¿Qué es la brecha de integridad?
La brecha de integridad es una categoría acuñada en el contexto del desarrollo humano. No es una categoría ni científica, ni psicológica, ni filosófica. Sin embargo, sirve para hacer énfasis en la distancia que hay entre lo que la gente dice y hace, entre lo que profesa y su comportamiento real. Se puede asociar con una incoherencia moral, con una hipocresía, pero también se puede ver, desde una perspectiva menos juiciosa, como la posibilidad de generar coherencia entre las posibilidades de ser y la existencia, entre lo que podemos y queremos alcanzar y lo que realizamos para llegar a tal punto. Tiende un puente entre el ser y el deber ser, entre la potencia y el acto. Saber en dónde se está y por qué se está en ese lugar ayuda a reducir la brecha.
Según el sitio yocreomifuturo.com el efecto que provoca la brecha de integridad es un problema existencial e identitario, es decir, produce ansiedad y depresión. Mick Ukleja y Robert L. Lorber señalan que el nivel de integridad de una persona puede acrecentar o menguar la fortaleza del sistema inmunológico, pues la disonancia entre lo que se cree y lo que se hace produce estrés.
Un reflejo de integridad es la alineación entre los valores que pregonamos y las acciones que realizamos. Es decir, hay una concordancia entre lo que decimos ser desde dentro y lo que hacemos desde afuera. Claro que todos encerramos contradicciones. Pero entre más existan y más profundas sean, más problemático resulta la relación con los demás.
Fuente: Mick Ukleja y Robert L. Lorberk, Las preguntas que cambiarán tu vida, edit. Diana, México, 2012.
Según el sitio yocreomifuturo.com el efecto que provoca la brecha de integridad es un problema existencial e identitario, es decir, produce ansiedad y depresión. Mick Ukleja y Robert L. Lorber señalan que el nivel de integridad de una persona puede acrecentar o menguar la fortaleza del sistema inmunológico, pues la disonancia entre lo que se cree y lo que se hace produce estrés.
Un reflejo de integridad es la alineación entre los valores que pregonamos y las acciones que realizamos. Es decir, hay una concordancia entre lo que decimos ser desde dentro y lo que hacemos desde afuera. Claro que todos encerramos contradicciones. Pero entre más existan y más profundas sean, más problemático resulta la relación con los demás.
Fuente: Mick Ukleja y Robert L. Lorberk, Las preguntas que cambiarán tu vida, edit. Diana, México, 2012.
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