieron peces de aletas
radiadas (que eran de cuerpo cartilaginoso) y peces óseos. Dentro de este grupo
hubo unos de aletas lobuladas (por la base gruesa y carnosa de sus aletas), que
se cree fueron los ancestros de todos los vertebrados de cuatro patas. Un
ejemplo de este grupo fue el Acanthostega, un pez que tenía cola radiada,
branquias y unos pequeños pulmones, más cuatro pequeñas extremidades cada una
con ocho dedos.
Igualmente,
proliferaron los tiburones, pero no fueron los mayores depredadores de la
época. Éstos eran los placodermos, que tenían grandes mandíbulas y placas con
forma de cuchilla. Estos animales llegaron a medir 10 metros. También el
Dunkleosteus fue uno de los grandes depredadores marinos. Era un pez con
mandíbula y acorazado que llegó a medir hasta los seis metros.[37]
También existieron otros moradores marinos como el Bothriolepis (un pez de 30
cm de cuerta cabeza acorazada), el Lunaspis (pez aplanado que vivía en los
fondos marinos), el Gemuendina (pez parecido a las mantarrayas), el Ctenurella
(pez acorazado de 20 cm) y el Phyllolepis (pez de cuerpo alargado, plano y
hocico ancho). Lo cierto es que los peces pulmonados y los cartilaginosos fueron
bastante abundantes en dicho período. La vida en la tierra era mínima. Se
limitaba a plantas y algunos artrópodos. Había algunos vertebrados marítimos
que desarrollaron características que les permitían rondar por la superficie,
como sucedió con el Tiktaalik, el cual tenía articulaciones parecidas a
hombros, codos y muñecas. Al parecer lo que incitó a este tipo de criaturas a
salir del agua fue el alimento fácil de encontrar: los invertebrados
terrestres. Al finalizar el Devónico se generó la segunda extinción masiva
de vivientes. Sucedió entre 382 y 358 millones de años atrás. No se sabe la
causa. Se especula que fue entre el cambio del ciclo del carbono ocasionado por
nuevas plantas y una variación de la salinidad y oxigenación en el agua.
Carbonífero
Luego,
vino el período Carbonífero en el que la vida terrestre abundó. El clima era
húmedo y tropical. Abundaron plantas gigantescas de colas de caballo,
musgos y árboles. Se llenó de bosques (de grandes árboles de hasta 30 metros de
altura de helechos, además de equisetos y licopodios). Insectos de tamaños
descomunales aparecieron en aquella época, como ciempiés de 2.5 metros o
libélulas de 75 centímetros (la Meganeura). Abundaron, pues, los ciempiés, los
milpiés, las cucarachas, arañas e insectos de cualquier tipo. El Arthropelura
fue un ciempiés venenoso de dos metros.
Los tetrápodos comenzaron a caminar por la tierra. Sus primeros
representantes fueron los grandes anfibios que rebasaron los 5 metros. Se cree
que los anfibios se originaron a partir de los peces. Un ejemplo de uno de
ellos era el Ichtiostega, el cual tenía cuatro patas y un metro de longitud. Pero,
también hubo otros tetrápodos que parecían -pero no eran-cocodrilos y otros
desarrollaron una piel escamosa que dio origen a los primeros reptiles, que
eran animales huidizos con forma de lagarto que surgieron al final de dicho
periodo.
En
el mar abundaron los corales.
Pérmico
Luego vino el periodo Pérmico, en el que las
masas continentales se reunieron en un solo supercontinente, la Pangea (la cual
existía desde el Cabonífero). La superabundancia de oxígeno, produjo el
gigantismo de los animales. La acumulación de restos de plantas y la mala
oxigenación de las zonas encharcadas, tras un periodo de enterramiento y
compactación, generó yacimientos de carbón.
En
este periodo los grandes musgos de esporas fueron remplazados por plantas con
semillas. Un ejemplo fue la Glossopteris (que se parecía a las coníferas
actuales). Fue entonces cuando surgieron
las gimnoespermas, que son plantas con semilla desnuda, sin fruto.
Aparecieron
los tecodontos (animales que dieron origen a los cocodrilos, pterosaurios y
dinosaurios). También surgieron los
primeros insectos auténticos: cigarras, escarabajos y otros. En términos
generales dominaron dos grupos de animales: los saurópodos (que dieron origen a
los dinosaurios) y los sinápsidos (que son ancestros de los mamíferos). Un ejemplo de estos últimos era el Diictodon,
un herbívoro con una cabeza grande, pico y colmillos, con cinco garras afinadas
por pata, que eran grandes excavadores.
La
temperatura era variante, oscilaba entre los cero grados y los treinta y siete
centígrados. El Dimetrodon, por ejemplo,
era un animal que tenía una estructura con forma de vela que le ayudaba a
regular su temperatura corporal, absorbiendo con ella la luz del sol durante el
día, para mantenerlo tibio durante la noche.
A
finales del Pérmico vino la tercera extinción masiva de seres vivos,
hace 251 millones de años.
Desaparecieron el 96% de las especies marinas y el 70% de las especies
terrestres. Se cree que la causa de esto fue o un meteorito, un evento masivo
de vulcanismo, terremotos, o la explosión de una supernova cercana al Sistema
Solar.
Mesozoico
El
Pérmico va a ser el punto de extinción de la etapa paleozoica. Es decir, se va
a dar una transición de los primeros animales, a un periodo intermedio de
animales que antecede a la época de los nuevos animales (el Cenozoico). Será la época en la que dominen los
dinosaurios y las plantas cícadas (con su esperma móvil). El Mesozoico se
divide en tres grandes etapas: el Triásico, el Jurásico y Cretácico.[38]
Triásico
Esto
dio paso al Triásico. En el mar dominaron los
corales modernos, erizos de mar, los moluscos, y ciertos reptiles marinos: los placodontos y
los notosaurios. También existió un grupo muy popular en el mar: los amonites,
que eran cefalópodos con concha. Ellos vivieron junto con sus parientes
cercanos: los belemnites, que eran también cefalópodos con concha, pero que no
se enrollaban como los amonites. En la tierra aparecieron los tecodontos,
animales con los dientes implantados en los alveolos de las mandíbulas. Los
arcosaurios fueron tecodontos y surgieron en aquella época. Los primeros
arcosaurios son los proterosúquidos, que surgieron hace 250 millones de años.
De los arcosaurios surgieron dos líneas evolutivas: una que derivó en los
cocodrilos y sus parientes (los fitosaurios, los rausuquios, los
cocodrilomorfos y los aetosaurios (que eran herbívoros). El otro linaje dio
origen a los pterosaurios y a los dinosaurios. Los pterosaurios eran reptiles
voladores. Los dinosaurios, que no reptaban por el piso, surgieron
aproximadamente hace 230 millones de años. Los primeros no superaban los dos
metros de longitud. Durante el Triásico
no dominaron ellos, lo hicieron los arcosaurios. En especial destacaron los
rausuquios. Hubo reptiles que se adaptaron al medio acuático, como el
ictiosaurio, el mosaurio (de cuerpo serpentiforme), el notosaurio y el
plesiosaurio. Aunque dichos reptiles acuáticos no eran dinosaurios, vivieron en
su época y convivieron con ellos.
Hubo
dos tipos de animales muy característicos de este período el Thrinaxodon (que
era un sinápsido que parecía mamífero y que cazaba en el suelo) y el Henodus,
un reptil marino con forma de tortuga que depredaba moluscos.
Hubo
un evento de extinción masiva que permitió a los dinosaurios expandirse en los
períodos Jurásico y Cretácico. Así pues, el Triásico terminó con la cuarta
extinción masiva de seres vivos.
Jurásico
Esta
es la época de los dinosaurios. Su clima fue húmedo y fresco. Permitió el surgimiento de árboles parecidos
a las palmeras, abundaron los helechos y cícadas de hojas gruesas perenes. Claramente había una cadena alimenticia en la
que los dinosaurios carnívoros devoraban a los herbívoros.
Estos
animales variaron desde el tamaño de un pollo, hasta estaturas descomunales. Estaba
el Megazotrodon, un animalito peludo de 10 centímetros (un mamífero antiguo)
por un lado, y por el otro, el braquiosaurio de 30 metros de altura.
A
la par de los dinosaurios surgieron los mamíferos (desde el Triásico). Eran
pequeños animales peludos. Los mamíferos provenían de los sinápsidos del
Carbonífero. Ellos, a su vez, dieron origen a los terápsidos del periodo
Pérmico, ellos son considerados reptiles mamiferoides. De los dinosaurios provienen las aves. La
primera ave encontrada (con rasgos de dinosaurio todavía) es el Archaeopteryx.
Poseía dientes, tenía garras y cola larga. Pero tenía plumas en sus brazos
formando alas. Las aves provienen de los dinosaurios terópodos pequeños.
Cretácico
Durante el Cretácico surgieron las plantas
angioespermas, aquellas que tienen flor y fruto. Eso modificó los paisajes. En parte, la
polinización de dichas plantas fue permitida por la evolución de algunos
insectos, como las avispas, las hormigas y las abejas.
También
siguieron dominando los dinosaurios. De esta época son el Tiranosaurio Rex y el
Treiceratops. Aunque fue un parteaguas que marcó su finalización. Al terminar dicho
periodo vino la quinta extinción masiva, la que acabó con los
dinosaurios. Esto sucedió hace unos 66 millones de años ocasionado, al parecer,
por un gran meteorito que se estrelló contra la Tierra. En el Cretácico empezaron a evolucionar los
mamíferos y las aves. El Confuciusornis
fue la primera ave con pico conocida.
Cenozoico
A
esto le siguió el Cenozoico, la era de los mamíferos. Surgen los animales
nuevos. Es la última etapa de eón Fanerozoico. El Cenozoico se divide en tres
periodos: Paleógeno, Neógeno y Cuaternario. Los mamíferos insectívoros
evolucionaron en carnívoros.
Abundaron
los marsupiales, los mamíferos placentarios y los mamíferos monotremas
(mamíferos que ponen huevos, al estilo de los ornitorrincos y los
equidnas). Los mamíferos placentarios,
al parecer surgieron en el período Jurásico, mientras que los monetremas y los
marsupiales provinieron del Cretácico.
Paleógeno
Este
periodo se caracterizó por la aparición de los mamíferos ungulados de pezuñas
impares (como el Chalicotherium, parecido a un caballo) y los ungulados de
pezuñas pares (como el venado). Surgieron nuevos tipos de animales como los murciélagos,
las abejas, los roedores y los primates. Un animal importante de esta época fue
el Ambulocetus, una especie de mezcla entre nutria gigante y cocodrilo. Las temperaturas eran altas y los océanos
templados. Pero luego el planeta empezó a enfriarse y a hacerse más seca. Eso
permitió la abundancia de árboles caducifolios. Se extinguieron muchos bosques,
pero aumentaron los pastizales.
Neógeno
En
este período hubo un gran enfriamiento de la Tierra. Se dio una
glaciación. Ya había 100 especies de
simios distribuidas en África y Eurasia.
De este grupo se desprenden los antepasados del hombre para tomar su
línea evolutiva. Abundaron los animales
de pastoreo, los patos, búhos y cacatúas.
De esta época son mamíferos antiguos como el Indricotherium (un
antepasado del rinoceronte), el mamut lanudo, el Deinotherium (pariente del
elefante moderno) y el Smilodon (un carníovoro de enormes dientes de sable). Había osos, leones, canguros gigantes. Dicha
fauna empezó a desaparecer hace 2500 millones de años. Se le conoce como la
extinción del cuaternario. Dio paso a la siguiente etapa.
Cuaternario
Esta
es la etapa de surgimiento del hombre y de los animales contemporáneos.
La
aparición de las neuronas fue uno de los sucesos de mayor importancia en la
evolución de las criaturas multicelulares. Se dio con los eumetazoos.[39]
Éstos son una serie animales con tejidos distintos. Entre los primeros animales
con neuronas, surgieron unos que tenían una estructura sencilla, un tubo
neural. Esa estructura aparece en las planarias y los platelmintos todavía.
Luego el extremo frontal del tubo neural se fue alargando. De convirtió en el
punto central de coordinación de la información recibida de detectores que
indicaban posible comida, luz o peligros. Esos detectores se convirtieron en
los órganos de los sentidos, la parte frontal del tubo neural se convirtió en
el encéfalo, y el tubo se convirtió en una espina dorsal. Ya en los dinosaurios fue detectable un
cerebro, aunque de diminuto tamaño. Ese desarrollo encefálico abarcó a los peces,
anfibios y reptiles. Se diversificó el sistema nervioso, privilegiando un
sentido sobre otro. Luego aparecieron los mamíferos. Se movían en la noche cuando
los dinosaurios dormían. Además, regulaban su temperatura corporal con una
estructura llamada “hipocampo”, que les permitió sobrevivir al cambio
ambiental. Los primeros eran herbívoros o eran omnívoros. Desarrollaron
altamente los sentidos para evitar a sus depredadores.
El
otro gran hito en la evolución fue el surgimiento de los vertebrados, como
criaturas que tienen una gran capacidad de movimiento. Los primeros vertebrados
fueron los peces. El más antiguo descubierto fue un pez agnato (es un pez sin
mandíbulas) descubierto en Wyoming que tiene 500 millones de antigüedad.[40] Así
pues, pueden ser grandes depredadores de plantas o de otros animales. Eso los
llevó a tener órganos sensoriales complejos. Sus centros nerviosos se
dispusieron en torno a su boca para poderla utilizar con celeridad. El diseño
es en función de una alimentación depredadora. Cuando se dio la encefalización,
esto permitió la posibilidad de tener órdenes motrices de combate o huida.
Niles Eldredge y Stephen Jay Gould propusieron
en 1972 la teoría del equilibrio
puntuado, es decir, que las especies suelen ser bastante estables hasta que
surgen otras en un periodo de crisis y las suplen sin que haya un intermedio.
Claro que este proceso de especiación podría durar unos 10 mil años y tener a
esa especie estable por 5 o 10 millones de años.
De acuerdo con la taxonomía de los
seres vivos, el hombre es un primate,[41]uno
que corresponde específicamente a la especie homo sapiens. Se parece
mucho a los simios, su gran diferencia es que camina erguido, su pelaje es
fino, escaso, usa ropa y decoraciones en su cuerpo, su cerebro es mayor, sus
manos pueden realizar muchos más tipos de movimientos, posee en lenguaje
articulado fonético y no vive exclusivamente en hábitats boscosos. Estudios de
genética han demostrado que el hombre y los
monos comparten el 93% de los
genes, mientras que en relación con los simios el parentesco es casi total: los
humanos se diferencian en el 3.6% de los orangutanes, en el 2.3% de los gorilas y el 1.6% de los chimpancés.[42]
Así que pertenecemos a un grupo de primates llamados homínidos en los
que están justo tales animales: el orangután, el gorila, el chimpancé, el
bonobo y el ser humano. Dentro de este
grupo hay un subgrupo: los homininos, que es el linaje del cual proviene
el ser humano, pues se refiere únicamente a los homínidos bípedos.[43] Cálculos científicos sugieren que el hombre y los
chimpancés se separaron evolutivamente de una rama común hace unos 6 a 8 millones de años, mientras
que los gorilas hace unos nueve millones de años.[44] Pero
el hombre no surgió inmediatamente de esa rama nueva de los chimpancés; pasó
mucho tiempo y apenas surgió nuestra especie hace medio millón de años.[45] En
la historia de la vida el hombre es una especie sumamente reciente,
considerando que los dinosaurios se extinguieron hace 75 millones de años y que la vida tenga unos
3500 millones de años en el planeta.
La hominización está en relación con
la evolución humana, es decir, el proceso de cambio que llevó a la aparición de
dicha especie.[46]
Paradójicamente, El origen de las especies
no habló más que en una línea del hombre. Se decía que era posible que éste y
los monos tuvieran un ancestro en común, que la teoría de la selección natural
probablemente podría aclarar las razones de esta transformación. El tema no lo trató directamente, quizá
porque Lamarck había sido humillado y criticado cuando postuló que el hombre
tenía un antepasado no humano en su libro Filosofía
Zoológica (1809). No obstante, toda
la polémica que se desarrolló en su libro, fue en torno, al origen del
hombre. En Inglaterra T. H. Huxley y en
Alemania Ernst Haeckel se hicieron dos grandes defensores de las pruebas
científicas sobre el origen del animal del ser humano. Haeckel junto con Fritz Muller propuso la tesis de que el origen de la especie humana (filogenia) se
podía rastrear a partir de su ontogenia (del desarrollo embrionario). Por fin,
en 1871, Darwin se animó a publicar un libro titulado El origen del hombre en el que abordaba dicho asunto. Se animó a publicarlo cuando constató que la
teoría de la evolución había convencido a la mayoría de los naturalistas de su
época y a una gran mayoría de jóvenes nuevos científicos. Postuló que los monos
superiores y el hombre, a partir de estudios de anatomía comparada, debían de
tener un origen común. También señaló que no había una diferencia cualitativa
entre el cerebro humano y el del resto de los primates, sino una mejora
cuantitativa. Así que aceptó con precipitación que había etnias con mayor
capacidad de inteligencia en función de su mayor capacidad craneana. Creyó que
los europeos tenían mayor inteligencia y que los aborígenes australianos eran
los de menor inteligencia. Este libro no fue tan solicitado, ni famoso como lo
fue el Origen de las especies. Aun
así, tuvo una segunda edición en 1874.
Desde entonces a la fecha, los descubrimientos
paleontológicos y antropológicos que se han hecho han ido apuntalando la tesis
darwiniana. A principios del siglo XIX había habido muchas exploraciones a
cuevas por parte de geólogos. William Buckland de la universidad de Oxford
había encontrado un esqueleto y herramientas antiguas en una cueva en Paviland
(en Welsh), que daban una evidencia prediluviana, pero que se rehusó a
aceptarla. Afirmó que ese esqueleto había sido arrastrado ahí en una época
posterior. Él fue defensor de la geología del Diluvio, es decir, trató de
conciliar la nueva ciencia de la geología con las historias del Génesis y del
Diluvio Universal. En cambio, John MacEnery,
se atrevió a señalar la antigüedad prediluviana de otros fósiles humanos
encontrados en la cueva de Kent, siendo fuertemente amonestado por la Iglesia
ya que era un sacerdote. A dicha evidencia se sumó el hallazgo del año 1833 del
paleontólogo belga Philip-Charles Schmerling de varias cavernas en las orillas
del río Mosa que tenían fósiles de elefantes, osos, hienas, tigres, renos y de
un primate que lo hicieron afirmar que el hombre había vivido en Europa antes
del Diluvio. Y para rematar, Jacques Boucher de Perthes encontró en 1825 en
Abbeville, Francia, utensilios de piedra humanos previos a tal evento.[47]
Las actuales investigaciones remontan
el origen del hombre hasta los monos del Mioceno, hace 20 millones de
años. Se han descubierto más de 10
géneros de monos diferentes. Se cree que
de uno de estos, posiblemente el Aegypyopithecus,
dio origen a otra serie simios, del
cual, surgió el Pierolapithecus, del
cual, a su vez, provienen los monos
antropoides actuales y el hombre. Hubo
una crisis en los ecosistemas. De ella sobrevivieron estos primates. Hacia el
Plioceno, es decir, hace unos 4 millones de años, surgió el Australopithecus, el candidato más
plausible para ser el antecesor del género homo de aquella era. La primera
especie de este género fue el Australopithecus anamensis, el cual era
muy parecido al chimpancé aunque con una mayor tendencia a la bipedestación.
Fue encontrado a las orillas del lago Turkana en Kanapoi (Kenia). Ellos ya
vivían en sabanas. Su antigüedad se remonta a hace 4.2 millones de años atrás.
Vivió alrededor de 300 mil años sin ningún cambio significativo. Luego le
siguió el Australopithecus afarensis. A esta especie pertenece la famosa
Lucy. Su nombre fue puesto en honor a una canción de John Lennon: Lucy in the Sky with diamonds (dicha
canción la estaban escuchando cuando encontraron su fósil). Fue descubierta en
1974 en Hadar Etiopía por el antropólogo físico: Donald Johanson y su equipo. Esta
nueve especie manifiesta una estructura anatómica mucho más favorable para la
bipedestación que la de su precursor. Medían los machos 1.30 metros y las
hembras 1 metro; los primeros pesaban unos 45 kilos, las hembras 29. Eran
animales carroñeros, que además comían frutos y raíces. Se protegían de sus
depredadores subiendo a los árboles. Se extinguieron hace 2.9 millones de años.
A su desaparición le siguieron 6 especies más de Australopithecus (afarensis,
africanus,[48]
bahrelgazali,[49]
sediba,[50]
prometheus,[51]
garhi[52]).
Esta vía evolutiva se extinguió hace 1.5 millones de años sin salir nunca de
África. El cerebro del grupo de los australopitécidos era mayor a los 380
centímetros cúbicos (máximo hasta los 450 cm cúbicos) y su estatura mayor al
metro. Como ya señalamos, esta vía evolutiva haya adoptado una dieta carroñera
que permitió el incremento de la masa de su cerebro, hecho, que derivó en el
surgimiento de los primeros miembros del género Homo: georgicus, rudolfensis, habilis y ergaster,
con menos de 600, con 600, 750 y 800
centímetros cúbicos de masa encefálica respectivamente, y una antigüedad aproximada
de 2 millones de años.
Paralelamente al género de los
Autrolopithecus, existieron los Kenyanthropus platyops. Estos vivieron entre
3.5 y 3.2 millones de años atrás. Sus rasgos son intermedios entre el
Australopithecus y el Homo. Tenían el cráneo parecido a los primeros, la cara aplanada
y delicada de los segundos, así como una dentadura pequeña.
Antes de abordar el género homo,
hablaremos de otro género (con su respectiva especie) descubierto: el
Paranthropus robustus, que vivió entre 2.5 millones y 1.2 millones de años
atrás en África. Su estatura esa alrededor del 1.40. Su cráneo era muy peculiar. En 1938 un niño
encontró unos dientes en la cueva sudrafricana de Kromdaai. Ese niño le comentó
a amiguito suyo el descubrimiento. Ese amigo trabajaba con el antropólogo
Robert Broom, quien visitó al niño descubridor y lo convenció con dulces y
monedas de darle su descubrimiento y llevarlo a la locación exacta. Ahí se
descubrió el resto del cráneo y esqueleto de esa nueva especie. Otro equipo de
antropólogos encabezado por el matrimonio de Mary y Louis Leakey, en 1958
encontró en Olduvai (Tanzania) también un cráneo de esta misma especie. Recibió
el apodo de El Hombre Cascanueces. Tenía grandes muelas premolares y molares (tres
o cuatro veces más grandes que los dientes humanos). Los pómulos de esta
especie eran muy hincados, la cara ancha y hundida. Su cerebro era pequeño de
530 cm cúbicos. Su dieta no era de nueces, sino de semillas, juncos, vegetales
blandos. Se cree que su comportamiento era parecido al de los gorilas. Los
Paranthropus tuvieron tres especies (bosei,[53]
aethiopicus,[54]
robustus[55]).
Ellos convivieron con los primeros miembros del género homo. No compitieron por
recursos, pues ellos eran vegetarianos y los “homo” eran omnívoros.
El género Homo surgió hace 2.5
millones de año y coexistió con los Australopithecus alrededor de un millón de
años. También coexistió con los Paranthopus. Apareció en Etiopía. Lo cierto es
que este género ya utilizó tecnología lítica y una dieta que había incorporado
el consumo de carne a su dieta. Otro dato interesante es que protagonizaron un
movimiento migratorio rumbo a Eurasia a través del homo erectus (el primer
homínido en salir de África), no sólo por el estrecho de Suez, sino
posiblemente también por el estrecho de Gibraltar durante una época de
glaciación, en la que el nivel de los océanos disminuyó considerablemente.
Especímenes antiguos de este género
fueron varios. Podemos enlistar al Habilis,
Rudolfensis, Ergaster y Naledi. Empecemos con el Homo Habilis.
Posiblemente haya existido hace 2.8 millones de años y duró hasta los dos
millones de años. Fue descubierto en 1962 por Louis y Mary Leakey. Se sabe que
esta especie vivió una época de enfriamiento y aridificación del planeta. Las selvas se redujeron y abundaron las sabanas. Esto propició un
cambio de hábitat. Su cerebro medía 600 cm cúbicos. Medían 1.40 metros.
Generaron tecnología lítica que es conocida como olduvayense. Era un estilo
sencillo con cantos rodados y de poca elaboración. Está el Homo Rudolfensis,
con antigüedad de 2 a 1.8 millones de años. Su capacidad craneana era de 526 cm
cúbicos, con una mandíbula y dentadura poderosas. Sólo se han encontrado fragmentos. Se cree
que tenían una bipedestación más lograda que el Homo habilis. Más completo fue
el Homo ergaster, el cual por cierto, se cree provino del Homo habilis. De éste
se descubrió 1984 un esqueleto de un niño de ocho o nueve años con una estatura
de 1.60 que fue llamado el “Niño de
Turkana”. Sus proporciones ya eran
semejantes a las humanas. Medían posiblemente 1.80 metros posiblemente. Su
capacidad cerebral era de 900 cm cúbicos.
Tuvieron una tecnología lítica sofisticada cuyo estilo se conoció como
achelense (que implica una talla bifacial y un eje de simetría). Su antigüedad es de 1.8 a 1.4 millones de
años.
También existió el Homo Naledi, que
también parece a medio camino entre el Australopithecus y el género Homo. Dicha
especie fue descrita en 2015 a partir de sus hallazgos en una cueva
sudafricana. Se encontraron 15 individuos
de varias edades. Medían 1.50 metros, pesaban 45 kilos, tenían un cráneo con
una capacidad cerebral entre los 466 y los 560 cm cúbicos, con dientes pequeños
y sencillos, sus manos eran curvadas, adaptadas para trepar, con clara
bipedestación.
Otra especie más reciente fue el Homo
Antecessor, que surgió en África posiblemente a partir del Ergaster, pero migró
a Europa. De éste surgieron otras variantes europeas. Pero, ya antes que éste,
otro linaje del género Homo había puesto un pie fuera de África: el Homo
Georgicus. Sus restos encontrados en Georgia (Próximo Oriente), datan de 1.8
millones de años atrás. Su capacidad craneal era de 650 cm cúbicos. También se encontraron los restos de otra
especie en Java: el Homo Erectus. Fue apodado como el Hombre de Java cuando fue
descubierto en 1891 por Eugene Dubois en Trinil 2. Su capacidad craneal era mucho mayor: entre
940 y 1004 cm cúbicos. Más tarde, en
1921, fueron encontrados más restos del Homo Erectus en China. Se dató su antigüedad entre los 600 mil y los
400 mil años.
Hay quienes señalan que quizá no hay
diferencia entre el Homo Erectus y el Ergaster excepto por geografía, que el
Erectus se dio en Asia y el Ergaster en África. No obstante, no todos los
antropólogos están de acuerdo. Unos piensan que el Homo Ergaster dio origen al
Homo Antecessor y remplazó a los Homo Erectus que había migrado a Europa. Así
pues, de Antecessor, que surgió hace unos 900 mil años, al migrar a Europa,
surgieron el Homo Heidelbergis y el Homo Neanderthalis.
Del Homo Erectus se cree que inventó
la vida social compleja a través del reparto del trabajo, la domesticación del
fuego, la cocción de los alimentos, la tecnología de arcilla y una tecnología
lítica más sofisticada.[56]
Más recientes, hacia el Pleistoceno
medio y superior, fueron las variaciones del género homo conocidas como erectus (que ya mencionamos),
rhodesiensis, heidelbergensis y neanderthalis, de una capacidad craneana mayor, superior a los 900
cm cúbicos e incluso muy cercana a la nuestra.[57]
Ahora vayamos a los neandertales, quienes
han ocasionado fascinación y polémica entre los especialistas. Ellos también
caminaban erguidos y usaban herramientas. Extrañamente, al igual que el Homo heidelbergensis, practicaron el
canibalismo. Sin embargo, cuidaron también de sus enfermos, como lo muestran
algunas fracturas sanadas. Por otro lado, se ha discutido sobre su capacidad de
articular un lenguaje fónico, ya que hay evidencias anatómicas y genéticas que
lo sugieren. También se ha planteado la hipótesis de que desarrollaron el
pensamiento simbólico, pues se ha descubierto que realizaron entierros en los
que sepultaron a sus muertos. Incluso,
se ha discutido si son una subespecie del homo sapiens o una especie diferente. En 1997 se extrajo y analizó ADN de
especímenes del Neanderthal, y se llegó a la conclusión de que era una especie
distinta, pero muy cercana a la nuestra. Las variaciones entre las secuencias
genéticas que se los diferencian a ellos de nosotros, está a la mitad entre la
que nos distingue a los humanos de los chimpancés. Tal vez lo más correcto sea
decir que ellos y nosotros constituimos cuasi-especies. [58] Los
nuevos estudios de genética antropológica han demostrado que muchas poblaciones
de Francia comparten 2% de los genes neandertales en su ADN. Así pues bajo tal
óptica, el ser humano tiene 4 ancestros comunes: el homo neanderthalis, el homo
floresiensis de las Islas de Java, el homo denisovano (del sur de Siber
occidental y cuyos genes están en los homo sapiens de Melanesia y Nueva Guinea)
y el hombre de Cromañón.[59]
Esta evidencia pone en tela de juicio la idea del eslabón perdido. Más aún, el
estudio hecho en 2002 por Alan Templeton de evolución molecular revisó los
genes de muchas poblaciones. Encontró que los genes humanos proceden de tres
grandes olas migratorias. La primera fue hace 1.8 o 1.7 millones de años atrás,
otra de hace 700 mil u 800 mil años atrás y una última de hace 100 mil años.
Desde su lectura los hombres tenemos genes del homo erectus. Y las otras
especies existentes, podrían ser variaciones en realidad del homo erectus.
Estamos hablando del homo antecessor, del homo neanderthalis, del homo
heidelbergensis y del homo sapiens. En síntesis podemos decir que las variantes
del género homo son una orgía genética que confluyó en el homo sapiens.
Al parecer el surgimiento del hombre
derivó de un proceso más complejo que una mera sucesión lineal de especies.
Varias cuasi-especies se fueron mezclando y desapareciendo hasta que surgió el
hombre moderno.
En fin, el homo sapiens surgió entre
unos 160 mil y 100 mil años atrás en África, donde se esparció con rapidez.[60] A partir de los estudios sobre el ADN
mitocondrial de Rebeca Cann de 1987, se encontró que la humanidad estaba
emparentada toda con una línea mitocondrial que nos llevó a una “Eva
Primitiva”, cuya raíz estuvo en esos seres humanos modernos que vivieron en
África.[61]
Blancos, asiáticos, negros, amerindios, todos están en relación con ese mismo
origen. Las variaciones raciales que podríamos observar hoy, tiene que ver con
una misma raíz que se desprendió de una serie de migraciones que han dado como
resultado a las distintas características raciales: pieles negras, blancas,
ojos rasgados, ojos obscuros, claros, cabello chino, lacio, etc. La primera
migración fue hace más de cien mil años fuera del Continente Negro, seguramente
a través del estrecho de Suez. Se tienen rastros que en Israel ya había seres
humanos fuera de África. Sin embargo, al parecer, esta primera migración no
proliferó. Hay rastros arqueológicos actuales en Eritrea que sugieren que hace
80 mil años se dio una primera migración de un grupo de, al menos, 200 personas
hacia Yemen por vía marítima en un trecho de 15 kilómetros en una época en el
que el nivel del océano era menor. De ese grupo, unos se extendieron hacia el
Norte, otros hacia el Oriente, de tal modo que 6 mil años después de haber llegado
a Yemen, alcanzan la región de Malasia (hace 74 mil años), luego llegaron a
Australia (hace 61 mil años, a Europa (45 mil años atrás), a América (25 o 20
mil años atrás). Ya pasaron unas 5 mil generaciones. Hoy en día poblamos todo
el mundo, excepto los Polos (dado que hay el acuerdo de no colonizarlos).
Ahora bien, respecto a la diáspora
humana, en honor a la verdad, he de decir que la explicación del origen
africano del hombre no es la única. Existen otras alternativas que hablan de un
surgimiento múltiple del ser humano en distintas partes del planeta. A la primera postura se le llama hipótesis de
la emigración africana, a la segunda, se le llama hipótesis multirregional. Ninguna
de las dos teorías es definitiva, aunque la primera cuenta con más seguidores y
pruebas a su favor. Esto ha llevado a algunos a sostener una tercera teoría que
mezcla la idea de una migración africana con el surgimiento humano paralelo en
otras regiones. A esta se le denomina teoría del compromiso. Sea como sea, lo
que podemos deducir, es que independientemente de la unicidad o multiplicidad
de nuestro origen, por debajo de la piel, todos somos más parecidos de lo que
creemos, tenemos la misma estructura, pensamos, sentimos, nos enfermamos y
morimos.
Después del recorrido anterior por
las reconstrucciones, de carácter hipotético, sobre la evolución del ser humano
desde sus antiguos antepasados del Mioceno hasta el surgimiento del Homo
Sapiens, hemos de decir que desde un punto de vista anatómico, lo que nos
hominiza, volviéndonos distintos a los otros primates, es la bipedestación
(caminar erguido sobre dos extremidades inferiores), la forma de la mano, que presenta un pulgar
oponible y una mayor capacidad de movimientos y el cerebro, que es el más grande
de todos los seres vivientes, en relación a las dimensiones propias de su
cuerpo.[62] No obstante, debe de reconocerse que el
cerebro del delfín es mayor, pesa 1.5 kilos, el del elefante pesa 4 kg y el del
cachalote pesa 8 kg.[63]
Si pensamos que la gran diferencia del cerebro humano es más no está en su
magnitud, sino en su estructura, entonces el problema persiste, ya que su
cerebro es casi idéntico al cerebro de los monos antropoides: el chimpancé, el
bonobo, el gorila, el orangután. La corteza humana es mayor. Eso nos vuelve
peculiares. Pero todos los animales lo son. No hay una superioridad humana
excepto porque el hombre así lo considera. Pero volvamos al tema del cerebro
humano.
De acuerdo con Jordi Agustí y
Mauricio Antón, hay un solo factor que permite distinguir por completo al Homo
Sapiens de los demás homínidos predecesores: la manifestación y expresión plena
del pensamiento simbólico, que no
sólo se da también en sus entierros, sino que se denotan en varios objetos: collares,
pulseras, pendientes y estatuillas.[64] Esta
tesis, seguramente hubiera hecho muy feliz al filósofo alemán Ernst Cassirer,
quien postuló que justamente el hombre es un animal simbólico. Hay la hipótesis
de que el gran salto que dio el hombre para convertirse en una especie
hegemónica con un alto grado de desarrollo, consiste en que hace 40 mil años el
hombre constituyó lenguajes de comunicación sólidos que le permitieron
desarrollar mejores tecnologías para la supervivencia.[65] Claro
que esa cultura se fue desarrollando a paso de hormiga, hasta que vino la
Revolución Industrial.
La humanización
Un aspecto que nos ha legado la
hominización, gracias al tamaño de nuestro cerebro, es el pensamiento simbólico. Con ello deviene nuestro
otro proceso, el de humanización. El lenguaje, el arte y la religión, fueron
tres elementos observables en el homo sapiens.
El área de broca, el hueso hioides, permitieron la creación de idiomas; la
pintura rupestre, la cerámica, la escultura, las artesanías, fueron una
creación propia del hombre cargada de símbolos. Los entierros, ritos y
creencias religiosas, fueron otro aspecto especial del hombre. ¿Qué otra
criatura conocemos que cree religiones? También el hombre primitivo en un
principio cuidó de sus semejantes, instituyó formas de relación social, de
emparejamiento y de campamento, incorporó la caza, y mucho tiempo después la
agricultura a su forma de alimentación, inventó utensilios y fue incrementando
y perfeccionando su tecnología, en su adaptación ambiental logró ajustar el entorno
a su comportamiento y ha llegado a generar civilizaciones. Podemos decir que
somos animales culturales. La cultura es biológicamente adaptativa.[66] El
filósofo español, Jesús Mosterín la define como “la información que se
transmite entre cerebros”.[67]
Esa información le permite al homo sapiens una mayor capacidad de
supervivencia. Según el mencionado pensador hispano hay tres tipos básicos de
información dentro de la cultura: la descriptiva
(de datos), la práctica
(habilidades) y la valorativa
(actitudes). La forma de adquirir esta información es a través del aprendizaje
individual, pero especialmente se
transmite por la vía del aprendizaje social, es decir de la educación. Por eso, una persona que crece fuera o alejada
de la sociedad no se comporta como ser humano. Su aprendizaje individual es
mínimo. Citemos como ejemplo el caso de las niñas ferales Amala y Kamala, dos
niñas de 3 y 6 años respectivamente, criadas por una loba. Fueron encontradas
en Midnapore, India en 1920 por el reverendo J.A.L. Singh. Se comportaban
perfectamente como un par de lobeznos.[68]
En definitiva la convivencia entre humanos y la cultura que en tal dinámica se
genera, nos humanizan. Ya habíamos señalado que la única forma de heredar una
característica recientemente adquirida es por medio de la educación y no por
medio de los genes. A esta forma de adquisición la podemos relacionar con la
cultura. La educación es el medio de transmisión de la cultura. De hecho, se
sabe que el pensamiento simbólico y el lenguaje son fenómenos de red que
solamente “existen gracias a la interconexión y regulación de la actividad
mental entre varios cerebros”.[69]
Cabe mencionar que la definición que
di de cultura, aplica para otros animales con cerebro. A lo mejor las medusas
no pueden tener cultura, pues no tienen ni una sola neurona, y son como
autistas biológicos dentro del mar; pero, tenemos cangrejos ermitaños que usan
como herramientas a las conchas para su propia protección, orangutanes que usan lascas afiladas para
cortar cuerdas y ciertas nutrias que usan piedras para romper mejillones. Lo
mismo vemos sistemas de comunicación entre animales que, en ciertas especies,
son aprendidos, como en el caso del pájaro camachuelo (Pyrrhula pyrrhula), cuyo canto es aprendido, según han mostrado
ciertos experimentos. Si el ejemplo anterior no convence, pudiera convencer el
hecho de que los chimpancés se comunican con gestos, muecas y signos visuales,
o bien, que las abejas se comunican con una especie de “danza” que varía entre
unas comunidades y otras en sus formas y significados, según han observado los
etólogos. Aceptando, con la polémica que implica, que puede haber otros
animales culturales, ciertamente esto no anula que nuestra cultura es
peculiarmente distinta. Nuestra cultura es simbólica, y esto implica aprender y aplicar
acuerdos de significados con los semejantes. El nivel de abstracción y de
complejidad de nuestros símbolos, parece ser único en nuestra especie. Eso es
lo que nos permite diseñar sistemas e instituciones tan complejos como la
tecnología, técnicas, ciencia, arte, religión, moral, política, economía y
hasta la propia estructura de la comunicación humana en el lenguaje, que se
vuelve el principal medio de transmisión cultural. Junto con Fernando Savater,
podemos enunciar que somos artificiales por naturaleza.
Hay tres formas de transmisión
cultural en el hombre: la vertical, la horizontal y la oblicua. La primera es
de padres a hijos, la segunda es entre iguales generacionalmente y la tercera
está dada por individuos de distinta generación pero que no tienen una relación
de parentesco. La cultura, como la biología, evoluciona, cambia. Hay culturas,
o bien, rasgos culturales que se preservan, mutan y se pierden. Esto se debe a
procesos de innovación (creación, invención), difusión (que puede ser
espontánea o forzada) y deriva (aislamiento voluntario o involuntario) y de
olvido y desuso.[70]
Esos son los mecanismos que explican la diversidad cultural. Por más afán que
haya hoy en día de la globalización de generar una cultura universal, al final,
los seres humanos conformamos una red no homogénea de culturas entrelazadas,
pero distintas.
Ahora bien, la diversidad cultural,
¿es producto de una programación inconsciente de la genética de las
poblaciones? C. Casrodeza cree que los seres humanos somos robots orgánicos
programados por nuestros genes, pero especiales porque tenemos la propiedad de
la autoconciencia. Para Andrés Moya, esto no es tan cierto, ya que los genes
nos han diseñado para ser libres, es decir, para simular nuestro medio
ambiente, esto es: para prever el futuro y explorar posibilidades antes de que
se presente en el medio ambiente.[71] Sin embargo, esta libertad de la que nos
habla Moya no es absoluta, sigue encadenada a nuestros genes, porque prevemos y
decidimos en función de las necesidades, deseos y temores que nuestro código
genético demanda. En ese sentido, la cultura humana sería una mezcla de determinismo
biológico y la libertad.
Finalmente he de decir que los
avances de la cultura occidental, ha llevado a la ciencia a un nivel tal que
por primera vez le es posible al hombre manipular sus genes y crear tecnologías
para usarse en los cuerpos. Nos enfrentamos a la posibilidad real de tomar
entre las manos nuestro destino biológico. ¿Estamos ante la posibilidad de
acabar con las enfermedades? ¿De terminar con las discapacidades? ¿De lograr la
inmortalidad? Ya en la naturaleza existen criaturas capaces de la regeneración
celular, como las salamandras o los ajolotes, incluso existe una medusa, la Turritopsis nutricula, que prácticamente
su ciclo de vida la vuelve biológicamente inmortal.[72] Si
dominamos más la ingeniería genética y la
cibernética, tal vez tengamos un alcance insospechado. De hecho existen una
nueva corriente de pensamiento en Estados Unidos y los países nórdicos de
Europa conocidada como transhumanismo, ella aspira a la mejora de la especie
humana a través de los avances de cuatro tecnologías convergentes: la
nanotecnología, las biotecnologías, las tecnologías de la información y las del
cerebro (NBIC). Lo que se busca es una
ciberhumanidad que tenga seres humanos “aumentados” los cuales tengan mejores
capacidades físicas, intelectuales y que incluso lleguen a la inmortalidad.[73]
Los X-men y Robocop podrían dejar de ser una ficción si no sucede algo primero,
pues como especie, también somos la más depredadora y belicosa. El planeta está
a medio camino de su historia. Se cree que éste se acabará cuando el Sol crezca
dentro de cinco mil millones de años. La vida, al parecer, durará los próximos
dos mil millones de años que vienen. Después nuestro planeta será un gran desierto.
¿Habrá humanidad hasta entonces? Lo más probable es que no. Y en un periodo
alrededor de cincuenta millones de años después de nuestra extinción, no
quedará indicio de la presencia humana en la Tierra, salvo uno que otro fósil.
Aún así, el ser humano busca trascender. ¿Qué es el hombre? Es el primate con hambre de eternidad.
Actividades de aprendizaje
1. ¿Por
qué el hombre es un primate y que lo diferencia del resto?
2. ¿Qué
tipo de respuestas se han dado en la humanidad sobre el origen del hombre?
3. ¿Qué
diferencia hay entre el fijismo y el evolucionismo?
4. ¿Qué
diferencia a las teorías evolucionistas
de Lamarck, Darwin y el neodarwinismo?
5. ¿Qué
es la hominización?
6. ¿Qué
es la Eva primitiva?
7. ¿Qué
es la cultura, qué formas tiene de transmisión y cómo se transforma?
8. ¿Qué
es la humanización?
9. ¿Cuáles
son los grandes retos a los que se enfrenta la humanidad?
10. Ve
la película el Cavernícola y haz una lista de las mentiras y de los aciertos
que propone en torno al origen del hombre.
Bibliografía
Documentos electrónicos
"Evolución
humana." Microsoft® Encarta® 2006 [DVD]. Microsoft Corporation, 2005.
Libros
Adriana
Oliver y Francesc Gascó, La paleontología en 100 preguntas, edición
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Madrid, Ediciones Verbo Divino, 1989.
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Humanidad, Barcelona, Zeta, 2008.
Frans
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Javier Sampedro, Deconstruyendo
a Darwin. Los enigmas de la evolución a la luz de la nueva genética, edit.
Booket México, 2019.
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Especies, edit. Debate, México, 2008.
Jean-Didier
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Jared
Diamond, El tercer chimpancé. Origen y
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Antón, La gran migración. La evolución humana
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M. Hazen, La Historia de la Tierra. Los primeros 4500 millones de años. Del
polvo estelar al planeta viviente, edit. Océano, España, 2015.
Varios,
La historia de la vida. Evolución,
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Vídeos
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Discovery Channel, El origen de las especies de Charles Darwin, Grandes Libros, 2006.
The History Channel, Biografía
de Charles Darwin, Zima
Entertainment, 2003.
[1]
Comenta Felipe Fernández
Armesto que los avances de la primatología (que señalan nuestra semejanza con
otros primates), la reflexión en torno a los derechos de los animales, el
debate sobre nuestra autodefinición como humanos a partir de la paleoantropología
y sus repercusiones morales, la
reflexión filosófica en torno a la evolución (que cuestiona algún rasgo
generalizado en una especie y, por ende,
cuestiona la existencia de un
rasgo específico de una especie), las investigaciones en torno a la inteligencia
artificial, y los avances en la genética contemporánea han hecho que nuestro
concepto de hombre se replantee. Cfr. Felipe Fernández Armesto, Breve Historia de la Humanidad,
Barcelona, Zeta, 2008, p.7-15.
[2]
Fernando Savater, Política para Amador,
México, Ariel, 1995, capítulos I y II.
[3]Cfr. José Repollés, Las mejores leyendas
mitológicas, México, Bruguera, 1977, p. 6, 41, 78, 359; Vanessa James, The Genealogy of Greek
Mythology, Nueva York, Gotham Books, 2003, p. 19; http://es.wikipedia.org/wiki/Mitos_de_la_creaci%C3%B3n
consultado, 14 de enero del 2011.
[4] Cfr. Biblioteca Encarta Premium 2006 y José
Ignacio Cabrera Sotelo, La evolución, Madrid, Santillana, 1984, p. 16.
[5]
Génesis, 1, 1-31 (Biblia Latinoamericana, Madrid, Verbo Divino, 1989).
[6]
José Ignacio Cabrera Sotelo, La evolución, Madrid, Santillana, 1984, p. 16-18.
[7]
Andrés Moya, Evolución, edit. Laetoli, Navarra, 2010,
p. 114.
[8]
Janet Browne, La historia de El Origen de
las Especies, edit. Debate, México, 2008, p. 11 y 12. Tambien se tiene el
dato que en 7 años el libro vendió 60 mil ejemplares en el mundo. Su éxito fue
comparable al de las obras de Galileo y Newton.
[9]
Ibíd., p. 52.
[10] Cfr.
Biblia Latinoamericana, Madrid, Ediciones Verbo Divino, 1989. En las notas
explicativas de su séptima edición vienen los señalamientos que aquí se
enuncian.
[11] Frans de Waal, ¿Tenemos
suficiente inteligencia para entender la inteligencia de los animales?
Edit. Tusquets, México, 2016, p. 144-145.
[12]
Andrés Moya, Evolución, edit.
Laetoli, Navarra, 2010, p.119.
[13]
Darwin no conocía los genes, así que postuló unas partículas llamadas gémulas
que nunca pudo demostrar. Pero el neodarwinismo pudo darle mucha fuerza a las
ideas de este naturalista inglés. Esta teoría resucitó la polémica idea
lamarckiana de la heredabilidad de los caracteres adquiridos, ya que los
biólogos rusos la defendían en contra de las críticas anglosajonas a esta
hipótesis resucitada.
[14]
Precámbrico -
Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 6 de agosto de 2021).
[15]
Robert M. Hazen, La Historia de la Tierra. Los
primeros 4500 millones de años. Del polvo estelar al planeta viviente,
edit. Océano, España, 2015, p. 130.
[16]
Eón fanerozoico -
Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 6 de agosto de 2021).
[17]
Protobionte - Wikipedia, la
enciclopedia libre (consultado el 26 de febrero de 2021).
[18]
Eón arcaico -
Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 26 de febrero de 2021).
[19]
Eón proterozoico
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[20]
Eón fanerozoico -
Wikipedia, la enciclopedia libre
(consultado el 26 de febrero de 2021).
[21]
Adriana Oliver y Francesc Gascó, La paleontología en 100 preguntas,
edición Kindle.
[22]
Robert M. Hazen, La Historia de la Tierra. Los primeros 4500 millones de
años. Del polvo estelar al planeta viviente, edit. Océano, España, 2015, p.
142.
[23]
Neil deGrasse Yyson y Donald Goldsmith, Orígenes. Catorce mil millones de
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[24]
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149.
[25]
Meteorito
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[26]
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[27]
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[28]
Último
antepasado común universal - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado
el 6 de agosto del 2021).
[30]
Adriana Oliver y Francesc Gascó, La paleontología en 100 preguntas,
edición Kindle.
[31]
Adriana Oliver y Francesc Gascó, La paleontología en 100 preguntas,
edición Kindle.
[32]
Javier Sampedro, Deconstruyendo a Darwin. Los enigmas de la evolución a la luz de la
nueva genética, edit. Booket México, 2019.
[34]
Adriana Oliver y Francesc Gascó, La paleontología en 100 preguntas,
edición Kindle.
[35]
Neoproterozoico -
Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 28 de febrero de 2021).
[36]
Los genes de hox fueron descubiertos por Bridges y Lewis.
[37]
Dunkleosteus - Wikipedia,
la enciclopedia libre(consultado el 1 de marzo de 2021).
[38]
Era mesozoica -
Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 11 de agosto de 2021).
[39]
Jean-Didier Vincent y Pierre-Marie Lledo, Un
cerebro a medida, edit. Anagrama, Barcelona, 2012, p. 46.
[40]
Adriana Oliver y Francesc Gascó, La paleontología en 100 preguntas,
edición Kindle.
[41]
Los primates se caracterizan por ser aquellos mamíferos tienen grandes cerebros
en relación a su masa corporal, uñas
planas en los dedos, manos prénsiles, pulgar oponible al resto de los dedos,
pene que pende libremente en el macho, y
visión estereoscópica.
[42]
Jared Diamond, El tercer chimpancé.
Origen y futuro del animal humano, edit. Debate, México, 2007, p. 36 y ss.
[43]
Hominidae - Wikipedia, la
enciclopedia libre (consultado el 5 de agosto de 2021).
[44]
Jared Diamond, El tercer chimpancé.
Origen y futuro del animal humano, edit. Debate, México, 2007, p. 43.
[45]
Ibíd., p. 59.
[46]
"Evolución humana." Microsoft®
Encarta® 2006 [DVD]. Microsoft Corporation, 2005.
[47]
Miguel Ángelo Puig-Samper, El evolucionismo, Edit. El Colegio de
México, México, 2019, p. 102.
[48]
Que vivió hace 3 a 2.3 millones de años en África meridional. Era más pequeño, apenas alcanzaba el metro de
estatura. Era menos adaptado al bipedismo. Su cráneo era más alto y redondeado
que en el Australopithecus Afarensis.
[49]
Encontrado en Chad entre 1995 y 2000. Su antigüedad data de 3.5 a 3 millones de
años. Eran más herbívoros que otros Australopithecus. Solo se poseen algunas
mandíbulas con dientes de ellos.
[50]
Fue descubierto en 2008 en Malapa. De
éste se tiene dos esqueletos muy completos.
Tiene 2 millones de años de antigüedad. Ya tiene manos y cadera modernos
y una mayor capacidad craneana).
[51]
Fue encontrado en Sudáfrica. Su antigüedad es de 2.8 millones de años. Se
conserva una hembra llamada Little Foot (por su pie pequeño). Medía entre 1.20 y 1.30 de altura. Su cara
era plana, frente ancha y dientes muy grandes. Era bípeda, con manos grandes y
brazos largos. Combinaba el modo de vida terrestres. Fue descubierto en 1994.
[52] Descubierto en Etiopía. Vivió hace 2.5
millones de años. Fue descubierto también en la década de los 90. Solo se
poseen diente y fragmentos craneales y poscraneales. Al parece tenían mayor
capacidad craneal. Se cree que estos hayan sido la transición hacia los
primeros Homo. Ellos tenían piernas más largas y usaban herramientas de piedra
y palo.
[53]
Descubierto en 1959 en Olduvai Tanzania. Su antigüedad data de 1.75 a 1.30 millones
de años. Su mandíbula era enorme y tenía una fortísima cresta sagital. Su capacidad craneana oscilaba entre los 400
y 530 cm cúbicos.
[54]
Descubierto en 1985 en Turkana por Alan C. Walker. Su estatura era de 1.30
metros. Es el de mayor antigüedad: 2.6 a 2.4 millones de años. Su capacidad
craneana era de 410 cm cúbicos.
[55]
Fue descubierto en 1938 en Sudáfrica. Data de 2 a 1.5 millones de años. Su
capacidad craneana era de 540 a 600 cm cúbicos, cara muy ancha y plana, con una
portentosa mandíbula y sin cresta sagital.
[56]
Jean-Didier Vincent y Pierre-Marie Lledo, Un
cerebro a medida, edit. Anagrama, Barcelona, 2013, cfr. Introducción.
[57]
Jordi Agustí y Mauricio
Antón, La gran migración. La evolución
humana más allá de África, Barcelona, Crítica, 2011.
[58]Jordi
Agustí y Mauricio Antón, La gran
migración. La evolución humana más allá de África, Barcelona, Crítica,
2011, p. 164 y 166.
[59]
Jean-Didier Vincent y Pierre-Marie Lledo, Un
cerebro a medida, edit. Anagrama, Barcelona, 2013, cfr. Introducción.
[60]
A lo mucho la línea humana
que heredamos se podría extender hasta los 200 mil años atrás de acuerdo con
Wikipedia, pero, hay cálculos que de acuerdo con Jared Diamond, remontarían el surgimiento del
hombre como homo sapiens, a hace medio millón de años. Al parecer todos lo
humanos actuales venimos de una misma línea de humanos, que sería posterior a
ese medio millón.
[61]
En realidad esa Eva
Mitocondrial no es una sola mujer, sino una línea genética transmitida a sus
descendientes, que pueden implicar 1000 o 10 mil mujeres, por ejemplo.
[62]
José Ignacio Cabrera Sotelo, La evolución, Madrid, Santillana, 1984,
p. 66-67.
[63]
Frans de Waal, ¿Tenemos suficiente inteligencia para entender la
inteligencia de los animales? Edit. Tusquets, México, 2016, p. 146.
[64]
Jordi Agustí y Mauricio
Antón, La gran migración. La evolución
humana más allá de África, Barcelona, Crítica, 2011, p. 182.
[65]
Jared Diamond, El tercer chimpancé.
Origen y futuro del animal humano, edit. Debate, México, 2007, p. 85.
[66]
Andrés Moya, Evolución, edit.
Laetoli, Navarra, 2010, p. 121.
[67]
Jesús Mosterín, Filosofía de la Cultura,
Madrid, Alianza, 1994, p. 16.
[69]
Jean-Didier Vincent y Pierre-Marie Lledo, Un
cerebro a medida, edit. Anagrama, Barcelona, 2013, p. 121.
[70]
Jesús Mosterín propone la innovación, la difusión y la deriva, como factores
positivos del cambio cultural. También hay factores negativos como el olvido y
desuso de prácticas culturales por falta de difusión, obsolescencia, etcétera.
[71]
Andrés Moya, Evolución, edit. Laetoli,
Navarra, 2010, p. 125.
[72]
http://es.wikipedia.org/wiki/Turritopsis_nutricula
(consultado el 4 de agosto del 2014).
[73]
Jean-Didier Vincent y Pierre-Marie Lledo, Un
cerebro a medida, edit. Anagrama, Barcelona, 2013, p. 204.
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