Problemas Filosóficos
Cuando
hablamos de problemas parece que nos referimos a situaciones difíciles que
requieren de una solución o que incluso tal vez no la tengan. Pensamos, tal
vez, típicamente en matemáticas o en algún conflicto mental o entre personas. Un
problema es un planteamiento en el que se contraponen visiones distintas sobre
la ocurrencia de algo o un asunto complicado al que no se le haya solución
cognitiva o existencial. La vida está llena de problemas. Los hay de todo tipo:
amorosos, personales, económicos, de salud, religiosos, políticos, etcétera. Los
niños no se cansan de hacer preguntas problemáticas, los científicos de
plantear problemas, los sabios de tratar de generar una guía para afrontar los
problemas, los políticos se encargan de crearlos o complicarlos, y a veces,
sólo a veces, de resolverlos. Problemas y más problemas.
Etimológicamente
los problemas se refieren a algo echado hacia adelante (pro- hacia adelante, ballein,
lanzar). Al final, es algo que es echado adelante para su consideración. Regularmente los problemas implican algunas
tesis (ideas, o explicaciones) que son distintas y opuestas, las cuales, no
pueden ni aceptarse, ni rechazarse plenamente. Por ejemplo, en Física la luz se
convirtió en un problema teórico que se manifestó con la explicación del
comportamiento de ésta tanto como onda, como partícula. Ludwig Wittgenstein
había señalado que cuando se enfrentaba con un problema filosófico no sabía qué
camino seguir.
Los
problemas suelen expresarse a través de una pregunta, pero no todas las
preguntas son un problema. Si alguien le pregunto la hora, la pregunta no
plantea ningún problema, sólo se requiere cierta información. En cambio, si planteo
un problema cosmológico a través de la
pregunta “¿qué es el tiempo?”, ahí sí tenemos un problema propiamente, pues el
tiempo puede ser tanto una medida como una propiedad misma de la materia.
En
fin, lo cierto es que los problemas pueden ser subjetivos, si son problemas
personales, u objetivos, si lo que se tiene que resolver no es un asunto de la
vida propia de un individuo. También se suele distinguir a los problemas como teóricos
o prácticos, en función de si lo que plantean tiene o no una aplicación tecnológica
y/o social o simplemente una solución cognitiva dentro de una teoría. La
filosofía, según Ferrater Mora, respondería a problemas teóricos. Aunque
debemos de considerar que tal vez la Ética, como disciplina filosófica,
plantearía problemas prácticos también. Igualmente, podemos decir que no todos
los planteamientos filosóficos son objetivos. La reflexión existencialista
también implica problemas subjetivos. En consecuencia, la filosofía se mete con
todo tipo de problemas: teóricos, prácticos, objetivos y subjetivos.
Detrás
de todo problema concreto se puede encontrar un problema filosófico. Tras un
problema matemático podemos preguntarnos sobre la esencia de los números, si
representan la realidad o no. Detrás de un problema emocional podemos
preguntarnos qué es una emoción y qué sentido tiene la vida. Los
problemas filosóficos son los más generales, profundos y son altamente
significativos para el sujeto.
Se
suele afirmar que la filosofía se dedica a plantear problemas. Henrí Bergson
comentó que en filosofía un problema bien planteado es un problema bien
resuelto. Eso se complementa con la idea de Ludwig Wittgenstein de que si algo
se puede plantear en una pregunta, ésta debe de tener una respuesta (si no, se
debe a un mal manejo del lenguaje que crea un pseudo-problema). Al respecto dice Héctor Rogel: “La Filosofía
es una terrible preguntona; interroga siempre y jamás se cansa. Y nos plantea
los interrogantes supremos de la vida humana: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo?
¿Cuál es mi destino final?”[1] Según el filósofo alemán
Emanuel Kant, las grandes interrogantes de la Filosofía se podían resumir en
las siguientes preguntas: ¿qué puedo saber?, ¿qué debo de hacer?, ¿qué puedo esperar?,
¿qué es el hombre?[2]
Los
filósofos regularmente se dedican a coleccionar problemas. Emile Brehier, hace
énfasis en que los pensadores más importantes en la filosofía son los que hacen
cambiar la posición de un problema, o bien,
trazan las perspectivas de su solución.
Ahora
bien, ¿hay otros problemas típicos de la filosofía, además de los que ya
enunció Rogel? Pues sí, varían según la
disciplina filosófica. Ejemplifiquemos
algunos. En la Lógica hay paradojas que no tienen solución, como la paradoja
del mentiroso, o las paradojas de Zenón y Teseo. Algunos de esos problemas
derivan en plantear el problema que hay dentro de la relación ser-pensar. Esta
misma relación (ser-pensar) también sería un problema para la Ontología
contemporánea. Es decir: ¿pensamos las cosas que son o cómo son? ¿Los
principios lógicos corresponden a la estructura de la realidad o son una manera
de organizarla? En la misma Ontología se preguntan qué significa ser, y por qué
hay algo en vez de nada. En Ética, por supuesto, el planteamiento de si somos libres o no, o preguntas concretas
sobre la bondad y la maldad de ciertos actos siempre está presente, como las
relativas a la aplicación de transfusiones de sangre a testigos de Jehova a
pesar de sus creencias por parte de los médicos que han hecho el juramento
hipocrático, el aborto, la eutanasia, etcétera. En Estética el planteamiento de qué es lo que
hace arte a una obra sería un problema clásico. En Teodicea, está el planteamiento sobre la
existencia y naturaleza de Dios: ¿existe?, ¿se puede conocer? En Antropología
Filosófica y en la Filosofía de la Mente, podríamos plantear el problema
cuerpo-mente, es decir, sobre cómo interactúan uno y otra mutuamente y cuál
influye en cuál. En Epistemología es muy
claro el problema sobre el criterio del conocimiento, cuál debe de ser el que
debemos tomar para considerar algo como conocimiento y si podemos conocer el mundo
realmente. En Cosmología es problemático saber si el cosmos tuvo origen o no,
qué es la materia, el espacio y el tiempo. O bien, pensemos algo de estas
nuevas ramas: en Filosofía Política, un problema sería saber cuál es la mejor
forma de organización que permita una vida armoniosa y equitativa entre los
seres humanos.
Para
el filósofo español Fernando Savater, el problema que lo condujo a los demás
problemas filosóficos fue el de la muerte. Para otros filósofos otras razones
han sido los detonadores de una actividad filosófica. Ludwig Wittgenstein llegó
a la filosofía por querer encontrar el fundamento mismo del pensamiento
matemático, etc. Las inquietudes varían mucho y la lista de problemas se
extiende según el campo de la filosofía al que nos refiramos. Ahora bien, lo
que caracteriza a todo problema filosófico, según Fernando Savater, es que es
de interés para cualquier ser humano, que no responde a una respuesta práctica
concreta para tomar acciones concretas futuras (como el saber qué hora es), sino
que se está averiguando algo más sobre nosotros de manera profunda, que nos
transforman más al indagar sobre ellos. Por el otro lado, José Ortega y Gasset
considera que el problema filosófico del hombre es el universo. Esto haría que
éste (el problema) sea ilimitado en extensión (pues abarca todo) y en
intensidad problemática.[3] Así que el resto de los
problemas filosóficos particulares se concentrarían en bajo este gran problema
general que podríamos denominarlo como el problema de lo absoluto y
absolutamente el problema.[4]
Tarea:
1. ¿Qué
es un problema filosófico?
2. Investiga
en qué consisten las paradojas del mentiroso, de Zenón y de Teseo e indica cuál
es tu solución a esos problemas.
3. Investiga
en qué consiste el problema mente-cuerpo y qué piensas al respecto.
4. ¿Qué
dicen de los problemas Henry Bergson y Ludwig Wittgentein? ¿Consideras que
tienen razón? ¿Por qué?
5. ¿Qué
opinas de que la muerte sea un problema filosófico?
Fuentes:
Fernando Savaer, Las
preguntas de la vida, Edit. Ariel,
México, 1999.
-Ética
de Urgencia, Ariel, México 2012.
Guido Gómez
de Silva, Breve Diccionario Etimológico
de la Lengua Española, FCE, México,
2009, entrada: problema.
Héctor Rogel, Diccionario
de Términos Filosóficos, edit. Seminario Conciliar de México, México, 2004,
entrada: problemas.
José Ferrater Mora, Diccionario de Filosofía, t.III, Edit. Ariel, Barcelona, 2001,
entrada: problema.
José Ortega y Gasset, ¿Qué es Filosofía?, edit.
Espasa-Calpe, México, 2019.
[1] Héctor
Rogel, Diccionario de Términos Filosóficos,
edit. Seminario Conciliar de México, México, 2004, entrada: problemas.
[2] http://liancaca.blogspot.mx/2013/09/las-cuatro-preguntas-de-kant-sobre-el.html
(consultado el 13 de octubre del 2015).
[3] José
Ortega y Gasset, ¿Qué es Filosofía?, edit. Espasa-Calpe, México, 2019,
p. 89.
[4] Ibidem.
me pareció interesante tu bloc muchas gracias me será de mucha ayuda
ResponderEliminarQué bueno que te sea de ayuda.
Eliminardonde encuentro las respuestas
ResponderEliminarEs un problema filosofico, que fue primero el huevo o la gallina? , ejemplo de dualidades que fue primero la Vida o la muerte?
ResponderEliminarCreo que lo del huevo y la gallina es más bien un problema lúdico sin solución. Hay dualidades como la vida y la muerte. Ambas son problemas filosóficos.
EliminarBueno para mí eso del huevo y la gallina,ps como sabemos que Dios creó a los animales osea cualquier clase de animal ,creo las aves también y ps ahí está la respuesta que primero fue la gallina
EliminarGracias prof Ricardo; nos fue de mucha utilidad para estudiar.
ResponderEliminarAlgún problema filosofico de la educación.?
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