¿Cómo surgió el universo?

“Universo es el nombre del tema, del asunto para cuya investigación ha nacido la filosofía”.[1] Así ha dicho José Ortega y Gasset. Una de las preguntas más importantes que se ha hecho el hombre, es sobre el origen del todo, el surgimiento del universo. Primero que nada, hay que aclarar que el universo podría definirse como el conjunto de todo lo que existe.  Dijo el ya mencionado filósofo español que entendía formalmente al universo como “todo cuanto hay”.[2] Esto acarrea, según él, los siguientes problemas: no sabemos realmente que será todo eso que hay,  no sabemos si todo eso que hay es un todo o diversos todos (entendiendo si hay comunicación y unidad entre esos posibles multiversos), y si realmente podremos conocer al universo.

También es definido como “el compendio de energía, espacio, materia y tiempo”.[3] Efectivamente: abarca a toda la materia, a toda la energía, a todo el espacio y todo el tiempo.  

Materia es todo lo que posee masa y es afectado por la fuerza de gravedad.  También se puede decir que la materia es todo aquello que se extiende en una región del espacio, que posee energía y está sujeto a cambios en el tiempo.[4] La materia se presenta en los siguientes estados: sólido, líquido, gaseoso y plasma. Dentro de la materia operan unas fuerzas internas: la fuerza nuclear fuerte (es la que gobierna a los quarks), la fuerza residual fuerte (es la que mantiene unidos a los protones con los neutrones), el electromagnetismo (hace que el electrón gire alrededor del núcleo) y la fuerza nuclear débil (es la que controla el decaimiento de la radiación y algunas interacciones entre las partículas subatómicas).  La fuerza externa de la materia es la gravedad. Desde una perspectiva filosófica, para S. Meliujin la materia es “toda realidad objetiva que nos rodea, es decir, que existe fuera e independientemente de nuestra conciencia”.[5] Se presenta en objetos y sistemas que agrupa en tres categorías: 1) los objetos de la naturaleza inanimada, 2) los objetos y sistemas de la naturaleza viva, 3) los objetos y sistemas de la sociedad humana.  En el primer grupo están las partículas elementales, las partículas atómicas, los átomos y moléculas, los cuerpos inertes macroscópicos y los sistemas cósmicos. En el segundo grupo están los seres vivos y sistemas biológicos, y en el tercero están las personas y las sociedades.  

La materia tiene propiedades generales y específicas. Las primeras son tales como: la extensión, masa, volumen, peso, divisibilidad, elasticidad, compresibilidad, porosidad, la impenetrabilidad, inercia. La materia está constituida por estructura básicas llamadas átomos. Éstos además de ser sumamente pequeños. Nadie los ha visto.  Lo más cercano a ver un átomo está en la foto tomada por los investigadores del Instituto Federico Fermi de la Universidad de Chicago que tomaron una foto a través de un microscopio electrónico a una cadena de átomos de torio en la década de los setenta. Luego, a mediados de los ochenta, se tomó con otro microscopio con otra tecnología, denominada de efecto de túnel, IBM tomó en el Almaden Laboratory una fotografía de 48 átomos de hierro alineados en forma de anillo.[6] Sólo se tienen modelos de ellos.

En general podemos llamar a la postura que sostiene que la sustancia de todos los fenómenos naturales es la materia como materialismo.

                La energía es, en cambio, la capacidad que tiene la materia de realizar un trabajo, es decir, de producir cambios en un mismo u otro cuerpo.[7]  Parece que la energía es una metáfora que utilizamos para explicar los cambios que la materia ocasiona en sí misma. De ahí que filosóficamente la defina S. Meliujin como “la medida cuantitativa del movimiento, que caracteriza la capacidad de sistema material de efectuar transformaciones internas y realizar un trabajo determinado”.[8]

                Naturalmente se manifiesta en radiación, que es la manifestación de fenómenos físicos variados que se caracterizan por el transporte de energía, ya sea por el flujo de partículas atómicas o subatómicas (energía corpuscular) o sea por el flujo de ondas (radiación electromagnética).[9]  A la postura filosófico que sostiene que la energía es la sustancia de todos los fenómenos se le llama energetismo. No obstante para S. Meliujin es una postura insostenible en tanto que la energía no puede subsistir por sí misma y requiere de la materia.[10]

Por cierto, según Meliujin el desarrollo de nuestros conceptos sobre la materia – y podríamos decir que indirectamente sobre la energía- están ligados a nuestra comprensión de las variaciones que encontramos en el espacio y en el tiempo.[11]  Sin embargo, quizá podríamos pensar que los objetos materiales son más inmediatos a nuestra experiencia en un principio que las nociones de espacio y tiempo. Sea de una u otra forma, nuestra visión de la materia y la energía está ligada estrechamente a la concepción que tenemos del espacio y del tiempo. Quizá espacio y tiempo surjan -epistemológicamente hablando- de la observación de los movimientos de la materia. El espacio y el tiempo son dos marcos de referencia que están en nuestra experiencia, pero que, al parecer, son afectados por las cosas. El espacio se refiere la distancia que hay entre las cosas; el tiempo al transcurso medible de los sucesos que les ocurren a las cosas.  De ellos hablaré más adelante.

Características del universo

 

Se especula que el universo no es infinito, en cambio, sí enorme con una magnitud desconocida.[12] Se parte de la premisa de que no existe una cantidad infinita de materia y energía, sino que ésta última es limitada y tuvo su origen con el big bang.  También se podría suponer a partir de la teoría de la relatividad para que el universo se curva. De ello no se puede concluir que tenga una forma de elipse, círculo o alguna otra figura con curvas. Del universo que se puede observar se puede decir que es homogéneo, sin curvatura visible, acéntrico, homogéneo y, en una palabra, isotrópico (sus propiedades físicas no dependen de la dirección desde donde son examinadas).[13] La isotropía sería el principio cosmológico que aceptan los astrónomos, asumen que el universo es como dije, homogéneo e isotrópico. Dicho principio fue postulado por el filósofo Giordano Bruno.[14]

En la actualidad se sabe que, aunque por la teoría de la relatividad, el universo debe curvarse, resulta que estamos en una burbuja de homogeneidad de mayor tamaño que el horizonte relativista, su curvatura es casi nula debido a la expansión tan poderosa que tuvo al surgir.[15]

Los problemas científicos y filosóficos en torno al universo

 

Ciertamente que a veces no es fácil distinguir el límite en un problema entre lo filosófico y lo científico. Cuando la pregunta es profunda y altamente significativa para la vida del hombre, podemos decir que es filosófica, cuando la pregunta es técnica es más bien científica. A veces en la misma pregunta concluyen lo científico y lo filosófico.  Igualmente, las respuestas pueden ser técnicas, científicas, basadas en evidencias, o bien filosóficas, basadas en suposiciones, intuiciones, argumentos. En algunas respuestas también se mezclan lo científico y lo filosófico. De acuerdo con Eduardo Battaner López las preguntas científicas más importantes en torno al cosmos que hoy podemos enlistar (sin agotar todas) son: 1) por qué el universo es homogéneo e isótropo, 2) cómo se expande el universo, 3) cuál es la historia del universo, 4) qué son la materia oscura y la energía oscura, 5) cuál es la composición química del universo, 5) cuál es su estructura a gran escala, 6) por qué el universo tiene vida.[16]

DE acuerdo con  S. Meliujin los problemas filosóficos que lanza la física contemporánea se pueden sintetizar en estos puntos: cuál es la estructura de la materia,  la unidad del mundo (a través de sus leyes y fenómenos), la dialéctica del micromundo (cómo opera el mundo a nivel microscópico, la relación que hay entre campos y partículas, la continuidad y discontinuidad de la materia, la correlación entre lo simple y lo complejo, las posibilidades y la realidad, la estructura y elementos del átomo, la unidad y diversidad del micromundo), la doctrina del espacio-tiempo, y la dialéctica que hay de la unidad del mundo y las diversas leyes que lo explican.[17] Un problema epistemológico que podríamos plantear es el del isomofismo que hay entre los modelos de explicación científica y aquello que llamamos realidad. Dicho de otra manera, es interesante que nuestros modelos de qué es la naturaleza van permitiendo manipularla y predecirla. También se encuentra en la aplicabilidad de nuestros principios y reglas lógicas a la realidad. Esto supone que comparte una misma forma. Y un asunto metafísico que podríamos pensar es el de la existencia de Dios y un plan divino para la naturaleza o no.

 

Las cuatro fuerzas del universo

 

Hace rato mencioné la existencia de cuatro fuerzas del universo, cuatro que rigen a la materia. También son llamadas interacciones fundamentales. Igualmente se asocian estas fuerzas o interacciones con leyes. Una ley de la naturaleza es “una proposición científica que afirma una relación constante entre dos variables o factores”.[18] Dichas fuerzas se expresan en leyes. S. Meliujin dice que hay tres tipos de leyes del mundo material: las universales, las generales (para un número grande de fenómenos) y las parciales o específicas (para fenómenos concretos o formas especiales de la materia).[19]

Estas fuerzas parece que operan como leyes generales. Es decir, explican una gran cantidad de fenómenos. Se está en la búsqueda de una ley universal que explique, que unifique estas cuatro fuerzas.

 Las explicaré brevemente.

La gravedad

 

Empezaré con la más familiar: la gravedad. Es la fuerza que hace que los objetos se atraigan entre sí.[20] La distancia la afecta. Entre más cercanos los cuerpos, mayor es su acción.  Comenta Shahen Hagyan que la gravedad es una propiedad de la materia, ha permanecido invariable desde que se constituyó el universo.[21] Se observa viendo las cosas caer. Obviamente la fuerza de gravedad puede ser “vencida” en el sentido de que se puede lograr sacar un objeto del campo gravitatorio de otro usando una fuerza muy potente que lo permita. Pero jamás podrá evadir regirse por la gravedad. También observamos este fenómeno en la gravitación de los astros. Es el cemento del universo, ya que permite que las partes de un planeta o una estrella estén unidas, hace que los planetas giren alrededor del Sol.[22]

Aristóteles fue uno de los primeros en explicarla. Él creía que la Tierra era el centro del universo y que la naturaleza de una cosa era la que hacía se acercara a ese centro con mayor o menor intensidad. Asumía que las cosas estaban hechas de una mezcla de algunos de los cuatro elementos: agua, aire, tierra y fuego.  El agua y la tierra eran atraídos hacia la Tierra, mientras que el aire y el fuego tendían a elevarse. La proporción de estos elementos determinaría o no la caída de los objetos y su rapidez. Eso también sugería que un objeto con mayor masa caería más rápido que un de menor. Dicha teoría dominó en Occidente hasta el siglo XVII hasta que Galileo Galilei la desmintió. Luego, la ideo moderna que expresó la gravedad como una fuerza atractiva invisible entre dos masas fue producto de las investigaciones de Isaac Newton.[23]  La teoría de Newton permitía predecir los movimientos de los planetas. Sólo algunas situaciones no quedaban explicadas, como la órbita de Mercurio. No alcanzaba a explicar algunas órbitas extremas. Bueno, tal problema fue corregido por Albert Einstein. Para él la gravedad era entendida como una deformación del espacio-tiempo producido por la presencia de la masa de un objeto.  El espacio y el tiempo están en conexión. No son independientes el uno del otro.  Pertenecen a un continuo llamado tejido espacio-temporal. Este tejido se deforma con la presencia de la masa. En otras palabras, la gravedad no sólo modifica el trayecto de un cuerpo, sino también el ritmo con el que el tiempo transcurre para él.[24]

El electromagnetismo

 

Otra fuerza que captamos en nuestra vida cotidiana de la naturaleza es el electromagnetismo. Es la interacción que hay entre las partículas cargadas eléctrica y magnéticamente que intercambian electrones.[25] Hay dos fenómenos que abarca: la electricidad y el magnetismo.  Ambos generan campos de fuerza. Un campo es una región donde actúa un agente físico determinado. En este caso hablamos de un campo eléctrico y de un campo magnético. En ambos casos operan las cargas eléctricas que tienen los átomos. Las cargas son o positiva o negativa. La ley de Coulomb dice que existen solamente dos cargas y ya (la positiva y la negativa). Ellas ejercen una fuerza entre sí de manera que siempre se dirigen la una a la otra por el camino más corto. Cuanto mayor sea la carga eléctrica, mayor es su fuerza, es decir son proporcionales al producto de las cargas e inversamente proporcionales al cuadrado de la distancia que tienen esas cargas. Dos cargas opuestas se atraen, dos cargas iguales se repelen. En el caso del átomo el electrón tiene carga positiva y el electrón, negativa. Así que el electromagnetismo también podemos entenderlo como la fuerza que une a los electrones con el núcleo.[26]  Las cargas eléctricas pueden estar en reposo (electroestática) o en movimiento (electrodinámica).  Cuando están en movimiento ellas generan una corriente eléctrica. Ésta puede ser más o menos intensa. Su grado de intensidad se mide en amperios. La corriente eléctrica se transmite por un conductor y es bloqueada por un aislador. Sus líneas de fuerza se identifican con el conductor. Lo recorren sea la forma que tenga.

El magnetismo es la propiedad que tiene un cuerpo (imán) de atraer al hierro o, al acero u a otros metales con menor fuerza (el aluminio) o de repeler otras sustancias como el bismuto. El campo magnético es la región del espacio donde se manifiestan las propiedades magnéticas. Sus líneas de fuerza se dan de manera cerrada. El imán tiene dos polos (el norte y el sur).

Vemos los rayos del cielo y el magnetismo de los imanes. Incluso artificialmente generamos electricidad y ondas electromagnéticas que nos permiten las comunicaciones.  Antiguamente consideraban a la electricidad y al magnetismo como dos fenómenos separados, hasta que la humanidad se dio cuenta de que eran uno mismo.

El magnetismo había sido explicado por Tales de Mileto y por Lucrecio. Tales de Mileto habló de un alma que había en las cosas. Se refería a la electrostática al frotar una franela y generar una atracción con ella. También los griegos habían descubierto una piedra ferrosa que llamaron magnesia. También fue llamada calamita. Ésta tenía la propiedad de atraer al hierro. Hipócrates le atribuyó propiedades curativas. Lucrecio pensó que las piedras magnéticas emanaban un efluvio que separaba el aire que había entre la roca y el hierro, generando un espacio vacío y hacía que las cosas se movieran hacia adelante. Petrus Magnus observó que siempre las piedras magnéticas apuntaban hacia el mismo lugar si se les ponía en suspensión.  En el siglo XVI la explicación de Lucrecio fue puesta en duda por William Gilbert. Mostró que no se generaba un vacío. Criticó que sólo se repetía la tradición sobre ese fenómeno sin experimentar. Además, asumió que tales piedras apuntaban siempre al Norte, así que pensó que la Tierra tenía un alma magnética.[27] 

En el siglo XVII los fenómenos eléctricos y magnéticos llamaban la atención de la gente en general.  Algunos inventores generaban electricidad estática, como Otto Von Guericke quien tenía un aparato con una bola de azufre con montada sobre un eje que generaba estática cuando se frotaba.  El profesor Micchenbroek creó un condensador de energía que se ha llamado botella de Leyden (la ciudad del profesor). Consiste en una botella de vidrio rodeada de una lámina metálica que tenía un alambre en el cuello que fue sometida a un campo eléctrico que transfirió su electricidad a la botella. Se especuló sobre si había dos tipos de electricidad: una atractiva y la otra repelente. Charles Francois de Cisternay Du Fay propuso que sí. Benjamín Franklin propuso que solo había un fluido eléctrico único. Ewald Georg Kleist trató de almacenar el fluido eléctrico. Creó un aparato que le soltó una descarga eléctrica.  Louis Guillame Le Monnier hizo un experimento en el que vio que la electricidad se podía transmitir por los cuerpos. Y electrocutó a 149 cortesanos con una descarga estando todos ellos en círculo.

El primer paso para una explicación científica del electromagnetismo lo dio John Dalton, quien creían que la materia estaba compuesta de trozos indivisibles y minúsculos que los llamó átomos.  J.J. Thomson se dio cuenta que los campos magnéticos reaccionaba ante la descarga de electricidad. Se dio cuenta que los átomos tenían una carga eléctrica. Unos positiva y otras negativas.  A la parte del átomo con carga negativa la bautizó como electrón.  Después Ernst Rutherford descubrió que existía un núcleo atómico con carga positiva. Niels Bohr estableció un modelo en el que el núcleo y los electrones tenían una organización en la que los electrones orbitaban alrededor del núcleo que contenía dos partículas: el neutrón (neutro eléctricamente) y el protón (positivo eléctricamente), como un sistema solar miniatura. Tal modelo fue después sustituido por la mecánica cuántica. Cabe mencionar que Rutherford ya había deducido anteriormente la existencia del neutrón.

Pero, la demostración de que la energía eléctrica y magnética son un mismo fenómeno le correspondió a Michael Faraday y a James Clerk Maxwell a partir de un fortuito descubrimiento. La relación que había entre electricidad y magnetismo se descubrió por un accidente. El 21 de abril de 1820, cuando el físico Christian Orsted estaba preparando un experimento para sus clases, se dio cuenta que al conectar un circuito a su batería el agua de una brújula que estaba cerca de uno de los cables, se desviaba del norte magnético. Se dio cuenta de que una corriente eléctrica generaba un campo magnético. Es más, desde el punto de vista de la teoría de la relatividad especial de Einstein, un campo magnético generado por una corriente eléctrica en realidad en un campo eléctrico. Y resulta que el magnetismo natural es un fenómeno en el que también los electrones del objeto manifiestan sus propiedades eléctricas.  De hecho, los motores eléctricos funcionan con un imán que se conecta a una espiral de cables que al rotar con rapidez estimula la circulación de electrones y la generación de electricidad. Faraday descubrió que la variación del influjo magnético de un imán sobre sobre un circuito generaba corriente eléctrica.

También se dieron cuenta que cuando tienes corriente eléctrica alterna (que va de un punto al otro del circuito indistintamente) y su longitud de onda es comparable a las dimensiones físicas del circuito que la transmite una parte de la energía escapa en forma de radiación.[28]  Se convierte en ondas electromagnéticas. Tales ondas, como la luz, pueden viajar en el espacio sin ningún medio material y viajan a esa misma velocidad (la de luz). Ellas fueron postuladas teóricamente por James Clerk Maxwell y demostradas experimentalmente por Heinrich Hertz. Esas ondas son una mezcla de una onda eléctrica que genera una onda magnética, la cual a su vez genera otra onda eléctrica que así generará otra onda magnética y así sucesivamente.

Cabe mencionar que el electromagnetismo no se reduce al fenómeno de la luz. Tampoco todo fenómeno electromagnético genera una onda electromagnética. Las ondas electromagnéticas son cierto tipo de campos electromagnéticos variables que trasladan a través del espacio energía de un lugar a otro. Aunque se dan naturalmente con la luz visible y la radiación térmica, también se pueden producir artificialmente. Tienen un espectro que varía en: ondas de radio, microondas, el infrarrojo, luz visible, luz ultravioleta, rayos X y rayos gamma.   

Las fuerzas nucleares

 

Cuando los físicos se percataron de que la estructura del átomo era más compleja, que el electrón se comportaba como una onda en el espacio en el que se mueve en torno al núcleo y no como un planeta orbitando en torno a un Sol es que tuvieron que explicar la fuerzas que mantienen unidas a las partículas subatómicas.  Una de esas fuerzas se llama nuclear fuerte. Se sabía que el electrón tenía una carga negativa y el protón una carga positiva. Pero había que explicar por qué un núcleo con varios protones mantenía juntos a éstos sin que ellos se repelieran pese a tener la misma carga. El camino que llevó a la solución de este problema, en parte, fue el descubrimiento de los quarks: seis tipos de partículas que componen a los protones y a los electrones. Sus nombres son: arriba, cima, encanto, extraño, fondo y abajo.  La carga eléctrica de los quarks es lo que hace que estos se puedan unir para dar partículas más grandes.  Su carga eléctrica no era completa, sino fraccional. Esas cargas fraccionales provocaban una partícula con una carga eléctrica entera o neutra (provocada por la suma de las fracciones). No obstante, la fuerza que mantiene unidos a los núcleos no es una fuerza eléctrica, sino una propiedad que le llaman “carga de color”. Se dieron cuenta que había quarks de un mismo tipo componiendo alguna partícula (dos quarks arriba y un quark abajo que componen un protón).  El principio de exclusión de Pauli impide que dos partículas con los mismos parámetros sean parte de un mismo sistema.[29] Esto se resolvió encontrando una propiedad distinta a la que se le llamó “color”. Dos quarks iguales se pueden unir siempre y cuando sean de distinto color. Los quarks se unen entre sí por la fuerza de color, que es muy intensa a cortas distancias y se sobrepone a la repulsión eléctrica.  También es llamada fuerza nuclear fuerte. Ésta también hace que se atraigan no sólo los quarks de un núcleo sino los quarks cercanos de otros núcleos. Se complementa con la fuerza nuclear débil, que es aquella que permite que las partículas subatómicas se transformen en distintos tipos y se aceleren. La fuerza nuclear débil permite que los quarks puedan cambiar de sabor a través de la interacción con una partícula llamada bosones W (que pueden tener carga positiva o negativa). El cambio de sabor de un quark dentro de una partícula hace que toda la partícula se transforme.  

El espacio

 

El espacio es un tema abordado desde que surgió la Filosofía Griega. Surgió en el seno del debate de lo lleno y lo vacío y tomó varios rumbos. La palabra espacio tiene muchos significados. La RAE registra 14. De ellos, el que concierne para esta reflexión se refiere a “la extensión que contiene a toda la materia existente”.[30] Esto hace pensar en la definición más precisa que dan Walter Brugger y Härald Schondorf de éste, que: “es una estructura homogénea que constituye el medio y la posibilidad de la extensión (simultánea), y con ello, de la coexistencia de partes de figuras materiales”.[31] Una estructura hueca homogénea es difícil de pensar. Podríamos pensar el espacio sin materia e identificarlo e identificarlo el vacío. Los atomistas lo postularon justamente como un vacío que era llenado por átomos. En este sentido sería un receptáculo infinito y anterior a las cosas; o si no se entiende como infinito se puede entender como finito. Estrabón de Lámpsaco concebía espacio como la totalidad del cuerpo cósmico.[32]  La concepción aristotélica consideró al espacio como al agregado de todos los lugares de las cosas que está en universo finito. Dicho con más sencillez, el espacio es el límite inmóvil que abarca a un cuerpo. Donde no hay cuerpos, no hay espacio. Esta visión se impuso históricamente y duró hasta el Renacimiento. Entonces el Neoplatonismo y la revolución copernicana resucitaron la visión atomista del universo con un espacio infinito y homogéneo.[33]  Newton heredó esa visión, pero no está claro si entendía al espacio como una realidad o como una definición operativa (así lo cuenta Ferrater Mora). Einstein, sin duda, entendió al espacio como una dimensión propia de la realidad.

Según Ferrater Mora, desde la geometría euclidiana, al espacio se le suele atribuir las siguientes propiedades: homogéneo, isotrópico (tiene las mismas propiedades en todas las direcciones), continuo, ilimitado, tridimensional, homoidal (que una figura pueda ser la matriz de un número infinito de figuras iguales, pero a diferente escala).  Al final, hoy en día se llega a pensar también al espacio como curvo, limitado o en varias dimensiones más. El diccionario de Filosofía de Cambridge   señala que las dimensiones del espacio dependen del número de magnitudes variables que se necesiten para la localización de un objeto en su plano.[34]

También se puede entender como una propiedad esencial de los seres. Al tener objetos materiales, la percepción del espacio les designa un lugar, una cercanía o una lejanía, una extensión, una orientación. Parece que es una relación que sirve para ordenar a las coexistencias (así la entendió Leibniz) y, además, un espacio vivido, no sólo abstracto. Así que la otra posibilidad como una categoría que inventa la mente para organizar su experiencia de la realidad. Para Emanuel Kant dicha categoría es a priori (condición de posibilidad de los fenómenos a manera de intuición), para Locke es una idea empírica. Esto nos muestra dos dimensiones categoriales del espacio que Francisco Suárez ya había separado: el espacio real y el mental, uno el de las cosas, el otro el que la mente pone. Ferrater Mora habla de un espacio psicológico y otro físico; o bien, si se prefiere, de uno objetivo y el otro subjetivo. Parece que ambas caras del espacio se dan en el fenómeno. La pregunta es si son armonizables o compatibles ambas dimensiones. Ferrater considera que en el caso de pensar que son incompatibles sólo nos queda admitir que son dos modos distintos de tratar la noción de espacio, o por el contrario, al ser compatibles son dos conceptos-límites con su orientación y conjunto de conceptos propios, pero que se refieren a un solo y mismo espacio. Esto también implica que el espacio físico permite a los vivientes asociarse con él y experimentarlo de distintas maneras.

Según Nicola Abbagnano la problemática filosófica en torno al espacio puede reducirse tres asuntos: el problema de su naturaleza, de su realidad y de su medición. Respecta a su naturaleza se puede entender como lugar (como posición entre los demás cuerpos), como continente de todos los objetos o como campo de los fenómenos físicos. El problema de la realidad del espacio es conceptualizado en tres soluciones: entender al espacio como algo físico, como algo subjetivo o como algo indistinto a la cuestión epistemológica de su realidad o irrealidad. El problema de la estructura métrica del espacio tiene que ver con el establecimiento de las distintas geometrías y su validez.[35]

Tiempo

 

El tiempo es otra categoría complicada de nuestro universo. Se puede entender de muchas formas.  Se suele diferenciar del espacio como un hecho que se distingue de las tres dimensiones del primero. Sería una dimensión del cambio.[36] Una es la que dicen Walter Brugger y Harald Schöndorf: “es la sucesión de lo que va siendo distinto por el cambio de lugar, el cambio cuantitativo y cualitativo, así como el aparecer y desaparecer de cuerpos y seres vivos (incluyendo también situaciones y fenómenos referidos a personas)”.[37] El tiempo implica el ser, el no-ser, el cambio, la simultaneidad y la sucesión. Para los estoicos implicó intervalo y velocidad. En un sentido más amplio podemos decir que implica al movimiento. Por eso es que los físicos suelen entenderlo como una variable matemática del cambio que apreciamos en los fenómenos naturales.[38] Él es un movimiento que puede ser interpretado bajo una concepción lineal, pero puede entenderse de una manera circular (como era en la antigüedad) o de una forma compleja como hacen la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica.  También puede ser entendido como un tiempo continuo (una sucesión de instantes infinita que tiene una inagotable composición de partículas temporales indivisibles) o bien como tiempo discreto (una sucesión limitada acotada por un sistema concreto de medición).  Se puede entender como un tiempo absoluto (como una relación de sucesión y simultaneidad de eventos independiente de mediciones) o puede ser entendido como relativo, en el que la métrica y el tiempo van de la mano y el tiempo depende solamente de la estructura de las relaciones entre los eventos. En el tiempo absoluto el tiempo está por encima de los eventos. Se suele señalar que Newton tenía una visión absoluta del tiempo, mientras que Einstein la tuvo relativa.

También se puede hablar del tiempo vivido. En este contexto se le suele asignar una tridimensionalidad de presente-pasado-futuro, existiendo una conexión entre el tiempo y la psique. Conecta con la memoria, la conciencia y las intenciones.  Incluso El sentido griego de la palabra tiempo aión y crónos apunta hacia allá.  Aión significaba duración de la vida o destino.  En cambio, crónos se refería a la duración del tiempo como tal. Están entonces el tiempo psicológico y el tiempo real. El tiempo real se caracteriza por ser irreversible. No puede avanzar en varias direcciones reversibles; es decir, el tiempo siempre marcha hacia adelante: del pasado al futuro. Por eso, Arthur Eddington habló en 1923 de la “flecha del tiempo” en la Universidad de Edimburgo.[39] En cambio, el tiempo psicológico, nos lleva a la disyuntiva si el tiempo es un concepto empírico o más bien una forma a priori de organizar nuestra experiencia. También nos lleva a entenderlo como una estructura que pertenece a cada vivencia particular que es la de la temporalidad (de la conciencia) o como la estructura fundamental del ser del hombre. El tiempo es posibilidad y proyección. Hay un tiempo auténtico (la posibilidad privilegiada de ser de la libertad) y el inauténtico (dado por la imposibilidad de elegir).

Esa duración fue entendida como infinita. Por consecuencia fue asociada por la eternidad.  En Platón y Aristóteles encontramos una perspectiva así. La visión cristiana del tiempo puso un límite al tiempo a partir de la idea de una creación del mundo. Obviamente en su perspectiva fue creado por Dios. No obstante, para San Agustín es algo inaprehensible. O bien puede ser algo tan diverso como el tiempo metafísico, epistemológico, físico, el psicológico, el histórico, el biológico, el vulgar o intuitivo.  

Según Nicola Abbagnano, todas estas variaciones se pueden reducir a tres ejes: 1) al tiempo como orden mensurable del movimiento, 2) el tiempo como movimiento intuido, 3) el tiempo como estructura de posibilidades.[40]

Los objetos del universo

 

Los objetos que encontramos en el universo están constituidos por los siguientes tipos: gases, polvo, partículas, estrellas, cuásares, nebulosas, planetas, planetoides, satélites, asteroides, meteoritos, cometas, hoyos negros, galaxias, cúmulos de galaxias, materia y energía oscuras.  También hay vacío. No es un absoluto ni es un objeto, es aquello que separa a las cosas. Lo más evidente que vemos desde la Tierra son las estrellas, la Luna, los planetas, los meteoritos y las galaxias.  Incluso a veces algunos meteoritos y asteroides caen en la Tierra.

Planetas, planetoides, asteroides, meteoroides y polvo cósmico

 

Los primeros objetos conocidos por los hombres fueron los planetas. Ellos eran entendidos como cuerpos celestes que eran errantes (eso significa etimológicamente planeta). Desde la Prehistoria eran conocidos por todas las culturas. Los griegos, en específico, consideraron que los planetas eran siete. Incluían al Sol, a la Luna y los cinco planetas cuyo movimiento se podía observar a simple vista (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno).  Todos ellos eran cuerpos celestes con movimiento propio en contraste con las estrellas fijas.[41] Hoy en día, tenemos un concepto distinto de lo que es un planeta. Hoy podemos entender a un planeta como un cuerpo que orbita alrededor de una estrella, cuya gravedad es la suficiente para que adquiera una forma redonda, que no emite luz propia por fusión termonuclear y que ha despejado de su órbita a los planetesimales.[42] Un planetesimal es un planeta en formación que va desde unos cuantos metros hasta varios kilómetros. Los planetas se diferencian de los planetoides o planetas enanos en que estos últimos son cuerpos más pequeños. Los planetoides giran alrededor de una estrella, pero su dimensión es intermedia entre la que tiene un planeta y la que tiene un meteoroide (en promedio de 10 metros).[43]  Un meteoroide es un cuerpo que mide entre 100 micra y hasta 50 metros de diámetro.[44] El tamaño menor a 100 micra se le considera polvo cósmico.[45] Los asteroides y los cometas suelen ser de mayor tamaño que orbitan en torno al Sol. Los asteroides son mayores a un meteoroide, pero menores a un planeta.[46] Los cometas son cuerpos que tienen una composición química distinta a los asteroides y un origen distinto dentro del sistema solar.  También existen unos cuerpos astronómicos recientemente descubiertos que son cometas con las dimensiones de un asteroide. Son llamados centauros. Tienen grandes dimensiones, como Quirón, que mide 206 metros, e incluso aspecto rocoso, pero desarrollan cola y tienen órbitas irregulares.[47]

Un meteoroide se transforma en un meteorito cuando entra en la atmósfera terrestre.  Regularmente se desintegran al entrar a la atmósfera. Según su material son de tres tipos: litosideritos (que están hechos de roca y hierro), rocosos (formados de roca) y los ferrosos (formados de hierro). Los de roca son los más comunes, los ferrosos los más escasos.  Un cuerpo semejante a un meteorito es un asteroide. Los asteroides son cuerpos rocosos que orbitan alrededor del Sol. Están en cualquier parte del Sistema Solar, pero se concentran la mayoría en el cinturón de asteroides que están entre Marte y Júpiter. Son alrededor de medio millón de asteroides.[48]  Pueden tener varios kilómetros de extensión. Se clasifican en dos tipos: los griegos y los troyanos. Los primeros se mueven por delante de Júpiter y los segundos por detrás. Los cometas son cuerpos de hielo, polvo y roca que dejan una estela de luz durante su órbita en torno al Sol. Ellos provienen de otras regiones del sistema solar: de la nube de Oort y el cinturón de Kuiper. Los que tienen una regularidad en sus “visitas” a la Tierra están en el cinturón de Kuiper; los que aparecen sólo una vez vienen de la nube de Oort.  No queda claro si los centauros vienen del cinturón de Kuiper o del disco disperso.

Algo interesante de los asteroides, meteoroides y cometas es que en su mayoría tienen forma de papa. Solamente los cuerpos de una masa considerable tienen forma redonda. La redondez es provocada por la fuerza de gravedad, como sucede con los planetas, los cuales se colapsan sobre sí mismos de manera equidistante a su centro de gravedad, formando una esfera. Se sabe que existe un radio mínimo de 200 a 300 kilómetros para que el cuerpo se vuelva redondo. Este límite es llamado por los científicos Potato Radius (radio papa o radio de patatización).[49] Ahora bien, en el caso de los planetas, el achatamiento que tienen por los polos es ocasionado por la fuerza centrífuga que ejerce la rotación y su velocidad con la que sucede. El achatamiento de los planetas puede ser más o menos prominente.

Las colisiones de meteoritos y asteroides contra los planetas y satélites no son tan infrecuentes. En la Luna se tiene el registro de al menos 8 mil colisiones de asteroides.  En la Tierra cada año caen 19 toneladas de materia del espacio.[50]

La Luna es un cuerpo celeste que orbita alrededor de la Tierra. Es su satélite natural. Refleja la luz del Sol. Fue visitada por el ser humano el 20 de julio de en 1969. Los satélites naturales son cuerpos que orbitan en torno a un planeta. Suelen ser más pequeños, aunque hay algunos de un gran tamaño.[51]  Varios planetas del sistema solar tienen sus propios satélites.

También cabe mencionar que a partir de los años cincuenta, se empezaron a buscar planetas fuera del sistema solar. Se les llamó planetas extrasolares o exoplanetas. En 1995 fue encontrado el primer exoplaneta gaseoso similar a Jupiter girando en torno a la estrella 51 Pegasi. Su traslación duraba cuatro días.  Fue llamada 51 Pegasi b. El segundo planeta descubierto fue también el de otro planeta gaseoso: 70 Virginis b. Está en la Constelación de Virgo y tiene una masa entre 7 y 10 veces mayor que Júpiter.[52] Luego, empezaron a ser descubiertos cientos de planetas más. Se ido comprobando que la presencia de planetas es frecuente en el universo. Casi todos son inhóspitos y sus órbitas son excéntricas. Las órbitas circulares del sistema solar terrestre son poco frecuentes. En 2021 son conocidos alrededor de 4000 exóplanetas en cerca de 3000 sistemas planetarios.[53] Los primeros planetas en ser encontrados por los científicos eran gaseosos. Luego se empezaron a encontrar planetas gaseosos. Ya en 1992 se habían descubierto unos cuerpos rocosos (que actualmente son considerados planetas) en torno al Pulsar Lich. El primer planeta semejante a la Tierra apenas fue encontrado en 2020. Es Teegarden b.[54] Es lo más cercano a ser habitable desde los parámetros terrestres. Ya, antes, había sido descubierto un planeta hecho de roca y agua, es el planeta Gliese 436 b. Es del tamaño de Neptuno. Parece que no tiene masas continentales en su superficie y el agua congelada.[55]

El sistema solar

 

Todos estos cuerpos celestes están dentro del sistema solar, que es un conjunto de meteoroides, asteroides y cometas, ocho planetas con sus respectivos satélites y algunos planetas enanos que orbita en torno al Sol. Originalmente solo eran conocidos seis de ellos. Los más lejanos Urano y Neptuno, fueron descubiertos tardíamente en el siglo XVIII.[56]

El sistema solar ya era conocido desde la antigüedad. Frecuentemente era identificado con el cosmos sin distinguirlo de él. Fue en la Modernidad que el ser humano se dio cuenta que el universo era mucho mayor al sistema solar, y en los siglos XIX y XX se percató de su enormidad con una multitud de galaxias y otros sistemas planetarios en ellas.

El primer modelo comenzó con Tales de Mileto y sus discípulos. Pensaban en una Tierra plana estática en torno a la cual giraban los planetas, ella era el centro de universo. Luego, surgió otro modelo importante con los pitagóricos.  Ellos postularon la redondez de la Tierra y de los planetas, hablaron de esferas sobre las que se movían. Consideraban que la Luna el Sol y la Tierra giraban en torno a un fuego central.[57] Un modelo que también cobró relevancia fue el aristotélico. Éste retomó el esquema del modelo de las esferas, lo perfeccionó. Además, Aristóteles (384-322 a.C.) calculó la circunferencia de la Tierra en 400 000 estadios (cifra que se aproximó a la medida actual y que fue perfeccionada por Eratóstenes, quien la situó en 250 mil estadios).  El siguiente gran hito en modelos astronómicos fue el de Aristarco de Samos (310 a 230 a.C.).  Consideró que las estrellas y el Sol permanecían inmóviles en el universo, que la Tierra giraba alrededor del Sol y rotando sobre su propio eje, mientras que los demás planetas giraban sobre su propio eje. El siguiente modelo de importancia fue el de del astrónomo griego Claudio Tolomeo (ca. 100-170 d.C.). No aportó nada novedoso, pero tuvo la pericia de sintetizar los conocimientos astronómicos de su época en un tratado de 13 libros titulado por él Megiste Sintaxis. Fue un modelo que dominó prácticamente hasta el XVI en el mundo occidental e incluso en Oriente. Los árabes conocieron a dicho tratado como Almagesto. Lo absorbieron en su periodo de expansión hacia Occidente. Durante la Edad Media se preservó el modelo de Tolomeo pero subordinado a una interpretación religiosa. Incluso se volvió a pensar que nuestro planeta era plano por interpretar la Biblia literalmente. Lactancio ridiculizó la redondez de la Tierra en su libro Sobre la falsa sabiduría de los filósofos.  Fue hasta que el sacerdote polaco Nicolás Copérnico realizó sus aportaciones que los modelos sobre el sistema solar y el cosmos tuvieron un avance. Él resucitó la explicación heliocéntrica del mundo de Aristarco, el modelo planetario de Filolao de Crotona e Hicetas al tratar de explicar geométricamente el movimiento observado de los planetas.  Esto se plasmó en su libro De revolutionibus orbium caelestium (Sobre las revoluciones de las órbitas celestes).  Se dice que murió con el ejemplar recién impreso de tal obra el 24 de mayo de 1543. Debido a la complejidad del texto, éste no causó impacto político en su momento.  Luego, le siguió el clérigo alemán Johannes Kepler adoptó el sistema copernicano y lo corrigió. Se mudó a Praga para trabajar con Tycho Brahe, quien era un gran astrónomo observacional.  Eso permitió darse cuenta de que las órbitas de los planetas eran elípticas. Tales descubrimientos fueron publicados en sus libros:  Astronomía Nova, Harmonices Mundi (La armonía del mundo) y Epítome.  Su visión del sistema solar prácticamente coincidía ya con la visión moderna que se tiene.  A este pensador le siguió Galileo. Fue un gran matemático y físico que se dedicó a la astronomía. Descubrió la ley de la caída de los cuerpos, inventó el telescopio y apoyó el sistema copernicano. Ridiculizó el sistema tolomeico en un libro titulado Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo.  Como ya había sido amonestado, fue llevado a juicio y obligado a retractarse. Más tarde Isaac Newton unificó las leyes de Kepler y la ley de la caída de los cuerpos de Galileo en una teoría de la gravitación universal. Las leyes que rigen en la Tierra son las mismas que rigen a los astros. Dicha propuesta fue plasmada en su libro Philosophiae Naturalis Principia Matemática. Dicha explicación daba sentido con mayor profundidad al modelo moderno del sistema solar.

El sistema solar actualmente es entendido como el sistema planetario que consta de ocho planetas, entre ellos la Tierra, alrededor de 200 satélites naturales, y miles de objetos de menor tamaño que giran en torno a una estrella denominada el Sol.  Estos últimos están distribuidos en el cinturón de asteroides, el cinturón de Kuiper, el disco disperso y la nube de Oort.[58] La contabilidad nos da hasta el momento 5 planetoides, 1 041 932 asteroides, 3697 cometas hasta 2021.[59]

Definitivamente el cuerpo más grande de nuestro sistema es el Sol.  Constituye el 99.8% de la masa del sistema. Es una gran bola de gas hecha fundamentalmente de hidrógeno (92.1%), helio (7.8%) y 0.1% del resto de los elementos. En su centro arde a 15 millones de grados Celsius. Ahí suceden las reacciones termonucleares que crean energía. Luego tiene una zona radiante, donde viaja la energía en forma de fotones, pero lo hacen con mucha lentitud por la densidad que tiene; le sigue una zona convectiva, donde la energía se traspasa por una especie de calentamiento de la materia que está ahí, luego le sigue la fotósfera que es la capa visible del sol donde se emite la luz, y por último la cromósfera que es una envoltura irregular sobre su superficie; es la primera capa de su atmósfera. Le sigue una segunda capa llamada zona de transición (que incrementa la temperatura del plasma) y por último la tercera capa atmosférica del sol: la corona. Ésta se extiende miles de kilómetros hacia afuera del Sol.[60] En ella la temperatura se eleva hasta los 2 millones de grados, curiosamente es más caliente que la superficie solar, la cual ronda los 5500 grados. Por otro lado, un fotón puede tardar un millón de años en salir del núcleo a la superficie. En su ecuador rota sobre su propio eje en 25 días, mientras que en sus polos tarda más 35 días. Tiene una antigüedad de 4.5 millardos de años. Es una estrella enana amarilla que está 26 mil años luz del Centro de la Vía Láctea.[61]

La zona de influencia del sol que se extiende hasta Plutón, podemos llamarla heliosfera. Ella se encuentra bajo la influencia del viento solar y del campo magnético del Sol. Protege al sistema solar de las radiaciones del medio interestelar.[62] El viento solar es una emisión continua de partículas (protones, electrones y, en menor proporción, partículas alfa) proveniente de la corona del sol (por supuesto también lleva hidrógeno y helio).[63] La heliosfera está llena del viento solar. La velocidad de esta corriente varía entre los 200 y los 889 kilómetros por segundo.  El Sol no para de emanarlo. Tiene una conductividad eléctrica muy alta. El campo magnético de un planeta es una especie de escudo que protege a un planeta del viento solar.

No obstante, también provoca algunas reacciones adversas: las tormentas solares. Éstas, en realidad, son tormentas geomagnéticas, es decir, perturbaciones temporales de magnetismo de la Tierra. Efectivamente pueden ser provocadas por el viento solar o bien, por otro fenómeno solar, el CME (eyecciones de masa coronal), que son erupciones solares que son transportadas por el viento solar en un periodo de máxima radiación.[64] Son formas de radiación. Implica una descarga electromagnética sobre la atmósfera.  Se cree que la provoca un fenómeno llamado reconexión magnética.

La existencia del viento solar fue comprobada en 1959 por el primer satélite artificial que salió de la magnetósfera terrestre. Y la sonda Pioneer 10 lo detectó a más de 100 UA, así que se especula que su influencia más allá de Plutón.[65]

Prestemos atención a los planetas. El más próximo al sol es Mercurio (a tan sólo 58 millones de kilómetros). También es el más pequeño. Es un poco más grande que la Luna. También está lleno de cráteres. Pero no posee ningún satélite. Su traslación es de 88 días, pero su rotación es lenta, tarda 59 días terrestres.[66]  Su temperatura en el lado que es de día es de 450 grados Celsius y de noche es de -170 grados Celsius. Tiene un campo magnético, pero que no lo protege del viento solar. No obstante, en sus noches se ve una luz amarilla en el cielo, como si fuera la aurora boreal que está provocada por la descomposición del sodio. Hay hielo en los cráteres cercanos a sus polos. [67] Venus es el segundo planeta más cercano al Sol. Está a 108 millones de kilómetros de distancia con dicha estrella. Sus dimensiones son similares a las de la Tierra. Tiene planicies, montañas y volcanes.  Su cielo es rojizo-anaranjando. Posee una atmósfera de dióxido de carbono y nubes de ácido sulfúrico. La presión atmosférica es 90 veces superior a la de la Tierra. Se sabe por experimentos (sustancias químicas lanzadas en el planeta) y por observación que tuvo agua y océanos. Sus primeros 2 mil millones de años fue muy semejante a la Tierra. Es posible que haya tenido vida. Su traslación dura 225 días terrestres.  Su rotación también es lenta es inversa a la de la Tierra. Y un día allá tarda 243 días terrestres.  No tiene placas tectónicas ni un campo magnético. Tiene una temperatura de 464 grados centígrados y la temperatura varía poco en el día y la noche. Tampoco tiene lunas.[68] La Tierra es el tercer planeta del sistema solar.  Está a 150 millones de kilómetros de distancia del Sol. Es el primer planeta con un satélite. Tiene placas tectónicas, océanos de agua, un campo magnético y vida. Su atmósfera consta de 78% nitrógeno y 21% oxígeno, 1 % otros gases.[69]   Marte es el cuarto planeta, a 228 millones de kilómetros de distancia del Sol, es más pequeño que la Tierra, tiene una atmósfera delgada de dióxido de carbono, nitrógeno y argón. Tiene planicies y volcanes. No posee campo magnético. Posee estaciones del año, tormentas de arena, torbellinos y sismos (pese a no tener placas tectónicas).[70] Se cree que tuvo una superficie acuática. Su rotación es casi igual a la de la Tierra, ligeramente superior a las 24 horas. Su traslación dura 687 días marcianos. Su temperatura es de 55 grados bajo cero. Tiene dos lunas: Phobos y Deimos.  Júpiter es el quinto planeta, a 778 millones de kilómetros del Sol. Su traslación dura 12 años terrestres y su rotación 10 horas terrestres.  Es totalmente gaseoso y si tiene un núcleo sólido éste sería del tamaño de la Tierra. Está rodeado en por una magnetósfera que ejerce una gran fuerza de atracción a su alrededor. Más abajo hay una capa de nubes multicolor formando bandas (que denotan corrientes de aire de 350 a 500 km por hora) y una gran mancha roja que es producto de un ciclón que lleva 400 años sucediendo.  Más hacia dentro tiene una capa líquida de metal. Es el planeta más grande del sistema solar. Todos los planetas y sus lunas cabrían en Júpiter. Es 1317 veces mayor que la Tierra. Su atmósfera está fundamentalmente hecha de hidrógeno y helio. Tiene más de 75 satélites. De todos ellos destaca cuatro enormes lunas: Io (que es el cuerpo celeste con mayor actividad volcánica en el sistema solar), Europa, Ganímides (que es el satélite más grande del sistema solar con 5262 km de diámetro) y Calixto. Éstas fueron descubiertas por Galileo. El resto de los satélites se dividen en dos grupos: el de Amaltea con cuatro satélites girando entre Júpiter y sus cuatro principales lunas, y el de los satélites irregulares, que están orbitando en torno a Júpiter muy lejanamente. Todos ellos son de tamaño reducido, excepto por Himalia, que mide 170 km. Tiene un sistema de anillos tenue dividido en tres secciones, está hecho fundamentalmente de polvo de hielo y otros materiales.[71] Se cree que la temperatura en sus nubes es baja, pero de eleva drásticamente a medida que se avanza hacia dentro del planeta. Aunque es imposible que soporte la vida, algunas de sus lunas sí pueden.[72] Saturno es el sexto planeta de nuestro sistema, está a 1.4 millardos de kilómetros de la Tierra. Es 765 veces más grande que nuestro planeta. Su traslación dura 29 años de la Tierra, su rotación 10.7 horas. Es un planeta gaseoso. Es posible que tenga un núcleo sólido.  Su atmósfera es fundamentalmente de hidrógeno y helio.  Su temperatura oscila entre los -190 y los -130 grados Celsius. También tiene un sistema de anillos, es el sistema más visible de todos. Se cree que está hecho de los restos de una luna. Tiene una altura de dos pisos de un edificio y la extensión aproximada que hay de la Tierra a la Luna. También se sabe que tiene protuberancias que se elevan entre los dos y los cinco kilómetros. Los anillos de Saturno son tridimensionales. En ellos las partículas que hay se mueven más de 32 mil kilómetros por hora. Posee 53 lunas confirmadas y 29 más en espera de confirmación.[73] Las dos más importantes son Titán y Encélado. Ambas tienen agua en abundancia, pero el primero (Titán) es el único satélite en el sistema solar con atmósfera. El séptimo planeta del sistema solar es Urano, a 2.9 millardos de kilómetros del Sol. Su traslación es de 84 días y su rotación de 17 horas (que, por cierto, está invertida como la de Venus, de este a oeste y lo hace de lado, como si estuviese acostado de uno de sus costados). Fue el primer planeta descubierto usando un telescopio. Sucedió en 1781, el descubridor fue William Herschel. Es casi cuatro veces más grande que la Tierra.  Tiene 27 lunas. También posee un sistema de 13 anillos. Su estructura es de hielo, tiene una parte fluida de agua, metano y amonio sobre un centro rocoso. Su atmósfera está hecha de hidrógeno, helio y metano.[74] Su temperatura es de 215 grados centígrados bajo cero. Neptuno es el octavo y último planeta del sistema solar. Está a 4.5 millardos de kilómetros del Sol.  Fue descubierto en 1846. También es cuatro veces mayor que la Tierra. Su traslación dura 165 años alrededor del Sol, su rotación es de 16 horas. Su estructura interna es como la Urano: hielo, una parte líquida y un núcleo de piedra. Su temperatura es de -218 grados centígrados.[75] Tiene un sistema de 9 anillos.[76]  Antaño se consideraba a Plutón como el noveno planeta del sistema solar.  Está localizado en el cinturón de Kuiper a 5.8 millardos del Sol. Hoy es considerado un planetoide más chico que la Luna que orbita alrededor de nuestra estrella en 248 años y su rotación 158 horas (alrededor de 6 días). Su atmósfera es de nitrógeno, metano y monóxido de carbono. Tiene 5 lunas y carece de un sistema de anillos.[77] También se tiene evidencia hipotética de un noveno planeta. Le llaman planeta X.

El sistema solar consta de cinco planetas enanos. Dos ya los mencionamos: Ceres (que está en el cinturón de asteroides) y Plutón (que antaño era considerado planeta). Los otros tres planetoides de nuestro sistema, que también son transneptunianos, son: Makemake, Humea y Eris.

El cinturón de asteroides está localizado entre Marte y Júpiter. Dentro de él destaca Ceres, el asteroide más grande, que es tipificado como un planeta enano por su tamaño y su forma redonda. Tiene un diámetro de 940 kilómetros. Abarca el 25% de la masa de la materia que hay ahí. No obstante, sigue siendo más pequeño que Plutón. Aún, así también es interesante porque posee agua.[78] Lo cierto es que la mayoría de los asteroides son pequeños. Solo una cantidad aproximada de 200 tiene un diámetro superior a los 100 kilómetros.[79] El cinturón de Kupier es un anillo que contiene unos miles de cuerpos rocosos con hielo y polvo cuya masa total no es mayor a la de la Tierra. El disco disperso es una especie de anillo intermedio entre el cinturón de Kupier y la nube de Oort. Ahí también alrededor de 90 cuerpos descubiertos, y continúan descubriendo más, entre ellos el planeta enano Eris.[80]   La nube de Oort es una nube esférica, pero tenue que envuelve a todo el sistema solar, como si lo contuviera en una burbuja. En su mayoría abundan en ella muchísimos trozos de hielo que, en total, su masa equivale a 100 planetas del tamaño de la Tierra. Ella se extiende casi hasta la mitad de camino a Alfa Centauri.[81]  La extensión del sistema es de 15 billones de kilómetros, abarcando los planetas solamente 6 millardos de kilómetros de éste.[82]  

Ahora bien, el sistema solar es un sistema planetario. Hay otros sistemas que están en otras estrellas. Algunos sistemas incluso constan de dos estrellas. Hasta el momento se conocen 2900 estrellas que tienen con seguridad un sistema planetario. El primero en ser descubierto fue el que está en el púlsar PSR B1257+12 (conocido como Lich). En 1992 los astrónomos Aleksander Wolszczan y Dale Fraill descubrieron que poseía dos planetas que fueron nombrados Draurg y Poltergeist.  Más tarde se descubrió que tenía un tercer planeta (Phobetor).[83]  El sistema planetario más grande descubierto hasta el momento es el de Gliese 581, que corresponde a una enana roja con seis planetas a su alrededor.[84] También se han encontrado estrellas jóvenes que tienen discos que sugieren la formación de sistemas planetarios, otras estrellas que tienen discos de sistemas solares que no se formaron y también se ha encontrado que existen planetas vagando en el universo sin una estrella.[85]

Volvamos al resto de los cuerpos celestes.

Las estrellas, pulsares, cuásares y agujeros negros

 

Las estrellas son bolas de gas -especialmente helio e hidrógeno- que emiten luz propia debido a la fusión nuclear que sucede en su centro.  Pueden estar solas, en un sistema binario, o en un sistema múltiple de tres o cuatro estrellas.  También tienen un tamaño limitado. Las más grandes miden 120 a 150 veces el tamaño del Sol, las más pequeñas miden unos cuantos miles de kilómetros. De acuerdo a su edad -que se refleja por el espectro que reflejan en un radiotelescopio- ellas se clasifican en O, B, A, F, G, K y M. Dicha clasificación fue propuesta por Annie J. Cannon, quien es la madre de la astrofísica moderna, clasificando ella sola centenares de miles de estrellas. Para memorizarse este esquema clasificatorio algunos físicos inventaron un recurso mnemotécnico: Oh, Be A Fine Girl and Kiss Me! Las O son muy calientes y altamente luminosas (su temperatura es de 25 mil a 50 mil grados centígrados), las B son luminosas de color blanco azulado (su temperatura es de 10 mil a 30 mil grados centígrados), las A son de un color blanco o azul (su temperatura es de 7500 a 10 mil grados centígrados), las F son blancas (de 6000 a 7500 grados centígrados), las G son amarillas, del color de nuestro Sol (que pertenece a dicho grupo, tienen una temperatura entre 4600 y 6000 grados centígrados), las K son naranjas y son de menor temperatura que el resto (3500-4600 grados Celsius) y las M son de color rojo o rojo-naranja (entre 2400 y 3700 grados centígrados).  

Algunos hablan de otros nuevos tipos de estrellas, estrellas que se caracterizan por ser frías, es decir de temperaturas inferiores a los 2400 grados Celsius: las L, las T y las Y.  Suele también hablarse de estrellas enanas rojas y enanas cafés (que son ambas las de menor masa), enanas blancas (estrellas muy compactas que ya no pueden realizar sus reaccione termonucleares y la radiación proviene de su enfriamiento)[86], enanas negras (estrella muerta que no emite luz), estrellas azules (son grandes y viven poco: unos millones de años), y las gigantes rojas (estrella supergigante de color rojo, es la fase final de muchas estrellas).

También existe otra nomenclatura clasificatoria que surgió en la primera década del siglo XX.   Fue hecha por separado por el astrónomo danés Ejnar Hertzsprung y por el norteamericano Henry Russell.  A partir de ellos se hizo un diagrama de clasificación de las estrellas que fue conocida como el diagrama Hertzsprung-Russell, o diagrama H-R.  Ahí se pretendía representar su temperatura y su magnitud, no sus coordenadas de posición. Esto llevó a una clasificación distinta en estrellas según sus dimensiones:  supergigantes muy brillantes, supergigantes brillantes, supergigantes moderadas, supergigantes débiles, subgigantes, secuencia principal, subenanas y enanas blancas.[87]

 En la bóveda celeste se ven como puntos de luz. A simple vista en un lugar sin contaminación lumínica se pueden ver unas mil estrellas aproximadamente. Los astrónomos las dividieron en 88 constelaciones que eran referencias para ubicar a los astros e incluso la navegación. La constelación de la Osa Menor, servía para indicarnos el norte.  En realidad, una constelación es un grupo arbitrario de estrellas designado a partir de la imaginación de quienes lo acuñaron. Sus nombres fueron definidos por los griegos. No obstante, existen miles de millones de estrellas. Muchos de esos puntos no son estrellas propiamente, algunos son galaxias, nebulosas u otros planetas.  Los primeros catálogos de las estrellas datan de los antiguos mesopotamios, egipcios y griegos. Quizá el catálogo más influyente en la antigüedad fue el del griego Ptolomeo, que se basó en el de Hiparco. La estructura interna y composición de las estrellas fue estudiada profundamente hasta principios del siglo XX. Se sabe que las estrellas colapsan cuando su “combustible” se agota.  Pueden tener varios destinos. Uno es cuando entran en la fase de una gigante roja, pues las reacciones nucleares hacen que se expandan antes de compactarse; otro es  que se conviertan en enanas blanca (estrella muy diminuta de unos cuantos miles de kilómetros de diámetro que se terminan convirtiendo en una masa oscura y  fría llamada enana negra); otra es convertirse en una nova (estrella cuyo brillo aumenta drásticamente por horas o días por una explosión termonuclear) o supernova (estrella que resulta de una explosión que la altera o destruye); otro es explotar y dejar una estrella de neutrones[88]; o implosionar y convertirse en un agujero negro. Para convertirse en esto debe de cumplir tres condiciones:   debe ser una estrella masiva en la que el colapso venza la resistencia de los neutrones, debe de rotar con gran rapidez, debe de formar un disco y emitir chorros relativistas (chorros de materia en los que los electrones y protones se encuentran separados y que emiten su plasma a una velocidad cercana a la de la luz o incluso, aparentemente, superiores).[89] Algunas novas y supernovas dan origen a enanas blancas, otras dan origen a un agujero negro. Depende de su masa. Incluso tenemos estrellas enanas blancas en sistemas binarios que al absorber la materia de la otra estrella llegan a convertirse en hoyos negros. Las mayores a la del sol en 1.4 veces su masa genera agujeros negros o estrellas de neutrones; las iguales y menores, enanas blancas. Este cálculo fue deducido por el astrónomo indio Subrahmanyan Chandrasekhar. Ahora se le llama masa crítica o límite de Chandrasekhar.[90]

Entre las estrellas existe unas que son denominadas púlsares. Ellas son estrellas de neutrones (aunque no toda estrella de neutrones es un púlsar). El pulsar se refiere a Estrella: 24 puntas: 2estrellas de una emisión de luz muy alta y con una radiación muy intensa en periodos cortos, regulares y precisos. Por eso en inglés significa “pulsating star” (estrella pulsante). Giran sobre sí mismas cientos de veces por segundos.  Son muy densas y pequeñas. Emiten chorros de rayos X o rayos gamma (y se encontró un púlsar que emitió rayos infrarrojos). El primer púlsar fue descubierto en 1967 por Jocelyn Bell. Al principio creyó que eran señales extraterrestres, hasta que se percató que era un fenómeno relativamente regular en el cosmos. Así que es un tipo de estrella relativamente nuevo en su descubrimiento.[91]

También es pertinente destacar que la mayoría de las estrellas no están solas. Se dan en pares. Forman sistemas binarios. Se calcula que el 85% de las estrellas son dobles (eso incluye sistemas triples o múltiples). En ellos puede haber cierto equilibrio en el que no hay un gran intercambio de materia, pero sí de energía; o bien que puede suceder que una termine absorbiendo parte de la masa de la otra y la convierta en una enana blanca, y la estrella receptora crece y muere más rápido. Es decir, hay binarias no interactivas e interactivas. A la estrella más brillante se le llama primaria y a la menos brillante secundaria.[92]

Las novas aparecen en la bóveda celeste a una tasa de 10 a 12 por año. Las supernovas son más excepcionales. Al parecer hasta 1987 y a lo largo de los registros astronómicos históricos solo se habían detectado tres supernovas en Occidente y el mundo árabe. Una de ellas le tocó presenciarla a Johannes Kepler, quien testificó que se podía observar de día su luz. No obstante, los registros de los astrónomos orientales (chinos, japoneses y coreanos) se tiene el registro de 75 estrellas nuevas detectadas en el cielo, de las cuales con seguridad 9 eran supernovas (los otras seguramente eran novas). El criterio fue que en retrospectiva se asumió es que su brillo durara más de tres meses.[93] Se ignora por qué Oriente reportó más supernovas que Occidente. Es probable, como dice Inmaculada Domínguez que haya sido por el temor a la censura que implicaba reportar en la Edad Media un firmamento dinámico en contra de la idea políticamente establecida de que éste era inmutable. En la actualidad, con la innovación de telescopios poderosos, al año se observan cientos de supernovas. En realidad, es un fenómeno común en el cosmos, aunque extraordinario, a los ojos que contemplan la bóveda celeste.

Los agujeros negros regularmente se encuentran en los centros de las galaxias o dentro de sistemas de estrellas dobles.  Los agujeros negros pueden ser de distinto tamaño, el de nuestra galaxia equivale en tamaño al que hay de la Tierra al Sol, mientras que los agujeros negros de otras galaxias y que son agujeros supermasivos, su tamaño llega a equiparar el del nuestro sistema solar.

Los agujeros negros son regiones del espacio con una concentración de masa tan elevada que generan un campo gravitatorio del cual no se escapa nada. El espacio y el tiempo ahí se comportan de manera distinta. La radiación que emiten no es de ellos en realidad, sino de los discos de gas y polvo que los rodean. En 1970, el satélite astronómico Uhuru, detectó que el sistema binario de estrellas Cignus X-2 en la Constelación de Cisne tenía a una de sus estrellas girando en torno a un cuerpo invisible. Ese fue el primero detectado. La primera foto obtenida de un agujero negro es de la galaxia M87. Fue fotografiado en 2019. Se provocan por un colapso gravitatorio de una estrella. Por su tamaño se pueden clasificar en microagujeros negros (que son hipotéticos y más pequeños que los estelares), agujeros negros estelares (que se forman de supernovas que implosionan y tienen 30 a 70 veces la masa del Sol), agujeros negros de masa intermedia (son agujeros de gran tamaño, que tienen una gran densidad de 100 a un millón de masas solares) y los agujeros negros supermasivos (que tienen concentradas millones de masas solares en su densidad).[94]  Los agujeros negros fueron planteados como una posibilidad meramente teórica en 1783 por el astrónomo John Michell. Pensó en un cuerpo tan grande que su luz se viera obligada a regresar por efecto de la gravedad.   Más tarde Karl Schwarzschild aplicó la teoría de Einstein a una singularidad, un punto donde las magnitudes físicas tenían un valor infinito. Y volvió a surgir el mismo tema de Michell.  Robert Oppenheimer en 1939 publicó un artículo en el que dicha posibilidad teórica la consideró una realidad posible, es decir que una estrella sufriera un colapso gravitatorio. John A. Wheeler en 1958 retomó dicho tema.  En los años sesenta se dio la investigación teórica fuerte sobre este fenómeno astronómico. En 1970 surgieron las primeras evidencias científicas empíricas de telescopios de rayos X y de radio.  Y fue hasta el 2019 que se tuvo una prueba contundente de su existencia.

Existe otro fenómeno estelar sui géneris que es el de los cuásares.  Son fuentes extragalácticas de energía con el aspecto de estrellas muy brillantes que están rodeados de una galaxia, que figura como un halo débil y difuso. La luminosidad de un cuásar es mayor a la de la Vía Láctea. Los cuásares o quásares son fuentes de energía electromagnética que emiten una gran cantidad de luz y que rodean a un agujero negro supermasivo que absorbe la materia que hay a su alrededor, pero que también emiten energía. Los rayos de luz provenientes del cuásar se curvan cuando pasan cerca del núcleo de la galaxia en el que se encuentran y llegan a la Tierra con distintas inclinaciones, formando una imagen múltiple a la que se le denomina Cruz de Einstein. El choque de dos galaxias se puede captar como un cuásar. Su brillo es variable, incluso en un mismo día puede cambiar. Algunos parecen estrellas azules o violetas lejanas.   Cuásar es un acrónimo de “quasi stellar radio source” es decir “fuentes de radio casi estelares”. Los cuásares fueron descubiertos en los años cincuenta del siglo XX. Originalmente captaban fuentes de radiación muy poderosas a grandes distancias que no podía ser estrellas. Su brillo es 100 veces superior al de la Vía Láctea. En 1960 Thomas Matthew ubicó por primera vez con relativa precisión la fuente de radio que correspondía a 3C48. Era una débil estrellita azul cuya composición de luz asombró a los astrónomos. En 1962, la Luna pasó delante de una radiofuente: 3C 273. Cyril Hazard midió su posición. Su composición lumínica resultó igual que la de 3C48.  La observación más minuciosa de 3C 273 incluso mostró que su chorro relativista en un periodo de cuatro años se nódulo brillante separó en un 50% de su centro, esto equivale a una velocidad superior a la de la luz en cinco veces. Este dato empírico contradice a la teoría de la relatividad.  Así que algunos lo explican como una ilusión óptica.

Diez años después ya se habían detectado 200 cuásares. Hoy son conocidos más de 200 mil. Se sabe que muchos de ellos, la mayoría, no emiten las radiofrecuencias que se captaron con los primeros cuásares detectados. Se sabe que los cuásares fueron más frecuentes cuando el universo formó las galaxias que ahora. Incluso, la Vía Láctea tuvo un comportamiento así quizá en algún momento.[95] 

En estricto sentido un cuásar no es un “objeto”, como lo es una estrella. Es un fenómeno que se percibe en el cielo y que involucra a varios cuerpos celestes, es decir, a varios cuerpos celestes.

Nebulosas y galaxias

 

Las nebulosas son nubes enormes de gas (hidrógeno y monóxido de carbono) y polvo (que está constituido por elementos químicos en forma de partículas) en el espacio interestelar. Hay nebulosas en la mayoría de las galaxias.  Antiguamente se le llamaba nebulosas a cualquier imagen difusa que fuera captada por un telescopio. Reciben su nombre por la forma que proyectan a la imaginación de algunos, o por el nombre de sus descubridores o se les asignan claves (NGC 4663) o IC 418).[96] Algunas de ellas eran en realidad galaxias o cúmulos de estrellas. Fue popular el catálogo estelar de Charles Messier, un astrónomo de la marina francesa. En su catálogo registró 103 nebulosas en 1781, de las cuales, sola 11 resultaron realmente ser eso.  William Herschel, con un telescopio más potente, en el siglo XIX demostró que algunas de esas supuestas nebulosas eran cúmulos de estrellas. Herschel fue un astrónomo alemán del siglo XVIII, quien primero estudió música con Haendel, pero luego cambió de afición por la astronomía. Diseñó su propio telescopio y junto con su hermana Caroline, encontraron nuevas nebulosas. William descubrió a Urano, su hermana le ayudaba con las anotaciones. Sin embargo, posteriormente hizo observaciones por sí sola. fue la primera mujer que recibió un salario por su trabajo científico y por sí sola hizo descubrimientos notables, como el descubrimiento de ocho cometas. Cuando William se casó, se separó de su hermana. Tuvo un hijo al que llamó John y también se dedicó a la astronomía. El muchacho también resultó brillante. Fue el inventor de la fotografía astronómica, ya que trasladó el proceso de Daguerre a los estudios astronómicos.[97] Este proceso de la fotografía espacial ha sido importante. En 1974 se tomó la primera foto digital de un telescopio.[98]

En la actualidad existen alrededor de 2000 catálogos astronómicos.[99] Algunos hechos en épocas pasadas, otros en el la época contemporánea.

El polvo cósmico que encontramos en las nebulosas, está hecho específicamente de carbono, silicio, magnesio, oxígeno. Está recubierto, por lo regular, de hielo de amoniaco, metano y agua.  El hielo y el hidrógeno puro no son elementos importantes en su composición.  Cabe mencionarse que el polvo cósmico se encuentra no sólo en las nebulosas, también rodeando a los planetas (circumplanetario) o entre ellos (interplanetario) o entre las galaxias (intergaláctico).  Cada año 40 mil toneladas del polvo cósmico llegan a la Tierra.[100]

El gas que se encuentra en el espacio, el que podríamos llamar intergaláctico, fundamentalmente está constituido por hidrógeno y helio.  Su composición es un poco distinta al gas de las nebulosas, como podemos observar. Está muy diluido en el espacio. No se nota su presencia más que con equipos de rayos X en un espacio que se percibe frío y vacío.  No obstante, la masa total de este gas es mayor que la de las galaxias existentes. Tiene 15 veces más masa que ellas.

Es justo decir que las estrellas nacen de las nebulosas y que las explosiones de estrellas generan nebulosas. Todas absolutamente todas las estrellas nacen dentro de una nube de gas y polvo. Algunas nebulosas pueden generar cientos o miles de estrellas.[101] No obstante, no toda nebulosa genera una estrella, para ello debe de tener una masa crítica para que se contraiga (se le llama masa de Jeans por el científico que la calculó). Por su luz, las nebulosas pueden ser: de emisión (cuya radiación proviene del calentamiento de su polvo y gases provocado por una estrella cercana muy caliente), de reflexión (que reflejan la luz de estrellas cercanas, pero poco calientes), las nebulosas oscuras o de absorción (poseen poca luz y luchen como manchas oscuras). Se deben de distinguir dentro de estos grupos a las nebulosas planetarias que son la fase final de la evolución de las estrellas semejantes al Sol.  Ellas son nebulosas de emisión cuyo gas brilla por la iluminación que produce una gigante roja. Son pequeñas y poco brillantes. Su nombre se debe a que su forma asemejaba a la de un planeta gigante.[102] Justamente los hermanos Herschel las descubrieron y pensaron de manera errónea que eran planetas.

Las galaxias son conjuntos de gas, polvo, cuerpos ultradensos, estrellas con sus respectivos sistemas planetarios y materia oscura que están ligados a una órbita común por la fuerza de gravedad.

La vía Láctea

 

El hombre al principio sólo conocía una galaxia, la suya: la Vía Láctea. Las culturas antiguas la llamaron de diferentes formas. Por ejemplo, en China se le llamó Tian Ho (el celeste río amarillo). La asociaron con distintos mitos. Fue común pensarla como un río celeste, como ocurrió con egipcios, indios, chinos, japoneses e incas.

 Anaxágoras -y el pueblo griego en general- la llamó Gala (que significa leche en griego) y Eratóstenes galaxia. Los romanos la llamaron Vía Láctea. De fondo está el relato mítico que contaba que Heracles estaba siendo amamantado por Hera cuando éste escupió la leche y formó en el cielo dicha mancha. Pero también circulaba otro mito entre los griegos de que la Vía Láctea fue el resultado de un accidente que tuvo Faetón, el hijo de Helios y Climene, la oceánide. Para demostrar que era su hijo dado que se le había ocultado su identidad, usó el carruaje de su padre, pero perdió el control, provocando incendios en la Tierra y haciendo peligrar el Cielo. Zeus para evitar una mayor tragedia tiró al carruaje con un rayo al río Eridano, donde se ahogó Faetón. Sin embargo, fue resucitado por los dioses y convertido en Cisne.[103] Fue un mito bastante popular en el Renacimiento y el Barroco, pese a que hoy esté olvidado.[104]  Los griegos la asociaron a rastros de ceniza o leche, como podemos observar.  Veamos ahora un ejemplo oriental. Los japoneses míticamente relacionaban a la Vía Láctea con sus ciclos agrarios y una historia de amor. Todo empezó con el enamoramiento entre Orihime, la hija del dios supremo de los cielos y un campesino llamado Hikobushi. Ellos abandonaron sus labores. Ella dejó de tejer y él de cultivar el campo. El dios supremo los separó con el Gran Río (la Vía Láctea) y les permitió verse una vez al año. Pero la Vía Láctea no sólo se limitó a explicarse genéticamente mediante mitos, también se asoció con las almas de los muertos -las estrellas constituyendo almas o las almas residiendo en el plano estelar- y con muchas peregrinaciones religiosas en varias culturas.  Unas de las pocas personas que atribuyeron en la antigüedad una explicación racional a la Vía Láctea fueron Anaxágoras y Demócrito, quienes creyeron que ella era en realidad un conjunto de muchas estrellas pequeñas que aparentaban ser un solo conjunto de luz. Paradójicamente la explicación aristotélica se impuso por siglos. Ésta proponía que la Vía Láctea era un fenómeno de combustión que ocurría en el mundo sublunar que inflamaba y desintegraba el aire debido a un conjunto de comentas. Aunque, afortunadamente tuvo algunos oponentes. Tolomeo pensó que era una especie de cinturón en el cielo.  Los árabes retomaron la herencia de ambos. Creían que el universo se dividía en un mundo sublunar y supralunar, y a la vez usaban las observaciones tolemaicas. No crearon una concepción nueva del universo y la Vía Láctea. Avempace llegó a pensar lo que lo que ya había dicho Anaxágoras y Demócrito, que la Vía Láctea era la luz fusionada de varias estrellas, pero consideró que este fenómeno se daba a nivel supralunar.  Averroes consideró que la Vía Láctea era la mezcla del aire inflamado del que hablaba Aristóteles con la luz de las estrellas.  Nasir al Din Al Tusi, el astrónomo árabe más importante, apoyó la tesis de Avempace, de que la galaxia era la mezcla de muchas estrellas pequeñas. Algo similar sucedió en la Europa Medieval. San Alberto Magno creyó que las Vía Láctea era un cúmulo de estrellas y la sitúa en la misma esfera de las estrellas.  Fue hasta el siglo XVI que se impuso la explicación estelar de la galaxia sobre la aristotélica. Gerolamo Cardano fue uno de los principales responsables de este cambio, quien postuló que la Vía Láctea tenía que estar en la esfera de las estrellas por su inmutabilidad y que ella no estaba iluminada por el sol. Luego la revolución copernicana heliocéntrica colaboró a este cambio. Fue apoyada por Giordano Bruno, Digges, Gilbert, Kepler, Tycho Brahe, Galileo. Lo cierto es que nuestra galaxia era pensada como una estructura ajena a nuestro planeta.  Fue hasta el siglo XIX que William Herschel se percató de que nuestro Sol pertenecía a la Vía Láctea.

 Después, el ser humano descubrió muchas galaxias más cuando inventó el telescopio. Pero fue hasta el siglo XX cuando se dio cuenta que esas cosas que captaban eran efectivamente otras galaxias y no nebulosas u otras estrellas. La hipótesis había sido propuesta por Emanuel Kant ya en el siglo XVIII, quien consideró a algunas de las nebulosas del cielo “universos islas”, es decir, otras galaxias. La idea de Kant no era original, se había basado en la propuesta del astrónomo inglés Thomas Wright, que en su libro An Original Theory or new hypothesis of the universe, había propuesto la idea de un universo esférico en el que la Vía Láctea es una concentración plana de estrellas y que existían otras concentraciones similares. En la Academia Nacional de Ciencias localizada en Washington el 26 de abril de 1920 se dio el gran debate entre los astrónomos Harlow Shapley (quien sostenía que existía una sola galaxia en el universo) y Herbert Curtis (quien sostenía que había otras galaxias). El debate fue llamado “La escala del universo”. La evidencia científica, años después, le dio la razón a Curtis.   Hoy en día la podemos ubicar en la bóveda celeste en el hemisferio norte como una franja blanquecina cuya mayor parte corre desde la Constelación del Cisne hasta la de Sagitario.  A simple vista en el cielo se captan otras tres galaxias. En el hemisferio Norte Andrómeda y en el hemisferio sur la Nube de Magallanes (que está formada por dos galaxias).   Sabemos que nuestra galaxia tiene forma de espiral, que su disco tiene un diámetro de 100 mil años luz con un espesor de 1000 años luz. Se sabe que hay dos tipos de estrellas en nuestra Vía Láctea, las de tipo I, que son jóvenes y se encuentran en los brazos de su espiral, y las de tipo II, que son viejas y se encuentran en su bulbo y halo. [105] Nuestro sistema solar se encuentra a 26 mil años luz del centro de la galaxia en uno de sus brazos.  En torno a dicho centro hay alrededor de 150 a 200 cúmulos globulares que son sistemas de estrellas que por fuerza de gravedad conforman una enorme esfera con una alta densidad de estrellas en su centro.[106]

Por su forma, las galaxias son distintas.  Su tamaño es variable. Existen miles de millones de ellas. La primera clasificación de galaxias la hizo Edwin Hubble. Las dividió por su forma en tres tipos:  elípticas, espirales, lenticulares e irregulares. Las primeras tienen forma de esfera o de elipse con un núcleo brillante.  Las espirales tienen forma de discos aplanados que forman espirales. Tienen un bulbo y brazos como de rehilete.  Las lenticulares son intermedias entre la forma de una elíptica y la de una espiral. Las irregulares son generalmente pequeñas y poco comunes, su forma no sigue ningún patrón claro.  Cerca del 90% de las galaxias son espirales o elípticas; la minoría es irregular. El porqué de su forma todavía no queda clara. La hipótesis respecto a las galaxias es que la materia oscura es la razón por la cual tienen su forma.

El movimiento de las galaxias es algo que todavía se estudia saber exactamente cómo se da y qué relación tiene con el origen del universo. Es relativamente frecuente que lleguen a chocar entre sí. Hoy en día se ve la influencia que tiene la materia oscura en dicha dinámica. Una teoría que explica esto es la MOND (Modified Newtonian Dynamics), que propone una modificación de la segunda ley de Newton para explicar la velocidad de rotación de las galaxias, la inexistencia de la materia oscura y que los movimientos de las galaxias de forma extraña se deben al a desviación de la luz producida por un efecto óptico provocado por la fuerza óptica a grandes distancias; otra es la teoría del todo (que supondría que nuestro universo interactúa con otra especie de universo, que en realidad es parte de nuestra realidad sólo que no es tangible).[107]

Las galaxias suelen agruparse en grupos (a veces en subgrupos), cúmulos (que son colecciones de galaxias que conforman objetos autogravitantes) y éstos forman supercúmulos (que son cúmulos de cúmulos que forman grandes filamentos de 300 millones de años luz.[108] Se sospecha que los supercúmulos puedan agruparse en hipercúmulos. Cuando un cúmulo se forma son usuales las colisiones entre galaxias; cuando el cúmulo está bien formado son muy inusuales. Las colisiones destructivas son todavía más raras.   Ellas, por lo general, son constructivas, producen el surgimiento de nuevas estrellas (por la mezcla de gases) y a veces de nuevas galaxias. Así es, también algunas galaxias llegan a fusionarse. Se observa en el caso de la galaxia IC 1182, que es una colisión de dos galaxias que están en avanzado estado de fusión. Eso se cree que le va a pasar a la Vía Láctea con Andrómeda dentro de varios millones de años. Existe un catálogo de cúmulos de galaxias que hizo George Abell que publicó en la década de los cincuenta del siglo XX. Hoy en día ahí están censados 4073 cúmulos.[109]

Materia y energía (ordinarias y oscuras)

 

Los cuerpos que se observan en el universo constituyen la materia ordinaria que vemos. Por materia ordinaria entiéndase la materia visible, aquella que captamos de manera directa y que está en alguno de los cuatro estados que manifiesta: sólido, líquido, gaseoso y plasma. También se le llama materia bariónica. El 5% del lo que existe en el universo es materia de este tipo, mientras que el 27% es materia oscura y el 68% restante energía oscura.[110]

La materia oscura es una forma de la materia poco conocida. Es invisible, interacciona poco con la materia ordinaria y consigo misma, pero, es detectada por sus efectos gravitatorios. En un principio se postuló la hipótesis de que era materia que cuya presencia era imposible detectar por alguna razón o bien que las fórmulas de las leyes de Newton no sirvieran para predecir los movimientos galácticos. Está distribuida de manera no homogénea en el universo. Forma grandes nubes de densidad variable dentro y alrededor de las galaxias, y a veces, se le encuentra en sitios del universo que aparentemente están vacíos. Es un 27% de del total del contenido del universo, un 95% de la materia existente. Está hecha de partículas elementales o cuasielementales, pero realmente no sabemos qué es. Algunos sospechan que está compuesta de neutrinos, otros de otras partículas que no conocemos. Los modelos de partículas que mejor resultado han tenido son las WIMPs las Weakly Interacting Massive Particles (partículas masivas con interacción débil) que tiene 10 a 1000 veces el tamaño de un protón y sólo la fuerza nuclear débil, no tienen por lo tanto carga eléctrica. Una partícula teórica que podría servir como un WIMP es el neutralino. Otros proponen una partícula subatómica llamada axión que es más ligera que un neutrino.  Y más pequeña que un electrón. Otros hablan de una modalidad de materia distinta a las WIMP, las MACHO, es decir, Massive Compact Halo Objects (objetos del halo compactos y masivos).  Estos MACHO estarían compuestos por estrellas enanas marrones que son pequeñas, como del tamaño de Júpiter y que no alcanzan a encender reacciones nucleares.[111]

Así que la materia oscura puede que esté constituida de una de esas posibilidades.  Se están diseñando experimentos para identificar las partículas que componen a la materia oscura.

Un ejemplo para ilustrar la presencia de la materia oscura sería el siguiente: de una galaxia ordinaria, los cálculos científicos muestran que el 10% es materia visible y el 90% materia oscura. Los porcentajes pueden variar, pero siempre es con una abrumadora mayoría de materia oscura por encima de la visible. Aunque el descubrimiento es nuevo, el concepto de materia oscura ya había sido propuesto por el físico Fritz Zwicky en 1933, quien concluyó la existencia de materia al estudiar a Cúmulo de Coma. Fue hasta los años 70 que Kent Ford utilizaron un espectrómetro de alta sensibilidad que demostró la existencia de este tipo de materia. Vera Rubin, además, demostró que en las galaxias hay más masa de la que se ve y esto se calculó a partir de la curvatura de la luz. En un estudio del 2006 respecto a los movimientos de los cúmulos de estrellas, específicamente el cúmulo de Bala, se encontró a dos cúmulos galácticos cuyas nubes de gas se había separado de sus galaxias y que estaban en un proceso de colisión. Con los telescopios Hubble, el europeo del hemisferio Sur y el telescopio de Magallanes se pudo estudiar el supuesto fenómeno óptico de desviación de la luz producido por las nubes de gas el gas que rodean a las galaxias. Las fotos generadas ponían una mancha sobrepuesta a los lados y rodeadas de por óvalos que representaban donde había cantidad mayor de materia. Tales manchas estaban en las zonas de las galaxias y separadas de las nubes de gas. Esta observación demuestra la existencia de la materia oscura para muchos físicos.[112] 

La energía ordinaria que existe en el universo se capta en la luz de las estrellas, pero también en los rayos cósmicos.

La luz se puede definir como la radiación electromagnética que es captada por el ojo humano. Algunos rangos de esa radiación son imperceptibles para el hombre, pero los captan otros animales. Hay otros rangos que no capta ningún ser vivo. Está constituida por unas partículas elementales denominadas fotones.[113]  A los fotones Albert Einstein les llamaba cuantos de luz. Estas partículas no tienen masa, ni carga eléctrica, ni se desintegran en el vacío.[114] No tiene una forma que se pueda asociar claramente con nuestra experiencia sensible. Viajan a una velocidad de 300 000 kilómetros por segundo en el vacío. Esa es la velocidad límite a la que pueden viajarse en la naturaleza y los fotones pueden hacerlo justo porque su masa es nula. Hipotéticamente existe una partícula que puede superar la velocidad de la luz. Se llama taquión. No se ha encontrado evidencia experimental de su existencia.[115]

Volviendo a los fotones, he de decir que no pueden ser frenados, existen sólo en movimiento. Ellos son producidos por cargas eléctricas en movimiento. Generan fuerzas eléctricas y magnéticas.  Es decir, el fotón no es la onda eletromagnética, pero sucede con ella. La luz cuando viaja por el espacio se comporta como onda y cuando interacciona con la materia se comporta como partícula.

Antiguamente se creía que la luz era un fenómeno provocado por los ojos. Era una emanación que salía de ellos y chocaba con las cosas. A esta explicación se le ha llamado teoría pitagórica de los rayos táctiles. Estuvo vigente en Occidente por más de 1500 años. En el mundo árabe fue criticada por Abu Ali ibn al-Hasan ibn al Haitham, mejor conocido como Al-hazán (ca. 965-1040). Demostró que la teoría de los rayos táctiles estaba mal. Concluyó que la luz venía de los objetos a los ojos y no al revés.  Poner una lupa en el Sol frente a un papel es la sencilla demostración de que ella no proviene de nuestro sentido de la vista. Igualmente, la construcción de una cámara oscura es la demostración de que la luz es externa al sujeto. La teoría nueva que sustituyó a esta explicación se llama óptica geométrica.  Permite predecir el comportamiento de la luz proyectada por un cuerpo luminoso sobre otro opaco, aunque no explique su estructura.  Asume que ella envía rayos. Esos rayos se reflejan (cambian de dirección) y se refractan (cambio de dirección y velocidad de la luz al pasar por un medio como el aire o el agua). En siglo XVII también se discutió si su naturaleza era la de un corpúsculo (así lo creía Newton) o la de una onda (así lo creyeron Robert Hooke y Hans Cristian Huygens). Cabe mencionar que Huygens estudiaba fenómenos de refracción atmosférica:  los espejismos, el parpadear de las estrellas o la deformación del disco del sol o de la luna cuando están cerca del horizonte. En el siglo XIX el físico francés Jean B. Foucault pudo demostrar que la velocidad de la luz se retrasaba en el agua 33% respecto al agua. Algunos consideraban que existía un medio invisible del desplazamiento de esas ondas al que llamaron éter. Así que se desechó la teoría corpuscular de la luz. Ya luego se determinó que esas eran ondas de una fuerza electromagnética y se demostró que no existía el éter.  Se sabe que la luz se produce cuando hay el desplazamiento de cargas eléctricas.  Esta teoría electromagnética de la luz resucitó la teoría corpuscular de la luz que mostraba que ella también se comportaba como gránulos continuos, como sucede con la impresión de la luz en una placa fotográfica. La radiación se comporta como un gránulo (con dirección definida) y no como una onda. Hoy en día se asume su doble naturaleza: de corpúsculo y de onda.[116]

En el caso de la luz emitida por el Sol, se sabe que ella llega en 50% luz infrarroja, un 40% luz visible y un 10% luz ultravioleta. Esta última es filtrada por una capa de la atmósfera llamada ionósfera.[117]

Los rayos cósmicos constituyen una radiación que viene del espacio, en parte de nuestro Sol y de más lejos, especialmente de ahí. Están constituidos por una diversidad de componentes: rayos X, rayos gamma, protones, neutrones, electrones, partículas alfa, mesones, neutrinos, muones, etc. La mayoría de estos rayos vienen de la constelación de Centaurus, donde hay una galaxia de núcleo activo que los emite. También provienen en algún porcentaje de las explosiones de las supernovas.  También pueden provenir de nuestra galaxia. En general son provocados por un evento astronómico sumamente energético que lanza núcleos atómicos a altas velocidades y que impactan contra la atmósfera, la cual, los detiene. Esto hace que los gases de las capas superiores de la atmósfera se destrocen y sean reabsorbidos por otros átomos de otros gases y se vuelvan isótopos que fluctúan entre el nitrógeno 12 y el carbono 14.  Éste último es asimilado por los serse vivos. Esto es lo que permite la datación de sus fósiles, ya que tiene un periodo de desintegración de 5730 años. La radiación cósmica está formada fundamentalmente en un 98% por protones y partículas alfa (núcleos de átomo sin sus electrones que tienen dos neutrones y dos protones), y en un 2% por electrones y partículas pesadas ionizadas.[118] Siendo más preciso se suele hablar de dos tipos de radiación cósmica: la primara (compuesta por las partículas que vienen del espacio exterior) y la secundaria (que genera nuevas partículas en la atmósfera y que descienden hasta el nivel del mar).[119] También se puede hablar de radiación cósmica galáctica (que proviene de fuera de nuestro sistema solar) y radiación cósmica solar (que proviene de nuestro sol, especialmente de sus ráfagas).[120]   

En el espacio esta radiación viaja a altas velocidades, incluso casi al 90% de la velocidad de la luz. Ella choca contra muchas moléculas que hay en el medio interestelar y rompe a los átomos que hay de carbono, nitrógeno, oxígeno y hierro. Los transforma en elementos ligeros: litio, berilio, boro.[121] Esta radiación es repelida en parte por el campo magnético de la Tierra, por el viento solar y la atmósfera terrestre, de tal manera que la radiación que llega al nivel del mar es mínima y compatible con la vida.

Los rayos cósmicos fueron descubiertos en 1912. Fueron descubiertos porque en 1785 los científicos detectaron una corriente eléctrica en la atmósfera. Entre 1911 y 1913 el físico austriaco V.F. Hess hizo varios experimentos en globos aerostáticos con unos aparatos llamados electroscopios (que medían la carga eléctrica en el cielo). Ya había un precedente anterior de este fenómeno detectado por otros físicos, algunos pensaban que el fenómeno se originaba en la Tierra otros en el espacio. Finalmente se confirmó que provenía del exterior.  R. A. Millikan lo confirmó y en 1926 bautizó al fenómeno como rayos cósmicos.[122]

La energía oscura es una especie de energía que se encuentra en el espacio en regiones donde aparentemente hay vacío e incluso entre los cuerpos. Es un campo que llena al universo con una densidad mínima, pero su distribución es uniforme, al parecer. Se calcula que en la Tierra hay 7 mg de energía oscura.  Esta energía representa el 68% del contenido del universo.  Es un tipo de energía detectado en 1998 cuando se estaba estudiando la aceleración del cosmos. Ese efecto no lo puede causar ni la materia ni la energía ordinarias.  No se sabe su origen.

El origen del universo

 

 Desde la antigüedad hasta la actualidad han surgido muchas explicaciones de carácter mitológico, religioso y científico, algunas de ellas peleadas y otras en consonancia.  Una explicación que se solía dar desde el sentido común es que el mundo era un plato que tenía una bóveda fija inamovible. No obstante, si la Tierra fuese redonda, eso implicaría que ésta estaría rodeada por la esfera del universo. Eso constituiría un asunto de máximo interés para el hombre, según cuenta Isaac Asimov.[123]  Ahora bien, redonda o no, el universo siempre fue objeto de estudio para el ser humano desde que tenemos noticia y seguramente desde la Prehistoria.

En Occidente han existido dos grandes teorías científicas respecto al origen del universo: una que sostiene que el universo es estático (teoría del universo estacionario) y otra que dice que éste tuvo un origen a través de una gran explosión (teoría del Big Bang).  Ambas visiones tienen sus antecedentes en el modelo aristotélico de un universo estático y eterno, y el modelo agustiniano de un universo creado por Dios.

Aristóteles pensaba en un universo eterno en el que la Tierra estaba en su centro. Para él ya era redonda. A diferencia del argumento religioso de los pitagóricos quienes también la consideraban redonda por ser la esfera la figura perfecta en el cosmos, el Estagirita la consideraba redonda por razones empíricas: porque la sobra de la Tierra se proyectaba circular en los eclipses lunares y porque la estrella polar parecía cambiar de posición cuando se veía desde el Sur que cuando se veía desde el Norte en los barcos griegos.  Luego, Ptolomeo completó el modelo aristotélico, quien consideró que alrededor de la Tierra había ocho esferas que transportaban a la Luna, el Sol, los cinco planetas conocidos en aquel entonces (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno) y una última que contenía a las estrellas.  Para Aristóteles tanto la Tierra como las estrellas eran inamovibles. Todos los demás cuerpos celestes eran los que se movían.  La tradición cristiana asumió dicho paradigma, pero asumió la herencia oriental proveniente de los hebreos, egipcios y mesopotamios de que la Tierra era un cuerpo plano.

 Dicho paradigma permaneció prácticamente sin cambios hasta 1514 cuando Nicolás Copérnico propuso que el Sol era el centro del universo mientras que la Tierra y los demás planetas giraban en torno a él en órbitas circulares.   Tan sólo había un antecedente a Copérnico que era Aristarco de Samos, quien postuló que la Tierra giraba alrededor del Sol, el cual era un cuerpo estático en su opinión. Éste había propuesto que la Tierra giraba alrededor del Sol, pero los demás planetas alrededor de la Tierra. Dicha idea heliocéntrica fue reforzada por las observaciones telescópicas de Galileo, quien al observar que las lunas de Júpiter se movían alrededor del Sol constató que era posible que no todo cuerpo girara en torno a la Tierra y que ésta podría girar alrededor del otro cuerpo celeste. La invención del telescopio fue fundamental para el desarrollo del conocimiento del universo.  Aunque en estricto sentido no inventó el telescopio, pues los holandeses ya los habían inventado y desde el siglo XIII se sabe había catalejos, la aplicación astronómica surgió con él y con Thomas Harriot.

Ahora abordaré la otra perspectiva de un universo originado, la de San Agustín. Aunque también había heredado el modelo aristotélico-ptolemáico, se le ocurrió la genial idea de que éste tuvo un comienzo. Se basaba por supuesto en el libro del Génesis para sostenerlo. Pero lo justificó con un argumento racional y no solamente con un acto de fe meramente de autoridad basado en la Biblia. Él se daba cuenta de que la civilización estaba progresando y que ese dinamismo implicaba un origen en el cual hubiera surgido el hombre y, también, quizá el universo. El obispo de Hipona calculó que esto había ocurrido 5 mil años antes de Cristo.

Esta última teoría es relativamente reciente en la ciencia. Surgió a partir de las observaciones astronómicas de Edwin Hubble, quien en 1929 se dio cuenta que el universo no era estático, pues las galaxias se alejaban de la nuestra en un movimiento ordenado y proporcional, aunque en realidad, el verdadero fenómeno es que todas las galaxias de alejan unas de otras. Hubble no se atrevió a postular una explicación. Prefirió que la hicieran los físicos teóricos. Él, junto con su asistente, Milton Humason, realizaron con mucho detalle el seguimiento de dichos desplazamientos. Es interesante la biografía de Humason, pues fue una persona de escasa educación que llegó hasta la secundaria. Se vinculó con el observatorio en el que trabajó desde su construcción. Él fue mulero para llevar materiales al sitio, luego trabajó ahí como portero y fue subiendo de rango por su interés en la cosmología y su metodicidad. Al grado que se convirtió en el asistente persona de Hubble en el turno de la noche. Así que muchas de las observaciones de la expansión del universo fueron hechas por él.

Sin embargo, el físico temerario que postuló un origen del universo a través de una gran explosión fue George Lemaître, quien era astrónomo y sacerdote.   No sólo se basó en Hubble, sino también las ecuaciones de Einstein y los cálculos de Sittle. Cabe mencionar que la tesis había sido concebida por el físico ruso Alexander Friedmann, quien había hablado de una creación del universo, pero murió antes de poder desarrollar bien su teoría.[124] Así que Lemaître quedó como el creador de dicho modelo.  A la par, otro físico, Arthur Eddington corroboró las tesis de Lemaître de la expansión del universo. Ambos postularon dicho modelo dinámico que posteriormente fue conocido como modelo Lemaître-Eddington. Eso rompía con el modelo estático del universo, que era considerado el único posible. Éste fue propuesto por Hermann Bondi, Thomas Gold y Fred Hoyle en los años cuarenta y lo consideraron un principio cosmológico que suponía un universo uniforme a través de todo el espacio (esto no debe de confundirse con la constante cosmológica postulada por Einstein).  Ellos aceptaban el movimiento de aparente expansión del universo detectado por Hubble, pero lo explicaban diciendo que el universo eternamente estaba creando materia y galaxias.   Ellos denominaron a su teoría como modelo del universo estacionario. También es conocido su modelo como el de la creación continua.  Dicho modelo había sido elaborado previamente por el físico James Jeans.[125]El modelo Lemaître-Eddington también rompía con otro modelo que entendía al universo como algo plano, que posee un equilibrio entre su tendencia a expandirse y contraerse gravitatoriamente y sin curvaturas: el modelo de Einstein-De Sitter.[126]

Contrariamente al principio cosmológico, en 1931 Lemaître publicó un artículo “El universo en expansión” en Monthly Notices of Royal AStronomical Society en el que postuló la hipótesis de un proto-universo del que surgiera la energía de universo y se condensara en materia. Incluso le llamo “huevo cósmico”. En 1946 esta hipótesis del Big Bang se vio reforzada por otra hipótesis: la de una radiación fósil detectable de dicha gran explosión.  La idea de fondo es que no hubo tiempo para que el calor fluyese de una región a otra del universo primitivo, y por lo tanto,  su temperatura tenía que haber sido igual en todas partes y es la razón por la cual la temperatura de esa radiación iba a ser la misma.[127] La idea fue propuesta por el mismo Lemaître y fundamentada fuertemente por el astrónomo George Gamow, estudiada por Philiph J.E. Peebles y, luego, confirmada la existencia de susodicha radiación en 1965 por los astrónomos Arno Penzias y Robert Wilson. Cabe mencionar que el nombre de “teoría del Big Bang” fue acuñado por Gamow y   popularizado por Fred Hoyle en un programa radiofónico cuando habló en contra dicha teoría para defender la teoría del modelo estacionario. Es curioso que los astrofísicos experimentales no buscaron dicho tipo de radiación por falta de comunicación con los físicos teóricos.[128] En fin, lo que Penzias y Wilson captaron accidentalmente fueron unas microondas que apoyaban la tesis de la explosión, así que también se le ha llamado a esto: radiación del fondo cósmico de microondas.  Ellos estaban trabajando en un nuevo tipo de antena para los laboratorios Bell. Ellos estaban tratando de corregir la estática que se producía en las comunicaciones de los barcos con las estaciones de tierra.  Así que se diseñó un nuevo tipo de antena que podía distinguir de dónde provenía la estática. Dicho aparato fue diseñado por Karl Jansky. Sin embargo, parecía haber un defecto porque seguía captándose un ruido que interfería con la señal de la antena. Tras estudiarlo, se dieron cuenta que era la radiación de fondo microondas del Big Bang.  Esa radiación de fondo se deducía porque el universo en un principio, cuando todo estaba muy junto y en expansión generó una liberación de electrones que no fueron captados por ningún átomo una vez que el universo era más grande y frío. Eso implica una radiación de fotones que surgió desde el inicio y que perdura en la actualidad.

Este fue el descubrimiento de una radiación electromagnética atribuible al big bang. Eso es la radiación de fondo cósmico.[129]  No se debe de confundir con otro fenómeno parecido, pero distinto que es el de las ondas gravitacionales. Éstas son perturbaciones gravitatorias en el continuo espacio-tiempo producidas por un cuerpo masivo acelerado y que lo hacen a la velocidad de la luz.[130]  Shahen Hacyan las define como olas en el espacio tiempo que se propagan a la velocidad de la luz.[131]  Son ondas que no se pueden captar como el sonido o la luz de manera directa, ya que son muy débiles. Einstein incluso murió sin saber si ellas eran reales o no. Ellas son captadas por aparatos especiales. Joseph Weber emprendió la proeza de diseñar una máquina que detectara dichas ondas.  En 1969 lanzó un artículo en el que afirmaba haberlas detectado. Pero no gozó de credibilidad por la falta de precisión de su aparato. Sin embargo, despertó el interés de la comunidad científica. Se diseñaron varios aparatos que terminaron en fracaso. Pero hubo uno que logró el éxito en E.U.A. Se llama LIGO. Costó mil millones de dólares. Consta de do detectores separados en dos extremos opuestos de Norteamérica: uno en Livinsgton, Luisiana y el otro en Hanford, Washington. Se abrió en 2002 y estuvo abierto hasta 2010 en una fase experimental que llevó a su mejoramiento para hacerlo más sensible.  Fue reabierto en 2015. El 14 de septiembre de ese año, antes de la inauguración, los detectores LIGO captaron en GW150914 una señal de unas ondas gravitacionales.  Fue una vibración que duró unas cuantas décimas de segundo.  Correspondí al choque de dos hoyos negros.  En 2017 se instaló otro detector, el Virgo, en Italia.  Éste el 17 de agosto de ese año detectó el choque de dos estrellas de neutrones.  Ahora está el proyecto de poner detectores en el espacio por parte de algunas naciones.

 Los eventos que producen ondas gravitacionales son: el big-bang, la colisión de hoyos negros, la colisión de estrellas neutrones, la explosión de supernovas, los pulsares, los sistemas binarios de estrellas y pulsares. Así que varios equipos de científicos diseñaron modelos matemáticos para describir el comportamiento de las ondas de esos tipos de fenómenos y que pudieran ser utilizados por ese aparato.  Aunque las ondas gravitacionales de la gran explosión no fueron captadas en realidad por Penzias y Wilson, si captaron ondas del espacio que condujeron al estudio de las ondas gravitacionales.

                Vuelvo propiamente al big bang. Además de la radiación de fondo, la existencia de tanto hidrógeno en el universo sugería que éste había contenido una gran cantidad de radiación con una temperatura muy elevada. Se sospechaba que dicha radiación no podía ser homogénea absolutamente, de lo contrario las estructuras del universo jamás se habrían formado. Tales picos de la radiación habían sido predichos teóricamente en los años 70 por los astrónomos Sakharov, Peebels y Yu. Sunyaev y Zeldóvich. En 1992 el Satélite COBE detectó fluctuaciones en la radiación de fondo, que eran variaciones minúsculas de temperatura. Ya a nivel macroscópico hay lugares más calientes y más fríos en el universo. El mapa de estas fluctuaciones fue perfeccionado por el satélite europeo Planck y que no sólo nos muestra al universo actual, sino a las densidades del universo primitivo. Se observa que en hace 380 mil años después del Big Bang era casi homogéneo. Esa es la foto más antigua del universo que se tiene. Todo apuntaba a la gran explosión.  También se sabe que el papel que tuvieron la materia y energía oscuras en el agrupamiento de las cosas que existen fue importante.  La materia permitió la cohesión de las estructuras que se formaron.  En las recreaciones computarizadas aparece agrupada en forma de filamentos, como un amasijo de telarañas. Su desplazamiento se sabe que no fue próximo a la velocidad de la luz. La energía obscura participó de la aceleración de la expansión del universo.  Se sabe que hace 4 mil millones de años empezó la aceleración del universo.

Con tales evidencias, la idea de un universo estático ha sido abandonada por la mayoría de los físicos actuales.  Antes de eso, en los años cincuenta, hubo una gran polémica porque para muchos la idea de una gran explosión era una hipótesis religiosa que científicamente reforzaba la explicación cristiana San Agustín y reforzada por Santo Tomás de la creación divina del universo. Pero, la evidencia empírica despejó las dudas.

Cuenta el geofísico Robert M. Hazen respecto al Big Bang: “Ese momento de creación sigue siendo el más elusivo e incomprensible, el evento más definitivo de la historia del universo. Se trató de una singularidad: una transformación de nada a algo que sigue estando fuera del alcance de la ciencia moderna o de la lógica de las matemáticas. Si buscas indicios de un dios creador en el cosmos, el Big Bang es el lugar indicado para empezar”.[132]

                Desde una perspectiva similar dice Trinh Xuan Thuan que la materia del universo surgió de la energía del vacío.[133] Pero, como dice Hazen, incluso la idea del vacío se queda corta, porque antes del universo no había nada: ni volumen, ni tiempo, ni nada que contuviera al vacío.  Tampoco la idea de explosión es muy acertada. Según Antonio Lallena, es más correcta la analogía de hacer un pan de pasas, que al elaborarlo la levadura hace que la masa se expanda siendo las galaxias las pasas que se irían alejando unas de otras conforme crece la masa del pan.[134] Otra analogía que maneja National Geographic en su documental Ciencia al desnudo: el Big Bang es la de un fuelle que lanza aire, pues desde un punto minúsculo se expande todo el aire, y así de manera análoga el universo se expandió.[135]

 Revisemos cómo fue el proceso. En un principio existía el vacío. En un sentido filosófico se entiende como la ausencia absoluta de materia y energía. Sin embargo, esa nada no existe.  Lo que hay es un vacío cuántico. Este es el vacío que realmente existe. Se refiere a un estado de mínima energía que puede tener cualquier sistema físico. La energía que hay en ese vacío permite la formación de partículas que se reintegran a dicho vacío y que se explica por las leyes cuánticas.[136]  Para Parménides el no-ser (otra conceptualización del vacío) no existía. Tampoco existía en el mundo sublunar de Aristóteles. En su lugar existía el éter. La idea de este fluido invisible perduró hasta que la física contemporánea no fue necesaria con la teoría de la relatividad de Einstein y los experimentos previos que hicieron en los siglos XVIII y XIX por medir al éter James Bradley (quien trató de hallar si el éter se pegaba al planeta o generaba un tipo de viento) y con la existencia de que la luz se desplaza a la misma velocidad en todas direcciones sin que exista una sustancia que la altere (Albert A. Michelson y Edward W. Morley).[137]

En términos de física cuántica el vacío no es exactamente la ausencia absoluta de ser. Es la ausencia de materia y energía en un sentido no tradicional. Es como una especie de mar invisible sin espacio ni tiempo en el que las partículas y las antipartículas se creaban y destruían espontáneamente.

De repente, en un instante, surgió todo lo que existe y podría existir en un punto más pequeño que el núcleo de un átomo. Fue energía pura que se expandió rápidamente sin que existiera absolutamente nada. Fue una cosa que sucedió en fracciones de tiempo menores a un segundo. Según Steven Weinberg sólo se puede saber con cierta certeza qué pasó en la primera centésima del big bang.[138] Se sabe que, en el momento más remoto de la gran explosión, a los 10 segundos elevados a menos, el universo tenía el tamaño de una partícula elemental.[139] En un primer instante se generaron la luz y la supergravedad que era una única fuerza que dominaba la naturaleza (de ella se desprendieron las actuales). De ella se desacopló la fuerza nuclear fuerte. Comenzó la Inmediatamente vino la inflación. El físico Allan Guth postuló la hipótesis de una sustancia primigenia bastante inestable que llamó “inflatón” de la cual surgieron todas las partículas ahora conocidas. Ella llenaba al cosmos uniformemente, permitiendo su expansión extraordinaria. El  inflatón es una especie de campo que tiene un perfil parecido al de Higgs; constituyó un falso vacío  en que el que energía no es la mínima posible pero se acerca a los valores cercanos a cero. Así pues experimentó una gravedad repulsiva que lo expandió.[140] Al terminar la inflación se desacopló la fuerza nuclear débil. Ese fenómeno arrancó pares de partículas y antipartículas que se desprendieron del vacío. Gracias a un experimento hecho con el proyecto ALICE del gran colisionador de hadrones sugiere que el universo en un primer momento fue líquido de una viscosidad extremadamente baja que contenía quarks[141] y gluones. Pero además fue caliente y muy luminoso.  Luego los quarks se agruparon en protones y neutrones. Éstos a su vez formaron bariones y antibariones que surgieron de una manera asimétrica. Un barión es una partícula subatómica formada por tres quarks.[142] El antibarión es una anti-partícula semejante al barión pero con carga contraria. Lo que se sabe es que dominó un desequilibrio que permitió la existencia de la materia.  Los electrones que habían surgido en el momento chocaron contra muchos positrones y en su aniquilación mutua generaron fotones de alta energía que se sumaron a los ya existentes, elevando la temperatura provisionalmente y entrando en una época de dominación de la luz (es decir, dominado por la radiación). Después vino la nucleosíntesis, es decir la creación de núcleos atómicos. Se sabe que la temperatura fue de unos 100 mil millones (10 mil cuatrillones) de grados centígrados debido al surgimiento el surgimiento de las primeras partículas: quarks, electrones y neutrinos, para luego dar pie a partículas más complejas, fotones, protones y neutrones con sus respectivas antipartículas (positrones, antineutrinos) hasta que pasados cientos de miles de años se formaron los primeros átomos que en un 92% fueron de hidrógeno con un pequeño remanente de helio 8% y litio. A este suceso se le llama nucleosíntesis, se dio aproximadamente a los 10 minutos del Big Bang. En la nucleosíntesis primordial se formaron elementos químicos básicos: isótopos de deuterio, isótopos de helio, isótopos de litio, isótopos de berilio y algunos isótopos radiactivos. Este proceso se duró solamente tres minutos.  Surgió entonces la materia y la antimateria. Pero la proporción de materia resultó ligeramente mayor y se generó un universo de materia que destruyó a la antimateria. Aunque en honor a la verdad no se sabe exactamente qué pasó, el mundo devino en lo que actualmente es. Cabe mencionar que el modelo contemporáneo del átomo está basado en Niels Bohr, quien en 1913 publicó sus investigaciones en la Philosophical Magazine bajo el título “Sobre la constitución de los átomos y las moléculas”.  Por supuesto que dicho modelo ha cambiado, pero sentó las bases para los descubrimientos contemporáneos de la estructura de la materia y el origen del universo. Se sabe que en un principio que las partículas elementales estuvieron expandiéndose, colisionando en una especie de nube luminosa y muy densa que estuvo así por miles de años.  La densidad de materia igualó a la densidad de la luz. Posteriormente vio la era de la dominación de la materia ante el enfriamiento que la expansión del cosmos generó.  La radiación dejó de ser más abundante o igual de abundante que la materia. Había muchos protones, neutrones, electrones y núcleos de helio de manera libre. El universo estaba en un estado plasmático. Los electrones se combinaron con los protones y surgieron los primeros átomos de hidrógeno y helio.  A este proceso se le llama la recombinación. Eso implicó que los electrones dejaran de andar libremente, y andar interaccionando con los fotones libremente. Así se pasó de un universo luminoso a uno transparente y menos acelerado que antes. No obstante, quedaron algunos fotones con cierto tipo de onda flotando en el universo, como testimonio de tal evento. Se forman los cúmulos que van a dar origen a las galaxias.  Esto implica la formación de estrellas en un proceso llamado reionización. Las primeras estrellas expedían luz ultravioleta que ionizó el medio intergaláctivo. Es cuando se forman los nuevos elementos químicos.  La materia y la radiación se desacoplaron, es decir, dejaron de transformarse espontáneamente una en otra. Finalmente viene un proceso de reaceleración de la expansión del universo.

La formación de átomos reagrupó a la materia, dando lugar a la aparición de estrellas y galaxias. Los primeros elementos que se formaron fueron el helio, el hidrógeno, el litio, el berilio y el boro.  Los demás elementos provinieron de la actividad química que derivó de las estrellas. Algunos elementos pesados, como el oro, no se sabe exactamente cómo surgieron, se especula que surgieron de la explosión derivada de dos estrellas de neutrones. No obstante, en nuestro Sol hay oro. Cabe mencionar que los elementos más abundantes en el universo son el helio, el carbono, el nitrógeno, el oxígeno, el neón, el sodio, el hierro y el magnesio.  

Por alguna razón, se han encontrado que las galaxias primitivas tienen cuásares en su centro. La explosión de algunas estrellas supernovas generó nebulosas, unas masas enormes de gas y polvo. Ahí se suelen encontrar fragmentos materiales con carbono, oxígeno, nitrógeno, azufre, fósforo, magnesio, silicio, hierro, aluminio y calcio, elementos que constituyen la estructura de la vida y los minerales.  Estos elementos químicos se formaron dentro de las galaxias y no en un principio por el big bang. También se formaron otros elementos químicos que, al encontrarse entre sí y colisionar entre sí generaron seguramente distintas partículas diminutas de minerales que formaban un polvo cósmico que por fuerza de gravedad generan cuerpos rocosos más compactos que apenas alcanzan el kilómetro de extensión que formaron protoplanetas o planetésimos o planetesimales (de media milla de tamaño), los cuales son cuerpos mayores que se destruyen o incrementan su masa al entrar en contacto con otros iguales, hasta llegar a formar planetoides o planetas. Un protoplaneta tarda miles de años para formarse, no se diga un planeta.  Algunas de esas formaciones rocosas no logran conformar planetas ni incorporarse a una órbita dentro de un sistema solar y tienen órbitas espaciales muy grandes, constituyendo así los cometas.

La formación de galaxias

 

También, como resultado de la interacción físico-química de las nebulosas se pueden formar planetas gaseosos y nuevas estrellas. Les nebulosas, que están hechas de polvo cósmico a muy altas temperaturas. Algunas de ellas nunca formarán una estrella, muchas otras sí. Se forma una estrella cuando las fuerzas gravitatorias de una nube generan colapso y hacen que todas las partes de la nube se acerquen más entre sí. Se enfrenta el gas caliente con el más frío resistiendo el primero a la compresión. Pero, al centro, donde la temperatura desciende notablemente -arriba de los diez grados del cero absoluto- sucede la compresión Efectivamente la nebulosa se enfría muchísimo antes de colapsarse y formar una estrella que arderá a 10 millones de grados.  Eso permite la fusión nuclear de los protones. El gas que está alrededor se caliente y vuelve brillante. Hay que considerar que la nube tiene un tamaño miles de veces mayor al de la estrella que se forma, pero la estrella tiene una densidad miles de veces mayor que la nebulosa que le da origen.

El cómo las estrellas se organizaron en galaxias no es una cosa clara. Hay dos teorías. Una postula que después de que se formaron las estrellas (la cual ha sido prácticamente abandonada), éstas formaron racimos y paulatinamente galaxias; otra propone que primero surgieron grandes aglomeraciones de materia que se dividieron en galaxias. Se cree que se formaron nubes protogalácticas que tenían su gravedad interna rotaban sobre sí mismas y al contraerse por su propia gravedad formaron una concentración de materia en el centro. Esto permitió la colisión de muchas estrellas que generaron estrellas supermasivas que estallaron como supernovas o bien la creación de estrellas de neutrones. En fin, esto pudo generar núcleos muy activos en muchas galaxias que eyectaban energía y materia. Esto coincide con lo que se observa en las galaxias elípticas y espirales.  En el caso de la vía láctea se sabe que primero se formó una grupo central con estrellas que murieron rápidamente, eyectaron material que formó nuevas estrellas y así se formaron los brazos con estrellas más jóvenes.

La observación astronómica muestra que las estrellas se crean en grupos, a veces se desperdigan y se deshace el cúmulo. Las galaxias más antiguas detectadas por los telescopios se ubican en los 480 millones de años después del Big Bang. No obstante, es posible, que existieran desde antes. Los cierto es que el movimiento de las galaxias en el principio fue muy violento y éstas crecieron rápidamente porque las más grandes iban absorbiendo a las más pequeñas.  Algunas teorías sugirieron que primero se formaron los agujeros negros antes que las galaxias; otras postularon que ellos se crearon a la par de las galaxias absorbiendo y generando materia en ellas. De hecho, es posible que toda galaxia tenga un agujero negro, aunque en muchos casos, esté inactivo.

Respecto al surgimiento de los hoyos negros en esta cosmogénesis tampoco tenemos datos exactos. En el momento del big bang era imposible. Pero en la época de reinionización que se dio 280 mil años después del Big Bang, y que se dio después de la formación de las primeras galaxias, al parecer, la teoría ya arroja la posibilidad de la existencia de agujeros negros enormes y antiguos, que les han denominado agujeros negros primordiales. Esos agujeros negros primordiales se estarían “evaporando” actualmente.  Dicha evaporación implica la emisión de partículas semejantes a las que emiten los aceleradores de partículas.

La formación del sistema solar

 

En fin, fue así, a partir de un proceso como el anterior, cómo se formó el sistema solar de la Tierra.  En específico nuestro Sol se cree que se formó 5 mil millones de años (y 9 mil después del Big Bang) en una galaxia que tiene 12 mil millones de años.[143] En el Sol, cada segundo, se están transformando 300 millones de toneladas de hidrógeno en helio y la diferencia de materia se convierte en radiación. Cada segundo pierde dos toneladas. Los fotones producidos en el núcleo tardan casi un millón de años de salir del Sol. Cuando lo hacen viajan a una velocidad de 300 000km por segundo. [144] Se ha calculado que se convertirá en una gigante roja dentro de 5 mil millones de años que devorará a Mercurio, Venus y la Tierra. Luego se convertirá en una enana blanca en 100 mil millones de años[145] y perderá el control gravitacional sobre los demás planetas quedaron: desde Marte hasta Neptuno.  Y cuando se acerquen otras estrellas al Sol, se irán dichos planetas y quedarán errando en la galaxia.[146] Finalmente, dentro de 7400 millones de años el sol se va a convertir en una nebulosa planetaria. Pero, justamente, nuestro sistema solar se originó de una nebulosa. Esto fue propuesto por el astrónomo Pierre Laplace, quien se basó en la idea de Kant de que así había surgido este sistema planetario. 

La hipótesis laplaciana actualizada sostiene que primero existió una nebulosa mucho más grande que nuestro actual sistema solar con una temperatura de -230 grados centígrados.  Era de una rotación lenta. Pero por su propio efecto gravitatorio se condensó en una región central (el proto-sol) y se calentó.  El poco y el hielo circundante, los granitos de silicato y metales giraban relativamente lento colocándose en órbitas cercanas por tener una masa parecida. Muchos fragmentos chocaron juntando sus masas, las cuales se ralentizaron y chocaron con otros fragmentos más acelerados de tal manera que fueron incrementando su masa y así sucesivamente. A este proceso se le llama coalescencia.  Estos cuerpos mayores, al chocar con otros fusionaron sus masas en un cuerpo mayor que ya podemos denominar planetésimos en los anillos que rodeaban al centro. Llevó unos diez mil años aproximadamente. Por simulaciones de computadora se ha obtenido un cálculo de 100 planetésimos del tamaño de la Luna que se formaron en las órbitas de los planetas rocosos.  De los choques entre ellos se formaron nuestros planetas. Esos planetésimos se fueron fundiendo hasta que formaron planetas de tipo rocoso en los anillos cercanos al Sol. Se cree que esto llevó entre 10 y 100 millones de años.   El viento solar expulsó el polvo y el gas que nunca se incorporó a los planetesimales y junto con grandes cantidades de agua en forma de vapor se concentraron en los en los anillos externos con sus pequeños planetésimas que atrajeron grandes cantidades de gas, especialmente en sus órbitas, así que formaron planetas gaseosos.  Eran cuatro grandes planetesimales. Para cuando estos planetas se formaron el protosol ya era una estrella. Efectivamente se cree que la influencia gravitatoria de Júpiter fue la que evitó que se formara un planeta rocoso después de Marte, así que terminó constituyendo un cinturón de asteroides. La formación de Saturno llevó el doble que la de Júpiter, la de Urano llevó diez veces más y la de Neptuno veinte. Júpiter lanzó muchos planetesímales con su órbita hacia el Sol, otros se los tragó y otros los mandó a la región transneptuniana, formando así la nube de Oort y los planetas enanos: Plutón y Caronte.

La radiación del sol mandó hacia las afueras del sistema solar, gas y otros materiales circundantes, entre ellos algunos planetésimas, constituyéndose así la nube de Oort con sus respecticos cometas. [147]

 El sistema solar como tal se formó hace 4550 millones de años.[148] Unos cientos de millones de años después surgió la Tierra. Se cree que tiene 4000 millones de años de antigüedad, 1200 años menos que la Luna. Consta de una estrella y ocho planetas, un planetoide que fue considerado planeta, un cinturón de asteroides, y el cinturón de Kuiper, que es una acumulación de cuerpos helados, planetoides y cometas que están más allá de Neptuno; y por último está la Nube de Oort, que es una acumulación de miles de millones de objetos transneptunianos de periodo gravitacional largo que fueron eyectados del Sistema Solar cuando se creó.  En el Sistema Solar se formaron dos tipos de planetas: los interiores (rocosos y pequeños) y los exteriores (gaseosos y grandes). En el Sol se crearon prácticamente los elementos químicos de nuestro planeta: 92 de ellos han sido detectados dentro de su estructura.[149]

La Tierra, al principio era muy caliente y sin atmósfera. La emisión de gases de las rocas fue la que formó la atmósfera, aunque con una composición muy distinta a la actual. Fueron los primeros vivientes fotosintéticos los que cambiaron su composición. Ahora bien, la composición geológica de la Tierra es un muy semejante a la de la Luna. Sin embargo, no tiene un núcleo metálico como el de Tierra, y su movimiento en torno a nuestro planeta tiene mucho movimiento angular, lo que significa que se está ajustando en torno a ella. Así que la explicación que queda es que la Luna salió de la Tierra.  El astrónomo George Darwin (hijo de Charles Darwin) postuló que esta última cuando se formó estaba a en estado líquido y que rotaba tan rápido que la fuerza centrífuga hizo que un glóbulo emergiera a través de su ecuador al espacio y quedara dando vueltas a su alrededor. Hoy en día se sabe que esto no es posible. Se tiene la hipótesis de que la Luna surgió de una colisión entre la Tierra y un planeta similar en tamaño a Marte (que ha sido bautizado Tea) en un ángulo muy cerrado poco después de su formación. Tea era una especie de planeta troyano que compartía la órbita con la Tierra que, al crecer su masa, se desestabilizó y chocó contra nuestro planeta, destruyéndose. Dicho choque lanzó al espacio una gran cantidad de material de ambos objetos quedando atrapado en la órbita terrestre y formando la Luna.  Se cree que esto sucedió hace 4533 millones de años.[150]

 En fin, nuestro hogar se ubica en el Sistema Solar, el cual pertenece a la Vía Láctea.  Estamos situados a 26 mil años luz de su centro en uno de sus brazos, denominado brazo de Orión.[151] Es una galaxia de aproximadamente 200 mil millones de estrellas con grandes nubes de gas y polvo que mide en extensión 100 mil años luz, tiene forma de espiral y en el centro posé un hoyo negro, que es conocido como SgrA. Su masa equivale a 4 millones de soles y su radio es 150 millones de kilómetros (que es la distancia que media entre la Tierra y el Sol).[152] La antigüedad de nuestra galaxia parece que es de 12 mil millones de años. Ella a su vez está inserta en el Gran Grupo Local que es un cúmulo de aproximadamente 50 galaxias y de 10 millones de años luz de extensión. Dentro del Gran Grupo Local hay tres galaxias masivas: la nuestra, Andrómeda y la M33; el resto son galaxias enanas. Está a su vez dentro del Concilio de Gigantes que es un anillo de galaxias con 14 galaxias gigantes. En su centro está en Gran Grupo Local.[153] El gran grupo Local está muy cerca del cúmulo de Virgo, que a su vez está dentro del supercúmulo de Virgo (o supercúmulo Local) que abarca a otros grupos de cúmulos con una extensión de 100 millones de años luz.[154]  Algunos consideran que el Gran Grupo Local está siendo absorbido por el cúmulo de Virgo, otros lo consideran parte de éste.  El cúmulo de virgo está en dirección a dicha constelación, por eso su nombre. Contiene alrededor de 1300 a 2000 galaxias y está en la región central del supercúmulo de Virgo.[155] Éste, a su vez, contiene alrededor de 100 grupos y cúmulos dentro de sí. Éste a su vez estaría dentro del Complejo de Supercúmulos Piscis-Cetus.[156]  Dicho complejo tiene una dimensión de 1000 millones de años luz. Está integrado por cinco supercúmulos: el de Piscis-Cetus, la Cadena Perseo-Pegaso, la Región del Escultor y Lanikea.[157] Por cierto, algunos cosmólogos sostienen que nuestro Gran Grupo Local en realidad está en el supercúmulo de Lanikea, y no en el de Virgo.[158]  Por ejemplo, eso lo sostiene el astrónomo español Eduardo Battaner.[159]

La expansión del universo

 

El universo observado hasta el momento con los telescopios alcanza un diámetro de 93 000 millones de años luz. Se sabe que además hay más cosas más allá que no hemos podido observar.[160]

El universo se fue enfriando progresivamente mientras se seguía expandiendo.  El movimiento inicial fue muy rápido, mayor a la velocidad de la luz; inició de algo más pequeño que un átomo, que luego tomó el tamaño de una pelota de beisbol y pasado el primer segundo de existencia del universo éste ya era mayor que el sistema solar unas mil veces. Obviamente siguió creciendo. A este proceso de hiper-expansión se le llama inflación cósmica.  Las observaciones actuales de explosiones de supernovas, hace sospechar a los físicos que el universo continúa expandiéndose de manera acelerada, quizá provocado por una constante cósmica o por energía que no alcanzamos a captar directamente, nos resulta desconocida y que ha sido llamada energía obscura. Se cree que el 72% de la energía del cosmos es de este tipo.[161] Actualmente la temperatura del cosmos es de -270.4 grados centígrados. Así que realmente la expansión genera menor densidad y más bajas temperaturas. Por ejemplo, se sabe que a los 10 minutos del big bang la temperatura era de 100 millones de grados centígrados y su tamaño era 100 millones de veces menor al actual.

En un principio todo era una sopa de energía pura a muy alta temperatura.  Su enfriamiento permitió la formación de la materia, y lo que antes era una sola fuerza unificada se manifestó en cuatro fuerzas distintas: la gravedad, la fuerza nuclear fuerte (que es aquella que une a los núcleos atómicos), la fuerza nuclear débil y el electromagnetismo. La formación de la materia, de las estrellas y galaxias llevó miles de años. Se cree que los protones y neutrones se formaron a los tres minutos de existencia, pero los átomos surgieron 380 mil años después cuando el universo era mil cien veces más pequeño que hoy y cuya temperatura era de 3300 grados centígrados, esto permitió un fenómeno denominado recombinación, que consistió en la asociación de entre núcleos y electrones, cosa que antes no había ocurrido, dejando que la radiación del cosmos siguiera su ruta aparte, siendo ella la radiación fósil del big bang; la materia recién creada no estaba uniformemente distribuida, tenía variaciones pequeñas en densidades, hecho que permitió en un futuro se generasen todos los cuerpos celestes que iban a existir por efecto de la fuerza de gravedad; pasados 200 millones de años se formaron las primeras estrellas, y en miles de millones de años se formaron las galaxias. La distribución actual del universo se explica también por fuerzas gravitatorias en torno a materia que no vemos, pero que debe estar ejerciendo su fuerza sobre ellas. Se le ha llamado a este componente materia oscura.  Es posible que el porcentaje de materia oscura sea mayor al de la observable.  Los cálculos hacen pensar que el 95% de universo a partir del cosmos conocido es de materia obscura. La teoría del origen del universo del Big Bang supone un universo caliente. Sin embargo, hay otro tipo de teorías, como teoría cuántica de lazos, que pretende unificar a la relatividad general con la mecánica cuántica. Bajo dicho modelo el universo no surgió por una gran explosión, sino por un gran rebote, Big Bounce. Esto supone un universo eterno que estaba contrayéndose hasta que encontró una singularidad y se volvió a expandir.  Tampoco se sabe si dicha contracción va a volver a darse y rebotará eternamente o si nunca más va a pasar.  Actualmente los científicos que estudian esa línea teórica, están buscando una radiación que sea residuo de ese rebote para poder avalar su validez. Ciertamente no goza de tanta credibilidad como la teoría del Big Bang.

El físico español Iván Agulló reconoce que en pleno siglo XX, ante la imposibilidad de una teoría del todo que explique cómo interactúan las cuatro fuerzas del universo, y ante supuestos teóricos sin fundamentación matemática y empírica como el inflatón, la ciencia actual no sabe realmente si el universo es eterno en el tiempo o si tuvo un comienzo. Realmente no lo sabemos.[162] Lo que parece saberse con certeza es que el universo comenzó a expandirse hace 13 730 millones de años (con un margen de error de 120 millones de años; por eso algunos prefieren redondearlo a 13800 millones de años).[163]  Se sabe gracias al satélite COBE (Cosmic Background Explorer) que dibujó un mapa de la radiación cósmica de fondo a partir de 1989 y sus resultados se anunciaron en 1992. En 2003, la misión WMAP (Wilkinson Microwave Anisotropy Probe) midió a la densidad de masa del universo para saber si tiene la densidad crítica para existir sin colapsar.  El valor obtenido fue de 9.47 X10 -30 gramos.  Si las mediciones son correctas, esto significa que estamos cerca ante un universo que cada vez crecerá menos, pero que nunca se volverá frío o un gran infierno.  En caso de que el universo tuviera una especie de fin por no alcanzar esa densidad, es posible que le resten 10 000 millones de años, pero nadie sabe los tiempos que demoraría realmente para colapsar.[164]  No obstante no tenemos certezas absolutas. Podría ser que el universo sí tenga un fin, podría ser infinito y eterno. El propio Stephen Hawking en su Historia del tiempo consideró que era muy posible que el universo no tuviera límite ni origen.[165] Una de sus dudas respecto a la teoría del big bang es que en su expansión rápida y caliente las burbujas formadas no podrían unirse, y generarían un universo no uniforme, a diferencia de lo que alcanzamos a observar como el actual universo uniforme.[166] Podría ser un conjunto de multiversos. Los multiversos son regiones de uno solo y mismo universo, pero que están desligas entre sí, es decir, no pueden verse ni influirse entre ellas. Podría ser el producto de un diseño, o bien, simplemente del azar, de fuerzas naturales que operan ciegamente.  Quizá entonces convenga concluir con esta gran reflexión que hace Gerardo Herrera: “Con todo esto, existimos, somos percepciones y sentimientos de un apiñado arreglo de átomos capaces de producir sueños”.[167]  Así es, soñamos tantas cosas, entre ellas: saber cuál es nuestro origen.

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[1] José Ortega y Gasset, ¿Qué es Filosofía? Edit. Espasa-Calpe, México, 2019, p. 86.

[2] Ibidem.

[4] Materia - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 18 de enero de 2021).

[5] S. Meliujin, Problemas filosóficos de la física contemporánea, edit. Grijalbo, México, s.f., p. 21.

[6] Paul G. Hewwitt, Física Conceptual, edit. Persons, 12ª ed., México, 2016 p. 212.

[7] https://es.wikipedia.org/wiki/Energ%C3%ADa (consultado el 27 de septiembre de 2020).

[8] S. Meliujin, Problemas filosóficos de la física contemporánea, edit. Grijalbo, México, s.f., p. 36.

[9] Javier A. Otoala y José F. Valdés Galicia, Los rayos cósmicos, edit. FCE, México, 2016, p. 24.

[10] S. Meliujin, Problemas filosóficos de la física contemporánea, edit. Grijalbo, México, s.f. p. 36.

[11] S. Meliujin, Problemas filosóficos de la física contemporánea, edit. Grijalbo, México, s.f. 53.

[12] Arthwr Bass, Astronomía. Guía para principiantes, edición Kindle.

[13] Eduardo Battaner López, Grandes estructuras del universo, edit. RBA, Navarra, 2015, p. 15 y ss.

[14] Eduardo Battaner López, Grandes estructuras del universo, edit. RBA, Navarra, 2015, p. 21.

[15] Eduardo Battaner López, Grandes estructuras del universo, edit. RBA, Navarra, 2015, p. 147.

[16] Eduardo Battaner López, Grandes estructuras del universo, edit. RBA, Navarra, 2015, p. 99.

[18] Ley científica - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 19 de enero de 2021).

[19] S. Meliujin, Problemas filosóficos de la física contemporánea, edit. Grijalbo, México, s.f., p. 81 y ss.

[20] Gravedad - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 3 de enero de 2021).

[21] Shahen Hagyan, Los hoyos negros y la curvatura del espacio-tiempo, edit. FCE, 3ª ed., México, 2014, p. 14.

[23] Jordi Pereyra, Las cuatro fuerzas que rigen el universo, edit. Paidós, edición Kindle.

[24] Jordi Pereyra, Las cuatro fuerzas que rigen el universo, edit. Paidós, edición Kindle.

[25] Electromagnetismo - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 3 de enero de 2021).

[26] (30) EL MAGNETISMO DOCUMENTAL EN ESPAÑOL - YouTube  (consultado el 4 de enero de 2021).

[27] (30) EL MAGNETISMO DOCUMENTAL EN ESPAÑOL - YouTube (consultado el 4 de enero del 2021).

[28] Varios, Electricidad y Magnetismo. Su naturaleza y aplicaciones, edit. Santillana, 1984, p. 98.

[29] Wolfgang Pauli descubrió este principio en los electrones. Dos electrones no pueden ocupar el mismo lugar.  Y si lo están, lo están porque tienen distintas velocidades. Este principio es el que explica que la materia no pueda comprimirse arbitrariamente (Cfr. Shahen Hagyan, Los hoyos negros y la curvatura del espacio-tiempo, edit. FCE, 3ª ed., México, 2014, p. 48).

[31] Walter Brugger y Härald Schondorf, Diccionario de Filosofía, edit. Herder, España, 2014, entrada: espacio.

[32] José Ferrater Mora, Diccionario de Filosofía, tomo II, edit. Ariel, Barcelona, 2001, entrada: espacio.

[34] Robert Audi, The Cambridge Dictionary of Philosophy, edit. Cambridge University Press, China, 1996, entrada: space.

[35] Nicola Abbagnano, Diccionario de Filosofía, edit. FCE, 4ª ed., México, 2012, entrada: espacio.

[36] Ted Honderich (editor), The Oxford Companion of Philosophy, edit. Oxford University Press, China, 2005, entrada: time.

[37] Walter Brugger y Härald Schondorf, Diccionario de Filosofía, edit. Herder, España, 2014, entrada: tiempo.

[38] David Blanco Laserna, La Flecha del Tiempo, edit. RBA, Navarra 2015, p. 15.

[39] David Blanco, La flecha del tiempo. ¿Tiene el tiempo una única dirección? Edit. RBA, Navarra, 2015, p. 10.

[40] Nicola Abbagnano, Diccionario de Filosofía, edit. FCE, 4ª ed., México, 2012, entrada: tiempo.

[42] Planeta - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 26 de diciembre de 2020).

[43] Planetoide - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 26 de diciembre de 2020).

[44] Meteoroide - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 26 de diciembre de 2020).

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[46] Asteroide - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 26 de diciembre de 2020).

[48] Asteroides Mortales - Documental Asombroso - YouTube (consultado el 26 de diciembre de 2020).

[49] Jordi Pereyra, Las cuatro fuerzas del universo, edit. Paidós, edición Kindle.

[50] Julieta Fierro y Miguel Ángel Herrera, La familia del Sol, FCE, México, 2014, p. 168.

[51] Satélite natural - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 26 de diciembre de 2020).

[52] Varios, Documental The Universe, Nelfix.

[53] Planeta extrasolar - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 24 de octubre de 2021).

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[55] Gliese 436 b - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 24 de octubre de 2021).

[56] William Herschel descubrió Urano y Neptuno fue descubierto por el matemático Urbain Le Verrier. Plutón fue descubierto por Clyde William Tombaugh en el siglo XX. En el siglo XXI fue denominado como planeta enano y no un planeta.

[58] Sistema solar - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 27 de diciembre de 2020).

[59] Overview | Planets – NASA Solar System Exploration (consultado el 2 de enero de 2021).

[60] Varios, Universe. The Definitive Visual Guide, Editorial DK, China, 2012, p. 104 y ss.

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[65] Javier A. Otoala y José F. Valdés Galicia, Los rayos cósmicos, edit. FCE, México, 2016, p. 77.

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[79] Jordi Pereyra, Las cuatro fuerzas del universo, edit. Paidós, edición Kindle.

[80] Disco disperso - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 31 de diciembre de 2020).

[82] Varios, Universe. The Definitive Visual Guide, Editorial DK, China, 2012, p. 102. Se ha hecho la conversión al español. En la versión inglesa de habla de trillion y billion, cifras que no son equivalentes al trillón y al billón en español.

[83] Lich (púlsar) - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 27 de diciembre de 2020).

[84] Gliese 581 - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 27 de diciembre de 2020).

[85] Julieta Fierro y Miguel Ángel Herrera, La familia del Sol, FCE, México, 2014, p. 185.

[86] Las enanas blancas fueron descubiertas a principios de los años 20 del siglo XX. Eran tres estrellas pequeñas de baja luminosidad de un color blanco y que giraban en torno de Sirio.  Cuando se calculó su masa se percataron de que tenía un radio de 20 mil kilómetros (tres veces mayor que la Tierra) y que era muy pequeño para una estrella (Cfr.  Shahen Hagyan, Los hoyos negros y la curvatura del espacio-tiempo, edit. FCE, 3ª ed., México, 2014, p. 47).

[88] La estrella de neutrones no solamente tiene neutrones en su contenido. También tiene protones, y en su atmósfera tiene capas de carbono, helio e hidrógeno. Su tamaño puede llegar hasta 2.5 veces la masa de nuestro Sol. Este concepto apareció por primera vez en 1934 en un artículo científico de los astrónomos Walter Badee y Fritz Zwicky sobre las supernovas. Explicaban que durante la explosión de una supernova se generaba una energía tal que en su centro solo quedaban neutrones. Pero, además, en algunos casos este fenómeno no se agota, sino que mantiene su equilibrio.  En 1967 Jocelyn Bell descubrió un pulsar. Años después se concluyó que éste era una estrella de neutrones (Cfr. Shahen Hagyan, Los hoyos negros y la curvatura del espacio-tiempo, edit. FCE, 3ª ed., México, 2014, p. 52 y ss).

[89] Jet (astronomía) - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 24 de diciembre de 2020).

[90] Límite de Chandrasekhar - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 29 de diciembre de 2020).

[91] Púlsar - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 24 de diciembre de 2020).

[92] Juan Echevarría, Estrellas binarias interactivas, edit. FCE, edición Kindle.

[94] Agujero negro - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 22 de diciembre de 2020).

[95] Cuásar - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 25 de diciembre de 2020).

[96] Julieta Fierro y Silvia Torres, Nebulosas Planetarias, edit. FCE, edición Kindle.

[98] Inmaculada Domínguez, Supernovas. La muerte de las estrellas, edit. RBA, edición Kindle.

[99] Isabel Ferro Ramos, Diccionario de Astronomía, edit. FCE, México, 2002, entrada: catálogo astronómico.

[100] Polvo cósmico - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 27 de diciembre de 2020).

[102] Nebulosa planetaria - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 20 de diciembre de 2020).

[104] Lucía Impelluso, Héroes y Dioses de la Antigüedad, edit. Electa, Barcelona, 2002, p. 94.

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[107] Neil deGrasse Yyson y Donald Goldsmith, Orígenes.Catorce mil millones de años de evolución cósmica, Editorial Crítica, México, 2019, p.  62-63.

[108] Eduardo Battaner López, Grandes estructuras del universo, edit. RBA, Navarra, 2015, p. 97.

[109] Catálogo Abell - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 25 de diciembre de 2020).

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[113] Luz - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 30 de diciembre de 2020).

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[115] Shahen Hagyan, Los hoyos negros y la curvatura del espacio-tiempo, edit. FCE, 3ª ed., México, 2014, p. 27.

[116] Virgilio Beltrán, Para atrapar un fotón, edit. FCE, edición Kindle.

[117] Sol - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 2 de enero de 2021).

[118] Radiación cósmica - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 29 de diciembre de 2020).

[119] Javier A. Otoala y José F. Valdés Galicia, Los rayos cósmicos, edit. FCE, México, 2016, p. 56.

[120] Javier A. Otoala y José F. Valdés Galicia, Los rayos cósmicos, edit. FCE, México, 2016, p. 93.

[121] Inmaculada Domínguez, Supernovas. La muerte de las estrellas, edit. RBA, edición Kindle.

[122] Javier A. Otoala y José F. Valdés Galicia, Los rayos cósmicos, edit. FCE, México, 2016, p. 20 y ss.

[124] Eduardo Battaner López, Grandes estructuras del universo, edit. RBA, Navarra, 2015, p. 28.

[126] Eduardo Battaner López, Grandes estructuras del universo, edit. RBA, Navarra, 2015, p. 31.

[127] Stephen Hawking, Historia del tiempo, edit. Crítica, México, 2019, p, 169.

[128] Steven Weinberg, Los tres primeros minutos del universo, edit. Alianza, Madrid 2016, p. 341 y capítulo 6. 

[130] Onda gravitatoria - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 27 de diciembre de 2020).

[131] Shahen Hacyan, Ondas gravitacionales. Las olas invisibles del universo, edit. FCE, edición Kindle.

[132] Robert M. Hazen, La historia de la Tierra. Los primeros 45000 millones de años del polvo estelar al planeta viviente, edit. Océano, México, 2015, p. 21.

[134] Antonio Lallena, El Big Bang y el origen del universo, edit. National Geographic, edición Kindle.

[135] Cfr. https://www.youtube.com/watch?v=oBJqaHOmElI  (consultado el 16 de agosto de 2020).

[137] Enrique Fernández Borja, El vacío y la nada. ¿Qué había antes del Big Bang? Edit. RBA, Navarra, 2015., p. 23.

[139] Eduardo Battaner López, Grandes estructuras del universo, edit. RBA, Navarra, 2015, p. 39.

[140] Enrique Fernández Borja, El vacío y la nada. ¿Qué había antes del Big Bang? Edit. RBA, Navarra, 2015., p. 118.

[141] Los quarks son partículas que se cree forman a los hadrones, es decir, aquellas partículas de los átomos que están sometidas a interacciones fuertes, es decir, a la fuerza nuclear fuerte.   El otro tipo de partículas atómicas que no responden a dicha fuerza nuclear son los leptones (electrones, neutrinos y muones). Los hadrones son más pesados y los leptones más livianos. Por eso es que los electrones orbitan en torno al núcleo. Los quarks fueron descubiertos por Murray Gell-Mann y paralelamente a él George Zweig.

[142] Barión - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 2 de enero de 2021).

[143] https://www.youtube.com/watch?v=gacuHC1ZOHY (consultado el 16 de agosto de 2020).

[144] Julieta Fierro y Silvia Torres, Nebulosas Planetarias, edit. FCE, edición Kindle.

[145] Alberto Casas González, El cosmos y la materia oscura, edit. National Geographic, edición Kindle.

[147] Varios, Universe. The Definitive Visual Guide, Editorial DK, China, 2012, p.  100-101.

[148] Neil deGrasse Yyson y Donald Goldsmith, Orígenes. Catorce mil millones de años de evolución cósmica, Editorial Crítica, México, 2019, p. 188.

[149] Julieta Fierro y Miguel Ángel Herrera, La familia del Sol, FCE, México, 2014, p. 83.

[151] Antxon Alberdi Odriozola, Los agujeros negros, edit. National Geographic, edición Kindle.

[153] Eduardo Battaner López, Grandes estructuras del universo, edit. RBA, Navarra, 2015, p. 73.

[155] Cúmulo de Virgo - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 20 de diciembre de 2020).

[156] Supercúmulo de Virgo - Wikipedia, la enciclopedia libre (consultado el 20 de diciembre de 2020).

[159] Eduardo Battaner López, Grandes estructuras del universo, edit. RBA, Navarra, 2015, p.105.

[161] Gerardo Herrera Corral, Universo. La historia más grande jamás contada, edit. Taurus, México, 2016 p. 29.

[162] Iván Agulló, Más allá del Big Bang. Un breve recorrido por la historia del universo, edición Kindle.

[164] Gerardo Herrera Corral, Universo. La historia más grande jamás contada, edit. Taurus, México, 2016, p. 162-163.

[165] Stephen Hawking, Historia del tiempo, edit. Crítica, México, 2019, p. 156.

[166] Ibid., p.174.

[167] Gerardo Herrera Corral, Universo. La historia más grande jamás contada, edit. Taurus, México, 2016, p. 190. 

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