El ébola: entre la negación y la conspiración.

Género: artículo de opinión.
Autor: Ricardo Mazón Fonseca.

Posiblemente éste sea un tema más de moda y sensacionalista, como el Harlem Shake, el Ice Bucket Challenge o la gripa porcina (H1N1) que azotó a México, que no fue tan letal (afortunadamente). Para muchos el tema  se reduce a una “simple” conspiración de las farmacéuticas norteamericanas asociadas con  el gobierno estadounidense para generar caos, políticas anti-ciudadanas y ventas millonarias. Para otros, el ébola era una bomba de tiempo que la Naturaleza estaba guardando para hacerla estallar. Sea un tópico  mainstream o no, es de suma importancia lo que está aconteciendo,  y podría ser el preludio de un desenlace muy catastrófico que podría reducir drásticamente la población humana del planeta a la mitad, e incluso, conducirla al borde de su extinción, sin necesidad de zombies, ovnis o guerras nucleares.
 Hasta hace unos años, el ébola era un concepto arraigado en el imaginario de la ciencia ficción como una posible arma biológica que se explotó en Hollywood, como en la película Epidemia, o en las producciones documentales de National Geographic. En fin, esta enfermedad de la fiebre hemorrágica del virus del Ébola, en realidad es nueva en la humanidad. Fue descubierta en 1976 en la República Democrática del Congo, cuando ésta era Zaire, y el profesor Mabalo Lokela regresaba de un viaje por el norte de su país con una supuesta infección de malaria. Le aquejaba una alta fiebre, dolor muscular, cefalea, dolor abdominal, diarreas, vómitos y sangrado por diversas partes del cuerpo. En unos cuantos días falleció.[1] Este enfermo desencadenó un brote que se extendió también hacia Sudán, enfermando a 318 personas, de las cuales, murieron 280. Su letalidad fue del 88%.[2] Posiblemente esa enfermedad ya hubiera matado a otros hombres en otras épocas, pero sólo hasta entonces el ser humano tuvo la capacidad de identificarla. Posteriormente surgieron otros brotes en 1994, 1995, 2001-2002, 2002-2003, 2007, 2012 y ahora en 2014.
Hasta antes del 2014 todos los brotes habían sido en el centro de África. Y esta última epidemia ha superado por mucho a los brotes anteriores en cantidad de muertos y extensión territorial, ya que ha afectado a tres países fundamentalmente (Guinea, Liberia y Sierra Leona) y hasta el momento ha sido contenida su expansión en Nigeria y Senegal. También ha tocado la puerta de dos continentes más, América y Europa, generando los primeros casos de contagio humano en Estados Unidos y España, cuya evolución y contención francamente es incierta, a pesar de los discursos gubernamentales. Paralelamente surgió un brote en el Congo, que hasta el mes de septiembre, había ocasionado 62 decesos.[3]
El ébola es un virus perteneciente al género de los filovirus, un tipo que abarca a dos tipos de agentes patógenos –el Marburgo y el Ébola- de alta mortandad que matan entre el 50 y 90% de los infectados, ocasionando fiebres hemorrágicas especialmente en primates, pero que pueden ser hospedados por otras criaturas, como los murciélagos. El ébola tiene varias cepas: Ébola-Zaire, Ébola-Sudán,  Ébola-Reston, Ébola-Tai-Forest, Ébola Bundibugyo.[4] El Ébola-Reston, es una variación que se transmite por vía aérea, pero que es menos patógeno en los hombres que las otras variaciones. Esta enfermedad se contagia por contacto con fluídos corporales de un viviente infectado o su cadáver: sangre, vómito, saliva, sudor, semen, heces. En un mililitro de sangre puede haber hasta un millón de partículas del virus. Así que basta con una minúscula dosis para infectar a una persona. Además, este virus engaña al sistema inmunológico, se oculta en los macrófagos y genera un sangrado generalizado dentro del cuerpo. Es una enfermedad que tiene como reservorio las selvas tropicales africanas. Posiblemente los murciélagos y su guano, así como  la carne de animales selváticos infectados, sean los transmisores del virus del ébola al ser humano.
En esta epidemia del 2014, se cree que el paciente cero de esta enfermedad fue un niño  de dos años del poblado de Gueckedou al sureste de Guinea, que comió posiblemente fruta contaminada con heces de murciélago y que falleció el 6 de diciembre del 2013.  Posteriormente murieron su madre, su abuela y hermana de tres años. Dado que dicho pueblo está situado cerca de la frontera con Sierra Leona y Liberia, esto permitió su expansión por los tres países.[5] Además las costumbres de besar y tocar los cuerpos de los familiares fallecidos, incrementó el contagio de la enfermedad, que exponencialmente fue creciendo hasta ser reconocido el brote en marzo del 2014 con 59 muertos en ese mes.  La intervención de Médicos sin Fronteras no fue suficiente. La OMS intervino tardíamente, y hubo 8033 infectados de los cuales han muerto 3 879 en la primera semana de octubre.[6]
¿Por qué ha evolucionado tan rápido?  Esto motiva teorías conspiracionistas que se ven reforzadas por la muerte en el avión de Malaysia Airlines que fue derribado en Ucrania en julio del virólogo Glenn Thomas, experto en Ébola y SIDA, quien había participado en investigaciones de un supuesto laboratorio de armas biológicas en el hospital de Kenema en Sierra Leona.[7]  Igualmente el hecho de que haya tratamientos y vacunas experimentales, anunciados como exitosos, hace suponer un complot por beneficiar a ciertas industrias lucrando con la vida ajena.  Mapp Bio con el suero Zmapp, Toyama Chemical con el antiviral Avigan, Globavir Biosciences con su GBV006,  Tekmira con el TKM-ebola, Sarepta Therapeutics con su AVI 7537, GSK y Crucell con sus vacunas experimentales, son empresas ante la mirada de los suspicaces, especialmente porque están acelerando sus procesos y protocolos para comercializar sus productos lo más pronto posible.[8] No sería la primera vez que sucede en la humanidad. Los primeros medicamentos con penicilina fueron probados en secreto con reos centroamericanos sin su consentimiento. Pero también podemos pensar que si surgieron dos brotes de ébola en África Occidental y África Central con poco tiempo de diferencia,  es porque hay una epidemia de ébola en las selvas africanas que ha afectado a las comunidades animales y humanas de la región, sin conspiraciones, sin maquiavelismo, y que el riesgo de una pandemia de ébola entre los humanos, se vuelve a hacer presente en una época de hipercomunicación. Es más fácil negar la existencia de una creciente, descontrolada y amenazante epidemia, pensando que lo que hay es un riesgo calculado por grandes poderes internacionales para obtener beneficios, pero que en última instancia los seres humanos tienen control de la situación. En poblados rurales del occidente africano, los campesinos piensan que el ébola no existe, que es una invención de su gobierno y de los extranjeros para robarles sangre, extraerles órganos. ¿Es así? ¿Cuál es la verdadera razón de esta epidemia? Para saberlo habría que tener evidencia de una o la otra hipótesis que he lanzado. ¿Qué piensa usted, señor lector?




[1] http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%89bola_(virus) (consultado el 8 de octubre del 2014).

[4] http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%89bola_(virus) (consultado el 8 de octubre del 2014).

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