Elecciones 2012: mucha forma y poco contenido.


Autor:  Ricardo Mazón Fonseca.
Género: artículo de opinión. 

En este 2012 las elecciones a la presidencia una vez más se van a repetir.  Han pasado doce años desde que la alternancia política, y las reglas electorales han ido cambiando.  Sorprendió hace dos elecciones que Ernesto Zedillo reconociera el triunfo de Vicente Fox, quien, por cierto, arrasó con sus rivales, el priísta  Francisco Labastida y el sempiterno candidato perredista Cuauhtémoc Cárdenas.  Seis años después, el escenario fue muy distinto. Una ríspida contienda, en la que se emparejaron Andrés Manuel López Obrador y Felipe Calderón, llevó a un cerrada elección presidencial, de la cual se llegó incluso a cuestionar su legitimidad, siendo tomada Reforma por los lopezobradoristas y sus simpatizantes. Eso, junto con potros eventos, condujo a una polarización de la sociedad. En consecuencia se modificaron las reglas electorales. Eso derivó en el acortamiento de los tiempos de campaña política, la creación del período de “intercampaña”, la prohibición de la guerra sucia y topes de gastos más estrictos. Eso ha generado una campaña sui generis, que no ha estado exenta de irregularidades, ni de falta de contenido. Uno podría pensar que, ante un control más severo de parte del IFE de los medios de comunicación, estas elecciones, tendrían mayor substancia. Sin embargo, no es así. Desde que hay competencia electoral real por la presidencia, los partidos han apostado más a las estrategias de imagen que a los contenidos. La presente contienda, no es la excepción, sino la confirmación de la regla. Enrique Peña Nieto, no sólo vende su guapura, sino que pretende generar la imagen de un político que cumple. Eje clave en su campaña, ha sido la promoción de sus promesas cumplidas y certificadas por notarios públicos. Josefina Vázquez Mota, se ha mostrado como una mujer comprometida con los mexicanos, que pretende ser más eficiente y sincera, que el candidato priísta. La fuerza de su campaña está en mostrar que Peña Nieto no cumple, pero que ella sí. La contraparte priísta, mediante algunos de sus miembros, ha señalado que la mentirosa es ella. Por su lado Andrés Manuel López Obrador, quien había quedado, ante la opinión publica, como un candidato violento y caprichoso, ha apostado a resarcir su imagen, mostrándose como amoroso y tolerante. No obstante, eso no le ha impedido descalificar a los otros contendientes. Finalmente, en la escena, participa el candidato de Nueva Alianza: Gabriel Quadri, un ecologista e investigador mexicano, que ha tenido algunos puestos administrativos en el gobierno, y que no puede quitarse la sombra de Elba Esther Gordillo, la cual, opaca la estrategia de frescura e innovación que pretende materializar con acciones llamativas, como nadar en el océano, manejar una combi o repartir lentes y bigotes de juguete.
Los cuatro candidatos a la presidencia han apostado principalmente a la imagen, secundariamente al contenido. De hecho, las alusiones al conocimiento de la situación del país y la preparación de los candidatos, han sido muy espinosas y resbaladizas. Se ignora el precio del boleto de metro, el salario mínimo,  su cultura general es realmente general, se ha prometido apoyar el lavado de dinero, los logros presumidos por los candidatos han sido maquillados e inflados y sus adversarios se han encargado de buscarles asegunes… Las ideas centrales, no han sido realmente discutidas:  la lucha contra el narcotráfico, la viabilidad de PEMEX, las reforma laboral, política y fiscal, el combate a la pobreza, la desnutrición, la preservación del medio ambiente, las mejoras de la educación, del sistema de salud. Se han hecho comentarios, se han hecho propuestas sin destacar tanto como las imágenes.  No se ha discutido el porqué una estrategia u otra puede ser más pertinente. Estamos en una lucha maniquea entre candidatos que son blancos o negros, que no admiten matices. Se resisten al diálogo abierto, franco con la ciudadanía, con sus detractores, con los sectores especializados de la academia, el periodismo y las organizaciones no gubernamentales. Ya lo decía Carlos Fuentes: tenemos candidatos pequeños para problemas tan grandes.[1] Así que más nos vale hacernos ciudadanos grandes, frente a políticos pequeños, miopes pero muy ambiciosos y con poder. Más aún, el problema no se reduce a los presidenciables. Las elecciones, también son de diputados y senadores. Ellos también padecen de la pequeñez de la que habló Fuentes. Eso sí, se quejan del vídeo de YouTube de los “Niños Inconformes con los Políticos”. ¿Será que les dolió el mensaje?
¿Quién va ganar en el 2012? No sé qué candidato. La moneda sigue en el aire. Las encuestas, incluso han sido muy cuestionadas, dado a que al parecer las casas encuestadoras, las hacen en función de quién les paga, y dejan en un segundo plano la objetividad. Pero sea quién sea el triunfador, una cosa es segura: difícilmente  va a ganar México. La inseguridad, el desempleo, la desigualdad, la corrupción y la discriminación seguirán existiendo de manera escandalosa, los políticos seguirán ganando mucho dinero, haciendo poco y ayudando a los poderes fácticos a conservar sus privilegios. Pero, ¿qué importa eso? Sólo cuenta la imagen. 

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