¿Qué es un portafolio de evidencias?
Un portafolio es
definido como “un registro del aprendizaje que se concentra en el trabajo del
alumno y su reflexión sobre esa tarea”
por el National Education Association.[1]
La UNAM lo define como “un instrumento en el que se integran o compendian
trabajos realizados por el estudiante durante el ciclo de formación”.[2]
También es definido como “una selección deliberada de los trabajos del alumno
que nos cuenta la historia de sus esfuerzos,
su progreso o sus logros”. [3]
José Ángel del Pozo Flores nos dice que
un portafolio o carpeta de competencias, que también así se le conoce, es “una
colección de documentos en diferentes soportes (cada vez más en soporte
virtual) que describe y documenta el proceso de aprendizaje y las competencias
de una persona, mostrando su desarrollo personal y profesional a través del
tiempo”.
En términos breves permite recopilar evidencias del aprendizaje. Éstas
son de diverso tipo: ensayo, estudio de casos, anteproyectos, resolución de
problemas, reportes, reseñas, organizadores gráficos, escritos de todo tipo,
apuntes, etc.
Muestra la combinación de dos componentes: el proceso y el producto. Los beneficios del portafolio son varios: permite
la evaluación de objetivos; la claridad de expectativas del alumno; la
evaluación longitudinal del aprendizaje; la participación del alumno en su
evaluación; fomenta la atención individualizada; promueve la conciencia del alumno sobre la calidad del
trabajo; la responsabilidad compartida, la mejor comunicación entre maestros y
alumnos, facilita la metacognición y el
sentido de identidad del alumno. Puede abarcar las evidencias de una unidad
temática, de un ciclo escolar o incluso varios años.
Por lo anterior, ya que puede mostrar todas las etapas del aprendizaje,
es que han sido muy valorados recientemente como instrumentos de evaluación. De
hecho, permiten, tanto la heteroevaluación, como fomentan la autoevaluación y
la coevaluación.
Cabe mencionar que también se suelen utilizar portafolios de presentación
de los profesores o formadores para que los alumnos los conozcan. Instituciones como la Universidad de las
Américas suelen realizar estas prácticas.
Tipos de portafolio
Según Danielson y Abrutyn hay tres tipos de portafolio en general: de trabajo, de presentación y de evaluación.
El primero pretende mostrar de manera organizada los trabajos concluidos e
inconclusos de una persona en relación a un objetivo de aprendizaje. El
portafolio de presentación pretende
mostrar los mejores trabajos del alumno y no la totalidad de estos, está
destinado a la exhibición ante parientes y conocidos de los avances del alumno.
Es un portafolio que el propio estudiante arma utilizando el criterio de selección
de sus mejores trabajos. El portafolio de evaluación sirve para acreditar una
unidad de evaluación. Tiene menos trabajos, observaciones y autoevaluaciones
que el portafolio de trabajo. También está el portafolio de evaluación diagnóstica que documenta lo aprendido por
un alumno en función de un contenido curricular. Otro criterio para clasificar
los portafolios es en función de su estructura. Están los estructurados (en los que el profesor determina previamente las
evidencias que debe de presentar el portafolio de manera individual o por
equipo), semiestructurados (el
profesor establece algunas evidencias obligatorias que debe de contener el
portafolio y brinda la posibilidad al alumno de agregar evidencias optativas
que éste considere relevantes) y libres
(en el que hay la oportunidad de decidir que evidencias se entregan en el portafolio).
En la práctica se suelen sobreponer unos y otros tipos de portafolios.
El formato para la entrega de un portafolio puede ser físico o digital. Esta
colección puede ser del tamaño estándar de hojas cartas, e incluso, en
ocasiones puede ser una carpeta electrónica.
Regularmente el receptáculo de estos portafolios son las carpetas con
gancho, sobres de papel manila, archiveros, cajas, etcétera. Ahora bien, no es exactamente lo mismo un
portafolio digital que un e-portafolio.
El primero se reduce a un documento digitalizado que se puede entregar una
memoria usb. Cuando se pasa al portafolio en línea, ahí se pueden incluir
archivos de audio, vídeo, gráficos, imágenes. Permite que el alumno exhiba sus
habilidades tecnológicas. El
e-portafolio es “una aplicación que permite reunir, organizar, gestionar y
distribuir información relacionada con la vida académica, profesional y
personal a elección del usuario en donde se facilita la reflexión sobre la
propia experiencia profesional”.[4]
Los e-portafolios pueden incrustarse en un blog, una página web gratuita
(google sites), Blogger, o en programas en línea, como Canva. También existen
sitios específicos para elaborar portafolios (Elgg, keep, tool, kit, e-pearl,
seadi). Se pueden combinar con otras aplicaciones y plataformas, como Google
Doc, YouTube, Picasaweb (álbum de
fotos).
Pasos para armar portafolio de parte del alumno
Los pasos para armar un portafolio, son los siguientes: 1) recolección de
los materiales o evidencias, 2) selección de los mejores ejemplares, 3)
reflexión sobre el mensaje que se quiere transmitir a un espectador, 4)
proyección, entendida como un establecimiento de metas hacia adelante a partir
de lo reflexionado.
Pasos para planear un portafolio de parte del maestro
En cambio, los pasos que da el docente para planear un portafolio son
estos: 1) seleccionar los aprendizajes esperados que se van a evaluar, 2)
determinar el tipo de evaluación que se quiere realizar (diagnóstica, formativa
o sumativa), 3) seleccionar el tipo de portafolio que se adecue a su
evaluación, 4) definir si será de elaboración grupal o individual, 5)
establecer las actividades y el tiempo
de integración del portafolio, 6)establecer quiénes participan de la evaluación
del portafolio y de qué forma, 7) determinar los criterios de la evaluación y
los niveles de logro, 8) seleccionar un instrumento de evaluación que acompañe
al portafolio. En el caso del portafolio libre, ya que el alumno integra las
evidencias, conviene que haya sesiones de retroalimentación durante el
desarrollo del portafolio.
Los ítems y partes del portafolio
Los
ítems que debe de contener pueden ser escogidos libremente por los alumnos bajo
ciertos parámetros o bien designados bajo una lista de cotejo. Se recomienda
que todo portado tenga forzosamente los siguientes elementos: 1) portada, 2)
índice, 3) introducción, 4) selección de los ítems. Se pueden incorporar
secciones y determinarse los contenidos específicos de cada sección. En el caso de el que el portafolio sea
semiestructurado se debe de indicar que hay un apartado para los trabajos
optativos.
Hay dos tipos de
secciones dentro de la carpeta del portafolio: el diario de aprendizaje y la carpeta
de trabajo. El primero, es documento que muestra las reflexiones del estudiante
sobre su formación. Responde las preguntas: qué ocurrió, qué hice, qué lo
más importante, cómo me sentí, que puedo concluir de esto, cómo puedo aplicar a
mi vida diaria lo que he aprendido. Un
esquema para hacer el diario, es una reflexión por sesión o por tema que
considere los siguientes aspectos: descripción de las actividades, dificultades
de la realización de ellas, aprendizajes realizados, observaciones. La carpeta de trabajos ordena y comenta las
evidencias de aprendizaje de los alumnos.
Otra forma de organizar un portafolio, es dividiéndolo en tres secciones:
la personal (que da cuenta de la
misión de la vida, filosofía, valores y objetivos de la persona), la sección académica (que incluye los trabajos de
formación de la persona durante su proceso de información), la sección profesional (que da la información de
la experiencia laboral a manera de un currículo resumido).[5]
La evaluación del portafolio
La mejor forma de evaluar un portafolio de evidencias es a través de una
lista de cotejo y/o una rúbrica. Pero
también se puede conjugar con escalas y exposiciones. Exponer el portafolio es una oportunidad
excelente para que el alumno muestre sus conocimientos. La propia exposición de
éste por parte del alumno, ayuda a que esta entrega no se entendida solamente
como un mero trámite relativamente fácil y sin utilidad. Además este requisito permite que la
reflexión del alumno sobre su aprendizaje se evidencie. Lo anterior claramente
se puede traducir en una reunión conducida por los alumnos o bien en una velada
de portafolio. Esto parte de la premisa de que para comprender plenamente el
portafolio tiene que ser explicado por su creador y esto lo compromete a un
trabajo más serio con su dinámica.
También conviene pedir retroalimentación a los propios alumnos sobre la
misma evaluación del portafolio. Se puede pedir a los colegas también su
opinión para enriquecerlo.
Bibliografía.
Charlotte Danielson y Leslye Abrutyn,
Una introducción al uso de portafolios en el aula, Edit. FCE, México, 2004.
José Ángel del Pozo Flórez, Competencias
profesionales. Herramientas de evaluación: el portafolios, la rúbrica y las
pruebas situacionales, edit. Narcea, edición Kindle.
Julio Hermini Pimienta Prieto, Evaluación
de los aprendizajes. Un enfoque basado en competencias, edit. Edit Pearsons, 2008.
Varios, Evaluación del y para el aprendizaje. Instrumentos y estrategias,
edit. UNAM, edición Kindle.
https://profesoracarolinapr.blogspot.com/2017/02/que-es-y-como-crear-un-eportafolio.html (consultado el 26 de junio del 2020).
https://www.youtube.com/watch?v=UuuNM4S_-L8
(consultado el 26 de junio del
2020).
https://www.youtube.com/watch?v=NRqBRrJvx1c (consultado el 26 de junio del
2020).
https://www.youtube.com/watch?v=-_ov41oNPu8 (consultado el 26 de junio del
2020).
[1]
Cfr. Charlotte Danielson y Leslye Abrutyn, Una
introducción al uso del portafolios en el aula, Edit. FCE, México, 2004, p.
8.
[2] Varios,
Evaluación del y para el aprendizaje.
Instrumentos y estrategias, edit. UNAM, edición Kindle.
[3] Charlotte
Danielson y Leslye Abrutyn, Una
introducción al uso del portafolios en el aula, Edit. FCE, México, 2004, p.
9
[4] José Ángel del Pozo Flórez, Competencias profesionales. Herramientas de
evaluación: el portafolios, la rúbrica y las pruebas situacionales, edit.
Narcea, edición Kindle.
[5] José Ángel del Pozo Flórez, Competencias profesionales. Herramientas de
evaluación: el portafolios, la rúbrica y las pruebas situacionales, edit.
Narcea, edición Kindle.
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