La técnica del mapa conceptual

El mapa conceptual es un esquema que representa cómo se vinculan una serie de conceptos entre sí a partir de una temática o una lectura. Es una representación visual del conocimiento.  Se les define también como “representaciones gráficas de relaciones significativas entre conceptos que adquieren formas de proposiciones”.[1]
Los conceptos son relacionados mediante una serie de nodos (figuras regularmente ovoides en las que se escriben los conceptos vinculados) y flechas (líneas que relacionan unos conceptos con otros).  Entre unos nodos y otros aparecen palabras de enlace que permiten armar pequeñas frases a través de los conceptos que hay en los nodos, permitiendo así la comprensión y estudio del tema. En el mapa conceptual hay una jerarquización de las categorías usadas,  una selección de éstas y una organización visual impactante. En consecuencia, en un nivel semántico, los componentes de un mapa conceptual son: términos conceptuales (palabras dentro de los nodos), los conectores (palabras que enlazan un nodo con otro, se recomienda que esas palabras sean verbos o incluyan un verbo; también algunas de estas pueden ser conjunciones o adverbios)  y las proposiciones (los enunciados que se arman al vincular unos conceptos con otros mediante nodos y enlaces). Hay triadas que se construyen entre los conceptos dentro dedos nodos y la frase que enlazan a uno con otro. Una mapa responde a una pregunta de enfoque. 
En el caso de ser usado el mapa conceptual como una técnica de comprensión de lectura, se debe de hacer una prelectura del tema, luego una lectura detallada con una síntesis o resumen, luego se deben seleccionar los conceptos de ésta y representarlos en un boceto que se debe de ensayar y corregir hasta que quede en su versión definitiva.  Así pues esos conceptos se agrupan y enlazan después de una reflexión.  Ya la realización del boceto implica tres pasos lógicos generales: identificación de los conceptos relevantes, establecimiento de las relaciones entre éstos por medio de las flechas y conectores,  su jerarquización según sus relaciones de inclusión. Esta jerarquización no es igual en todas las personas, es decir, difícilmente se pueden tener dos mapas iguales sobre el mismo asunto, siendo ambos válidos, si el conocimiento está bien construido. Se pueden encontrar conocimientos con diferencias en su jerarquización. Sin embargo, las diferencias no son un obstáculo. Un mapa conceptual se puede leer desde cualquier punto del mapa y recorrerse al resto de éste.
Ahora bien, a diferencia del mapa mental, posee una jerarquización y no usa imágenes. 
Los mapas conceptuales son una invención de Joseph Novack que surgió recientemente: en 1984, cuando dichas herramientas fueron presentadas en el libro  de éste autor titulado Aprendiendo a aprender.[2] Basándose en la teoría del aprendizaje significativo de David Ausbel elaboró esta técnica de organización cognitiva que permite corroborar al docente el aprendizaje del alumno. La teoría del aprendizaje significativo data de la década de los años 70. Propone que el aprendizaje siempre vincula las ideas nuevas con las ya adquiridas previamente reestructurando el sistema que conforman.  Eso implica que el mapa conceptual es un diagrama gráfico-semántico del nuevo conocimiento incorporado a la estructura cognoscitiva del sujeto.[3] Sólo en este contexto tiene sentido esta herramienta.  Sin embargo no son un reflejo del conocimiento personal e íntimo de quien elabora el mapa (eso sería un mapa cognoscitivo), más bien refleja la incorporación que hace el individuo de las categorías de una disciplina en su aprendizaje.  Esto marca el propio límite de los mapas conceptuales. Son más objetivos que subjetivos. Requieren un conocimiento previo en relación al tema tratado, que el  tema sea socialmente significativo y que haya la disposición del alumno para incorporar ese aprendizaje (actitud favorable). Eso encierra la ventaja que un mapa conceptual diseñado por un profesor para sus alumnos, puede convertirse en una herramienta de estudio para los alumnos también, aunque no haya sido diseñado por el estudiante. Los mapas conceptuales se empezaron a usar en el Departamento de Educación de la Universidad de Cornell. 

Ejemplo de mapa onceptual (licencia Creative Common).

Bibliografía


Norberti Boggino, Cómo elaborar mapas conceptuales. Aprendizaje significativo y globalizado, 5ª ed., Ediciones Homo Sapiens, Argentina 2006.




[1] Norberti Boggino, Cómo elaborar mapas conceptuales. Aprendizaje significativo y globalizado, 5ª ed., Ediciones Homo Sapiens, Argentina 2006, p. 19.
[2] Ibidem.
[3] Íbid., p.  37.

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