El género dramático
Este género
literario también es conocido como drama (que significa en griego “hacer” o
“actuar”). Aunque la palabra es de
origen griego antiguo, en realidad su uso es reciente. Apenas empezó a ser
utilizada poco antes del siglo XVIII para referirse a relatos no planteados por un narrador.
También se sabe que Diderot empleó esa palabra para referirse a un género
intermedio entre la comedia y la tragedia.
Pero a partir del Romanticismo el término “drama” se empleó para
referirse a cualquier obra teatral. El drama, se caracteriza fundamentalmente
por representar -en vez de contar- los hechos mediante monólogos o diálogos a
través de los personajes. Está escrito para ser representado. Es la literatura
que necesita ser actuada. Es una composición literaria dialogada en la que se representa una acción mediante personajes.
Algunos especialistas consideran al drama como el género más antiguo, ya
que remite a las danzas rituales de los pueblos primitivos. Éstas eran formas rudimentarias de representación teatral. Otros estudiosos consideran que su origen es tardío,
situándose en Grecia, China e India. En un principio iba asociado al canto y la
música. Posteriormente se disoció de ellos, aunque se han mantenido juntos en la
práctica del teatro musical. El origen
más claro del teatro en Occidente se observa en las fiestas en honor a Dionisio. Destacaron
Sófocles, Eurípides, Esquilo, Aristófanes y Menandro en el mundo griego; en el
romano, figuraron Séneca, Plauto y Terencio. Después de la caída de Roma, entró
en declive. Fue resucitado por los ceremoniales religiosos del Renacimiento. El
más grande dramaturgo moderno seguramente ha sido William Shakespeare. "Dramaturgo" es el nombre que reciben los
autores teatrales. En la Antigüedad se les llamaba poetas.
Si bien la obra teatral es escrita, incorpora en ella otros códigos de
comunicación. Posee un código verbal (escrito o hablado), un código paraverbal
(que complementa al verbal con entonación, pausas y énfasis) y diversos códigos no
verbales constituidos por la gesticulación, escenografía, coreografías,
vestuario, maquillajes.
Los géneros dramáticos
El género dramático se puede dividir en dos subgéneros actualmente: el
realista y el simbólico o no realista. El primero se apega a la realidad, el
segundo echa mano de la fantasía. Tradicionalmente, desde los griegos, el teatro
era dividido en tragedia y comedia. Pero con el humanismo renacentista, se le
añadieron otros géneros: la tragicomedia, la pieza, el melodrama y la farsa. La
tragedia es un tipo en el que el personaje principal enfrenta un destino
inevitable y funesto. El personaje
recibe una advertencia y comete un acto, por error o no, que lo llevará a
cumplir con lo que la fatalidad le depara en contra de sus pasiones personales
o en contra de la sociedad. La comedia es una crítica a un vicio de conducta en
el que se violan normas sociales a través de la risa y del ridículo. Ella es
didáctica, lleva una moraleja, exalta sentimientos. La tragicomedia es una obra de aventura en la
que el personaje principal es un héroe que debe de tomar una decisión trágica
que, al final, lo llevará a alcanzar sus objetivos. Los protagonistas de la tragicomedia
regularmente son seres fantásticos de la mitología o la ficción. Combina la
risa con las lágrimas, los sentimientos agradables con los desagradables. A veces se usa la palabra “drama” como
sinónimo de la “tragicomedia”. La pieza hace un análisis profundo de la
personalidad del ser humano en un contexto reflexivo y triste. Los personajes tienen un crecimiento espiritual
ligado a la Filosofía o la Ética. El
melodrama es una obra que trata de pasiones comunes y las exagera
sentimentalmente. Los vicios de los personajes no se corrigen, ellos no deciden
su destino. Esto genera una anécdota. La
farsa es un subgénero en el que lo grotesco y la sátira predominan, exaltando
el horror, la vergüenza o el cinismo. La
burla caracteriza a este tipo. Está
llena de ironías, dobles sentidos, metáforas y juegos visuales o verbales. También hay quien incorpora a los géneros
teatrales al auto sacramental, el sainete, la zarzuela y la ópera. Éstos pueden ser considerados géneros
menores. Los autos eran representaciones
religiosas del cristianismo hechas en los atrios de las iglesias entre los
siglos XII y XVI; el sainete es una obra jocosa y popular que se parece al
entremés (a diferencia de que éste primero se representa autónomamente y el
otro se representa entre los cambios de escena de otra obra de teatro); la zarzuela es una obra de tres actos en la
que se combinan la declamación, el canto y la danza; la ópera es una obra
teatral en la que la palabra es sustituida por el canto.
Drama, dramaturgia y teatro
El drama está asociado al concepto de dramaturgia, que es la escritura de
obras teatrales (incluye no sólo los diálogos, sino indicaciones de dirección,
actuación, escenografía, etcétera). También el concepto de drama está asociado
al de “teatro” que es una rama de las artes escénicas que representa historias
frente a un público. El teatro es el espectáculo que incluye el montaje y
puesta en escena de una obra teatral. Sin embargo, también “teatro”, en
ocasiones, puede ser sinónimo de dicho género literario o de la edificación donde se representa dicha obra. De cualquier forma, se puede hablar de tipos
de teatro en función de la manera de su representación: hay teatro al aire libre,
ambulante, callejero, leído, de títeres, comercial, alternativo, de cámara, del
oprimido, político, experimental, independiente, del absurdo, de autor, de la
crueldad, total, burgués, poético y nacional.
Estructura de la obra dramática
Toda obra dramática posee una estructura. Ésta se puede definir como el
ordenamiento de incidentes que conducen a una solución igualmente
dramática. Cinco elementos conforman a
dicha estructura: el desarrollo
dramático, los personajes, el conflicto, la acción, el lugar y el tiempo. El desarrollo dramático consta a su vez de
tres momentos: exposición, nudo y desenlace, es decir, el planteamiento de una
historia en el que se conocen a los personajes y los espacios y tiempos en los
que se llevará la historia; existe un desarrollo y los personajes muestran un
conflicto que devendrá en un resultado; y un final que dará solución al
conflicto planteado por los personajes. El conflicto es el problema que
fundamenta la historia. Los personajes son los participantes de esa historia.
Pueden ser protagonistas, antagonistas o contagonistas (auxiliares que
complican o resuelven el conflicto de la obra). La acción es la serie de
movimientos o cambios que realizan los personajes. El lugar es el entorno donde los personajes realizan
sus acciones. El lugar puede ser un exterior o un interior. El tiempo es una dimensión que afecta a los
personajes, a las acciones, el conflicto y el lugar. Hay tres tipos de tiempo:
a) en el que transcurre la trama de la historia (se refiere a una época
presente, pasada o futura), b) el tiempo total de la historia (sucesión de
horas, días, semanas, meses o años de los que pretende dar cuenta la obra), y
c) el tiempo real de la historia (el verdadero tiempo que dura la
representación teatral frente al espectador: una hora, dos horas, etcétera).
Bibliografía
Comentarios de Yeyo Legorreta y Tannia Ángela Aguilar Balderas.
Adán Zamarripa Salas, Manual de
Producción Audiovisual para Diseñadores, edit. UNAM, México, 2012, p. 29 y
ss.
Angelo Marchese y Joaquín Forradellas, Diccionario de Retórica, Crítica y Terminología Literaria, edit.
Ariel, Barcelona, 2013, entrada: drama.
Étienne Souriau, Diccionario Akal
de Estética, edit. Akal, Madrid, 1990, entrada: drama.
Federico Carlos Sainz de Robles, Diccionario
de la Literatura, tomo I, edit. Aguilar, Madrid, 1982, entrada: drama.
Matilde Moreno Martínez, Diccionario
Lingüistico-Literario, edit. Castalia, Madrid, 2005, entrada: teatro.
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