Atenea Negra. El origen mestizo de Grecia.
Hay muchos mitos en la Historia.
Ellos no sólo son producto de la Antigüedad, también lo son de los historiadores. Uno de estos mitos es
Grecia. Efectivamente, se ha hecho de
dicha cultura, la madre de Europa, e incluso la cuna de la civilización
occidental; es decir, la expresión máxima del pensamiento humano según buena
parte de sus intelectuales.
Grecia es el símbolo de una tradición histórica e
historiográfica, es el símbolo de un conjunto de naciones, de ciertas creencias
muy difundidas en el continente europeo y sus zonas de influjo tanto marginadas
(como África y Latinoamérica), como las desarrolladas, (Estados Unidos y
Canadá, por ejemplo).
Según la opinión de muchos, los griegos son los
inventores de la democracia, de la ciencia, de la filosofía, son los primeros
historiadores, los mejores artistas de su tiempo, los precursores del cristianismo y últimamente se ha sugerido
-Moses Finley lo hace- que ellos practicaban una forma primitiva del
liberalismo económico en una modalidad llamada "esclavismo de mercado".
En otras palabras, Grecia es el origen de los grandes logros culturales de
Occidente en la política, la economía, la religión y la cultura. Sin Grecia, el
mundo no sería igual.
No obstante pensar así, supone que las demás culturas
son de segunda categoría, que el globo
terráqueo, fuera de ciertas latitudes con una mayoría racial de piel blanca,
está poblado de estúpidos. Africanos, asiáticos, americanos, los pobladores de
Oceanía no son gestadores de la grandeza civilizatoria del siglo XX y de su
proyección al siglo XXI. Acaso son beneficiarios. La prosperidad económica muestra
la superioridad de Europa y su bastión norteamericano. Si los países
periféricos queremos salir adelante debemos occidentalizarnos, debemos vivir el
proyecto de la Modernidad. Japón es la confirmación.
Por desgracia
el Primer Mundo ha olvidado que es primer mundo porque tiene su pie
sobre nuestro pescuezo. Tampoco recuerda que su riqueza es también producto
nuestro. No solamente le proporcionamos en una relación injusta la materia
prima, también aportamos ideas. El jazz, la salsa, el rock and roll son
herencia de los negros, la televisión a color es invento de un mexicano, la culminación de un
movimiento social no violento es obra de
un indio, el New Age sin el lejano Oriente
no tiene sentido, la imprenta es china, etcétera.
El Primer Mundo ha reconocido algunas de estas
aportaciones, pero para hacerlo, antes que nada se ha "cerciorado"
que estén vinculadas con él. Los
indoeuropeos o arios, son los abuelitos de Occidente. La India e Irán han
aportado históricamente avances a Europa, porque algo tienen de europeos. Los
primeros indios, no son los prietos de ahora, los primeros iranios no son los
musulmanes de hoy. Grecia es indoeuropea,
Grecia es occidental.
Tan falso es esto, como decir que soy hijo de mi
madre, pero no soy hijo de mi padre. Esto es bastante absurdo. Aunque es
admirable la terquedad con que se puede defender. Así de admirable es Europa
y en términos generales el Primer
Mundo...
Atenea es blanca, si. Igualmente es afroasiática.
Atenea es negra y es semita también. Aunque para efectos de la presente
investigación nos concentraremos únicamente en el carácter africano de su
constitución. Veamos por qué.
·
El supuesto origen de Grecia
De acuerdo
con la versión ortodoxa de la Historia, la formación del pueblo griego es
racial y culturalmente aria. Esta misma visión ha sido asumida en los manuales
de Historia de la Filosofía, entre otros.
Tomemos por modelo los escritos
de Jesús Mosterín, erudito filósofo español, quien por su formación analítica,
siempre recurre a los estudios "científicos" para sustentar sus
investigaciones.
Sin más preámbulos, reproduciremos la reconstrucción
oficial de la Prehistoria y conformación de Grecia.
Se tienen noticias de la prehistoria de Grecia desde
el 40 000 a.C., fecha que corresponde al paleolítico de esta región, en la cual destacaron una serie de grupos de
cazadores - recolectores. Luego, durante el séptimo milenio antes de Cristo: "...desde
finales del milenio - VII fueron llegando oleadas sucesivas de
agricultores emigrantes procedentes de Anatolia, que se hicieron
sedentarios en las zonas más fértiles de Grecia y los Balcanes y establecieron
poblados estables como Knosós en Kreta, Lerna en el Pelopónisos, Sesklo en Thesalía,
Nea Nicomedeia en Makedonía, Karanovo en Bulgaria, y Starcevo, cerca de
Belgrado"[1].
Ellos llegaron por mar y "los emigrantes anatolios trajeron con ellos la
agricultura del trigo, la cebada (y a veces también de las lentejas y las
habas), la ganadería de las cabras y ovejas (que a veces se complementaban con
la de los cerdos), la técnica de construcción de casas con paredes de adobe
(ladrillos de barro secados al sol) y de planta cuadrada, el pulido de la
piedra, la cerámica, los sellos cerámicos de impresión, la cestería, etc.
Asimismo trajeron sus creencias religiosas, centradas en el culto a la
Diosa-Madre, diosa de la tierra, de la fertilidad y de la agricultura. También
trajeron su lengua, de la que nada sabemos"[2].
Con estos inmigrantes, inició el
neolítico en Grecia, período que se mantuvo hasta el 3000 a.C. En esta fecha se
incorpora el cultivo de la viña y del olivo a la agricultura y se inicia la
práctica común de la metalurgia del bronce. De este modo inició la Edad del
Bronce[3]. En esta época "...fueron las pequeñas
islas kíklades el foco del progreso en la zona, quizá debido a su estratégica
situación, equidistantes de Anatolia, Kreta y la Grecia continental. Sus
alfareros y artesanos producían y exportaban gran cantidad de vasijas cerámicas
y de copas y estatuillas de mármol. Sus comerciantes hacían de intermediarios
entre Anatomía y Grecia, y llegaban hasta Italia y Sicilia. Al final del
milenio -III, sin embargo, su cultura declinó y acabó siendo absorbida por
la pujante cultura protourbana de Kreta"[4].
Hacia el 2000 a. C. en Creta inicia la civilización
minoica, cuyo fin vendría hasta el 1450 a.C. aproximadamente. Esta poseía una
cultura protourbana de palacios en los cuales se centraba las actividades
comerciales, sociales, políticas y religiosas.
Los cretenses desarrollaron un sistema de escritura -por ahí del 1600 a.C.- que
tuvo dos variantes: lineal A y lineal B. Se dice que su difusión fue muy
limitada. "Los palacios kretenses constituían eficaces sistemas de
redistribución de la producción en una sociedad que todavía carecía de dinero.
Además eran los centros de un activo comercio marítimo que abarcaba todo el
Egeo y llegaba a Egipto"[5].
Finalmente, "hacia el -1450 una tremenda explosión volcánica destruyó por
completo la cercana isla de Thira. Al parecer, los efectos de esta explosión
fueron fatales para Kreta. Probablemente
su flota quedó destruida. En cualquier
caso, poco después la isla de Kreta fue conquistada y sus palacio
saqueados por los invasores mikenios"[6].
Tras la caída de la cultura minoica, viene el apogeo de la cultura micénica:
"Hacia el -2000 grandes masas de indoeuropeos protogriegos (que hablaban
ya una forma primigenia de griego) penetraron en Grecia por el norte y la
conquistaron por la fuerza, destrozando sus ciudades y arrasando sus puertos.
Eran pastores nómadas, acostumbrados a una vida dura, armados de hachas de
guerra. Algunos de estos protogriegos se quedaron por las montañas de Ipiros y
Makedía y en torno al Olimpo, como pastores y ganaderos. Otros continuaron
hasta el sur de la península y, después de arrasar las ciudades y aplastar a la
población autóctona, acabaron mezclándose con ella y adoptando el modo de vida
agrícola y urbana de los conquistados. Las ciudades fueron reconstruidas"[7].
La fusión entre los pobladores autóctonos y los invasores acaeció entre el 2000
y el 1600 a.C., pero no se considera cultura micénica, sino hasta el 1600
precisamente, fecha en la que los protogriegos incorporan el uso del carro de
combate, aprendido en las campañas militares en las que participaron algunos de
éstos en Egipto contra los hiksos. En fin, la poco conocida en realidad cultura
micénica tuvo una duración que se prolongó hasta el 1200 a.C.
Tras la caída de Creta y su flota, se especula que el
Mediterráneo balcánico padeció de la piratería marítima: "Los aguerridos
soberanos protogriegos eran audaces y aventureros y estaban siempre listos para
cualquier expedición arriesgada. Practicaban la piratería y el pillaje. A
partir de -1450, en que la explosión del volcán de Thira había destruido la
flota kretense, los protogriegos saquearon Kreta y otras zonas del Egeo. La
famosa expedición de los soberanos griegos a Ilion fue una de estas
expediciones de pillaje y botín. Pronto se hicieron los dueños del mar Egeo,
estableciendo colonias en la costa anatolia e inspirando respeto y temor al
mismo rey de los hetitas"[8].
Agamenón, rey de Micenas dirigió el saqueo de Troya alrededor del 1250 a.C.
Sin embargo, estos arios fueron derrotados por sus
propios hermanos: "Los protogriegos que habían permanecido desde el -2000
como pastores en los montes del norte de Grecia, atraídos por las ricas tierras
del sur y los restos de la cultura mikénica, abandonaron sus pastos
tradicionales, se organizaron
militarmente y marcharon hacia el sur. Eran los llamados dorios, griegos como
los mikenios pero más brutos e incultos, pues no habían asimilado todavía la
vieja cultura egea.
Los dorios atravesaron Grecia, acabaron de saquear las
ya medio destruidas ciudades mikénicas, conquistaron el Pelopónisos y lo
ocuparon, y aún, les quedaron energías para hacerse a la mar y ocupar la isla
de Kreta, Rodos y Kos, así como Knidos y Halikarnasós en la costa anatólica.
Los antiguos habitantes de las ciudades mikénicas del Pelopónisos huyeron ante
la conquista doria, atravesaron el Egeo y se refugiaron en las islas Kiklades,
en Lesvos, Samos y Khíos y en la costa anatólica occidental (la futura Jonia),
donde se establecieron"[9].
La "cultura", la escritura, se perdieron. Vino una Edad Oscura que
duró hasta el 800 a.C., cuando de repente resurgió la escritura y los griegos,
conscientes de su unidad cultural, se denominan a sí mismos helenos.
Por último, cabe decir que: "Estos dorios
invasores quisieron legitimar más tarde su ocupación suponiéndose descendientes
de unos antiquísimos helenos, expulsados
ya antes por los jonios, y que, más fuertes ahora, volvían para reclamar sus
tierras y sus hogares a pos ocupantes intrusos, sensiblemente debilitados por
una larga civilización. Los jefes militares dorios se ennoblecieron más tarde
adjudicándose genealogías prehelénicas con heroicos antepasados, como Hércules,
Teseo, etc. Así se explica que este movimiento de pueblos venidos del Norte se
conociera con el nombre más suave de retorno
o regreso de los Heráclidas,
designación menos violenta, sin duda alguna, que la de invasión doria."[10].
· La Atenea Negra
La anterior versión de la génesis de Grecia suena
coherente: Sin embargo, no lo es del todo. Sorprendentemente omite y niega
algunos datos históricos, lingüísticos y arqueológicos importantes.
Digamos que hay un "modelo ario" de interpretación que surge con los historiadores
modernos y busca justificar a toda costa el exclusivo origen indoeuropeo de los
griegos. Además, existe un "modelo
antiguo" que adjudicaba y reconocía la tremenda influencia egipcia en
la formación cultural de Grecia, aunque se veía reticente a admitir más.
Y, todavía hay una tercera vía. El Dr.
Martín Bernal de la Universidad de Cornell en Nueva York, propone un "modelo antiguo revisado" que nos
permite afirmar que la mezcla racial y
cultural que gestó Grecia, no sólo involucró a los arios, sino también a los
camitas (los africanos) y a los semitas (fenicios, principalmente).
Tomemos el modelo antiguo. Heródoto, Tucídides,
Isócrates, Platón y Aristóteles son piezas clave para comprenderlo.
Heródoto en sus Historias II, 49-52 dice que los nombres de casi todos los dioses
griegos vienen de Egipto, habiendo una sorprendente coincidencia entre los cultos
griego y egipcio que sugieren una antigua influencia, la cual difícilmente
vendría de Grecia a Egipto. Igualmente afirma que el santuario de Atenea en
Lindos fue fundado por las hijas de Dánao, quienes arribaron allí al huir de
los hijos de Egipto (Historias II, 182); y que ellas mismas enseñaron a
los pelasgos los ritos a Deméter, importándolos precisamente de la nación
egpicia (Historias II, 171). Por otro lado, Heródoto cuenta que Cadmo,
al estar buscando a Europa, arribó a la isla de Tera y ahí dejó unos fenicios (Historias
IV, 147), los cuales transmitieron el alfabeto a los griegos, entre muchos
otros conocimientos (Historias V, 58).
Tucídides, en cambio, no menciona a estas leyendas. No
cree que Cadmo o Dánao, en cuanto que héroes extranjeros, tuvieran que ver con
la gestación de la Hélade. Prefiere, al referirse a esta etapa legendaria,
hablar de Helén, in personaje típicamente nacional. Aunque el propio Tucídides
admitió que Grecia había sido invadida por
Pélope, héroe proveniente de Anatolia: y que las islas griegas antiguamente
fueron pobladas por carios, fenicios, así como también llega a mencionar a los
dánaos y habla de Cadmea (la que posteriormente fue Beocia) no obstante omite
sus respectivas leyendas (la de Dánao y Cadmo).
Para desgracia de Tucídides, el propio Isócrates, a
pesar de sus exacerbado nacionalismo, admite que en el pasado cualquier bárbaro
exiliado de su tierra pretendía
convertirse en señor de las poleis griegas, por ejemplo, Dánao, desterrado de
Egipto, ocupó Argos y Cadmo, proveniente de Sidón, conquistó Tebas (Helena
X, 68). Luego, en otro texto, llamado Busiris, Isócrates reconoce que los
espartanos tomaron para sí el modelo militar y de castas de los egipcios.
Probablemente refiriéndose a los pitagóricos y/o a Platón, Isócrates dice que
los filósofos que se dedicaron a
estudiar la estructura política de las naciones, prefirieron la forma de
gobierno egipcia (Busiris , 18).
Recordemos que Pitágoras estudió en Egipto y que Platón probablemente
viajó a dicho país. Además este último tenía cierta afición por aquella nación
africana: "En el Fedro, Platón y Sócrates afirman que <<fue
[Theuth-Toth, dios egipcio de la sabiduría] el primero en descubrir no sólo el
número y el cálculo, sino la geometría y la astronomía... y también las
letras...>>.
En el Filebo y la Epinómine, Platón da más detalles en
torno a Toth como creador de la escritura, incluso del lenguaje y de toda la
ciencia. En otros lugares elogia la música y el arte egipcios, y propone su
adopción por parte de los griegos. En realidad, el único motivo para poner en
duda que La República se basa en
Egipto es el hecho de que el texto no lo afirma así explícitamente"[11].
El mismo Platón en el Timeo 22 b en boca de
Critias dice que cuando Solón viajó a Egipto fue tratado como un igual gracias
al aprecio que le tenían los saítas a los atenienses. Y es que en la Antigüedad
circulaba una leyenda que narraba que Atenas fue fundada por Cécrope, un
egipcio de la ciudad de Sais. Platón en cambio, pensaba que Atenas era más vieja.
Por último, cabe decir que
Aristóteles, consideraba que los egipcios eran el pueblo más antiguo (Meteor.
I, 14, 35 I b, 28) y admite que Egipto se convirtió en cuna de las matemáticas
gracias al tiempo libre del que disponían sus sacerdotes (Metafísica I, 2, 98 1 b), pues estos mismos inventaron
las mathematikai technai, las artes matemáticas, entre las que estaban la
geometría, la astronomía y la aritmética (De Caelo II, 14, 298 a). No es de
extrañarse que Eudoxo, el gran matemático griego, haya vivido, según Diógenes
Laercio, dieciséis años en Egipto (D.
L., VIII, 86-89).
Si Tucídides e Isócrates mostraron una actitud
xenófoba frente a los míticos caudillos extranjeros, era por el miedo que los persas -extranjeros como los
demás- provocaban ante el riesgo de perder la libertad y la existencia misma de
la Hélade. Curiosamente los
reconocimientos que les hace Isócrates a los egipcios en el Busiris, son
tras haberse dado en 390 a.C. una
alianza entre Salamina, Atenas y Egipto para afrontar a los persas. Luego,
el triunfo griego y la grandeza de Macedonia, hicieron que la xenofobia por
miedo, se convierta en una xenofobia por vanidad. Dicha actitud se mantuvo
incluso después de la caída del imperio de Alejandro Magno.
· La versión heterodoxa del origen de Grecia según su raíz africana
Dánao, Cecrope, Egipto, Io son nombres que se vinculan con el antiguo
reino de Egipto. Marín Bernal cree que
éstos hayan sido caudillos egipcios que antes, durante o después de la invasión
doria del 1200 a.C. habían incursionado en Grecia y se habían mezclado con los
nativos, dando origen a los "pelasgos", pues éste ",,,era el
nombre que se aplicaba principalmente a los pueblos indígenas hablantes de una
lengua indoeuropea y asimilados culturalmente hasta cierto punto por los invasores
egipcio-fenicios"[12].
Tal vez, la primera invasión egipcia a Grecia se sitúe
entre los siglos XVIII y XVII a.C., cuando Foroneo e Io, los hijos de río
Ínaco, reinaron en Argos, ciudad fundada y gobernada por su padre en 1746 a.C.
si le creemos a Julio Africano (Euseb. Praep. Ev. X 70). Mientras que a
Foroneo no se le puede vincular con Egipto, excepto por su hijo Pelasgo; a Io,
su hermana, fácilmente se le relaciona, ya que ella, fue convertida por Hera en
una vaca que le entregó a Argos Panoptes para que la perdiera en las selvas de
olivo de Nemea, y tras ser rescatada por Hermes, Hera le mandó un tábano que
estuvo picando a Io hasta que llegó a Egipto, donde Zeus le devuelve su forma
humana y con ella tiene un hijo quien reinó en esa nación: Epafo.
El mito pareciera sugerir que fue Grecia quien invadió Egipto. Sin embargo, son
las etimologías griegas producto del egipcio y no al revés.
Dánao, el "super ario" descendiente de Io,
es quien desplaza a Gelánor, último descendiente de Foroneo, del trono de Argos
en el siglo XVI a.C[13].
Y "...aunque suele decirse que Ió procede de Argos, la mayoría de las
fuentes coinciden en considerarla solamente antepasada lejana de Egipto y
Dánao. Los dos hermanos, por tanto, así, como sus hijos se habrían egiptizado,
si es que no eran ya puramente egipcio, y a las Danaides se les llama
específicamente <<negras>>"[14].
Definitivamente
Dánao, es un nombre más relacionado con
Egipto y su negritud, que con el mundo ario: "Por ejemplo, en Las
suplicantes, Dánao invoca al <<ave de Zeus>> y el coro responde
invocando <<a los rayos salvadores del sol>>. Los comentaristas se
han visto obligados a ver en este fragmento un sorprendente paralelo entre el halcón del dios Egipcio
equivalente a Zeus, es decir, Amón Ra.... Gaardiner señala que hacia el siglo
XI a.C."[15].
Además Gardiner, demostró que el topónimo Dane (que alude a Dánao) se
representaba hacia el siglo XI a.C. con el pictograma de un anciano encorvado y
que esto coincide con la representación de Dánao con un anciano cansado en Las
suplicantes. Igualmente Dánao era concebido como un juez y en egipcio *dniw
significa distribuidor de tierras y en el semítico /dn(n), significa juez.
Mucho se ha discutido sobre la constitución étnica de
los egipcios. La etimología de Dánao, hace sospechar que éstos más que negros
eran semitas. El parecido lingüístico es asombroso. Afortunadamente, para
mostrar que esta influencia idiomática no implica un origen racial semita,
contamos con que "El profesor Jean Devii muestra su asombro al comprobar
cuántos negros aparecen en los retratos de egipcios de los primeros tiempos del
cristianismo"[16], Mucho antes también, los retratos de la
familia real de la XVIII dinastía, sugieren poderosamente qué ellos eran
negros, probablemente oriundos de Nubia. De acuerdo con Bernal, las dinastías
I, XI y XII también presentarían las mismas características raciales[17].
Por último, cabe mencionar que Bernal contempla una posible dominación egipcia, por ahí del 1400 a.C.[18]
· Conclusión
Ciertamente para la filología y la historia tradicionales es difícil
aceptar la existencia de un mestizaje étnico
griego que involucre a los africanos y a los fenicios. Sin embargo, las
pruebas dadas por los antiguos son contundentes. Sería ingenuo pensar que los
datos proporcionados por Heródoto hayan sido inventados por él. Especialmente
cuando a su testimonio se añaden los de Tucídides, Isócrates, Platón y
Aristóteles. ¿Qué ganarían con mentir? Al menos tendría que haber una cierta
tradición oral relativa a Egipto para que dichas "quimeras" tuvieran
efecto en la gente. Difícilmente una tradición es tal, si no tiene cierta dosis
de legitimidad. Ésta última puede ser proporcionada por un fondo histórico o
bien por cierta admiración a lo egipcio. No obstante, es ingenuo pensar que
estando tan cerca Egipto de Grecia, no hubiera una interacción entre ambas. La
cultura es el producto de la síntesis del intercambio, es si se quiere ver así,
una dinámica intercultural. El contacto con los Estados Unidos en la frontera
norte de México ilustra perfectamente esta situación. Lo mexicano es más
parecido a lo americano en el Norte, que en el Centro, así como lo americano es
más parecido a lo mexicano en el Sur que en el Norte. Si uno visita San Ysidro
uno ve muchos mexicanos, se leen hartos letreros en español, se consiguen
productos mexicanos, etcétera. En el lado mexicano, se ven muchos americanos en
las zonas turísticas, plazas comerciales, se ven muchos letreros en inglés, la
comida norteamericana está presente, la señal de Televisión de algunas cadenas
angloparlantes sin ningún problema es recibido por los televisores, el
vocabulario español está más influenciado por el inglés que en otras regiones.
La gente allá "parkea" sus "truckas", en vez de estacionar
sus camionetas. Bueno, hace unos diez años, tanto los dólares como los pesos
circulaban con fluidez en la economía local.
Guardando las
proporciones podemos inferir que en Grecia sucedió algo similar que en la
frontera norte mexicana. Que haya una Tebas en Egipto y otra Grecia no es una
arbitraria coincidencia. Que los ritos adoratorios de Isis y Deméter se
parezcan no es un mero capricho del devenir. Que muchas etimologías griegas se
expliquen mejor recurriendo al egipcio que al indoeuropeo, no puede ser
producto de una imaginación enfermiza. Que
en Tebas en 1963 se hayan encontrado numerosos objetos del Oriente Próximo[19]
no quiere decir que hayan llegado ahí
sólo por un accidente.
Si algún extranjero
viene a México, se ve que algunos "gringos" tienen parejas mexicanas,
afición por las producciones culturales también mexicanas (manifestaciones artísticas
como las de Frida Kahlo y Diego Rivera, el mariachi, la comida mexicana, etc.)
y que el mestizaje con los latinos ya es innegable en los E.U.A, donde los
mexicanos constituyen una gran minoría.
¿Acaso los griegos fueron una excepción y decidieron conservarse en
aislamiento? Los afanes de conservación de la pureza étnica también han estado presentes en la historia.
Sin embargo, los datos que acabamos de citar, no sugieren que esta línea
xenofóbica hubiera sido exitosa.
En E.U.A. hay Ku Kux
Clan, pero también hay una moda de lo latino. Los griegos bien pudieron
mezclarse con los egipcios, con todo y que había etnocentrismo.
El nazismo alemán y el
W.h.a.s.p. (white, anglosaxon and protestant) norteamericano ignoran que son el
producto de la interculturalidad, pues, la cultura que se aísla es una cultura
pobre. Es curioso que la filología clásica haya surgido en una época (1825-1830
aproximadamente) altamente racista y que convergió con el movimiento de
independencia de Grecia, la cual buscó el apoyo europeo contra los musulmanes,
presentes tanto en África, como en Asia.
La negación del otro
por ser distinto en idioma, en color de piel o en cultura es la negación de la
propia seguridad que tienen de sí quienes niegan. Loe egipcios fueron grandes, también los
griegos. Inútil es querer hacer a uno mejor que el otro. Sería tanto como caer
en los mismos defectos del etnocentrismo, el cual, si bien es una práctica
corriente, también es una postura irreal, pues no refleja lo que sucede en la
dinámica cultural.
Que bueno que Atenea no
sólo es blanca. Viva la Atenea Negra.
Bibliografía
BERNAL, Martin. Atenea Negra. Los orígenes afroasíaticos
de la civilización clásica. Edit. Crítica. España, 1993.
MOSTERÍN, Jesús. Historia de la Filosofía. 1. El
pensamiento arcaico. Edit. Alianza.
España, 1983.
RUÍZ DE ELVIRA, Antonio. Mitología Clásica. Edit.
Gredos, 2ª edición. España, 1988.
Varios. Historia del arte. Tomo 2. Edit. Salvat.
México, 1976.
[1] MOSTERÍN, Jesús. Historia de la Filosofía. 1. El pensamiento
arcaico. Edit. Alianza. España,
1983. Pág. 175.
[2] Ibídem. Pág. 176.
[3] En cuanto al manejo del cobre y su respectiva etapa calcolítica,
podemos decir que el conocimiento de dicho metal se pierde en las profundidades
del neolítico. El propio Mosterín ubica el período calcolítico de Grecia
en el mismo 3000 a.C. Así pues la
brevedad de este período estaría determinada por el surgimiento del uso del
bronce.
[4] Ibídem. Págs. 176-7.
[5] Ibidem. Pág. 177.
[6] Ibídem. Pág. 178-9.
[7] Ibídem. Pág. 179.
[8] Ibídem. Pág. 180.
[9] Ibídem. Págs. 182-3.
[10] Varios. Historia del arte. Tomo 2. Edit. Salvat. México, 1976.
Pág. 9.
[11] Cfr. BERNAL, Martin. Atenea Negra. Los orígenes afroasíaticos de la
civilización clásica. Edit. Crítica. España, 1993. Pág. 117.
[12] Ibídem. Pág. 96.
[13] Cfr. RUÍZ DE ELVIRA, Antonio. Mitología Clásica. Edit. Gredos,
2ª edición. España, 1988. Pág. 120.
[14] BERNAL, Martín. Op. Cit. Pág. 103.
[15] Ibídem. Pág. 104.
[16] Ibídem. Pág. 231.
[17] Ibídem. Pág. 230.
[18] Ibídem. Pág. 27.
[19] Ibídem. Pág. 375.
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