La Última Puerta
La Última Puerta
es una obra de teatro escasamente conocida de Rodolfo Usigli. Fue escrita en
entre 1934 y 1936 (la terminó Uisigli en
New Haven), publicada en 1948 en el
ejemplar número 580 de la Revista Hoy, reditada en Teatro Completo del FCE en 1963, y relanzada con algunos retoques en 1972. La puso en escena en barrios de la Ciudad de
México por el Teatro Popular en junio 1973 bajo la dirección de Alejandro
Usigli (hijo del dramaturgo) y con la participación de la actriz Argentina
Casas. Es una obra que ha sido montada
pocas veces. Según Ignacio Maldonado nunca había sido montada en teatro. Así,
que si bien, no ha sido puesta en un teatro profesional todavía, con grandes
esfuerzos y una estupenda adaptación Ignacio Maldonado le ha dado vida a este
relato en el teatro universitario en 2017. Específicamente ha sido montada por él y su
grupo de teatro psicologista de la Universidad Salesiana con gran compromiso y
una calidad que no decepcionó y sorprendió a su público.
Dicha representación es una comedia política, una especie de farsa. Consta
de dos escenas y un entremés. En el contexto de los años cuarenta muestra el
corporativismo del gobierno mexicano y la parálisis que ocasiona al hacer que
todos dependan de él. Muestra la escisión también entre la clase política y la
sociedad, la cual es coptada, pero sometida. La Última puerta trata de una sala
de espera con un ministro, el cual, es inalcanzable para la gente. Sin embargo,
éste es asediado por los sueños y esperanzas de diversos grupos icónicos del
México de aquella época: los trabajadores administrativos del ministro (sus
secretarias, el portero y el secretario personal), la prensa, un vagabundo, un
empleado de gobierno aviador, una mujer embarazada, los artistas, un inventor,
una maestra jubilada, una chica trabajadora que mantiene a todos sus hermanos,
un joven soñador que quiere ser maestro, una profesora pensionada que anhela
reconocimiento, un diputado que tiene prisa, un grupo de estudiantes que
protesta por todo, un posible comunista anárquico que duda de la existencia
real de ministro, etcétera.
Nadie pasa con el ministro, todos están conformes con la espera. Cuando
esto cambia y protestan, el ministro renuncia. El relato es gracioso, irónica,
muy comprensible y, sobre todo, vigente.
Describe los vicios y malas prácticas del Estado Mexicano, el cual, parece no
cambiar mucho.
Si llega a ser puesta en escena nuevamente, estimado lector, le
recomendamos ampliamente que la vea.
NICE
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ResponderEliminarhee hee
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