El manejo de rúbricas en la materia de Filosofía
Ciertamente
Filosofía encierra como materia sus propias complejidades. Si se atiende a la
naturaleza discursiva de esta disciplina en la que lo ideal es aprender a
reflexionar a partir de escuchar conferencias, leer textos y discutir con
autores, pedagógicamente se enfrenta con el reto de ofrecerse ante un alumnado
con escaso interés, poco lector –y más
de temas áridos- y con problemas de comunicación oral y escrita.
Muchos maestros entonces optan por
trabajar en la clase con ensayos, debates, reportes de lectura. Frecuentemente
puede haber desacuerdo de los estudiantes con la calificación asignada en
ellos. Consideran arbitrario o injusto el criterio asumido por el profesor. Se
apela a la subjetividad tanto del alumno, como a la del maestro para
descalificar la calificación puesta por el docente.
Una
estrategia para reducir, o incluso, erradicar quejas y discusiones eternas es
el uso de rúbricas de evaluación. Simplifican el proceso, lo transparentan y le
brindan una objetividad funcional a un proceso subjetivo que finalmente deriva
en la elaboración de un producto de aprendizaje. Las sirven para mostrar el objetivo
pedagógico del docente y sus criterios de evaluación, así como los vuelve
homogéneos ante el grupo y facilita realizar una retroalimentación más claridosa
que no se preste a confusiones.
Las
rúbricas fomentan la autoevaluación y la responsabilidad.
.
El tiempo que se invierte en elaborar la rúbrica, se gana en paz, claridad y rapidez en la revisión de calificaciones.
La
rúbrica es “un conjunto de criterios y
estándares, generalmente relacionados con objetivos de aprendizaje, que se
utilizan para evaluar un nivel de desempeño o una tarea”.[1]
En
concreto, una rúbrica es una guía de puntuación sobre los productos y aprendizajes
esperados. Si el alumno quiere sacar 10 sabe qué requisitos debe cubrir, si
quiere obtener la calificación mínima aprobatoria, también lo sabe. Se esboza
lo que es aceptable e inaceptable en la tarea que se va a realizar.
Se
plasma en una tabla que contiene los rubros a evaluar y una escala que muestra
los niveles de calidad del producto de aprendizaje que corresponden a la determinada
calificación dentro de una escala que puede ser numérica, alfabética o
conceptual.
Las
rúbricas pueden ser globales o analíticas. Las primeras establecen una valoración
general (bajo un solo rubro que integra todos los criterios del profesor) del
aprendizaje esperado. Las segundas establecen dos o más rubros, pues desglosan
los criterios establecidos por el profesor para determinar su calificación.
Cada rubro puede tener el mismo peso, o bien, porcentajes distintos para generar
una calificación unitaria del producto.[2]
Una
rúbrica no debe ser compleja, pues esto volvería engorroso, difícil y poco
práctico el proceso de evaluación.
Ejemplo
de una rúbrica de preparación de un debate que muestra los rubros, la escala y
los descriptores.
Criterios y
porcentaje
|
Óptimo
|
Satisfactorio
|
Deficitario
|
Preparación del
debate.
20%
|
El alumno
realizó una investigación suficiente y bien organizada del tema la cual es
llevada al debate.
|
El alumno
realizó una investigación confiable pero incompleta y ligeramente
desorganizada, que es llevada al debate.
|
El alumno
realizó una investigación deficiente, incompleta y desorganizada que es
llevada al debate o incluso olvidada.
|
Vestimenta.
20%
|
El vestuario del
alumno es acorde a las especificaciones dadas previamente al debate.
|
El vestuario del
alumno embona medianamente en las especificaciones dadas previamente al
debate.
|
El vestuario del
alumno no embona con las especificaciones dadas previamente al debate.
|
Argumentación
20%
|
La hilación
lógica de los argumentos del alumno tiene una estructura clara y plausible.
|
La hilación de
los argumentos del alumno es plausible, aunque la claridad no es suficiente.
|
La hilación de
los argumentos es enredada y poco plausible.
|
Información.
20%
|
La información
presentada por el alumno es pertinente y acertada.
|
La información
presentada por el alumno no es pertinente pero encierra algunos errores.
|
La información
presentada por el alumno es inadecuada y errada.
|
Respeto.
20%
|
El alumno es respetuoso
y amable de las opiniones de sus contrincantes.
|
El alumno es
respetuoso con sus contrincantes pero con un aire de hostilidad.
|
El alumno
insulta a sus contrincantes.
|
Los
pasos para elaborar una rúbrica son los siguientes: 1) determinación del
objetivo de aprendizaje, 2) elección de los aspectos a evaluar en función de
dicho objetivo (esto se convierte en un rubro), 3) determinación de una escala
con la descripción de los criterios correspondientes a cada uno de sus
componentes de manera ordenada para cada rubro de tal manera que se genera una
matriz con sus respectivas ponderaciones, 4) revisión de la rúbrica.
Ninguna
rúbrica necesariamente es perfecta, siempre se pueden mejorar. Es conveniente
revisarlas antes y después de aplicarlas. La propia experiencia mostrara sus
fortalezas y debilidades. Con cada curso
impartido, con cada evaluación ejecutada se puede mejorar una rúbrica.
Hay
herramientas tecnológicas para la elaboración de rúbricas. A continuación
enlisto algunas. Sin duda la más popular es Rubistar.
Nombre de la herramienta
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Liga
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Rubistar
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Sined
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Rubrix
|
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Irubric
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Algunas
ligas útiles para ver rúbricas ya hechas
de la materia de filosofía que no estén consideradas en las plataformas
anteriores son las siguientes:
Descripción
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Liga
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Rúbrica para evaluar disertaciones
filosóficas.
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Rúbrica para evaluar un vídeo.
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Conjunto de rúbricas para evaluar esquemas,
mapas, ensayos, exámenes, exposiciones.
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Muy esclarecedor y comprensible la percepción de la persona autora de este espacio reflexivo. Gracias. Felicitaciones por este espacio de pensar la pedagogía. Prof.Nancy.
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