Los chicos malos de la película: los sofistas y los neosofistas
Cuánta razón tiene Mafalda al decir que la vida es como una película a la que llegamos cuando ésta ya está iniciada y no entendemos un carajo. La moral, entonces se convierte en una especie de brújula para orientarnos en el complejo y enredado Hollywood de la existencia. Mi formación moral tiene base en la educación familiar de corte cristiano que envolvía a mi familia, y en el celuloide: la barra del canal 5, las películas de Disneylandia, Chespirito y, algo de la cultura auditiva de Crí- Crí y Cepillín. Cuando trato de comprender los moldes éticos de mi mente, por supuesto que estos elementos cobran relevancia. Los conceptos del bien y del mal que tengo como referentes fueron moldeados por el entorno y los medios de comunicación. Dumbo, Bambi, Don Gato, Heidi, Mazinger Z, los Thundercats, el Chapulín Colorado entre muchos otros sentaron mis postulados morales. Mi abuela, mi educadora principal, a su vez consumía telenovelas y películas del cine mexicano. ...