Austin Powers
Austin Powers es un personaje muy famoso de la cultura pop de los años
noventa y la primera década de los años 2000.
Cobró vida en una trilogía hollywoodense: Austin Powers: International Man of Mystery (1997), Austin Powers: The Spy who Shagged me
(1999) y Austin Powers in Goldmember
(2002). Podríamos calificar sus productos cinematográficos como obras de mal
gusto. Sin embargo, están bien hechas técnicamente y gozaron de gran popularidad. Sus películas, las cuales fueron dirigidas por
Jay Roach, recaudaron una suma de más de
seiscientos millones de dólares.[1]
Este personaje creado por Mike Myers, quien es el protagonista de esta
serie es una especie de anti-héroe, una parodia burda, exagerada, escatológica
y sexual de James Bond y del género del espía en el cine tanto de los años
sesenta como de su época. Hace
referencias en sus películas a Dr. No, De Rusia con amor, Goldfinger, Thunderball,
You only live twice, Moonraker, The spy I loved.[2]
Recurre frecuentemente al humor de la comedia visual con imágenes y
escenas ridículas y de doble sentido. Según Myers el personaje se le ocurrió
regresando de un partido de hockey mientras escuchaba en la radio de su carro
la canción The look of love de Burt
Bacharach. Austin Powers usa lentes, viste ropa de colores psicodélicos, tiene una imagen de los años sesenta, se rodea
de mujeres hermosas. Algunas de éstas son: Vanessa Kensington (†), Alotta
Fagina, Felicity Shagwell y Foxxy Cleopatra. Como Bond es un alma solitaria que
nunca tiene una pareja fija ni hijos. Ama, se enamora, pero la vida le impide
establecer lazos. Eso no lo priva de tener una especie de atractivo especial
que él mismo denomina “mojo”. Es un
hombre deseado por las mujeres, imitado por los hombres, es un ícono del “hombre
internacional del misterio”. Tan importante es que Steven Spielberg realiza una
película sobre su vida. Sin embargo, su
comportamiento y presencia reales denotan escasa virilidad, infantilismo,
impertinencia, torpeza. Paradójicamente es eficaz.
Austin Powers es un espía
británico –ficticio- que nació en los años cuarenta, graduado de la Academia Británica
de Inteligencia. No es cualquier agente, es el mejor. Después fue sometido a un
congelamiento en un proceso criogénico y resucitado en los años noventa. [3]
Tiene el título honorario de caballero de la orden del Imperio Británico. Él
mismo es una burla del espíritu libertario de experimentación sexual, emocional
(amor libre y movimiento swinger) y con drogas de los años sesenta, así como
una sátira en torno al estereotipo de la personalidad “británica”.
Su némesis y alter ego es el Dr. Evil (o Dr. Maligno), quien a su vez tiene un
desdoblamiento en un clon suyo: Mini Me. Tan es así que Powers y el Dr. Evil son dos
facetas de un mismo concepto, que Mike Myers encarnó a ambos personajes como
actor, siendo ellos además hermanos e hijos de Nigel Powers, quien también en
su juventud fue un agente secreto.[4]
Ellos fueron separados después de un atentado
terrorista en Bélgica. El Dr. Evil además tiene dos asistentes leales: Número
Dos y Frau Farbissina. Los socios de
este malvado regularmente representan el estereotipo de las películas de Bond del villano extranjero, representante de
un grupo étnico ajeno o minoritario de los E.U.A. y Gran Bretaña. Destaca entre ellos Goldmember. También el Dr.
Evil tiene que lidiar con jefes de Estado, cúpulas militares y políticos
ineptos tanto de los Estados Unidos como de todo el mundo a través de su
representación en la ONU. Hace una crítica política sutil.[5]
Igualmente tiene un hijo al que abandonó cuando se congeló criogénicamente,
Scott. La relación entre ambos es tensa y mala.
También posee un gato egipcio al que frecuentemente carga y acaricia
cuyo mote es Mr. Beagles. Es dueño de empresas fantasmas que disfraza sus planes
secretos de conquistar el mundo: Virtuacom
y Hollywood Talent Agency. El propio
Evil es una burla del personaje del “malo”. Es anacrónico, un sociópata que quiere ser un buen padre e
Idea formas elaboradas y exóticas para matar a Austin Powers cada vez que lo
captura.
Powers ha salvado al mundo usando personalidades falsas como Richard
Cunningham; viajando al pasado, a la Luna, a bases secretas subterráneas, a
Japón; trabajando con otros espías –regularmente de sexo femenino-, comandos
militares o bien, en momentos, actuando solo. Lo mismo enfrentó el secuestro de su padre, el robo de un arma nuclear rusa que iba a ser
detonada en el Centro de la Tierra para activar todos los volcanes del mundo,
que un rayo láser instalado en el satélite de la Tierra con la capacidad de
destruir ciudades enteras o el uso de una tecnología secreta llamada fusión
fría para atraer un meteorito de oro a la Tierra y estrellarlo causando una
inundación mundial.
En la última película Austin Powers y Dr. Evil descubren su parentesco.
Se reconcilian y ayudan a salvar la Tierra de Goldmember. Scott, el hijo de Dr.
Evil y sobrino de Powers los abandona.
A pesar de las escenas absurdas,
la serie de Austin Powers se burla de situaciones absurdas de la
realidad, como el cambio climático, la extinción de especies, el divorcio del
príncipe Carlos de la princesa Diana, los talk shows, la caricatura de Beavis
and Buthead, la psicoterapia de grupo, las
devaluaciones económicas (cuando quiere exigir 1 millón de dólares como
extorsión en los años 90 después de haber estado congelado 30 años), la Guerra
Fría y las relaciones disfuncionales padre-hijo.
Austin Powers me genera
sentimientos encontrados: me causa repulsión y diversión, rechazo e interés, me
parece insulso, irreverente y genial a la vez.
(consultados el 23 de abril del 2015).
[5] https://ultius.com/ultius-blog/entry/comedic-satire-of-austin-powers.html (consultada el 23 de abril del 2015).
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