La ciencia de la etimología
La palabra “etimología”
se puede referir a las raíces de las palabras. Pero, también remite a una disciplina.
Según los etimólogos es una ciencia. Etimológicamente la etimología es el
verdadero significado de las palabras. Viene de “étymos” (que significa
verdadero) y de “lógos” que significa palabra. La RAE, la define como una
especialidad lingüística que estudia la etimología de las palabras, es decir,
el origen, razón de existencia, significación y forma de las palabras.[1]
Agustín Mateo Muñoz la define como el estudio de “la verdadera significación de
las palabras mediante el conocimiento de su origen, de su estructura y de sus
transformaciones o cambios”.[2]
Tarsicio Herrera y Julio Pimentel definen a la
etimología como la ciencia que estudia el origen, la estructura y evolución
fonética y semántica de las palabras.[3]
En términos generales podemos decir que la etimología tiene una definición nominal
(a partir de sus raíces) y una definición real (a partir de las características
que tiene como disciplina).
Mateos Muñoz resalta que la etimología no solamente estudia las raíces de
las palabras, sino también sus otros elementos constitutivos. Dicho autor explica que la etimología es
importante y útil por las siguientes razones: 1) satisface la curiosidad
natural de los hombres medianamente cultos, sirve para definir los objetos o ideas
que tenemos de ellos, conocida la
etimología de una voz, se puede descifrar su valor, su significado literal o
absoluto; sirve para conocer sinónimos,
ayuda a retener mejor el significado de una palabra, sirve para aprender a
formar correctamente las voces, enseña a calificar los neologismos y los arcaísmos,
ayudan a fijar la ortografía, ayudan a indagar sobre el origen de cada
palabra, ayuda en encontrar la afinidad
que hay entre los idiomas, sirve de auxilio para el estudio de la gramática y
constituye una parte esencial de la lingüística.[4]
María Josefina Carmona señala que la
etimología ayuda a comprender las palabras técnicas o científicas antes
desconocidas, a relacionar vocablos de distintas lenguas y a diferenciar el
significado de palabras que parecen sinónimos y no lo son.[5]
Tarsicio Herrera y Julio Pimentel dicen que también nos ayuda a deducir
definiciones y formularlas correctamente.[6]
Aunque la etimología es una disciplina metodológicamente relativamente
nueva, ciertamente la práctica de investigar el origen de las palabras y su
sentido correcto es antigua. Ya en Platón encontramos disertaciones
etimológicas. El término “etimología” fue creado por los filósofos estoicos.
Entre los filósofos fue muy común estudiar el sentido de las palabras a partir
de su origen. Tal práctica la encontramos en pensadores como Locke y
Leibnitz. La etimología era una
herramienta filosófica. En el caso de las etimologías del español, su estudio
inició con Antonio de Nebrija (1444-1532). Esto marcó una tendencia: la de
estudiar comparativamente las palabras emparentadas. Tal línea siguió hasta el
siglo XIX. Fue hasta el siglo XX que surgió un enfoque más amplio de la ciencia
de la etimología dentro de la lingüística. Así es, la etimología es una
disciplina (que la mayoría consideran ciencia) que se desprende de la lingüística
y de la filología. La primera es el estudio comparativo de las lenguas y la
segunda es el estudio de la palabra a través de diferentes textos (regularmente
del pasado).[7] Es decir,
la etimología es una ciencia que se apoya en dos ciencias auxiliares: la lingüística
y la filología.[8]
Se apela al carácter científico de la etimología, porque está en relación
con la lingüística y la filología, pero, además, porque requiere un marco
teórico (conocimientos básicos) y reflexión.[9]
Obviamente la etimología no es una
ciencia a la manera en que lo son la física, la química o la biología. Está más
orientada hacia el funcionamiento de las ciencias sociales y las humanidades. Encierra
por supuesto una metodología que es lógica, cualitativa (e interpretativa),
pero también es comparativa, histórica y hecha incluso mano de medios forenses
y computacionales. Lo de menos es que la
filología sea una ciencia o no, es una disciplina rigurosa que aporta elementos
valiosos para la comprensión del ser humano.
Bibliografía
Agustín Mateo Muñoz,
Compendio de Etimologías Grecolatinas del Español, edit. Esfinge, 44ª ed.,
México, 2023.
Claudia Torres
Tec, Etimologías Grecolatinas 1, edit. Trillas, México, 2020.
María Josefina Carmona
Jiménez, Conocimiento de las etimologías grecolatinas, edit.REIMS
ediciones, México, 2018.
Tarsicio Herrera
y Julio Pimentel, Etimología Grecolatina del Español, edit. Porrúa, 2ª,
ed., México, 2018.
[1] etimología | Definición | Diccionario
de la lengua española | RAE - ASALE (consultado el 4 de enero de 2024).
[2]
Agustín Mateo Muñoz, Compendio de Etimologías Grecolatinas del Español,
edit. Esfinge, 44ª ed., México, 2023, p. 11.
[3] Tarsicio
Herrera y Julio Pimentel, Etimología Grecolatina del Español, edit. Porrúa,
2ª, ed., México, 2018, p. 13.
[4] Agustín
Mateo Muñoz, Compendio de Etimologías Grecolatinas del Español, edit.
Esfinge, 44ª ed., México, 2023, p. 12-13.
[5] María Josefina Carmona
Jiménez, Conocimiento de las etimologías grecolatinas, edit.REIMS
ediciones, México, 2018, p. 19 y ss.
[6] Tarsicio Herrera y Julio Pimentel, Etimología
Grecolatina del Español, edit. Porrúa, 2ª, ed., México, 2018, p.16.
[7] María
Josefina Carmona Jiménez, Conocimiento de las etimologías grecolatinas,
edit.REIMS ediciones, México, 2018, p. 15-16.
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